miércoles, 23 de diciembre de 2015

Chismes

La ultra derecha retrógrada, oligárquica, burguesa, golpista, traidora, lacaya, pitiyanqui, explotadora y todos los demás epítetos que quieran agregar se apoderó de la Asamblea Nacional con una aplastante mayoría mediante una criminal guerra sucia, destructiva para la cual conjugaron todas las fuerzas más tenebrosas, mientras que las fuerzas revolucionarias hicieron una campaña limpia y honesta, o por lo menos, una campaña decente.

Hasta ahora ningún analista ha mencionado una de sus estrategias más asquerosas, y me refiero al chisme rastrero. Todos se han referido a los diferentes tipos de guerra: económica, psicológica, mediática, paramilitar, eléctrica pero, repito, nadie ha mencionado los chismes propagados por medios sociales y, peor aún, boca a boca. No analizaré teoricamente este asqueroso lodazal y me remitiré a un pequeño número de los que llegué a oír.

  1. Un elegante “caballero” bien trajeado, con una de esas súper camionetotas, domiciliado en Prados del Este que dragoneaba de cultura y altos estudios hablaba horrores de un alto funcionario del Gobierno que fue ministro y ejecutivo de una empresa del Estado. Al preguntarle como sabía “esas cosas”, tranquilamente me respondió que había estado casado con una hija de ese señor. Todos los circunstantes aparentemente le creyeron pero, da la rara y extraña casualidad que el ministro en cuestión solo tuvo un hijo varón.
  2. A un alto funcionario del rrrrégimen le atribuyen haciendas por todas partes e ingentes cantidades de ganado; por supuesto, todo adquirido mediante corrupción. En las cercanías del pueblo donde nací le atribuyen tres, una de ellas con 20.000 hectáreas; pero, da la casualidad que esa hacienda perteneció a un tío mío fallecido y mis primos la vendieron a alguien también conocido. Curiosamente solo tiene 16 hectáreas que contienen y han contenido solo algunos potreros de ceba y dificilmente caben muchas cabezas de ganado. Traigo esto a colación porque un amigo, cuya actividad lo obliga a moverse practicamente por todo el país, tuvo la disparatada idea de anotar todas las haciendas atribuidas por los chismosos en todas partes, de punta a punta del país. Al sumar sus hallazgos comprobó que el número total de hectáreas constituyen una superficie casi dos veces mayor a Venezuela y el número de cabezas de ganado supera al de toda Argentina.
  1. Una vez fui a Cumaná y me aseguraron que un cierto “corrupto” era el propietario del Sambil de Barinas. Curiosamente en Barinas me lo dijeron al contrario, que era propietario del Sambil de Cumaná. Lo raro es que ni en Cumaná ni en Barinas hay Sambil alguno. Se me ocurre que los chismosos creerán que la gente no viaja y, si lo hace, no se fija en nada.
  1. Ya mencioné en otro escrito el ridículo cuento de los 700 trillones de dólares que tiene una dama en bancos gringos pero, si sumamos todo el dinero “robado” que le atribuyen a la mayoría de los funcionarios del gobierno llegaríamos a la conclusión que somos un país con un elevadísimo PIB y se lo roban todo. Perdonen que hable de mí, pero hace varios años personas, que no sé a ciencia cierta si me quieren o me odian, me querían proponer como candidato a alcalde de mi pueblo. Participaba en esa época en un programa de radio y mis compañeros de trasmisión lo tomaron a chiste, pero la gente lo creyó, se regó la especie y muchos me ofrecieron su apoyo. Lo curioso del caso es que una tarde fui a comprar pan y en el sitio estaba un fulano despotricando en mi contra, me atribuía negocios sucios, el robo nada menos que de una mina de arena (?) y otras tracalerías.“Sabía” eso porque me conocía “desde niño porque estudiamos juntos”. En silencio me incorporé al grupo, el tipo aseguraba que me conocía y seguía hablando. Lo interrogué si de veras “lo” conocía y afirmó positivamente. Me identifiqué y lo amenacé con caerle a garrotazos si me volvía a nombrar y santo remedio. Después supe que era funcionario de la alcaldía, en ese entonces en manos de un mafioso, y presumo que lo enviaron a destruirme antes de tiempo. Lo llegué a tropezar varias veces y con disimulo me miraba como gallina que ve sal.
Tengo más pero no pretendo abrumarlos y les he contado estos pocos para ilustrar el enorme daño que hacen, especialmente entre los más incautos. De nada vale hacer aclaraciones ni responder, después que se derrama el agua es imposible recogerla; o como diría mi cristiana abuela, “después de ojo afuera no vale Santa Lucía”. Eso de regar chismes es propio de gente que debe tener una cucaracha bailando en alguna circunvolución cerebral. No es de gente sana y ni honesta.

Finalizaré con otro cuento que también tiene que ver con el reciente pasado certamen electoral. Hice mi propia encuesta en el pueblito donde vivo, entrevisté 30 personas y les pregunté como habían votado, si conocían al nombre del candidato uninominal y la razón. Los resultados les asombrarán, tal vez, digo yo:

Votaron por la mud (minúsculas en señal de asco y repudio) 29. Ninguno conocía el nombre del candidato. De ellos, 28 votó por “el cambio” y 1 porque “estaba disgustado con Maduro por haber rebajado los precios del petróleo”.

Debo admitir que este último fue sincero porque, al explicarle rapidamente como se fijan y manipulan los precios en el mercado mundial exclamó: ¡¿Eso es cierto?! ¡Entonces puse la cagada!

Por el PSUV votó 1, conocía los nombres de los candidatos, uninominal y por lista, se declaró revolucionario. Extrañamente era el más joven de los 30.

Saquen ustedes sus propias conclusiones y gracias por leer mis tontas elucubraciones.


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miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿Me disgusto o espero más?

Soy Revolucionario, lo he sido desde muchacho y con la edad he afianzado más esas convicciones. Por primera vez en mi vida me inscribí en un partido político, el PSUV cuyo logotipo adorna estas publicaciones. Soy fiel adherente a la Revolución Bolivariana como producto de una larga y profunda reflexión y no por motivos emocionales o viscerales. Visto lo anterior intento mantener mi conducta pública dentro de ciertos lineamientos por lo que trato. dentro de los cauces establecidos por la disciplina partidista, especialmente en cuanto se refiere a los señalamientos de errores, fallas, faltas, desviaciones, corruptelas, etc., porque los trapos sucios debemos lavarlos adentro y no dar armas a los enemigos con las cuales nos pueden atacar y de hecho nos atacan inmisericordemente.

