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jueves, 20 de agosto de 2015

Empresas del Estado, ¿estrategia perversa?



En mi anterior escrito sobre el tema de las Empresas del Estado que no pagan sus cuentas con regularidad no señalé causas ni presuntos culpables. De hecho, no tengo prueba alguna para soportar ninguna opinión y eso sería lo normal por no tener acceso a sus papeles; sin embargo, puedo elucubrar libremente, puedo imaginar posibles situaciones siempre y cuando ciertos indicios motiven mi imaginación, así que, todo cuanto diré a continuación lo pueden considerar como un sueño subrealista pero, ¿qué tal si estoy aproximando la fantasía a la realidad?

Mi basamento está anclado en el pasado, en cosas que ciertamente ocurrieron y, pensando mal, ¿por qué no podrían estarse repitiendo ahora aunque los esquemas hayan sido modificados?

En tiempos no tan remotos privatizaron varias empresas del Estado. El método satánico utilizado fue, en primer lugar, descuidarlas, no hacer mantenimiento, reparaciones ni actualización tecnológica, con lo cual les restaron eficiencia y productividad. Luego, contrataron gente sin calificar a troche y moche y las recargaron de burocracia que, de hecho, estorbaba. El esquema incluía no pagar deudas de tal manera que financieramente las llevaron al borde de la quiebra. La consecuencia visible era de empresas ineficientes, improductivas, con equipamiento anticuado que, Perogrullo dixit, era mejor salir de ellas cuanto antes al precio de gallina flaca con moquillo que se consiguiera porque solo daban pérdidas al Estado. Ese plan funcionó. Vinieron los privados, pagaron cuatro lochas por un “montón de chatarra”, supuestamente inyectaron dinero o sea “invirtieron” y “las salvaron” luego de despedir un gentío. Diz que volvieron a ser eficientes y productivas al poco tiempo y unos cuantos vivos se enriquecieron de la noche a la mañana con las comisiones que cobraron y ahora se dan la vida padre en los paraísos a donde se fueron.

¿No puede acaso estarse dando ahora una situación análoga?

El problema actual arranca con no pagar las cuentas. Los vendedores de todo tipo cortan el crédito y dejan de despachar repuestos y demás insumos necesarios para mantener los equipos actualizados y operativos eficientemente, o simplemente se paran indefinidamente. El asunto de las cuentas no pagadas, vencidas hace mucho tiempo, genera el peligro inminente de un vendaval de demandas judiciales por parte de los proveedores para intentar cobrar sus viejas acreencias y, como quiera que muchos de éstos son extranjeros, el temita lo aprovecharán todos los enemigos de la Revolución para atacar violentamente al Gobierno y al pueblo, así que imaginemos no más el temporal de descrédito que nos vendrá. El crédito y la moral de la República está ahora en grave peligro y en las tétricas manos de un grupo de burócratas cuyas intenciones reales desconocemos. De los proyectos nuevos ni hablar, éstos no se completan y jamás entrarán en funcionamiento. De esa manera se resta eficiencia y productividad, se reduce la producción, se incrementan los costos de operación, lo que se produce tiene costos superiores a los precios que se obtienen en los mercados y, desde luego, se generan pérdidas cada vez mayores que debe absorber el Estado. ¿No será acaso este el macabro plan en ejecución?

No quisiera completar la charada hablando de la corrupción. Se dice que los corruptos no son revolucionarios y lo creo; pero, ¿qué le impide a los ladrones disfrazarse de ángeles, hacerse pasar por revolucionarios patriotas, cometer sus fechorías y luego irse al exterior? Casos concretos hay. Es posible que muchos de esos elementos fueran sanos al comienzo, no lo pongo en duda pero, ¿tendrían la suficiente entereza moral para no sucumbir ante la tentación de comisiones millonarias?

¿Y si esos corruptos también tienen a su cargo la dirección de las empresas? Casos se han visto que, por cierto, alguien se ha encargado de sepultar en el olvido y jamás se volvió a hablar de ellos.

Volviendo a mi anterior petición, el Gobierno puede comenzar por averiguar las razones por las cuales las Empresas del Estado no pagan sus cuentas a tiempo. Es altamente probable que ese hilito conduzca a la madeja; así que, repito mi alarido: Gobierno, pide una relación detallada de todas las cuentas por pagar de todas las Empresas del Estado, sea cual sea su participación en ellas.

Pagando las cuentas se normaliza el flujo de repuestos e insumos necesarios para mantener una producción fluida y eficiente, para disminuir costos y lograr productos a precios competitivos. Esa gestión debe incluir también todos esos nuevos proyectos detenidos en el tiempo sin solución aparente.

De hacerse una investigación exhaustiva seguro que encontraran muchas cosillas desagradables, pero lo peor, dañinas para la salud de la patria.

Hay un punto oscuro al que nadie se refiere. Sé que muchos proyectos instalados no han entrado en funcionamiento por alguna rara y extraña razón. Se invirtió mucho dinero, se trajeron equipos y maquinarias, se instalaron o no, pero luego no pasó nada. Ahí están unos parapetos que no se usan. Si no tengo razón que alguien me corrija, un ejemplo concreto es una supuesta planta eléctrica que se instaló en Sidor para aliviar a Guri que años después no ha generado ni siquiera un kilowatio, o la planta de concentración de mineral de hierro allá en Ciudad Piar en la que ni siquiera se han echado las bases.

¿Donde está la fábrica de jeringas plásticas y la fábrica de pañales que inauguró el Sr. Presidente Chávez con bombos y platilos hace varios años? Mientras tanto seguimos dependiendo de los importadores de ambos rubros y ya sabemos la tragedia maternal por la ausencia de pañales en el mercado nacional.

Otro “pequeño” caso de menores dimensiones, valga la redundancia: ¿qué ha sucedido con las dos fábricas de productos de limpieza que abandonó la empresa Clorox? Recuerdo haber visto por TV al Sr. Vice Presidente recuperarla y ponerla en aparente funcionamiento. Podría en estos momentos estar suministrando esos productos a los hogares y contribuiría a aliviar la escasez. Por fin, ¿Clorox produce Nevex y otros productos o no? ¿Donde están esos productos? ¿También se los llevan los bachaqueros para Colombia? ¿Puede alguien responder estas preguntas?

Ustedes queridos(as) lectores(as) sabrán de otros casos. Unámonos y hagamos que estas ideas sean oídas por alguien que tome decisiones o todo se empeorará.


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sábado, 20 de junio de 2015

Tecnología. ¿Transferencia o creación?

Aceptémoslo. En Venezuela practicamente no existe una cultura impulsora de la investigación, la innovación, la creatividad para la producción de tecnologías de ningún tipo para fabricar nada. Las excepciones son raras, escasas y, para colmo, muy poco difundidas por lo que tampoco hay acicates para el esfuerzo creador de nuevas invenciones. Hace varios años, la Revolución Bolivariana intentó adelantar algunos planes y programas, creó un Ministerio que se encargaría del asunto pero, luego, como también es costumbre, el impulso inicial se quedó en eso y, sinceramente creo, que esa llamita se consumió. Lo que haya por ahí rondando en centros de investigación es practicamente un secreto bien guardado, sobretodo. aquel hermoso programa de apoyo a los poderes creadores del pueblo; es decir, a la inventiva popular.

