martes, 29 de marzo de 2011

Falacia, engaño o ambos

No sé en cual categoría ubicar a lo que se me está ocurriendo. ¿Lo ubicará alguien? Veamos.

Los fabricantes y vendedores de productos tienen derecho, creo yo, de promover la venta de sus productos; al fin y al cabo, quieren vender más para ganar más, hacer crecer su negocio, etc. Como todo lo humano avanza para bien o para mal, un malhadado día descubrieron que una mentirita acá, una mentirita allá, los ayudaba. Así fueron añadiendo más y más, escondiendo detalles no buenos de sus fabricados hasta que se decidieron a contratar expertos en materia de comportamiento humano, generación de necesidades irreales y otras formas de dirección de reacciones, percepciones y otros términos que manejan los psicólogos para directamente inducir a los consumidores a comprar los productos. En otras palabras, se dice que crearon necesidades artificiales e indujeron a las personas a comprar. No a comprar porque necesitan sino a comprar a juro.

Con el procedimiento descrito, la gente de hoy en día en todo el mundo compra comida dañina, comen para envenenarse y no para nutrirse; los agricultores compran abonos y pesticidas para arruinar sus tierras, las madres compran alimentos y otros productos para enfermar y eventualmente matar a sus hijos, las amas y los amos de casa atiborran sus hogares con cosas absolutamente inservibles y, así como los anteriores, muchísimos ejemplos más. Agrega, tú lector, tu favorito. En resumen, los días de pago la gente sale en estampida en una loca y desenfrenada carrera a gastar su dinero comprando la mayor cantidad posible de cosas inútiles en el menor tiempo. Resultado: nadie ahorra y siempre será esclavo de su patrón hasta que le haya sacado todo el jugo útil, útil al patrón, por supuesto.

Lo que he dicho ya no es secreto para nadie, la gente sabe que la están induciendo y engañando, más sin embargo, nadie cambia de actitud y parece deleitarse con que lo sigan exprimiendo. Cosas veredes, Sancho amigo, que faran fablar las piedras.

Pasemos al segundo punto. Un cierto día por allá por la década de los 60, en los Estados Unidos, algún inteligente del Partido Republicano o de alguna de las corporaciones que realmente manejan a ese partido, se le ocurrió la “brillante” idea de aplicar las mismas técnicas propagandísticas de promoción de ventas a la política. ¿No lo sabían? ¿Por qué les extraña? Lo hicieron y el éxito obtenido fue fenomenal. Richard Nixon era entonces menos que nadie en el espectro político, nadie lo quería, todos sabían que era un tahúr, además de otras características. Lo vendieron al público gringo igual a como se vende jabón en polvo, “la gente lo compró”, lo eligieron Presidente. El libro El Desafío Americano de Jean Jacques Servan-Schriber dice muchas cosas al respecto.

Aún más dice The Selling of the President 1968, Election of Richard Nixon, escrito por Joe McGinnis. Hay un comentario extraordinario el la página web http://www.goodreads.com/book/show/1095161.The_Selling_of">http://www.goodreads.com/book/show/1095161.The_Selling_of_the_President_1968,a escrito el 31 de mayo de 2008 por un lector que se identifica como Andy, y tras recomendarlo para los “observadores de campaña”, escribe:

If I were teaching a poli-sci class I would make this book required reading… Basically the book tells us what we now know, that Richard Nixon had zero people skills and needed to hire a team of experts, used car dealers and racketeers to beat even more uncharismatic Democrat nominee Hubert Humphrey for the 1968 Presidency.
This was the first book to teach us that politics is every bit about marketing as any product, a revelatory statement in 1968. By now, of course, it's practically fact.

Intentaré traducirlo libremente al castellano. Ojo: no es al español. Ese idioma no existe. Tan español es el gallego, el catalán, el vasco, el valenciano, el mallorquín como lo es el castellano.

Si enseñara Ciencias Políticas, haría de este libro lectura obligatoria…El libro, básicamente nos dice lo que sabemos ahora, que Richard Nixon era un inepto y necesitó contratar un grupo de expertos, vendedores de carros usados y estafadores para derrotar al candidato Demócrata Hubert Humphrey, un poco más carismático, en la campaña presidencial de 1968. Este resultó el primer libro que nos enseña que la política es lo mismo que el mercadeo de cualquier producto, una posición reveladora en 1968. Naturalmente, ahora es un hecho casi conocido por todos.