Hoy iré en contra de mí mismo. No me queda otro recurso que la queja pública sobre situaciones que considero inaguantables y lo hago porque estoy casi persuadido que son producto del sabotaje por parte de enemigos infiltrados dentro de la Revolución a todos los niveles. No olvidemos que hemos tenido infiltrados contrarrevolucionarios inclusive dentro del mismísimo Palacio de Miraflores, con distintas categorías o jerarquías dentro del Gobierno incluyendo la de ministro; así que no nos extrañemos que a lo largo de todo el estamento gubernamental los tengamos de todas las formas y tamaños. Casos de han visto.

A ningún demonio le cuesta disfrazarse de angelito, ponerse una boina o una franela roja y proclamar a los cuatro vientos que es más revolucionario que el Che e infiltrarse en cualquier rama del gobierno. No olvidemos tampoco que esta Revolución, desde su mismo inicio, no botó a nadie de ningún cargo público, los respetó y, por supuesto, no tiene nada de raro que muchos de los viejos empleados cuarto republicanos que aún conservan sus viejas mañas sean también saboteadores. Sabotear no es solo poner una bomba y volar algo, sabotear también es no tratar bien al público, sabotear es almacenar papeles en una gaveta y no darle curso, sabotear es no informar sobre alguna irregularidad, sabotear es decir que todo está bien cuando no es así, sabotear es argumentar que se tiene mucho trabajo y que “lo suyo no ha salido”, sabotear son todas esas formas sutiles de entorpecer el trabajo y, evidentemente, los resultados. Por parte de trabajadores manuales, sabotear es piratear una reparación, no reportar partes o piezas dañadas, trabajar con lentitud, no pedir las piezas de reemplazo, hacer las cosas con desgano, etc. Sabotear es por parte de los gerentes argumentar que no hay recursos porque el bueno busca y encuentra los recursos “donde sea”.

Ya lo he mencionado otras veces, sabotear es no pagar las cuentas a tiempo y las consecuencias las expongo en un escrito reciente y subsiguientes, a los cuales nadie hizo caso hasta ahora y, lamentablemente, los canales de comunicación que conozco no sirven, no los atienden, los presumo saboteados. Pues bien, el caso concreto que ruego divulgar, a ver si llega a alguien con poder de intervención, es que las demandas judiciales que predije contra Empresas del Estado para forzarlos a pagar viejas cuentas son una realidad. De hecho, es totalmente cierto que han demandado al Estado muchas veces por diversas razones, incluyendo el pago de viejas deudas, pero hasta ahora había creído que el Gobierno Revolucionario intentaba evitarlas. El caso concreto que hoy me preocupa es que tengo conocimiento que por lo menos una de ellas ya está en su curso inicial. ¿Cuantas habrá en curso y cuantas le seguirán? En este caso específico al que me refiero, pienso que es por absoluta negligencia, descuido o saboteo voluntario o ¿involuntario? de los funcionarios encargados de pagar correcta y puntualmente.

A los perversos saboteadores no les importa la Patria y solo les interesa complacer a sus perversos amos. A muchos y a mí sí nos importa mucho.

Por razones obvias no puedo decir publicamente de que se trata; así que, pido la oportunidad de hacerlo en privado por el canal que sea más conveniente y, parodiando a Mahoma, como no puedo ir al canal que éste venga a mi. Y que sea rápido, nada más y nada menos porque el prestigio de la Patria está en juego.


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viernes, 11 de diciembre de 2015

Análisis post electoral

Llegaron los sarracenos
y nos majaron a palos,
Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos.

Antigua copla española del medioevo.

Me alegro de no haber tenido conexión a Internet durante los días previos y posteriores a las pasadas elecciones legislativas realizadas en Venezuela el 6 de Diciembre próximo pasado, porque, en esas horas y días, a la vista de los acontecimientos y de los resultados, pasaron por mi mente las más disparatadas ideas que, por supuesto, he desechado una vez calmadas un poco las aguas.

Perdonen mi prepotencia, les daré mis conclusiones con el ruego a mi Dios, a los Dioses de todos los demás y a los entes cósmicos de los agnósticos, de estar equivocado en mis apreciaciones y el horrible vaticinio sobre el futuro desenlace de los acontecimientos.

Todos sabemos sin lugar a dudas, aunque muchos de quienes hablaremos después después lo nieguen, que hemos sido sometidos a un terrible asedio, a una inclemente guerra económica por parte de la ultraderecha reaccionaria, fascista, sionazi, explotadora, hambreadora, lacaya del imperialismo, traidora a la patria, apoyada con otra atroz guerra psicológica por parte de sus medios de alienación productores de infofrenia y disociación psicótica, tanto nacionales como universales, una guerra eléctrica y una paramilitar. Estos inclementes ataques surtieron efecto y, efectivamente, triunfaron. Ahora esos peones son diputados a la Asamblea Nacional y ostentan una mayoría sencillamente abrumadora. GANARON LAS GUERRAS que nos asolaron y seguirán asolándonos. Pero, veamos por que:

Divido a la población venezolana en tres grupos, a saber:

El primero, formado por una elevada proporción que tiene, al menos, un cierto nivel de pensamiento crítico. Oye, ve, lee y analiza los discursos y las realidades, los medita y llega a conclusiones propias. Vota por los partidos que apoyan la Revolución Bolivariana.

Un segundo grupo, menos numeroso que el primero que sufre de una enfermedad mental inyectada por los medios de alienación y manipulación de la oligarquía. Esa enfermedad mental se traduce, entre otros síntomas graves, en una manifiesta disociación psicótica que les inhibe su capacidad para razonar y son, por tanto, impermeables a toda idea, por sensata que sea, que vaya en contra del veneno inyectado que, dicho sea de paso, permanece almacenado en su cerebro reptiliano y les impide procesar ningún análisis. Son tercamente contumaces y con ellos no existe posibilidad alguna de razonamiento. Son tan críticos a ultranza que encuentran arrugas en un huevo puesto por una gallina revolucionaria. Votan siempre por la oposición aún no sabiendo por quien votan y, si lo saben, no les importa para nada quienes sean, cuales son sus características como personas o como dirigentes. Eligieron y eligen asesinos, ladrones, delincuentes de toda laya por el solo y mero hecho de ser opositores a la Revolución Bolivariana.