De la misma manera como he criticado acérrimamente a los empresarios privados por su poco o nulo interés en invertir para desarrollar nuevos productos, nuevos métodos, nuevos sistemas de producción o simplemente la sustitución de piezas, partes o componentes importados y; por el contrario, compran ese conocimiento a empresas extranjeras por lo cual deben pagar abultados royalties que se traducen en desangramiento del país; así también critico al Gobierno por su aparente denodado interés en promover la llamada transferencia tecnológica; o lo que es lo mismo, pedir a empresas extranjeras que nos enseñen sus conocimientos lo cual gustosamente no harán, a menos que haya ciertas y determinadas compensaciones cuyo monto, generalmente, se diluye en los contratos y nunca se llega o se llegará a saber el monto a pagar por ello.

La llamada tecnología, es decir el conocimiento técnico que se usa en Venezuela teniendo en cuenta nuestro incipiente desarrollo industrial, afirmo, es conocimiento al alcance de cualquier técnico promedio de tantos que hay en el país en cualquiera de los campos del saber humano. Salvo algunas escasas excepciones, tales como las relativas a la ciencia aeroespacial, a las tecnologías de la información o alguna que otra de menor impacto, aquí no elaboramos ni fabricamos, todavía, productos para los cuales se requiere “tecnología súper especializada”; antes, por el contrario, casi me atrevo a afirmar, todo cuanto consumimos, hecho ahora o por hacer en el próximo futuro, está al alcance o dentro de los límites del conocimiento de cualquier profesional medio.

En vez de importar maquinaria sencilla, ¿por qué no promovemos su fabricación en el país? Para ello tan solo se requiere elaborar sencillos proyectos, fabricar prototipos que es lo que nadie, ni el mismo Estado, se atreve a financiar, probar esos prototipos y fabricar aquellos que sean los más eficientes, teniendo en cuenta que toda obra humana es sujeta a ser perfectible, de tal manera que las sucesivas producciones en el tiempo le incorporen mejoras que eleven su productividad. Un equipo así logrado sería nuestro y no tendríamos que pagar por ellos a un fabricante extranjero ni mucho menos pagar royalties o licencias.

Y tal como ocurre con equipos y maquinarias, ocurre lo mismo con procesos productivos. Todo cuanto digo, por supuesto, requiere esfuerzo, estudio, dedicación, paciencia, pero que esos elementos sean nuestros y no de otros.

Mucha gente tiene la peregrina idea que el exterior van a conseguir maquinarias o equipos industriales en establecimientos, que los tienen en exhibición y que los comprarían tal como se compra una nevera, una lavadora o un televisor. Quítense esa idea porque no es cierta. Aunque, de hecho hay empresas que se dedican a la fabricación de maquinarias, equipos y sistemas, éstos son establecimientos metal-mecánicos que fabrican por pedido y los precios que piden son usualmente muy por encima de sus verdaderos costos de producción. Lo que realmente ocurre es que muchísimas empresas productoras de multiplicidad de productos finales, tienen bajo sus nóminas a personal técnico dedicado a estudiar y crear innovaciones que luego convierten en equipos o sistemas específicos afines a sus propias necesidades y que, a lo largo del tiempo, les van incorporando mejoras; pero, estos artículos no son para la venta sino para su propio y exclusivo uso. Esa clase de máquinas o equipos privativos de ciertas empresas industriales extranjeras sería lo que estaríamos negociando – y pagando muy caro – como transferencia tecnológica. Más barato sería poner a nuestra propia gente a estudiar, crear, diseñar, innovar y finalmente construir lo que necesitemos. Esos sí serían pasos concretos para lograr nuestra independencia tecnológica y no olvidemos que, por lo general, un descubrimiento conduce a otro y así sucesivamente.

Repito lo dicho anteriormente, fabricar muchas cosas solo requiere conocimientos al alcance de profesionales medios. No es ninguna complicación diseñar y fabricar productos de consumo masivo o no, como neveras, lavadoras, cocinas, bicicletas, prensas hidráulicas, túneles de secado, batidoras y mezcladoras de cualquier tipo, empacadoras, embutidoras de chorizos y una larguísima etcétera.

Y si me preguntaran cuales serían los requisitos mínimos para poner estas ideas en práctica respondería sin dudar:

¡¡Ganas y mucha voluntad!!

Por los recursos financieros no nos preocupemos, los hombres sabios sacan recursos de cualquier parte que los necios son incapaces y no encuentran jamás.


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miércoles, 17 de junio de 2015

Las empresas del Estado, ¿mala paga?

En alguna parte leí hace mucho tiempo que “el único responsable de su propio prestigio es uno mismo”; o lo que es lo mismo, solo tu mismo puedes construir, modificar, alterar o eventualmente arruinar tu prestigio. O dicho de otra forma adicional, nadie puede dañar tu prestigio sino tú mismo. Los demás podrán intentar dañarlo pero siempre florecerá la verdad verdadera, en cuyo caso se cumple la ley física de la gravedad específica, es decir, cada quien ocupa el sitial que se merece su propio peso específico.

Asociado al prestigio, empresarial y en algunos casos personal, existe también la llamada imagen de la cual hacen tanto uso los publicistas, especialistas de marketing y todos los manipuladores capitalistas que nos inducen a creer lo que no es cierto. Ellos intentan crear artificialmente una imagen que no es la real para consumo de todos nosotros. Pero, más allá de todo cuanto podamos teorizar existe la verdad irrefutable que cada quien es responsable por su propio prestigio y por la imagen que irradia a su entorno más cercano, a la comunidad, al mundo.

Las organizaciones, al igual que la personas, tienen de por sí una imagen; es decir, su propio prestigio. Solo que, dentro de esas organizaciones pueden y de hecho hay individuos a quienes no les importa ni la organización, ni mucho menos su prestigio. Y voy a un hecho real. Existen numerosas Empresas del Estado Venezolano con sus respectivos directorios, cuadros gerenciales y administrativos y todo un tren de burócratas; pero, dentro de esas categorías hay parásitos que van desde flojos y vagos hasta saboteadores en toda la línea y esos son quienes desprestigian, dañan la imagen de cada corporación en particular porque la gente no sabe generalmente distinguir entre la organización y cada uno de sus integrantes. Si en la empresa tal hay un corrupto, la gente ligeramente opina que toda la empresa está podrida.

Hace más ruido un deshonesto que un millón de honestos.

Y van tres largos párrafos que ya los debe aburrir, así que voy directo al grano y apelo a quienes me leen a mejorar y divulgar este clamor, de tal manera, que llegue hasta los más elevados estamentos del Estado Venezolano, incluyendo al Sr. Presidente de la República.

Es bien sabido que muchas Empresas del Estado son corporaciones industriales y que, como tales, tienen obligatoriamente que importar máquinas, equipos, repuestos e inclusive servicios especializados para sostener sus operaciones, por lo que pregunto:

¿Por qué no pagan puntualmente sus obligaciones a sus acreedores, tanto nacionales como extranjeros?

¿Abulía? ¿Desidia? ¿Incompetencia? ¿Ineficiencia? ¿Faltas o fallas de planificación? ¿O simplemente saboteo?

Recuerden, como consecuencia de la falta de pago por parte de las empresas, quien se desprestigia es nada más y nada menos que TODA la República Bolivariana de Venezuela. La imagen dañada es la de todos nosotros y especialmente la de nuestro Gobierno. Para la opinión de mucha gente, dentro y fuera del país, tenemos un Gobierno maula, un país maula, todos somos gente maula porque nadie dice ni afirma que los responsables directos son unos pocos saboteadores de oficio.

Sr. Presidente, me tomo la licencia de pedirle, en nombre de las personas decentes y honorables de mi país, que ordene una revisión profunda de la administración de todas las empresas del estado, haga un sacudón total y bote a todos los saboteadores de todo tipo de las empresas que son de todos nosotros. Pienso que es muy fácil comenzar pidiéndoles a la brevedad una relación detallada y minuciosa de todas la deudas que cada empresa tiene con sus proveedores. Si la lista es honesta, se sorprenderá al comprobar que tienen cuentas por pagar vencidas de hace más de un año cuando el compromiso asumido fue pagar a la entrega de la mercancía o a los 30, 60 o 90 días.