A partir de esa exitosa experiencia el fenómeno se regó por todo el mundo y hasta los actuales momentos ha funcionado en todas partes. Agregue cada lector su ejemplo, ustedes conocen los casos, por lo menos los más emblemáticos.

Hablaré de Venezuela porque creo que cronológicamente, aquí se copió casi de inmediato la experiencia Nixon. El partido Acción Democrática contrató al asesor gringo Joe Napolitan, un mafioso de siete suelas, para organizar la campaña electoral que llevaría a la elección de Carlos Andrés Pérez (me da asco escribir el nombre de un tipejo que le ha hecho más daño al país que Boves y Morales juntos) en diciembre de 1973. La fama que tenía el candidato era por demás horrible. El lema de la campaña era “ese hombre sí camina”, a la cual el ingenio popular agregaba en las pintas callejeras “tiene un muerto en cada esquina” y lo pintaban, cual Drácula insaciable, con los colmillos chorreando sangre.

¡Sorpresa! La venta del candidato tuvo éxito. Exactamente igual que la introducción al mercado de un jabón en polvo que destruye la ropa, la gente lo compró y el resultado fue el mismo, destruyó al país. Para mayor desgracia nacional, los habilidosos manipuladores de la mente, lo volvieron a vender en 1988, ganó de nuevo y concluyó la destrucción, acabó con lo que no pudo destruir en su primer mandato.

Ejemplos como los mencionados de EUA y Venezuela han proliferado desde entonces en todo el mundo. Se han elegido mandatarios desde inútiles, por decir lo menos, hasta francamente perversos. El resultado es el enorme caos que se ha extendido por todo el mundo; precisamente, con el que le toca acabar a la humanidad sensata y unida.

Por esos azares del destino, a Venezuela le ha tocado una vez más enarbolar el estandarte y asumir la vanguardia. El método fracasó por primera vez en el mundo en 1998 con la elección de Hugo Chávez. A él le aplicaron la campaña al revés, o sea para que no lo eligieran y es risible la cantidad de mentiras e infamias que inventaron. El pueblo, sabiamente, no se tragó la coba. ¿Recuerdan el chiste aquel? Chávez es como el Guaire, cuanto más mierda le echan, más crece.

Para cerrar me copiaré de no recuerdo que periodista, ahí les dejo eso.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE -¡VENCEREMOS!

NB: para los amigos de otras latitudes: Guaire, río que atraviesa la ciudad de Caracas y recoge cloacas con generosidad. Por cierto, ya comenzaron los trabajos para sanearlo. ¡Por fin!

domingo, 27 de marzo de 2011

Otra falacia

Sí, hay muchas falacias en este mundo que muchos llaman absurdo que, dicho sea de paso, es absurdo por que lo han puesto así, y lo han puesto así a propósito, y lo han puesto así a propósito porque les sirve. Sí. Lo absurdo sirve a sus inmundos intereses económicos, muy egoístas por cierto.

Otra de esas grandes falacias que nos han hecho tragar y hacen intentos a diario por atiborrarnos es la de los mentados DERECHOS HUMANOS.

De derechos humanos, creo que el primero que habló fue Jesucristo. Si estoy en un error histórico, ruego a mis aburridos lectores que me lo aclaren. Durante la edad media, algunos supuestamente doctos tímidamente también lo sacaron a flote de alguna manera. Durante la época de la conquista de América; no de “las Américas” como los gringos quieren poner de moda, América es una sola y no varias, estúpidos ignorantes; los españoles inventaron el Derecho de Gentes que nadie cumplió a pesar de los múltiples clamores de Fray Francisco de Vitoria, Bartolomé de las Casas y otros esclarecidos inocentes que confiaron en la bondad presuntamente innata de los humanos.