El tercer grupo lo compone una cantidad de gente inferior en número a los anteriores. Los caracteriza tener un cerebro límbico. No razonan, no piensan, no analizan y son como veletas a los vientos que les soplen los medios, las frases prehechas, los chismes, la meledicencia. Votan, según sea la influencia mediática y chismosa en cada oportunidad, una veces por la Revolución, otras por la oposición o simplemente no votan. Esta vez votaron en masa por la oposición porque la guerra económica, la guerra psicológica y las demás los afectó directamente, su tranquilidad y sobretodo la barriga. Su incapacidad para razonar y analizar los hizo pasto fácil de las tenebrosas formas de manipulación puestas en práctica por el imperialismo y sus lacayos internos vende patria traidores.

La capacidad de discernimiento no tiene relación alguna con el nivel social, cultural, académico o económico. En los dos últimos grupos me he encontrado con personas aparentemente clase media, estudiados, aparentemente “cultos” que me han dejado frío y, como muestra, les regalo dos perlas:

Ante la escasez de huevos, una refinada señora de nariz muy respingada, elegantemente trajeada, me afirmó que el Presidente Maduro los tenía almacenados; es decir, acaparados en la cocina de Miraflores. No hice comentario alguno. Me quedé callado pensando en el tamaño de dicha cocina. ¿Qué tal?

Un atildado caballero, muy serio y formal, graduado universitario para más señas en la Santa María según dijo, me afirmó categoricamente que la corrupción en el gobierno era tan grande que, nada más y nada menos, una hija del Comandante Chávez tenía depositados en bancos norteamericanos SETECIENTOS TRILLONES DE DÓLARES. Lo sabía de buena y confiable fuente. Puse en duda la cifra pero la reafirmó. En efecto dijo que no eran millones, insistió en los trillones.

También permanecí mudo porque al instante no sabía cuantos ceros seguían al siete. Me tomó minutos contarlos mentalmente. Creo, ojalá no esté errado, que se trata de un siete seguido de veintiseis ceros. Lo escribo a continuación:

U. S. $ 700.000.000.000.000.000.000.000.000

Es decir, acumuló todo el producto interno bruto de Venezuela, asumiéndolo constante, nada más y nada menos, que de DOS MIL MILLONES DE AÑOS. Me pregunto y les pregunto: apartando el tiempo involucrado, ¿hay en el mundo esa cantidad de dinero? Es probable, pero no lo sé. ¿y el tiempo? ¿Qué tal?

Ahora mi terrorífico pronóstico: la oposición intentó vendernos, apelando a su estrategia de marketing político y marketing neuronal, la idea que la guerra económica desparecería tan pronto ellos ganaran y nos dijeron, repetidamente hasta el cansancio, que habría abastecimiento total a precios justos y desaparecerían las colas. No lo creo; al contrario, desgraciadamente creo que esa guerra será peor, más cruel e implacable y para ello me baso en el hecho comprobable que fedecámaras (en minúsculas en señal de asco y repudio), similares, afines y conexos están ahora envalentonados con su triunfo, tienen sus lacayos en el parlamento y ya mostraron sus colmillos y sus ensangrentadas garras. Acaban de hacer su petitorio público; es decir, sus órdenes a “su” Asamblea Nacional para derogar la Ley Orgánica del Trabajo, los Decretos de Inamovilidad Laboral, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, la Ley de Propiedad Inmobiliaria, la Ley de Regulación de Alquileres y otras más. No faltarán futuras órdenes y no descarto la derogatoria de la Ley de Gravitación Universal porque algunos de sus calificados cerebros pensarán que puede atraer ciertos precios a la baja. No es chiste, lo hicieron una vez en la Asamblea Legislativa del Estado Lara y, si no me creen, pregunten a un guaro que conozcan, lo hizo un diputado cuyo nombre no recuerdo pero se hacía llamar y lo llamaban Juancito Candela (R. I. P), el mismo que también pidió el traslado de la Falla de Boconó para el Estado Trujillo.

Cosas veredes Sancho amigo que farán fablar las piedras

Don Quijote de la Mancha.


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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Traición a la Patria – Parte 2

Reconocimiento: El Dr. Herman Escarrá motivó estos escritos. Vi y oí su declaración por TV. Dijo, palabras más, palabras menos, que fue invitado al Departamento de Estado de los EEUU y allá, según le contaron altos funcionarios, “todos los venezolanos que iban a pedir ayuda querían que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, redactada y aprobada por el pueblo en Referendum, fuese abolida”

En las religiones existe el llamado pecado para señalar las faltas, fallas, desviaciones, atentados y otros actos que se pueden llegar a cometer, y de hecho cometemos los humanos, contra los preceptos, la fe, la teología y otros aspectos religiosos. La gravedad de los pecados es variable y se podría decir, aun cuando no sea lo tecnicamente exacto, que existen diversos grados de pecado; es decir, de las distintas faltas. Se considera como el peor, el de la “Apostasía”, es decir “renegar de la fe”, o lo que es lo mismo, traicionar la fe.

Igual ocurre con las leyes de todos los países. Se tipifican las faltas y los delitos en leves, menores y graves. A cada tipo de incumplimiento tipificado como falta o delito, las leyes contemplan la imposición de una sanción de acuerdo a la gravedad; es decir, al igual que con los pecados cuando se habla de religión, existe también una especie de gradación. No entraré en polémica con los juristas porque existen diversas maneras para hacer esta clasificación.

Para ilustrarnos mejor, la teología católica clasifica los pecados en: actual, capital, contra natura, de bestialidad, de comisión, de omisión, externo, formal, grave, habitual, interno, material, mortal, original. No analizaré la remisión ni el perdón de los pecados por que no es el tema.

Adonde quiero llegar es a una afirmación en la que creo como un dogma de fe.

Creo que la peor, la más abyecta, la más abominable e imperdonable de las faltas o delitos es la TRAICIÓN A LA PATRIA. En eso soy tercamente intransigente y ni siquiera acepto discusión alguna. Para mi, repito, para mi no existe nada peor.

¿Que dice el Código Penal venezolano sobre la Traición a la Patria?

Dice el artículo 132:
"Cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años. En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios, o por publicaciones hechas en la prensa extranjera, incitare a la guerra civil en la República o difamare a su Presidente o ultrajare al representante diplomático o a los funcionarios consulares de Venezuela, por razón de sus funciones, en el país donde se cometiere el hecho".