Por otra parte, como consecuencia del incumplimiento de los pagos en los plazos aceptados, muchos proveedores han suspendido los despachos de insumos que son necesarios para la actualización de equipos y maquinarias, para su mantenimiento normal e, inclusive, para la iniciación de nuevos procesos de producción. Y lo peor, muchos proveedores han amenazado con adelantar pasos legales; dicho por todo el cañón, demandar judicialmente para cobrar sus cuentas; así que, imagínense, una lluvia de demandas contra la Nación por una incomprensible falta de pagos.

Muchos gerentes honestos se quiebran la cabeza pensando en soluciones técnicas que se resuelven rapidamente con un cambio de repuestos o con el reemplazo de un elemento que ha llegado al fin de su vida útil. Hay muchos programas de actualización detenidos por estas razones; entonces me pregunto, ¿hasta cuando se van a detener? ¿Hasta cuando vamos a esperar para iniciar, mejorar, ampliar o modernizar nuevos procesos productivos? También cabe la o las razones por la cuales hay también muchos proyectos de nuevas instalaciones detenidos, muchos de ellos por tiempos injustificables.

Lo dicho anteriormente es una clara contradicción a los postulados de la frase “eficiencia o nada”. ¿De qué eficiencia estamos hablando?
Por mucho que deban las empresas del Estado, el monto consolidado de esas deudas no debe ser una cifra tan astronómica que el ESTADO no pueda solventar rapidamente en aras de salvar el prestigio de la República. Estoy casi seguro que al Sr. Presidente le han dicho que “no hay novedad”. Sr. Presidente, ordene una investigación y se asombrará ante las novedades reales, las existentes.


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lunes, 15 de junio de 2015

Importaciones y Producción

Ya lo he dicho en reiteradas ocasiones. Los empresarios venezolanos, salvo algunas honrosas excepciones, son unos verdaderos parásitos chupasangre y me avergüenzo que sean mis compatriotas. En vez de producir bienes invirtiendo y arriesgando “SU” capital, que dicho sea de paso no tocan pero sí mantienen en cuentas en otros países, se dedican a llorar y pedir divisas al Estado para importar bagatelas y cachivaches de pésima calidad, con las que luego esquilman al pueblo vendiéndolas con sobreprecios tan vulgares que a veces llegan a la increíble cifra de 6000% y más, aunque debo reconocer que unos pocos importan partes para luego ensamblarlas en el país; pero lo que es producir, muy poco o casi nada. Emprender y crear, mejor no hablar.

Espero que mis amigos lectores, que estén de acuerdo conmigo, se encarguen de divulgar estas observaciones y la propuesta al Gobierno que haré a continuación, a ver si llega a oídos de alguna persona con influencia y, a su vez, la divulga entre las altas esferas y ... ver que pasa.

Empecemos separando los productos en tres categorías:

Caso 1: Productos que se fabrican en el país y quieren importar cantidades adicionales.

Caso 2: Productos que no se fabrican actualmente pero son factibles de ser producidos localmente a corto plazo.

Caso 3: Productos que por alguna razón no se podrán producir sino, tal vez, a largo plazo o nunca.

En el primer caso se establece una relación entre la producción actual y lo que se desea importar. El importador se obliga a producir localmente una cantidad en función de lo importado, cantidad que irá aumentando paulatinamente hasta que la producción local cubra la demanda local y no haya necesidad de importar.

En el segundo se condiciona el permiso al compromiso del importador a comenzar a producir localmente en un determinado plazo. Una vez comenzada la producción local se clasificaría en el caso 1.

En el tercero, se condicionaría la importación al compromiso de producir localmente cualquier otro bien equivalente monetariamente a lo importado.

Otra posibilidad, en ciertos casos, está en condicionar la importación de ciertos bienes a la exportación de otros.

Se da con frecuencia el caso de creer que algo no se produce en el país pero no es cierto. Alguien lo produce o está en condiciones inmediatas de producir; así que, una medida sabia sería indagar primero si alguien está en condiciones de producir aquello para lo cual se pide permiso de importación. Esto es relativamente fácil porque el gobierno y las distintas asociaciones disponen de los correspondientes censos e información necesaria para cotejar datos. Si realmente ese alguien puede producir, que lo produzca localmente y que no se importe total o parcialmente lo solicitado.

Inútil decir que estas propuestas iniciales están sujetas a ser mejoradas para lo cual las(os) invito a opinar, sugerir, recomendar, etc.

El Gobierno Nacional Revolucionario y Bolivariano hace enormes esfuerzos para derrotar la terrible guerra económica con la que nos ha enormemente afectado el imperio gringo y sus lacayos criollos traidores. Es obligación de todo patriota combatirlos hasta derrotarlos y una de las mejores estrategias es la de no caer como tontos en las trampas que nos tienden. No nos dejemos sojuzgar con los llamados "deseos inducidos". Hagamos un exámen de conciencia y seguro que encontraremos, facilmente, una enorme lista de productos que realmente no necesitamos, pero nos han inducido malevolamente a comprar sin mirar atrás

Muchos productos deliberadamente ausentes de los anaqueles no los necesitamos realmente. Preguntemos a nuestros abuelos como satisfacían ellos muchas de sus necesidades sin tener que recurrir a cosas que, inclusive, no existían en sus tiempos. Avivemos también nuestra imaginación y, seguro, encontraremos con que reemplazarlos, y reemplacémoslos. Recordemos que ellos son ávidos comerciantes que necesitan meter ganancias en sus ya podridos bolsillos y, tarde o temprano, reaccionarán al darse cuenta que sus nefastas prácticas no funcionan y tampoco nos afectan.

Parte de la batalla la tenemos ganada de antemano con solo no darles el gusto de caer en sus trampas. No hagamos cola desesperadamente cuando llegan los camiones con su miseria de suministro. Tengamos voluntad y paciencia y aguantemos las ganas y, luego, comprar solo lo justo porque también se produce una terrible falta de equidad distributiva cuando solo algunos atiborran sus despensas en desmedro de la mayoría. No es justo ni moralmente correcto que algunas familias tengan muchos paquetes de cualquier producto que, inclusive de hecho llegan a perderlos, mientras otros no tengan ni migajas con que cubrir sus "necesidades" más inmediatas.



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sábado, 13 de junio de 2015

Ni un dólar más

Tuve la suerte, o la desgracia, de saber muchas cosas nefastas de la historia cuando era aún un muchacho y, al saberlas, me daba mucha rabia la cosas malas que los gobiernos de otros países le habían hecho a Venezuela y Nuestra América en general. Así que, ambicionaba que algún día hubiera en mi país “alguien” con la suficiente dignidad nacional, que demostrara su amor a LA PATRIA, que les endilgara, que les echara en cara sus fechorías y, como se dice coloquialmente, que los pusiera en su sitio. Llegué a pensar que moriría sin darme ese gusto. Me emocioné y casi llegué al llanto cuando el eterno Comandante Chávez les dijo a la clase dirigente de los gringos, por toda la calle del medio y en lenguaje alto, claro e inteligible lo que ellos eran y lo que historicamente habían sido en cuanto a Venezuela.

Todos sabemos que nuestro sufrido país fue pasto de la explotación secular por parte de podridas oligarquías parásitas que lo esquilmaron durante siglos. Se perpetuó esa forma de dominación aberrante en contubernio con los imperios de turno; primero, el español, luego el inglés y durante todo el siglo XX, el gringo.