Violaron el Derecho de Gentes como les dio la gana simplemente porque no les producía ningún rédito. Era mucho más ganancioso esclavizar, explotar y matar sin misericordia a los aborígenes que pagarle salarios, darles descanso, proveerles seguridad laboral y otras menudencias, tales como salud, vivienda, recreación, amén del hecho de no tener permiso para invadir estas tierras. Burla burlando cometieron el mayor genocidio de la historia, más de noventa millones de personas fueron asesinadas en el corto lapso de setenta años. Más adelante se fueron a África, después a la India y al resto de Asia y continuaron con sus mismas prácticas aunque aún más refinadas. El trasplante de Europa a Norteamérica fue una vulgar continuación de lo anterior y acabaron en un santiamén medido en tiempo histórico con los llamados salvajes pieles rojas. Para muestra un botón, hace poquito tiempo olímpicamente tiraron dos bombitas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. No olvidemos tampoco la gracia británica sobre Dresden y otras ciudades de la ya derrotada Alemania, porque Europa cuando no tiene a quien dañar en otras latitudes se lo hace a sí misma. Y no hablemos de los EUA que les aplica la dosis frecuentemente a sus mismos ciudadanos; ¿les dice algo el nombre del soldado Bradely Manning a quien violan sus derechos humanos individuales con desfachatada insolencia?

Lo anterior en el plano individual o grupal, pero también ocurre entre las naciones. Las más poderosas violan indiscrimidamente los derechos humanos de las menos dotadas y también las esclavizan y explotan. De eso no diré nada, es la sopa de todos los días. Pero de lo que sí hablaré es de las mil argucias que sirven de justificación a esas aberrantes conductas.

Hablando de las más poderosas, nos quieren hacer creer que son los grandes paladines de los derechos humanos cuando en realidad son las peores violadoras de los mismos. Sin lugar a dudas, actualmente los EUA son los campeones de las violaciones a escala mundial; sin embargo, se llenan la bocota proclamándose los grandes guardianes universales y los grandes campeones humanitaristas. Vaya descaro, vaya cinismo, vaya falsedad, vaya cretinismo, vaya inmundicia. Y Europa, soñando todavía con “las glorias pasadas”, añorando sus viejas galas imperiales, aspirando a figurar como falsos creadores de la mal llamada civilización occidental, no se queda atrás y trata malamente de imitar a sus actuales amos.

Los campeones de la democracia y de la defensa de los derechos humanos, títulos auto conferidos, tienen todavía el descaro, la arrogancia, la prepotencia y el deseo de enrostrarnos nuestra propia imbecilidad, de “calificar” la conducta de los demás. Quisiera saber si alguien tiene la noticia sobre quien les confirió esos títulos, con que autoridad, con que justificación. Otra ironía una vez más, cachicamo llamando a morrocoy conchúo.

Bien lo dijo Jesucristo, busca la viga en tu propio ojo antes que la paja en el ajeno. ¿Es que ellos no tienen ojos para mirarse a sí mismos?

Hay una tonta historia sobre el peor hombre que ha existido en el mundo, culpable de todos nuestros males pasados, presentes y futuros. No, no es Adán como muchos presumiblemente han pensado. Se cuenta que al principio la humanidad vivía feliz en colectivo, unos cazaban, unos pescaban, unos buscaban frutos y semillas, otros cuidaban niños y ancianos; colectivamente se ayudaban y protegían entre sí; pero, un día salió uno, cercó un pedazo de tierra y proclamó su PROPIEDAD PRIVADA. Todos los demás rieron, se carcajearon, se burlaron, lo creyeron fuera de sus cabales pero, siempre hay un asomao que la caga, y lo apoyó diciendo que SI, que esa tierra era del otro.

Bien, ese, precisamente ese tipejo, ese arrastrado adulante, fue el peor ser humano que jamás existió. Ese es el único culpable de todo lo que nos ha pasado, lo que nos pasa y lo que nos pasará quien sabe por cuanto tiempo más.

Saque cada quien sus propias conclusiones del estúpido cuento triste que les he relatado y aplíquelo a la situación actual que, por cierto, no es tan actual, es más vieja que el chivo del almanaque.