Universalmente, veamos cual es su Dimensión jurídica:

En términos legales, la traición consiste en una conducta desleal hacia la nación. Cada estado determina taxativamente para sí los actos que implican el crimen de traición, algunos de los más tipificados son:
  • Sublevarse o incitar a otros a sublevarse contra la autoridad del Estado.
  • Conspirar contra el gobierno, intento de golpe de Estado.
  • Asesinato o intento de asesinato de altas autoridades del Estado.
  • Pensar o difundir ideas contrarias al orden establecido por el Estado.
  • Terrorismo.
  • Colaborar o asociarse con estados declarados "no gratos" o enemigos de la nación.
  • Cooperar o colaborar con otras naciones durante período de estado de guerra.

Volvamos a Venezuela: Éstas son las cinco principales condiciones descritas en el actual ordenamiento jurídico venezolano, y previstas en el Código Penal vigente, que pueden servir como causa o motivo para que algún ciudadano sea acusado por el delito de Traición a la Patria:

1. Que se atente contra la independencia de la República.
2. Que un grupo de personas confabulen para destruir la forma política republicana que se ha dado la Nación.
3. La solicitud expresa de la intervención de algún país extranjero en los asuntos de la política interior de Venezuela.
4. Revelar los secretos políticos o militares concernientes a la seguridad de Venezuela.
5. La entrega de recursos a un país extranjero para que sean empleados en perjuicio de Venezuela, de sus instituciones republicanas, de sus ciudadanos y ciudadanas o sirvan para desestabilizar el orden social.
Con respecto a las penas que estos cargos conllevan, algunos de los artículos del actual Código Penal que establecen jurisprudencia sobre este delito, como el 128, dicen que “Cualquiera que, de acuerdo con una Nación extranjera o con enemigos exteriores, conspire contra la seguridad del territorio de la patria, conspire contra sus instituciones republicanas, o la hostilice por cualquier medio para alguno de estos fines, será castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años”. Por otra parte, el artículo 129 establece otra pena: “El que dentro o fuera de la República Bolivariana de Venezuela, sin complicidad con otra Nación, atente por si solo contra la independencia o la integridad del territorio de la República, será castigado con la pena de presidio de veinte a veintiséis años. Con la misma pena será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un gobierno extranjero para derrocar el gobierno Venezolano”.

En la Historia Universal existen famosos casos de famosos traidores a sus patrias y cada país tiene sus maneras particulares de castigarlos. En eso no me meto aun cuando no soy partidario de la pena de muerte. En los EEUU, los condenados por traición a la patria son, por lo general, irremisiblemente condenados a cadena perpetua o a pena de muerte. Volveré sobre este particular más adelante.

No he revisado la historia pero creo que en Venezuela no se ha condenado a nadie por ese delito desde la Guerra de Independencia. Agradeceré si alguien me corrige. Desde niño se me quedó grabada la histórica escena cuando el Libertador Simón Bolívar descubrió entre los prisioneros, después de la Batalla de Boyacá, al traidor Vinoni, responsable de la pérdida del Castillo de Puerto Cabello en 1812. Ordenó que fuera irremisiblemente pasado por las armas. No lo he comprobado en ningún texto histórico pero, supuestamente, ordenó que fuera degollado porque “la vida de un traidor no vale ni siquiera lo que vale una bala”. Cierto o no, fantasía o realidad, mito o leyenda, no importa, estoy de acuerdo con Bolívar. La traición es aberrante y repudiable. Es vil y despreciable en grado máximo. Y lo es porque acumula en sí misma lo peor del alma humana, tanto legal como teologicamente. Es el summun de todas las porquerías desde todo punto de vista.

Es público, notorio y comunicacional – lo sabemos todos - que muchos ciudadanos venezolanos, nacidos en Venezuela, con cédula de identidad venezolana aunque sus peludos corazones y sus putrefactas mentes pertenezcan a otro país, han atentado y atentan contra la Patria, sus instituciones, su gobierno, su Constitución, sus leyes, su soberanía, contra sus habitantes y su paz de distintas formas y maneras; sobre todo han atentado y atentan a diario de mil maneras contra la paz y la tranquilidad de sus pacíficos habitantes, en connivencia abierta y declarada con potencias extranjeras descaradamente hostiles a Venezuela, entre otras formas, negándole su alimentación y sus medicinas al igual que constriñendo muchos otros derechos sociales mediante actos criminales tales como el boicot, el acaparamiento, la especulación, la usura, la reducción o la suspensión de la producción de insumos vitales, pido a las autoridades de mi Patria Venezuela, exijo a la Fiscalía General de la República, estudiar rapidamente la viabilidad de acusar y enjuiciar por TRAIDORES A LA PATRIA a:

Todos los directivos de Fedecámaras.

Todos los directivos de Cavidea.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de Droguerías y Farmacias.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica.

Todos los directivos de Consecomercio

Todos los directivos de Venamcham

Todos aquellos otros no mencionados, incluidos muchos dirigentes "políticos", a quienes se les comprobare el despreciable delito de TRAICION A LA PATRIA.

Todos los mencionados y muchos más han cometido ese delito de lesa Patria a la vista de todos y, de paso, se dragonean y se burlan de todos nosotros echándonos desfachatadamente en cara (valga la redundancia) sus acciones con toda impunidad.

El la Primera Parte señalé algunos apellidos de los traidores infames del Siglo XIX. Observemos los apellidos actuales y veremos que muchos se repiten. Las miasmas de ahora provienen de aquellos detritos. Es necesario resaltar que los nietos superaron las agallas de sus abuelos que solo pretendían negociar un tercio de Venezuela. Los nietos pretenden negociarla TODA.

Dije arriba que volvería sobre los EEUU. Si todos esos traidores que he señalado fueran ciudadanos gringos, estarían en cárcel de por vida o los hubieran ya ajusticiado. Que gran hipocresía, falsedad y perfidia, los gringos los apoyan, asesoran, financian y dirigen a cometer acciones que castigan severamente en su país. Y no me digan que estoy inventando nada, es público, notorio y comunicacional e, inclusive, todos los delincuentes se vanaglorian publicamente de ello.


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lunes, 30 de noviembre de 2015

Traición a la Patria – Parte 1

El escritor Federico Brito Figueroa en su libro “Tiempo de Ezequiel Zamora”, Capítulo Octavo, La segunda etapa de la insurrección campesina de 1859 – 1863, escribe: “Politicamente, la oligarquía venezolana había fracasado en sus intentos de continuar gobernando el país, en los mismos términos que en 1830. Sus ideólogos, “godos de uña en el rabo”, como los llamaba el pueblo, fraguaron el golpe cuartelario de 1858, y las consecuencias no podían ser más nefastas para sus intereses de clase: la insurrección y la rebelión de la pobrecía urbana. Apelaron al constitucionalismo abstracto, agrupados en torna al partido civilista, y los hombres del partido militar se apoderaron del gobierno. Proclamaron la dictadura de José Antonio Páez, y “las inteligencias más notables” solicitaron la intervención extranjera para liquidar la insurrección campesina... Es decir, en defensa de sus intereses de clase, los oligarcas no vacilaron en particiṕar en actos de traición a la Patria.”