Si bien Chávez “tuvo los cojones negros y rayaos” como dicen los llaneros para hacerlo con los demonios imperialistas gringos, faltaba alguien que dijera e hiciera algo para poner los oligarcas y la burguesía criolla en su sitio.

Pues, gracias a Dios, también tuve esa inmensa satisfacción y me emocioné cuando el Sr. Presidente Maduro les dijo las verdades a fedecámaras (en minúsculas en señal de asco y repudio) y, más aún, cuando ordenó que no se les diera un solo dólar más, lo que implica directamente que se les cerró la teta de la cual chuparon al erario público desde siempre. Ahora, lo que me toca es rogar a Dios que esa sabia, inteligente, sensata decisión se mantenga en el tiempo.

Desde muchacho oí y repetí muchas veces aquella frase que dice lo que es bueno para fedecámaras es malo para el pueblo. Cuantas desgracias tuvo que sufrir el pueblo venezolano debido a las políticas de los malos gobiernos entreguistas que hacían, deshacían y decidían solo para beneficiar los intereses crematísticos de los grandes centros de poder mundiales y sus lacayos lamebotas internos. Frescos están aún los recuerdos que llevaron al pueblo a la sublevación popular del “El Caracazo” en 1989, primera rebelión en el mundo contra los dictados del FMI y del Banco Mundial, brazos económicos financieros del imperio gringo y las burguesías mundiales para explotar, oprimir y hambrear pueblos.

Si algún lector acucioso lo intenta, puede encontrar en este blog muchos escritos donde afirmo categoricamente que los mal llamados empresarios venezolanos, especialmente muchos de los afiliados a fedecámaras, salvo las excepciones que siempre confirman la regla, no son realmente empresarios porque jamás emprenden nada, jamás arriesgan su propio capital, jamás invierten, jamás desarrollan métodos o innovaciones productivas, jamás hacen nada positivo en bien del país; al contrario, siempre han chupado la teta del estado para financiar sus sucias actividades.

Ahora recuerdo que, durante el gobierno puntofijista del Dr. Luís Herrera Campins, hubo un escarceo entre algunos sectores “empresariales” y el gobierno porque los primeros exigían, como siempre, dinero y prebendas a lo que momentaneamente se negó el gobierno. Herrera declaró que no entendía como era posible que existieran empresas quebradas y empresarios tan prósperos y, además, los conminó a pagar capital e intereses sobre los préstamos que el estado les había concedido desde – sorpréndase otra vez – 1941 y que, una vez pagadas las deudas antiguas, se sentarían a conversar sobre nuevos financiamientos.

No sé como resolvieron entonces los problemas que decían tener pero si se puede comprobar que, a partir de ese momento, los ataques contra ese gobierno arreciaron de manera desproporcionada y, como cosa comprobable, las matrices de opinión creadas artificialmente por los medios de propaganda y alienación de mentes (jamás los llamaré medios de comunicación porque no comunican nada) hicieron que ese gobierno se convirtiera en una de los más impopulares de esa época. Como detalle curioso, recordemos que el Presidente Herrera Campins fue vetado vitaliciamente por los canales de TV y sigue así, aún después de muerto.

Cuando la oligarquía burguesa lacaya antipatria no obtiene lo que pide comienza de inmediato a atacar a los gobiernos. Eso es un axioma que no necesita demostración porque así ha ocurrido historicamente en todos los países; especialmente, en los mal llamados subdesarrollados del también mal llamado tercer mundo, o lo que es lo mismo, en todos los países dependientes sometidos por el capitalismo mundial y sus mafias. Que no se le ocurra a ningún dirigente, del signo que sea, pero que sea nacionalista, intentar independizarse y deslastrarse de esas oprobiosas cadenas porque, en menos de lo que “respira un cura loco”, se convertirá en blanco de todos los ataque imaginables o no. Podemos revisar la historia de Nuestra América de los últimos doscientos años y encontraremos una ristra de ataques, intervenciones, invasiones y otras formas de presión para someter esos gobiernos o torcerles el brazo, como ha declarado recientemente Barack Obama con toda sinceridad. Así es que no debe sorprendernos el hecho concreto de los despiadados ataques de todo tipo contra el gobierno nacionalista y popular del Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, incluyendo el nefasto reciente decreto imperial gringo declarando a Venezuela como una amenaza inusual a la seguridad de los mismísimos Estados Unidos de Norte América. ¡Vaya ridiculez!

Dijo don Quijote a Sancho Panza, si los perros ladran es señal que avanzamos. Que ladren todos los perros malos del mundo, pero el pueblo Venezolano ha decidido por mayoría, con la excepción de los lacayos traidores antipatria que existen en todas partes para desgracia de los pueblos, ser definitivamente libre, independiente y soberano frente a toda dominación e influencia por parte de jerarquía alguna a escala planetaria. No hay ni habrá jauría, por feroz que sea, que nos tuerza el brazo.


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miércoles, 13 de mayo de 2015

Pueblo chiquito nuevo, pueblo chiquito tricolor

Existen numerosos pueblos chiquitos y no tan chiquitos en toda Venezuela; unos, más conocidos que otros. A veces me divierte mucho hablar con gente de muchas partes y ya no me sorprende que no conozcan la existencia de tantos de ellos. En la gran mayoría de esas comunidades se vive, por supuesto, una vida placentera, sin sobresaltos, como no ocurre en los grandes centros poblados y me atrevo a decir que el llamado stress es algo así como un artículo de lujo. La paz y la tranquilidad que se respiran, para mi, son inigualables. Pero, por otra parte, la felicidad no es completa porque faltan muchas de tantas cosas que sí se tienen en las ciudades, o lo que es lo mismo, se carece de ciertos elementos solo al alcance de esos habitantes que, de alguna manera, contribuyen a aliviar ciertas cargas de la vida actual.

Aunque la vida es más fácil, más llevadera, esas carencias y limitaciones tienden a crear insatisfacción aunque tienen, a mi entender, fácil solución. Solucionarlas, también a mi entender, tiene que ser más fácil que, por ejemplo, en un enorme barrio caraqueño. Hay barrios en Caracas u otras grandes ciudades con decenas o cientos de miles de habitantes. Los pequeños pueblos a los que me refiero tienen poblaciones infinitamente menores, a veces tan solo una pocas decenas de miles de pobladores e inclusive menos. Con lo que jamás se solucionarán los múltiples problemas de un megabarrio caraqueño, sí se solucionarán los problemas de muchas de estas pequeñas poblaciones. Es cuestión de pensarlo y proponérselo.

Hecha la anterior reflexión, voy a lanzar una idea. ¿Tendrá acogida? Quien sabe, dependerá de la difusión que den mis queridos lectores a este escrito para que llegue a los oídos de tantos dirigentes que tienen voz y voto en el desempeño nacional. Dependerá también del apoyo de muchos que, de paso, deberían contribuir a redondear la idea y hacerla “palatable”.

Así como existe una Gran Misión llamada Barrio Nuevo, Barrio Tricolor para remodelar y hacer grata la vida en los barrios de las grandes ciudades, ¿por qué no extenderla y que uno de sus brazos sea la Sub Misión Pueblito Nuevo, Pueblito Tricolor?

Con tan solo una parte del dinero que se invierte en uno de tantos corredores de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, repito, se pueden remodelar varios pueblitos. Y ya los imagino lindos, relucientes, más ordenados, limpios, con servicios eficientes de iluminación, telefonía fija, agua potable, aguas servidas, comunicaciones, puntos de abastecimiento de la Misión Alimentación permanentemente bien dotados, etc. Instituciones educativas y de salud ya existen en la mayoría de ellos, solo faltaría mejorarlas y ampliarlas según sea el caso.