Venezolanos: vamos a ponernos mosca. Es altamente posible que después de Libia vengan a matarnos y robarnos nuestro petróleo y demás recursos naturales. ¿Cuántos habrá entre nosotros como el lameculo del cuento?


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

miércoles, 23 de marzo de 2011

La gran falacia

Decicado con afecto a mis camaradas españoles Antonio y José Luís.

Democracia. Del gr. δημοκρατία).
1. f. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.
2. f. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.

Así lo define la Academia de la Real Lengua de los Españoles. Etimológicamente es gobierno del pueblo. Recordar: GOBIERNO DEL PUEBLO.

Abraham Lincoln definió DEMOCRACIA magistralmente: gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.

Sobre la democracia se ha escrito bastante que no se sabe cuantos estantes gigantes se llenarían con todos esos libros y; hablar, no se diga, todo el mundo habla de democracia y se regodea con sus dichos. Pero entre tanto escribir y tanto hablar, observo que cada quien aspira a tener su propia democracia, al igual que todos y cada uno en particular aspira a tener su propio Dios hecho a su propia medida. Bien por la teoría pero, aterricemos, vayamos a la práctica, a la vida real, a lo que llamo la democracia pedestre. Mi opinión es que no hay democracia en ninguna parte del mundo, es la gran falacia que nos han hecho tragar. Que fantástico cuento nos han hecho creer y que pendejos hemos sido que nos lo hemos tragado, que nos lo han metido sin salivita.

Sí, sí, ya sé. Están pensando que me picó un bicho raro, que desvarío o que estoy loco de remate. Puede ser que tengan razón; pero, les hago una pregunta: ¿han analizado el asunto? ¡¿No?! Analicémoslo un poquito entonces.

Llamar a la gente a votar cada tantos años no implica directamente que haya democracia. Se vota, se eligen unos individuos y nos olvidamos por todos esos años hasta que nos convocan de nuevo. Supuestamente nos representan, previamente han hecho promesas, nos olvidan y hacen lo que les da la gana. Pero, ¿cómo se postulan esos individuos a los cargos? Lo hacen en cenáculos cerrados y los escoge un grupo de personas que tienen sus intereses, invierten en campañas propagandísticas para promoverlos y, lógicamente, les imponen las condiciones propias del grupo que, si no las cumplen, los defenestran. Los matan, Casos se han visto. Así que, en realidad no nos representan a nosotros sino a quienes los postulan.

Nos han hecho creer que el gran paradigma de la democracia son los Estados Unidos de América. En los EUA la gente no elige Presidente en elecciones directas sino en segundo grado. El candidato lo eligen dos partidos políticos únicos, lo que obligatoriamente exige optar solo entre dos. Pero, ¿qué opciones ofrece cada grupo? Pues, tan solo diferencias mínimas entre uno y otro pero, en realidad son exactamente lo mismo porque ambos grupos obedecen a sus promotores financieros que son también los mismos. No hay posibilidad alguna de escoger alguien que no pertenezca a ellos por lo que el pueblo no elige al candidato, elige funcionario al que ha sido seleccionado por otros con intereses muy distintos a los propios. El candidato electo no es el del pueblo, es el de un grupo que se lo ha impuesto y lo ha forzado, lo ha encallejonado a escoger solo entre dos opciones iguales. No es candidato del pueblo, en consecuencia no puede ser funcionario del pueblo o, lo que es lo mismo, no es gobierno del pueblo ni gobierna para el pueblo.

Si el funcionario trabaja en pro de los intereses del grupo promotor no puede ser el gobernador del pueblo ni tampoco lo hace en su nombre. La propaganda le ha hecho creer a la gente que es su candidato y que también gobierna en su nombre, lo cual es falso. Visto lo anterior se concluye que si no gobierna en función de los intereses del pueblo, difícilmente gobierno por, para y con el pueblo. Además, si el elegido falla, como sempiternamente ocurre, no hay manera de quitárselo de encima, hay que soportarlo todo el período hasta que se repita el ciclo.

Tal cual como ocurre en los EUA ocurre en los demás países. Las diferencias son sutiles, solo de forma y jamás de fondo.