En efecto, el 22 de Noviembre de 1861 - hace exactamente 154 años y 8 días – una comisión formada por Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Pacífico Gual, Nicomedes Zuloaga, Juan José Mendoza, Federico La Madriz, Federico Núñez de Aguilar y Aureliano Otáñez redactó un documento implorando la intervención de una potencia extranjera y ofreciendo “... entregar girones del territorio patrio a cambio del orden y del respeto de sus propiedades amenazadas” por la guerra social.

La historia, por supuesto escrita por historiadores burgueses ha intentado ocultar esta fea mancha; pero, junto con Brito Figueroa, transcribamos algunos fragmentos de ese documento, cuyo contenido explica por sí solo el calificativo de traidores a la Patria para quienes lo elaboraron y también para sus firmantes, que no vacilaron en enviarlo a la Cancillería de una potencia extranjera, por intermedio de una representación diplomática en Caracas. Vueltas que da la historia y cualquier parecido con hechos recientes no es, definitivamente, pura coincidencia inclusive de los mismos apellidos de los actores, los de entonces y los actuales.

EXPOSICION QUE MUCHOS HABITANTES DE VENEZUELA DIRIGEN AL GOBIERNO DE S. M. LA REINA DE GRAN BRETAÑA, CARACAS, 21 DE NOVIEMBRE DE 1861.

Los que hacemos esta manifestación somos habitantes de Venezuela, hablamos por la experiencia que actualmente nos está suministrando este país, entregado a todo género de excesos y a la guerra social de que hemos hablado, la que no tendrá término sino con su completa ruina, y dentro de poco estará perdido para sus habitantes y para las demás naciones que pudiera reportar inmensas ventajas con su comercio y relaciones amistosas, si estas comarcas pudieran estar en paz y seguir su marcha regular. Es un deber que tienen las naciones civilizadas de Europa de tender la vista a estos países e intervenir en ellos de una manera directa, cuya intervención no podrá menos que producir los mejores resultados. ... Ninguna de las naciones de Europa puede con más ventajas poseer a Venezuela como la Gran Bretaña, y creemos que le sea más ventajosa esta posesión que la que tiene en la India Oriental. El paso que debe darse en esta materia está muy indicado, y aún es de extrañarse que hasta ahora nada se haya hecho en esto. Hay en Venezuela, entre los hombres pensadores, la opinión de que conviene a ésta desprenderse del territorio de La Guayana y negociarlo con la Gran Bretaña pagando con él la deuda extranjera contraída con súbditos ingleses, y además la deuda externa de la República que reconocerá o pagará en los términos que se estipule, que ambas deudas no montan a diez millones de libras esterlinas. Esta opinión es mayor cada día, pero la multitud, el populacho y los demagogos se oponen a este traspaso de territorio o por lo menos no manifiestan buena voluntad a que se realice tal idea. Es esta la causa que hay para que nunca proponga esta negociación el Gobierno de Venezuela, por el temor que le inspira el desenfreno de las masas. Toca al gobierno inglés dar principio a esta negociación de la que sacará felices resultados... La Guayana venezolana es un país más extenso que Francia... Este vasto territorio que linda con la Guayana Inglesa, y que puede decirse que está desierto, está llamado a tener una gran importancia en la América del Sur... Aquel suelo es también aurífero, diversas minas de este metal se han descubierto recientemente... La posesión de este territorio tiene inmensas ventajas para la nación que lo ocupe. Por el Orinoco llevará su comercio a la mayor parte de la América Meridional; penetrando por las arterias de este río se irá al interior del resto de Venezuela, a la Nueva Granada, al Ecuador, y por el canal de Casiquiare que lleva las aguas al majestuoso Amazonas, se irá al Perú, Bolivia y al centro del Imperio del Brasil. Flameando el poderoso pabellón inglés en La Guayana, no solamente mostrará ésta su riqueza hasta ahora desconocida, sino que será un centro civilizador que repartirá su influencia benéfica a todas estas repúblicas enseñándoles las ventajas positivas que trae al hombre el trabajo aplicado con inteligencia a todas las industrias, e impedirá que continúen en esta guerra devastadora que los consume y embrutece. ...Es este un deber que tienen que llenar las naciones europeas para con las repúblicas americanas que necesitan su intervención tutelar sin esperar a que directamente se les llame desde estas naciones, porque los propietarios y hombres de inteligencia no tienen libertad para hacerlo y sufren la presión del desenfreno popular, hasta el caso de no atreverse a firmar esta exposición, la que hemos concebido, por el justo temor de que puedan difamarse nuestros nombres. Antes de terminar debemos manifestar y encarecidamente pedir al gobierno británico la más pronta resolución de esta materia, ya sea que se acojan nuestras ideas respecto de la negociación de la Guayana, o bien que se decida y lleve a cabo la intervención de una manera igual a la que las tres potencias occidentales de la Europa emplean respecto a México, que es el medio más pronto y expedito que puede atajar los infinitos males que sufren estos pueblos.

Como se ve, los civilistas no tuvieron “... escrúpulos en apelar al sacrificio de la Patria” para salvaguardar sus intereses amenazados por la insurrección campesina.

Este documento no solo llegó a su destino, es decir la Cancillería Británica, sino que llegó también a los Gobiernos de Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Alemania e inclusive la Rusia Zarista, fue redactado por calificados ideólogos de la oligarquía caraqueña y firmado por unas cien (100) personas, incluyendo algunos propietarios territoriales de la Provincia de Aragua. Los apellidos son los mismos de los que aplaudieron en la Plaza Mayor de Caracas el descuartizamiento de José María España y participaron en la entrega de Francisco de Miranda a la monarquía española. Solo que junto a los apellidos de origen colonial aparecen algunos nuevos, los enriquecidos a partir de 1830. En párrafo aparte, destacados, veamos algunos:

Zuloaga, Machado, Romero, Morales, Tovar, Mendoza, Sosa Altuna, La Madriz, Paúl, Key, Las Casas, Rodríguez, Gallegos, Mancera, Veloz, Delgado, Correa, Mijares, Fernández, Otañez, Palacios, Blanco, Herrera, Llamozas, De La Sota, etc.