En las etc., se pueden incluir pequeños pero cómodos terminales de pasajeros y que las lineas de transporte que los sirvan tengan rutas y horarios fijos y que sean respetados. Con pocas unidades y conductores adiestrados se puede resolver el problema del transporte local, urbano y semi urbano. También abrir las llamadas taquillas únicas para realizar trámites administrativos de instituciones públicas y así no tener obligatoriamente que desplazarse. Y no hablemos de agencias bancarias, públicas y o privadas y de otra índole, necesarias para hacer más fáciles tantas necesidades cotidianas. Desde luego que esta lista es ampliable y se oyen sugerencias y recomendaciones.

Haciendo la vida más feliz con la puesta en práctica de pocas pequeñas soluciones, ya imagino muchos de esos pueblitos constituirse en imanes que atraigan gente de las grandes ciudades como asiduos visitantes y, ¿por qué no como futuros habitantes? Que forma tan fácil para lograr aquella largamente cacareada y necesaria idea de desconcentrar los grandes núcleos urbanos.

También se puede pensar en la posibilidad de instalar centros de producción de tantos artículos que se requieren, lo que contribuiría a mejorar los niveles de vida y terminaría de redondear el cuadro de felicidad que avisoro; es decir, un pueblo agradable, cómodo, bien servido y atendido que, de paso, tenga fuentes de empleo estable para sus habitantes. Que no sea necesario desplazarse cada vez que surge una necesidad que solo puede ser resuelta en una urbe mayor.

El establecimiento de unidades productivas que aprovechen los recursos propios de cada zona propiciarían la deseada y necesaria mutación de comunidades de solo consumidoras a productoras, cuestión ésta que ha sido la causante del atraso de tantos lugares específicos. Esa producción, por incipiente que sea, satisfaría total o parcialmente algunas de las necesidades locales pero su ampliación, más allá de cifras limitadas, generaría riqueza local al llevar sus productos a otras localidades, sean éstas cercanas o lejanas. Pensemos, pues, en el establecimiento de una dinámica que impulse, aunque sea en pequeñas escalas, el desarrollo de muchas pequeñas comunidades que, sumadas unas con otras, se convertirían en un gran tejido que, sin duda alguna, contribuiría enormemente al desarrollo nacional integral.

Que la idea se divulgue, es todo lo que anhelo.



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domingo, 15 de febrero de 2015

¿Escribir qué?

He pasado un tiempo sin conexión a Internet y, obviamente, no había escrito nada para publicar en este sitio. A lo largo del tiempo hice varios borradores sobre temas diversos para publicar cuando retomara la conexión, pero las circunstancias actuales me ponen a dudar. Dudo sobre la actualidad de lo que escribí hace apenas poquitos días porque, de hecho, sospecho que han perdido vigencia porque. a pesar del escaso tiempo, ya creo que pertenecen a un pasado ido.

EN REVOLUCIÓN LO EXTRAORDINARIO DE VUELVE COTIDIANO.

Y a eso me quiero referir ahora. Mi país, tu país, nuestro país, el país del afecto de muchos en diversas latitudes vive una vida tan intensa y tan cambiante que cuesta mantener el ritmo de los acontecimientos. Cosas raras o extraordinarias que pocas veces ocurren en otras partes del planeta, en Venezuela son cotidianas, pasan a cada rato al punto que, lo que pasó tan solo ayer ya es cosa o tema de un pasado que parece perderse en el tiempo.

En este último mes - Enero de 2015 - ha pasado de todo y, sin embargo, ya es viejo. Y lo mismo puedo afirmar de los pocos días de esta primera quincena de Febrero.

Pero, ¿qué ha pasado en Venezuela? Pareciera que la pregunta deberíamos hacerla en negativo: ¿qué no ha pasado en Venezuela?

Tan solo me referiré, por ahora, como dijo el penco aquel, a unas pocas cosillas malas. Malas para el país y para todos quienes lo habitamos. Frustrantes para sus propiciadores.

El país ha sido sometido a un bestial asedio de todo tipo para hacernos doblegar, botar tierrita y no jugar más; pero, este pueblo tan raro y extraño no se ha doblegado, sigue y seguirá jugando su juego, seguirá siendo feliz construyendo más felicidad mientras que los otros se amargarán y rumiarán su permanente fracaso. Una gentará, por millones, se fue a las playas, montañas y otros sitios de descanso a pesar de que el país ha sufrido una descomunal guerra económica en el plano nacional y en el internacional por parte de una burguesía que ya no sé como calificar, cuyos frentes de batalla han sido practicamente todos lo imaginables, y eso no impide que la gran mayoría ande feliz disfrutando dentro o fuera del país que supuestamente, según esas rábulas, está en terrible crisis. En el plano económico, acaparamiento, especulación, usura, boicot y otras formas dañinas para negar al pueblo el acceso a los productos de primera necesidad y a muchísimos otros. En el plano financiero, un despiadado ataque a la moneda especialmente desde puntos situados fuera de nuestras fronteras.

El plano internacional merece mención aparte porque no solo nos afecta directamente a nosotros sino también a otros países. La guerra internacional contra la OPEP y otros países productores de petróleo y el consiguiente derrumbe de los precios internacionales que a nosotros nos afecta de manera especialmente brutal porque nuestra economía y nuestro sistema productivo fueron desmantelados y desordenados durante los anteriores cien o más años, época cuando los traidores nos entregaron descaradamente a los gringos.

En el plano político también nos hemos divertido y reído a mandíbula batiente del triste espectáculo que han dado los dirigentes de una cosa que ellos mismos llaman oposición, pero no son más que golpistas trasnochados que se imaginan que los todopoderosos gringos son su salvación, no sabiendo que todos los golpes de estado que les preparen los gringos son cosa del pasado. Ya descubrimos el secreto para neutralizarles y desbaratarles todas las costosas aventuras que les inventen. Tanto los "opositores" como los gringos son verdaderamente tozudos y contumaces y siguen malbaratanto su dinero en golpes contra la revolución Bolivariana en vez de contribuir a la salvación del planeta, a erradicar el hambre, a mejorar el nivel de vida de tantos en toda la tierra.

No se puede ni se debe negar que, entretanto, han causado mucho daño. Sus "jueguitos sucios y criminales" han dejado viudas, huérfanos, padres sin hijos y han dañado cosas materiales por montos extraordinarios. Hasta aquí suena como normal lo que digo pero, lo que más risa nos produce, es que todos se hacen los bolsa, los pendejos, los yo no fui, los "yo andaba comprando kerosén y no sé de eso", los angelitos serenados y no les extrañe que muchos lloren, se quejen, digan que los persiguen, que esta horrenda dictadura que tiene al país sumido en una crisis espantoso no respeta los derechos humanos e inhumanos y, para colmo, no los toma en cuenta para darles cargos públicos o créditos para importar chatarra y luego venderla a precios astronómicos. Ah, pero llegado el período vacacional se van a sus lujosas propiedades en el exterior a beber caña de la buena y a realizar sus bacanales y orgías. Y cuando de llorar se trata, que no los toquen ni con el patalo de una rosa, porque el berrinche que arman es de padre y señor mío que las plañideras mexicanas parecen una aprendices.

Ciertos gringos me caen bien. Es la verdad. Por eso les voy a dar una recomendación: olvídense de esos bates quebraos, no malgasten sus dolarcitos, háganse los willies y sean pragmáticos, arreglen sus diferencias y respeten al país y sus instituciones. Les garantizo que les irá mejor y a nosotros, de esa forma, no nos joden más de manera gratuita y sin ningún resultado para ustedes. En definitiva, no permitan más que una serie de boludos, como los llamaría mi amigo argentino, los sigan chupando porque con esa plata ellos son los únicos que gozan una bola y parte de otra porque, ¿saben algo? - no invierten todo lo que les dan en tumbar al gobierno; no, se lo roban y siguen pidiendo para chuparles las tetas mientras ustedes se las dejen chupar. Robar y vagar es su única y verdadera especialidad y lo ha sido por más de cuatrocientos años.