Internacionalmente ocurre otro tanto. Inventaron un inservible parapeto para supuestamente regular las relaciones entre los estados y servir a la humanidad. ¡Que atorrancia! ¡Servir a la humanidad! ¿Acaso las Naciones Unidas sirven a la humanidad? ¡No! ¡Mil veces no! Sirven en principio a los cinco grupos que gobiernan las cinco potencias victoriosas de la segunda guerra mundial. En la asamblea hay 192 países de los cuales, salvo 5, ninguno vale nada. Mejor dicho, basta que 1 entre esos 5 se oponga para anular lo que hayan acordado los otros 191. A escala mundial hay la dictadura de un reducidísimo grupo.

Vayamos los pueblos de cada país buscando la forma de mandar al mismísimo carajo a esos grupos que siempre nos han desgobernado y organicémonos para tomar y controlar el poder nosotros mismos. El la única manera que haya democracia; si el pueblo toma el poder gobernará para sí, por sí y consigo mismo. Tímidas experiencias han aparecido ya en el mundo, están en fase inicial aún muy precaria, aprendiendo como hacerlo, cometiendo errores y teniendo fallas, pero se está intentando.

Una vez llamaron “Trabajadores del mundo uníos”. Lo voy a parafrasear, “Pueblos del mundo uníos en cada país”. El próximo paso será la unión universal. Imposible antes.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

martes, 15 de marzo de 2011

Algo sobre medios de (des)información

En mi anterior escrito me referí al antídoto que desarrollamos en Venezuela para inmunizarnos contra el veneno mediático que nos inyectaban, y tercamente siguen inyectándonos los lacayos del imperio, propios y ajenos.

Para nuestros amigos de otras latitudes que a veces se sorprenden y se preguntan la o las razones por la cuales ese veneno no nos afecta, con agrado les doy algunos datos históricos.

Todo empezó más o menos por allá por la década de los 80 del sigo pasado. En esa época, todavía existían medios creíbles en el país y, por antonomasia, también en el extranjero. No habíamos despertado aún del sueño que nos hacía creer que los medios decían la verdad. Nuestros medios nos vendían la falsa idea que en el país había democracia, la mejor del continente; que estábamos maravillosamente bien encaminados por la senda del progreso. Lo cierto fue que comparamos lo que decían con lo que realmente existía y nos aterró la incongruencia; había restricciones y persecuciones por razones políticas, los problemas y la exclusión sociales se agravaban más cada día, la falta de oportunidades aumentaba, la miseria crecía desmesuradamente y, a la par, la brecha entre ricos y pobres se hacía exponencial. No cuadraba lo que decían con lo que vivíamos.

Como consecuencia directa, los partidos políticos y los gobernantes perdieron credibilidad y los dueños de medios cometieron en garrafal error, y lo continúan cometiendo, de pretender suplantarlos. Hacerse ellos los dueños del poder. Se abrogaron unilateralmente la facultad de dirigir los destinos del país.

Internacionalmente - ¿coincidencia? – se hablaba del Fin de la Historia, se imponía la tesis de Fukiyama, se derrumbó la URRS y el campo socialista, se implantó el mundo unipolar y los gringos vinieron por sus fueros con sus arietes, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a reforzar las cadenas que nos ataban a ellos y aumentar la dosis de exacción. El mundo entero se había sometido a sus designios mansamente. La loa al canto neoliberal se convirtió en himno y letanía seráficos.

Los medios celebraban alborozadamente el nuevo orden mundial. Pero, - ¡oh, sorpresa! – en 1989, exactamente todo comenzó un 27 de febrero, el pueblo venezolano se arrechó, se alzó, se sublevó espontáneamente y reclamó sus derechos conculcados. Al gobierno de turno no se le ocurrió otra solución que masacrarlo y reducirlo a sangre y fuego al punto que todavía no se sabe cuantos muertos hubo, amén de la cuota de heridos y lesionados de por vida.

El bravo pueblo venezolano había sido fiel a sus tradiciones y zaga histórica una vez más. La expresión bravo pueblo, amigos de otras tierras, está contenida en la primera estrofa de nuestro himno nacional: Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó. Ese himno, al igual que La Marsellesa francesa, es de origen popular, canto de pueblo guerrero convertido luego, oficialmente, en himno nacional.