Cualquier parecido con hechos, acontecimientos, actos, conspiraciones y eventos recientes y o en desarrollo en esta época, no es mera coincidencia. La miasma actual es producto de aquellos detritos.


Subrayados y negrillas son míos.
Continuará.


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sábado, 28 de noviembre de 2015

Al Profesor Britto García, con cariño

También dedicado a Y. R.

Una buena amiga envía para mi lectura parte de una supuesta entrevista que una periodista hace al Prof. Luís Britto García; pero, en la pequeña introducción que hace, creo entender que interpretó los conceptos como una crítica al Chavismo y a la Revolución.

Leí y releí y no vi crítica directa alguna. De hecho he oído algunas veces al Prof. Britto García emitir conceptos, sino iguales, bastante semejantes y los suscribo en su totalidad.

Muchas personas están actualmente, diría yo, encrispadas con el tema de la corrupción como si eso fuera ajeno o lejano a nosotros. Nada más lejano de nuestra realidad, hemos vivido y convivido con ella desde los albores de la Colonia cuando se decía que “las 3 llaves de la Contraloría eran tan de fiar como las de los cinturones de castidad”. Cuando me tocan ese tema de manera interesada intentando decirme que actualmente hemos llegado a límites inalcanzados de corrupción, enseguida me predispongo. Seguro son opiniones interesadas malévolamente para descalificar a alguien en particular, siendo el blanco actual preferido el Sr. Presidente Maduro o alguien cercano a él. De hecho, estoy persuadido que en la mayoría de los casos se trata de simples chismes malintencionados propios de comadre de vecindario arrabalero como decían antes. Lo terrible de este procedimiento también usado por palangristas venales es que una vez derramada el agua es imposible recogerla y el daño que se pretende hacer queda hecho.

Con sobrada razón, el Prof. Britto García afirma: “Terminar de socializar la mayoría de las tierras, tanto para desarrollar la producción agrícola como para acabar con la especulación de los terrenos urbanos y el crecimiento desmesurado de las ciudades. Destinar el ingreso petrolero a la producción o la compra de bienes básicos de consumo, y no a la satisfacción del consumismo de los privilegiados. Denunciar los Infames Tratados contra la Doble Tributación, en virtud de los cuales las transnacionales no pagan impuestos por sus ganancias en Venezuela, con la excusa de que los cancelan en los países de sus casas matrices. Aplicar estrictas medidas de control sobre la banca y nacionalizar algunos de sus establecimientos cuando sea indispensable. Reformar el sistema tributario para pechar los altos ingresos, y disminuir o eliminar el IVA, que castiga al consumidor pobre y que casi no es entregado al Fisco por los comerciantes que dicen retenerlo. Disminuir la proporción del PIB que va a los empresarios, e incrementar la que remunera a los trabajadores. Denunciar sin excepción todos los tratados que someten nuestros contratos de interés público o nuestras decisiones soberanas a la decisión de Tribunales, Cortes o Juntas arbitrales extranjeras. Sancionar drásticamente los delitos contra la cosa pública y contra los intereses generales y los bienes de la Nación.”

No son en realidad críticas a nadie. Para mí, son inmejorables propuestas para perfeccionar la Revolución y ojalá que la dinámica del proceso incluya esas ideas en futuras reformas; a las cuales, le agregaría la inclusión y la normativa respecto a la llamada “Renta Presunta”, una formidable arma para luchar contra la corrupción porque tocaría a los presuntos corruptos demostrar de donde provienen sus ostentosas riquezas; es decir, se invertiría la carga de la prueba y no sería el Estado quien tendría que demostrarlo. Sabemos que los corruptos son personas muy inteligentes y muy preparadas, saben de leyes y reglamentos, cuentan con asesores muy duchos y siempre encontraran formas, maneras, vías y escapes para burlar todas las legislaciones. Es más, muchas leyes tienen fallas y vacíos por donde facilmente se cuelan los delitos, pero éstos quedan solo como delitos de orden ético, de orden moral pero no legal. Recordemos que todo lo legal no es es justo, no es ético, no es moral y el ideal es que llegue a serlo.

En tiempos recientes se habla mucho del tema de la corrupción, pero debemos estar conscientes que solo se trata de un ardid propagandístico muy bien estructurado, canalizado y puesto en práctica por factores de poder que quieren acabar con la Revolución Bolivariana y, sin lugar a dudas, uno de los mejores métodos es atacarlos individualmente. Cuantos chismes y mentiras que se pueden calificar de inverosímiles he oído. Es más, si fueran ciertas las haciendas a todo lo largo y ancho del país que se le atribuyen a un determinado personaje, creo que harían falta varias Venezuela para contenerlas. Pero, por otra parte, también creo que es rigurosamente cierto que muchos se han disfrazado de revolucionarios muy habilmente, se han colado por los predios de la Administración y han hecho verdaderos desaguisados llegando al punto de introducirse en el mismo Palacio de Miraflores, llegar a ser Ministros y prominentes funcionarios de confianza. Tantos casos se han visto de como se enmascaran muy inteligentemente y engañan a casi todos.

Cristo, teniendo sabiduría infinita por ser Hijo de Dios, escogió solo doce (12) y entre ellos se le coló un corrupto y, - ¡que casualidad! - era el administrador del dinero.

Ojo, por favor no me malinterpreten interesadamente. No estoy afirmando ni afirmaré jamás que la corrupción no existe. Por supuesto que existe, pero también creo que no es tan fiero el león como lo pintan, aunque el hecho de ser menor tampoco la justifica y estoy diametralmente en contra de ella. Ojalá no existiera o se redujera a límites ínfimos y, aún así, intolerables. Las propuestas que hace el Prof. Britto García pueden ser elementos que ayudarían a fortalecer la lucha contra este flagelo universal porque, sépanlo, la corrupción está presente en todo el mundo y es consecuencia directa de los pecados capitales codicia y avaricia, elementos por cierto muy presentes que impulsan y dirigen la ideología perversa del capitalismo.

En otra parte de la entrevista, el Prof. Britto García afirma que Al poco tiempo fracasan o traicionan, para cubrir un desfalco o porque el Imperio les paga mejor.” Y también: “... habilitar mecanismos eficaces para la denuncia, que sepan discriminar entre situaciones verídicas o infundios interesados para descalificar personas o instituciones.” Gracias Profesor, usted ha dicho lo mismo que yo, solo que lo ha hecho con más sabiduría, elegancia y soltura.