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domingo, 14 de diciembre de 2014

Bajaron los precios del petróleo

¡Que bueno! Me alegro que hayan bajado los precios del petróleo. Han tenido éxito todas las manipulaciones para hacer bajar artificialmente los precios del petróleo por parte de gobiernos, organismos y otras organizaciones de todo tipo de la burguesía mundial.

¡Lo han logrado! ¡Los felicito y los congratulo! Y no me digan que estoy loco por que me alegre. Lo más simplista sería creer, sin meditarlo antes, que un venezolano tendría que entristecerse porque bajara el precio del principal recurso del país, del que provee la mayor suma de divisas, de aquello que "nos posiciona" (vaya palabreja de moda) en el ámbito internacional.

Me parece maravilloso que hayan bajado los precios del petróleo. Tiene vigencia ahora la trillada frase aquella que "las crisis deben aprovecharse como oportunidades". Naturalmente, ahora tenemos otra gran oportunidad de hacer higiene social y, de paso, económica. Quienes tienen razón para estar cabizbajos son los eternos chupadores del erario público, las sempiternas sanguijuelas que desangran la economía nacional y, logicamente, al pueblo trabajador, al pueblo productor; los que solo aspiran que papá gobierno les colme sus ansias de divisas convertibles para satisfacer sus particulares gustos hedonistas.

Me parece maravillos porque es una gran oportunidad para poner un torniquete a la vena rota por donde se desangra al país.

El gobierno nacional tiene ahora la excusa perfecta para negar divisas convertibles a esos parásitos ladrones: NO HAY.

Y solo habrá para aquellos que realmente producen, fabrican, manufacturan, elaboran. Nada para traficantes de baratijas. ¿Que las baratijas también hacen falta? No lo niego. Es cierto que también se necesitan peines, espejitos, ganchitos para sujetar el cabello, cremitas, lociones; pantaletas, sostenes, calzoncillos, cordones para los zapatos; caramelos, chupetas y otras golosinas. Aquí hago un alto: he visto y me da pena y vergüenza ajena observar en muchos elegantes ventorrillos "chocolate importado". Carajo, si en nuestro país se produce el mejor cacao del mundo, ¿como es que vamos a importar chocolates de Europa, donde no se produce ni un gramo ni siquiera del malo, en vez de producir y orgullosamente consumir del nuestro? Francamente, lo que provoca es maldecir esos antipatrias asquerosos que lo importan; ṕero, también, a los burócratas que les hacen el juego, se los permiten y les otorgan divisas.

Sigo aleatoriamente con la lista de bagatelas que no es necesario importar. En todos los centros comerciales, esos santuarios del lujo y del consumismo desenfrenado e inhumano, se ven profusamente en exhibiciones de la desvergüenza, a precios generalmente estratosféricos, cosas tales como lápices, orfebrería barata, mala y carente de estética, pasta dental, revistas pornográficas o, en todo caso, vacías de contenido; correas para reloj, miles de confituras alimenticias, bebidas de dudoso valor alimenticio y una laaaaaarga etcétera.

A los peticionarios de divisas se les debe hacer una primera pregunta obligatoria:

Eso que se pretende importar, ¿ya lo fabrica usted o alguien en el país y, en caso negativo, se puede producir a corto plazo?

Pero también sería necesario hacerles otra pregunta: Eso que se pretende importar, ¿es realmente necesario? Hago la pregunta porque, francamente, he visto tal cantidad de cosas absolutamente inútiles, traídas de no sé donde, que, perdonen, no sé para que sirven; y lo peor, no lo saben ni siquiera los mismos vendedores.

Cuando exista producción local parcial que no llega a satisfacer "las necesidades del mercado" (tremendo eufemismo), se les puede perfectamente condicionar la entrega de licencias de importación al compromiso de producir en el país en plazo determinado.

Hoy en día es muy fácil contar con una base de datos actualizable que contenga a todos los productores, fabricantes, elaboradores, etc. de cualquier cosa. Si alguien pide permiso para importar algo de eso, se llama inmediatamente al productor real o potencial para que satisfaga con producción local, total o parcialmente, los requerimientos del aspirante a importador.

Ojalá este clamor llegue a oídos de alguien que pueda influir en la toma de ciertas decisiones y, de alguna manera, contribuya al ahorro de divisas que, maravillosamente, ahora son y serán menos y que debemos preservar, no despilfarrar, en beneficio del gran colectivo nacional. Cuando volvamos a tener abundancia sí se podrán emplear efectivamente bien y, ojala, cuando llegue ese momento se haya reducido el peligro de futuras hemorragias.

Señores con poder de decisión, tenemos tremenda excusa para justificar la "pichirrez" que se debería aplicar para, repito, poner un torniquete y detener ya, de una vez por todas, el desangre al que ha sido sometido el país por parte de esa oligarquía parasitaria, floja, sinvergüenza, inútil, traidora, cipaya, etc., etc.


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viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Empresarios o pulperos?

Lo he repetido varias veces en estos escritos. Por allá por los años 80 del siglo XIX, el llamado Autócrata Civilizador o Ilustre Americano, el corruptísimo dictador venezolano Antonio Guzmán Blanco fue a la ciudad de Barquisimeto, unos 350 kilómetros al oeste de Caracas a una reunión con los “empresarios” de la región centro – occidental. Imaginemos el penoso viaje en coche tirado por caballos, el unico medio de locomoción terrestre de entonces. Se cuenta que llegó por la tarde, se quitó el polvo del camino y se fue a descansar. Al día siguiente asistió a la reunión de la cual se retiró a la media hora y, de inmediato, regresó a Caracas prometiendo nunca más volver a la llamada “ciudad de los crepúsculos”, no sin antes lanzar una lapidaria frase:

Esos carajos no son ningunos empresarios, son unos pulperos enfranelaos”.

Lo curioso del caso es que las palabras de Guzmán Blanco ahora, más de cien años después, siguen vigentes. La gran mayoría de los llamados pomposamente empresarios, no solo los de centro – occidente sino los de todo el país, son unos tipos arrogantes y soberbios que miran al común de los mortales por encima del hombro con gran desprecio, pero no son otra cosa que vulgares pulperos enfranelaos.

Eduardo Galeano, en su libro “Las Venas Abiertas de América Latina” los describe maravillosamente bien y los define, algo así, como parásitos que crecieron durante la colonia al amparo del comercio portuario importando de Europa toda clase baratijas, pero jamás intentaron producir algo.

Ambas ideas las he recordado con frecuencia al ver los noticieros de la televisión o leer algunas de las noticias más destacadas en los medios de difusión de mensajes de la burguesía. Observen que no los llamo deliberadamente medios de comunicación social porque ellos no comunican nada, solo atiborran a los distraídos lectores u oyentes con los mensajes, muy tergiversados y manipulados por cierto, que elaboran para alienar mentes y conciencias.

¿Pero que noticias son esas, a las que me refiero?

Pues, que los llamados empresarios, o sea supuestas personas que emprenden, o lo que es lo mismo, que arriesgan esfuerzo y capitales en una aventura que requiere inversión de dinero propio, se la pasan cual plañideras, llorando porque el gobierno no les da las divisas que quieren para IMPORTAR cuanta porquería se les ocurre, generalmente baratijas y otras menudencias que perfectamente se pueden producir en el país.