Yo opino que ese fue un tiempo histórico de quiebre y ruptura. Por una parte, el pueblo, aunque aplastado por la fuerza destructiva de las armas de guerra, se quedó despierto y alerta; no creyó más en los políticos y partidos tradicionales, no creyó más en los medios de comunicación, comenzó a creer solo en sí mismo, a depender solo de sí mismo. Los dueños de medios, con la contumacia y arrogancia que les caracteriza, no entendieron la nueva situación y arremetieron contra el pueblo, lo descalificaron, insultaron y despreciaron llamándolo horda, marginales, pata en el suelo, ignorantes, miserables, borrachos, esdentaos, lumpen, criminales y muchos otros calificativos de idéntico tenor.

En resumen, el pueblo no quiso saber más de politiqueros tradicionales y tampoco de medios de comunicación. Eso no lo dicen, pero los grandes periódicos bajaron su circulación a cifras ridículas y hoy en día dependen del financiamiento gringo para sobrevivir. Las estaciones de radio y televisión tuvieron que aliarse y depender de las grandes cadenas transnacionales.

Lo dicho es parte de la razón de ser de la Revolución Bolivariana que no quieren aceptar y no admiten que los haya desplazado. Coincidencialmente, al imperio norteamericano tampoco le agradó perder el dominio total que ejercía sobre quienes gobiernan el país en su nombre y según sus intereses. Se juntaron esos dos demonios, imperio y medios. Quisieron retomar el poder y tampoco pudieron, continúan haciendo de todo para retomarlo y el pueblo siempre se les atraviesa.

En el año 2002 tuvieron un éxito momentáneo. Entre otros ingredientes, los medios prepararon un fenomenal teatro para engañar al pueblo. Con falsos videos y muchas otras falsas informaciones difundieron mentiras asombrosas pero, - ¡oh sorpresa! – el pueblo tampoco les creyó. Al contrario, actuó decididamente y recuperó a su gobierno que los canallas habían tenido el pírrico éxito de quitarle pero tan solo por 47 horas.

Lo escrito es tan solo una minúscula parte de lo que ocurre con la Revolución Bolivariana. Eso es algo que a mucha gente le cuesta entender como generalmente sucede con todas las cosas que son originales. Se salen del contexto del cuadro mental que poseemos. Es natural que así sea porque forma parte de las características psicológicas de los seres humanos. Inclusive, aquí en la mismísima Venezuela muchos venezolanos aún no lo entienden.

Los medios y el imperio insistirán. Nosotros insistiremos con nuestra decisión de construir una patria digna y feliz. Que así sea.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

jueves, 10 de marzo de 2011

Los Medios Positivos y los medios negativos

En Matemáticas nos enseñan sobre números naturales, primos, compuestos, enteros, pares, impares, racionales, quebrados o fraccionarios, decimales, irracionales, reales y complejos. Un medio se representa de dos formas, bien sea ½ o 0,5. En este caso son positivos. Si escribimos -1/2 o -0,5 serían negativos. Mentalmente me puse a jugar porque el pasado domingo 6 de marzo de 2011 escribí mi anterior artículo, “Reflexiones al voleo”, al cual mi amigo y seguidor José Luís Forneo agregó desde Madrid un comentario que me puso a pensar y reflexionar sobre los medios. Él escribió: De verdad que un español no puede mas que sentir envidia hacia Venezuela por las cadenas informativas como Telesur o Venezolana de TV que sirven de antídoto al veneno de las televisiones del capitalismo.

Me hice una pregunta: ¿A cual o cuales categorías pertenecen los medios? No los ½ o los 0,5 sino los medios de comunicación, sobretodo los transnacionales. Que malo. No aguantan un ligero análisis. En su gran mayoría, salvo honorables excepciones que supongo hay pero no conozco aún. Sin pensarlo mucho los catalogué así: no naturales (van contra natura), compuestos (de carroña putrefacta), IRRACIONALES, reales (muchos reales que cuestan y obtienen del financiamiento gringo), complejos y negativos. MUY NEGATIVOS por los catastróficos resultados que produce el veneno letal que transmiten.