Nota: los subrayados son míos.




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sábado, 21 de noviembre de 2015

No te bañes

Se acaba de inaugurar en Cumaná la no sé que número FITVEN, Feria Internacional de Turismo de Venezuela. Lo que aprecié en TV parece algo formidable, muy bonito, una excelente promoción y, a la vez, un mentís rotundo a la propaganda denigrante contra Venezuela en el exterior.

Desgraciadamente voy a contrastar este bello evento con una desventura que me acaba de ocurrir en Caracas y, desde ya, les pido perdón por hablar en primera persona.

Lo primero que me sorprendió de Caracas fue que en esta época “tan difícil, con una situación económica tan mala, con el desastre económico” todos los hoteles estaban llenos. Al fin, después de mil peripecias encontré una taguara de mala muerte, sucio, pesimamente mal atendido a un precio de hotel 5 estrellas.

Subí a la habitación que me asignaron, el aparato de aire acondicionado dañado y sin teléfono; así que tuve que bajar por las escaleras porque el ascensor también estaba dañado y le pedí al recepcionista toallas, jabón y papel higiénico; pero, como tenía que salir le indiqué que ordenara llevarlos para disponer de ellos a mi regreso. Confié.

Al regresar en la noche cansado con necesidad de ducharme y descansar me encuentro que no subieron nada. De vuelta a bajar, hago el reclamo y el tipo descaradamente me dice:

No hay toallas porque la gente se las roba.

Le respondo que es deber del establecimiento suministrarme toallas, jabón y papel, además me quiero bañar.

El colmo de la desfachatez fue su respuesta lacónica. No te bañes.

Por supuesto que me enojé pero no hice escena alguna. Subí, recogí me equipaje y me largué no sin antes mandarlo al mismísimo carajo porque también pretendía que le pagara.

Lo malo de todo esto fue el subsiguiente calvario para encontrar otra taguara con habitación disponible asegurándome que si tuviera las desgraciadas toallas y jabón.

No sé a quien o que autoridad dirigirme para poner la queja y, de paso, creo que no vale la pena porque la rabia se me convirtió en risa ante lo que luego consideré un chiste cruel de ese humor racista llamado negro.

¿A que se deberá esa situación? No lo sé. Es la primera vez en mi vida que me pasa eso que jamás llegué a pensar como algo imaginable. Si es mala fe de los dueños para sabotear al gobierno; pues, son bien estúpidos porque, imagino, que nadie querrá ser su huésped. Tampoco creo que el problema sea cultural salvo el de las pocas personas que se encontraban allí presentes. Ser tan malos comerciantes redundará en contra de sí mismos e irán indefectiblemente al fracaso económico que luego achacarán al gobierno.

No deseo a nadie que le ocurra algo semejante, así que advierto a probables viajeros a Caracas que ni siquiera se asomen al Hotel El Escorial situado en la Calle El Colegio, Sabana Grande. Allí ahorran mucho el agua, de ahí que recomienden no bañarse.

Dios impida que cualquier turista se asome a ese tugurio de mala muerte. El daño causado no sería a esa pocilga, el daño se lo estarían indirectamente haciendo a la imagen del país.

Si eres escuálido, alójate allí. Si te molestas culpas al rrrrrrégimen pero, eso sí, no te bañes.


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domingo, 18 de octubre de 2015

Empresarios



En mi anterior escrito me refería a la triste asociación que agrupa a muchos de los llamados “empresarios” venezolanos. Hoy les contaré dos pequeñas historias contrapuestas para ilustrar el carácter y el espíritu que animan dos tipos distintos de persona a quienes podemos llamar, a una empresaria, y a un pulpero.

Una mujer pobre con relativamente escasa preparación cultural y educativa trabajaba como costurera para criar y educar sus dos hijos, un varón y una hembra. Un cierto fin de semana su hija le pide dinero para comprar un traje de baño porque unos(as) amigos(as) la habían invitado a la playa. Ella procedió y con recortes de tela confeccionó un traje de baño, una prenda que requiere una cantidad mínima de tela. Esta confección llamó la atención de sus amigas y manifestaron el deseo de comprar algo parecido y se sorprendieron al saber que la mamá había sido la artífice, así que le encargaron varios.

Esto le dio la idea de producirlos, en pequeña escala por supuesto, e intentar venderlos en el comercio local. Inútil decir que los comerciantes no le compraron pero ella, tozuda al fin, tuvo otra idea. Preparó unos lindos estuches y les puso unas etiquetas llamativas y exóticas, inclusive con palabras extranjeras. Pidió mayor precio, se los arrancaron de las manos y le hicieron pedidos.

No es necesario recalcar que el negocio fue un éxito y al poco tiempo le agregó ropa interior para damas, que también colocó para la venta en estuches exóticos.

Lo que empezó con una sola persona, la costurera, se convirtió en tiempo relativamente breve en una exitosa pequeña industria de la confección con su respectivo equipamiento, constituyéndose en fuente de empleo para unas 40 operarias.

A la otra historia haré una breve introducción. Hace años había, y digo había porque no sé si todavía existe, una plantación de lechoza (papaya) en la zona de Barlovento al centro norte de Venezuela. A ese producto agrícola le hacían una pequeña transformación artesanal, la enviaban a Curaçao, luego a Alemania donde realmente la transformaban y volvía al país como un producto farmacéutico llamado Papaína, por cierto, el desinflamante o desinflamatorio más efectivo.

También, en una zona del Estado Falcón sembraban zábila o sábila, también le hacían una cierta preparación, la enviaban a Curaçao, a Alemania e igualmente la retornaban al país como ingrediente de jarabes, perfumes, cosméticos y otros productos con el pomposo apelativo de Aloe Vera.

Debo acotar que tanto la extracción de papaína, como de aloe vera, son procedimientos quimicamente sencillos y los equipos necesarios no tienen ninguna complejidad.