Entonces, les pregunto y me pregunto:

¿Por qué carajo no piden ayuda al gobierno para producir en el país?

Carajo, fabriquen algo, incluyendo productos que antes se fabricaban en el país con materia prima nacional. Que yo sepa, desde niño, en el país se fabricaban jabones, zapatos, chucherías, pantaletas y muchas cosas más que no requieren tecnología especializada alguna. Ahora, vayan a los llamados eufemísticamente supermercados o centros comerciales y encontrarán que todos esos adminículos son importados desde países tan lejanos como China, Corea, Filipinas o Malasia. Que pena y vergüenza ajena me da con mis paisanos que se hacen llamar empresarios aunque, a estas alturas, debo aclarar que no son todos porque sí existen excepciones que, por cierto, por alguna extraña razón no lloran si no que trabajan. Y lo hacen muy bien.

Queridas lectoras, queridos lectores, sería bueno hacer una campañita para hacer llegar al Gobierno Nacional esta aberración a la que me he referido hoy y no le den un solo dólar a quienes pretendan importar cosas que sí se pueden fabricar en el país sin hacer grandes esfuerzos. Que en vez de traer contenedores abarrotados de pantaletas chinas contraten una cuantas costureras, que las hay y muy buenas, y les dan trabajo. Que contraten zapateros, que también los hay, y fabriquen zapatos. Que inviertan en instalaciones sencillas que no cuestan mucho y fabriquen caramelos, chupetas y otras chucherías. Igual con los jabones y la pasta dental. O igual con tantos otros artículos de muy fácil elaboración.

Y también que el Gobierno Nacional otorgue las divisas que son de todo el pueblo a aquellos verdaderos emprendedores para montar fábricas y, luego, produzcan bienes en el país. Y no es cuestión de traer máquinas y otros implementos que se pueden fabricar aquí, porque bastantes mecánicos, herreros, soldadores, electricistas, carpinteros y otros obreros especializados también existen en el país para que fabriquen localmente muchísimas cosas. He visto en los puertos construcciones metálicas sencillas que cualquier taller de metalurgia de escasos recursos puede perfectamente hacer aquí.

La lista de ejemplos de los que ya se puede hacer en el páis sería demasiado larga y tediosa pero, señores burócratas, antes de conceder un solo dólar para importar cualquier artículo, cerciórense de que ese artículo es fabricable o no en Venezuela. Una manera sencilla de ahorrarle muchísimas divisas al país y de paso contribuir a erradicar el desempleo y la pobreza.

Ya basta de alcahuetear parásitos sinvergüenzas y flojos en desmedro de la población laboriosa. Solamente reflexionemos sobre los millones que han extraído del erario público que no han servido para nada sino para alimentar aún más fortunas mal habidas.



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lunes, 26 de mayo de 2014

La mentira como fundamento



Dedicado con especial cariño a una lectora española.
Tú sabes quien eres.

Quienes hayan estudiado o leído un poco sobre Ventas, Supervisión de Ventas o como recientemente dicen, Marketing, recordarán que existe una sección llamada Necesidades Inducidas o algo similar. Se adiestra a los vendedores o promotores a intentar crear falsas necesidades en los clientes para que adquieran el producto ofrecido, sea éste jabón, automóvil, viaje o cualquier cachivache. Pero en esa aplaudida sección de los cursos para formar vendedores exitosos no se dice nada acerca de la falta de principios éticos y o morales que involucra esa “técnica”.

Los vendedores exitosos, quienes más venden, son aquellos con mayores “cualidades” para crear necesidades ficticias en los clientes potenciales y, de hecho hay numerosas “técnicas” para crearlas y, así, de esa manera se induce a las personas a comprar lo que no quieren, no desean o simplemente no necesitan. Inútil decir que para ello se recurre al engaño, la mentira, el temor

Apelando a esas técnicas totalmente carentes de ética, moral, humanismo y civilidad manipulan incautos desprevenidos, los atiborran de productos que probablemente jamás necesitarán; pero, además, también les lavan el cerebro para hacerles creer que han hecho “el mejor negocio de su vida” que, para colmo los alegra y se pavonean haciendo creer a los demás “su éxito”, lo cual procede de una reacción post hipnótica plantada para que sirvan de “promotores voluntarios” a la causa del vendedor a quien le llegarán por añadidura más clientes. ¿Qué genio inventó esa macabra técnica? Que nadie se asombre, eso se estudia a los más altos niveles en esas “ciencias del comportamiento humano” que el capitalismo perverso inventó para despojar de cualquier manera el dinero a los demás.

Recuerdo hace muchos años un tremebundo libro que enseña sin reservas muchos trucos deshonestos para manipular a las personas incautas. Un libro muy vendido y promocionado escrito por un tal Dale Carnegie, “Como ganar amigos e influenciar las personas”. ¿Existió realmente ese autor? Muchos lo dudan y parece que los nuevos métodos ya lo relegaron al pasado.

Hasta aquí es horroroso hablar de eso. Siempre y cuando se redujera al ámbito de las casas comerciales el daño producido es aparentemente solo económico. Lo peor es que los especialistas manipularon a “los políticos” para que también lo usaran y, vaya, que bien les ha ido. Manipulan, mienten, tergiversan, engañan y todos los verbos conexos o relacionados para solo obtener el poder político. Inútil decir que jamás cumplen sus promesas. Ellos quieren el poder por el poder mismo y porque les sirve de poderoso trampolín para sus negocios, para su enriquecimiento.

Pero el asunto ha dado otro paso al frente. Ya ha dejado de estar circunscrito al ámbito de un país. Ya son los países poderosos, conducidos por mafias poderosas, quienes han puesto en práctica la política del engaño, la mentira, el chantaje, la amenaza, etc., para despojar los más débiles e indefensos sus recursos.

Política, la que se escribe con P mayúscula, es la ciencia sublime a ayudar a los demás. Política viene del griego polis que quiere decir ciudad, sociedad, grupo humano y en su verdadero significado la persona calificada de Político es aquella que contribuye de la mejor manera al mejoramiento, progreso y desarrollo de la comunidad. Pero, además, lo Política no está reñida con la ética, la moral y las buenas intenciones. Al contrario, la Política es ética, es moral, es humana, es desinteresada, es bondadosa; en resumen, es algo muy olvidado por la mayoría porque se lo han hecho olvidar, es AMOR. Sí camaradas, la Política es amor desinteresado como debe ser el amor verdadero, aquel que se da sin medida, sin pedir nada a cambio, que se da desinteresadamente tan solo por el gusto y el placer de dar. La política es el mayor monumento a la caridad bien entendida.

Quienes se auto llaman políticos y no practican la política dentro de los lineamientos humanos de esos sublimes valores universales no son unos Políticos, son unos charlatanes, son fraudes, son unos embaucadores. No les hagamos caso, debemos apartarlos bien lejos de nosotros.

Afortunadamente, el mundo está cambiando, reaccionando en algunos lugares y se le está dando a la Política su verdadero rumbo. Ojo avizor, descubramos esos lugares del planeta y sigamos su ejemplo.


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sábado, 26 de abril de 2014

La pestilencia de la derecha



Las cloacas mediáticas de la oligarquía burguesa no informan ni forman opinión; mienten y deforman la percepción de quienes se tragan sus mentiras elaboradas a propósito para envenenar conciencias y subconciencias. Hay muchos que se tragan, inclusive de manera gustosa, esos excrementos que producen muchas enfermedades psicológicas, y no me digan exagerado porque eso está clinicamente probado. Esos medios obedecen única y exclusivamente los lineamientos y órdenes del gran capital y su único fin consiste en alienar.