Cuando hablo de medios de comunicación a escala global, me refiero a radio, televisión, prensa escrita, Internet; en fin, toda la gama de artificios que hoy en día se usa para comunicar. Pero, vayamos a ver con cual intención se comunica cualquier cosa que se quiere que otro u otros sepan.

En principio se creyó que divulgaban la verdad y, según entiendo, razonablemente lo hacían hace tiempo inmemorial; pero – siempre aparece un pero – un cierto día un cierto dueño de medio se dio cuenta que podía retorcer algo a la verdad y obtener algún beneficio generalmente crematístico. Luego la retorció más y más y más, colocó medias verdades, verdades retorcidas que no son verdad, hasta que MINTIÓ DESCARADAMENTE. Como se dice en criollo, le cogió el gustico y se aficionó a la mentira. Pero la cosa no quedó ahí, luego se puso científicamente a fabricar mentiras en un bien apertrechado laboratorio, contrató semiólogos, contrató psiquiatras y psicólogos especialistas en comportamiento humano y, sobretodo, en manipulación de percepciones y emociones primarias. ¿Para qué? Simple. Para que la gente creyera lo que él quería que creyera. ¿Por qué? Porque, como emprendedor capitalista, sencillamente ganaba dinero. Detrás del “convencimiento” estaba en búsqueda de reacciones del público, de aprobación o desaprobación de algo; pero también de inducirlo a determinados tipos de acciones irracionales disfrazadas de racionales. Inútil decir que invariablemente afirman que divulgan solo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. El hecho concreto es que muchos se han tragado esa enorme rueda de molino en todo el mundo, y les cree.

El fenómeno brevemente descrito (hay muchos libros y tratados que lo estudian a fondo) fue aplicado brutalmente en Venezuela pero – siempre aparece un pero – el pueblo venezolano que se ha distinguido por hacer las cosas a su manera y dar el ejemplo que Caracas dio, no se tragó las ruedas de molino que dijimos anteriormente y les estropeó el esfuerzo y la estrategia, estrategia probada exitosamente en muchas partes, que había dado resultados altamente positivos en muchos lugares, especialmente en su sitio de origen, específicamente en los Estados Unidos de Norteamérica.

Digresión: Seguid el ejemplo que Caracas dio. Ultima estrofa del Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Aclaratoria para los amigos de otras partes.

He ahí el origen de la razón que aduce José Luís Forneo. Nos obligaron a desarrollar un antídoto a ese letal, destructivo veneno. He ahí el origen de la programación de VTV y Radio Nacional de Venezuela, la creación y fortalecimiento de Telesur, la Radio del Sur y cientos de emisoras y publicaciones comunitarias. Todos ellos, con la verdad, desbaratan los bodrios creados por las poderosísimas corporaciones transnacionales de la información a escala planetaria. Ya no son solo para los venezolanos exclusivamente. En muchas partes se han agregado otros amantes de la verdad y de la libertad y se han ido tejiendo redes que día a día demuestran que es cierto el predicamento de Abraham Lincoln: Puedes engañar a uno todas las veces, puedes engañar a todos una vez; pero, no puedes engañar a todos todas las veces. Nos cupo a los venezolanos el orgullo de ser pioneros en ese campo, campo muy minado por cierto. Lo vamos logrando. Al principio estábamos totalmente solos, ya no.

Un pequeño ejemplo. Telesur envió sus reporteros a ambos lados del conflicto en Libia. Transmitió y sigue transmitiendo la verdad. Se volvieron locos. Se les estropeó el programa. Ahora pasarán tiempo pensando que hacer. Ojalá hayamos salvado a los hermanos libios de otra agresión del imperio. Al menos se ha pospuesto, por ahora.

Saludos José Luís. Gracias por haberme dado un tema. Quizás lo amplíe.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

domingo, 6 de marzo de 2011

Reflexiones al voleo

Dedicado con especial afecto a mi camarada Antonio Marín Segovia de Valencia, España.

No me presten mucha atención porque no soy experto en estas cosas; hay muchos que han dedicado inclusive todas sus vidas a estudiarlas, así que me limitaré a como las veo desde mi estrecha perspectiva y corta visión.