El caso es que fui compañero de estudios y todavía soy amigo de un muchacho que heredó de su padre una incipiente empresa quimico-farmacéutica, la cual transformó y fortificó después de haber hecho unos acuerdos con empresas alemanas. En cierta ocasión le plantee la posibilidad de incorporar a su industria un par de líneas de producción para obtener localmente la papaína y diversas fórmulas de aloe vera, e inclusive le asomé la idea de exportar productos casi terminados. Con la mayor naturalidad me respondió que eso no era necesario porque él las obtenía de Alemania y que no se iba a meter en complicaciones y adicionales inversiones, aunque fueran de poca monta. En definitiva, para él resultaba y resulta más fácil o práctico comprar materia prima semielaborada, ensamblar y vender. Creo que su razonada posición refleja fielmente el espíritu que anima a muchos de quienes se hacen llamar empresarios. Por supuesto que no es necesario decir que él pide divisas al Estado para importar insumos facilmente producibles en el país que solo requieren iniciativa; es decir, ganas de hacerlo e inversiones moderadas para lo cual también puede ocurrir a entes estatales que se lo financien y sería, de paso, una fuente para producir divisas para sí y para la nación.

Comparo ambas historias. Una iniciativa y una no iniciativa. La primera animó a una mujer pobre; la segunda, a un “empresario” millonario.

Para ustedes, caros lectores, ¿cual de los dos merece en verdad el calificativo de empresario?


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Fedecámaras



En Venezuela hay un refrán que dice así: Picao e'culebra cuando ve bejuco brinca.
Algunos lo expresan de otra manera: El que lo picó culebra corre cuando ve bejuco. En síntesis, popularmente se expresa que la voz de la experiencia nos informa ante cualquier peligro cualquiera sea su naturaleza.

Voy a enlazar la sabiduría popular con una cita bíblica: Por sus obras los conoceréis. Las palabras se las lleva el viento y lo que perdura y vale son los hechos, las obras de los hombres.

Tangencialmente voy a invocar otra expresión que he oído desde que era apenas un muchacho: Todo lo bueno para Fedecámaras es malo para el pueblo. O viceversa: Todo lo bueno para el pueblo es malo para Fedecámaras.

Nota explicativa a mis queridos lectores de otras latitudes: Fedecámaras es la Asociación de Federaciones de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela, organización que agrupa a los empresarios, aunque no a todos. Siempre han pertenecido a esa asociación los tradicionales empresarios más rancios, herederos de las oligarquías que se originaron en el período colonial, los más conservadores y, casi siempre, politicamente pertenecientes a la derecha o ultra derecha. Es equivalente de lo que en España llaman “la patronal”.

Tal vez alguno se esté extrañando y preguntando a que se debe esta aburrida introducción. Verán. La última gran acción política de Fedecámaras; por cierto de muy ingrata recordación, fue el golpe de estado contra la Revolución Bolivariana y el Presidente Hugo Chávez que generó un gobierno de facto encabezado por el mismísimo presidente de Fedecámaras Pedro Carmona Estanga en Abril de 2002 y el paro sabotaje petrolero, de finales de 2002 y comienzos de 2003, que causó inmensas pérdidas a la República.

Hace poco tiempo, el día 2 de Agosto próximo pasado, el periodista José Vicente Rangel entrevistó en su habitual programa de televisión al nuevo presidente de Fedecámaras, Sr. Francisco Martínez a quien no conozco, primera vez tengo algún conocimiento sobre él y de quien, como es natural, no hago juicios de valor.

Como soy picado de culebra brinqué cuando vi el bejuco; pero, no obstante, puse atención a la entrevista. Por sus palabras (esperemos los hechos para luego juzgar), el Sr. Francisco Martínez se pareció a la Madre Teresa de Calcuta y no digo más porque ustedes me entienden de sobra.

Sin embargo, de todo aquel palabrerío florido y aparentemente con muy estudiada humildad y maravillosas intenciones, al Sr. Martínez, creo yo, se le escapó una perla y dejó ver alguna costurita. Entre las peticiones compulsivas que puso al Gobierno Nacional para un entendimiento entre las partes; es decir, entre el sector privado (se abroga la representación de TODO ese sector y no solo de una parte que creo minoritaria pero con mucha plata) y el público, estuvo la revisión del sistema de control cambiario pidiendo practicamente su desaparición inmediata, así como la eliminación de toda traba, liberar las importaciones de “materias primas, productos semielaborados, productos elaborados, piezas y repuestos, etc., etc.” y, no podía faltar el eterno ritornello, la liberación de los precios; es decir, abandonar de inmediato cualquier control por parte del Estado.

El Sr. Martínez se hubiera ganado de inmediato mi admiración y respeto si hubiera siquiera señalado la posibilidad de repatriar, al menos parte de los capitales que tienen en el exterior, instalar en el país fábricas de tantos productos de fácil elaboración que han venido importando durante tanto tiempo para incorporarlos a esos que ellos ensamblan y por los cuales, en su mayoría, pagan royalties bien abultados a consorcios extranjeros.

El Sr. Martínez se hubiera ganado mi admiración y respeto si hubiera hecho, por lo menos, alusión al problema de los bachaqueros, la especulación, el acaparamiento y el boicot generado por miembros de su asociación como estrategia de la guerra económica en que han sumido al país durante tiempo que, a mi entender, ya resulta demasiado. El mutis al respecto fue total.

Repetiré por enésima vez lo afirmado por Antonio Guzmán Blanco, un gobernante muy corrupto del pasado Siglo XIX, quien se entregó en cuerpo y alma a la ultra derecha oligárquica y al imperio británico (en minúsculas en señal de asco y repudio) quien dijo que “en Venezuela no hay empresarios sino pulperos “enfranelaos””. Pues sí, concuerdo con el llamado “autócrata civilizador” porque los llamados “empresarios” de nuestro país, salvo honrosas excepciones, son eso, pulperos y no empresarios porque no emprenden nada, no invierten sus propios capitales, no arriesgan nada y, sobretodo, no innovan ni crean adelantos para sus llamadas empresas y siempre se han limitado a importar toda clase de cachivaches que venden con módicas ganancias del 500% como mínimo. Y para ponerle la guinda a la torta, siempre se han opuesto vehementemente a las reivindicaciones sociales de sus trabajadores; es decir, de aquellos que con su esfuerzo y sudor cotidiano les producen tantas ganancias, así que me hubiera encantado que el Sr. Martínez se hubiera referido al establecimiento de relaciones laborales más dignas.

Que nadie me critique por cuanto digo ya que solo me he referido al pasado. Esperaré lo que promueva Fedecámaras de ahora en adelante y ojalá que las aparentes lágrimas vertidas no sean de cocodrilo o; dicho de otra forma, que rectifiquen su conducta de tal manera que sus futuras acciones se traduzcan en hechos concretos en beneficio de la patria y no solo egoistamente de sus propios bolsillos y los de sus mentores imperiales. Sin embargo, han pasado más de dos meses y, hasta el momento, no he sabido que haya o hayan dicho nada nuevo.


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