De idéntica manera actúan los politicastros de la derecha retrógrada lacaya del imperialismo. Jamás dicen una verdad. A veces se vuelven muy hábiles manipulando y maquillando el lenguaje para intentar hacernos tragar sus embustes que ni siquiera son de ellos, les ordenan que los digan y les llegan ya elaborados, inclusive con pauta y cadencia. Entre medios y politicastros presentan bodrios ejemplares de un “Mundo al revés”, y que Galeano me perdone por meterlo en este basurero.

Entré al basurero precedente y lo califico así porque me da asco la pestilencia de la derecha y sus medios porque un amigo, inocentemente, me preguntó cuando se acabarían los ataques de la derecha al legitimísimo Gobierno Revolucionario Socialista de la República Bolivariana de Venezuela.

Mi respuesta no lo dejó satisfecho porque fue un rotundo NUNCA. Es más le agregué que pasarían quinientos años de revolución y ellos continuarían insistiendo en dar golpes de estado para tumbar nuestro gobierno, y digo nuestro porque es simplemente el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. No para ninguna burguesía apátrida parasitaria rentista esquilmadora terrorista mercenaria y mil porquerías más.

Mi amigo me repreguntó entonces cual era mi razonamiento para dar como respuesta la palabra NUNCA. No importa el tiempo transcurrido, las sucesivas derrotas, los millones de dólares gastados inutilmente. Ellos, tercos y contumaces, seguirán perdiendo su tiempo (que se les agotará algún día) pero no lamentan ni les importa perder su dinero porque tienen todo el dinero del mundo. Increíble pero cierto, en este “negocio” no actúan como capitalistas que solo invierten en aventuras que les produzcan ganancias, cuanto más grandes y más rápido.

Entonces, ¿por qué continúan después de tantas pérdidas de tiempo y dinero? Esta respuesta es más sencilla, por falso orgullo. No aceptan ni aceptarán jamás, ni siquiera a regañadientes, que un hombre llano y sencillo del pueblo sea Jefe de Estado y de Gobierno. Para ellos tiene que ser uno de ellos, un oligarca capitalista burgués y no admiten ninguna otra solución (Lean mi artículo más leído de este blog, “La capacidad de razonar.” http://juanpedrotorres.blogspot.com/2011/01/la-capacidad-para-razonar.html

Ellos no admiten que el tesoro y la riqueza nacional sea distribuida equitativamente entre todos los pobladores y que aquellos que menos tienen, en justicia, reciban más. Ellos quieren toda esa riqueza para ellos y los demás que recojan migas que se caen de la mesa del permanente banquete o se mueran de hambre.

Y en cuanto a los medios, no hay argumentación diferente. Son apenas un arma más de las que se valen los oligarcas burgueses capitalistas hambreadores para someter a los pueblos; solo que, los pueblos están despertando y algunos de ellos en el planeta se los están sacudiendo. Los medios seguirán poniendo en práctica todas sus artimañas y toda su maldad y, de hecho, logrará alienar algunos cuantos pero el tiempo de los eternos dominantes comienza a llegar a su fin y, volviendo a los medios, cada día tendrán menos audiencia o lectores porque hay una verdad bíblica, corta pero muy profunda, palabra de Jesús, quien dijo “La verdad os hará libres.” (Juan 8; 32) La némesis de los medios será su propia mentira porque no saben hacer otra cosa que meter embustes.

Los pueblos han comenzado a descubrir quienes los engañan y los desechan, pero también han aprendido a comunicarse VERDADES para destruirles el macabro jueguito. Parafraseando en contrario la palabra de Jesús podemos decir entonces “La mentira os hará esclavos” y eso es, precisamente, lo que los pueblos sabios del planeta se han propuesto, liberarse de los embusteros y sepultarlos vivos en el basurero de la historia. El tiempo de los pueblos libres es anunciado por clarines de victoria que se oyen en todo el planeta. Una nueva era llega a la humanidad que nos acerca al Reino de Dios, pero no es el viejo reino en el cielo donde nadie, supuestamente, sufre; sino aquí, aquí en la propia tierra donde serán saciados los hambrientos y los sedientos, los enfermos encontrarán salud, los pobres serán redimidos, los ignorantes serán enseñados y los sufrientes serán consolados.

¡¿Que no es posible?! Claro que lo es, ya se empiezan a ver frutos reales que vaticinan mejores cosas en futuros próximos, cosas tangibles, cosas palpables. ¿No me creen? Entonces, yo los interrogo en orden aleatorio, ¿como se llama eso que permite reducir el hambre de la población, la desnutrición casi a cero y que más del 98% de las personas coma más de 3 veces al día, que la ingesta de proteínas se haya triplicado y que la talla de los niños haya aumentado significativamente, por lo que la FAO concedió al país un reconocimiento por ser el que más ha hecho para erradicar el hambre en todo el planeta? ¿Como se llama eso que garantiza la escolaridad al 100% de los niños y que el país sea ya el segundo en Latinoamérica y cuarto en el mundo en matrícula universitaria? ¿Que los padres de los niños en edad escolar no gasten un centavo en libros ni en otros útiles escolares y que, además, le den computadoras a los estudiantes? ¿Y que el 100% de la población tenga acceso a salud de calidad total, exámenes, medicamentos y otros sin costo alguno? ¿Y esa divina locura que el ocio creativo y la sana recreación tenga tiempo libre garantizado porque es un DERECHO HUMANO? ..... Y podría hacer cien preguntas más.

Para que no se rompan la cabeza en otras latitudes distantes pensando que estoy hablando de utopías, les digo que son utopias realizadas y en proceso de crecimiento y mejora en la REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, y la razón de que así sea es que nos hemos sacudido, apenas un poquito – por ahora - la dictadura del capital y que, además, los oligarcas burgueses mercenarios asesinos hambreadores vendepatria lacayos del imperialismo ¡¡¡NO VOLVERÁN!!!


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martes, 15 de abril de 2014

Anónimo “amigo”



Invierto el título, un “amigo anónimo” que, valga la repetición, se escuda en el anonimato escribe un largo y jugoso comentario que los invito a leer en la correspondiente sección de mi anterior escrito
Si esconde su nombre siendo mi amigo, lo único que se me ocurre pensar es que, muy lamentablemente, considera feo su nombre y le avergüenza divulgarlo; pero, vayamos al asunto. Intentando darle una respuesta breve, como suelen ser los comentarios, lo único que se me ocurrió fue contarle, y contarles, un viejo chiste que en buen momento volvió a mi memoria. Espero que mi “anónimo amigo” extraiga la moraleja del mismo..... y ustedes también. Esperaré sus siempre extraordinarias ideas. Vayamos con el chiste:

Entra un borracho a un botiquín de barrio y, con voz gangosa típica de beodo, pide un ron doble.

El botiquinero se lo sirve.

Al poco rato pide otro. Ordena: dame queso de ese – señala con el dedo – en trocitos, con palillitos.

El botiquinero, amable, le dice que eso no es queso sino jabón.

El borracho truena, dame queso de ese – vuelve a señalar -

La escena se repite varias veces y ante la subida del mal humor del borracho que cada vez truena más, corta un trozo de jabón, lo divide en trozos pequeños, les pone sus palillos y le sirve.

El borracho toma un trozo, se lo lleva a la boca, lo mastica, lo traga y truena con voz más áspera, esta vaina sabe a jabón..... ¡pero es queso, carajo!


Glosario de venezolanismos para las(os) amigas(os) de otras latitudes:

Botiquín: viejo nombre que se le daba a los expendios de licor. La “civilización” lo cambió por “bar”.

Botiquinero: quien atiende un botiquín. Los “civilizados” ahora le dicen “barman”. ¿Qué cosa, no?


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