El mundo, quien lo puede negar, está sumido en una especie de precataclismo (no sé si la palabra existe y tampoco lo averiguaré) y la gente, como es natural, está también sumida en una atmósfera de pesimismo, todo lo ven horrendo.

Se volvió repetitivo a escala mundial que existe una enorme crisis ambiental y de ella se deriva una crisis alimenticia con su cuota de hambrientos, desnutridos y muertos, lo que a su vez provoca una crisis política ante la incapacidad de los gobiernos para orientar sus acciones hacia la satisfacción de las necesidades humanas. Todo se entremezcla y surgen las crisis económicas y financieras con sus lógicas secuelas de desempleo, caidas de la producción, desmejoramiento de todos los derechos de los que menos tienen; en fin, crisis sociales por todas partes. Tal como existe a escala de regiones y países, también existe a escala global y algunos de ellos, especialmente los más poderosos, buscan resolver sus problemas quitándole a los más débiles sus recursos naturales poniendo en práctica brutales esquemas de colonialismo de nuevo cuño. Que no se les ocurra ponerles trabas y si se oponen allá va la maquinaria de guerra a expoliarlos a la fuerza con su secuela de más hambre, más destrucción y más muerte. Los ejemplos sobran. Repetirlo es llover sobre mojado. Hasta ahora no he dicho nada nuevo, nada original. ¿Cuántos focos de tensión, destrucción y muerte existen hoy en día?

Los pueblos, entretanto, no son informados adecuadamente sobre lo que ocurre sino que, por el contrario, son infamantemente sometidos a un permanente lavado cerebral para que crean las beatíficas buenas intenciones de los grupos de poder que quieren extender su dominio a escala mundial.

Noam Chomsky, brillante intelectual norteamericano, afirmó que, tal vez, la única manera de detener el fenómeno e intentar salvar a la humanidad de la certera pronta destrucción de la especie humana está en manos de la opinión pública mundial. En teoría, afirmemos que Chomsky tiene razón. Pero, ¿en la práctica, qué podemos hacer para motorizar a la opinión pública mundial?

La respuesta a la anterior interrogante puede parecer a muchos imposible ante el formidable poder de las transnacionales de la información, que dan a diario su receta de muerte a través de sus medios mundiales. Ocultan la verdad cuando va en contra de sus intereses, divulgan medias verdades, verdades retorcidas o simplemente mentiras. El colmo de la mendacidad y el cinismo. La arrogancia se les derrama y malignamente impregna todo cuanto llega a tocar.

El cuadro que resumidamente presento es por demás pesimista. Tenebroso. Oscuro. El anuncio del Apocalipsis. ¡A rezar! ¡A pedir perdón por los pecados! ¡A esperar la muerte cierta! Sin embargo soy por naturaleza optimista. He visto pequeños destellos de luz al final del largo e interminable túnel.

Hace cierto tiempo oí unas reflexiones del admirado y maravilloso líder altiplánico Evo Morales. Hizo gala de sabiduría milenaria acumulada en los genes de su raza cuando afirmó que los movimientos sociales y laborales bolivianos habían luchado durante muchos años para obtener mejoras y reivindicaciones pero, como funciona en todas partes, dejaban las soluciones en manos de los políticos y éstos nunca cumplían. Antes, por el contrario, los reprimían bestiamente cuando querían hacer valer sus lógicas y naturales aspiraciones. Hasta que llegó el día, cuando cansados de tanto engaño y sufrimiento tomaron una decisión lógica: TOMEMOS NOSOTROS MISMOS EL PODER POLÍTICO Y RESOLVAMOS NOSOTROS MISMOS NUESTROS ASUNTOS. Pero, además, se lo comunicaron al pueblo por sus propios medios y el pueblo los apoyó. La opinión pública lo logró.

¡Carajo! Que solución tan sencilla, tan obvia, y nadie más la ha visto nunca en ninguna parte del mundo, a excepción de la tempranamente fracasada consigna aquella de “todo el poder a los soviets”.

En Venezuela, se está llevando a cabo exitosamente un experimento similar estableciendo pacíficamente mecanismos constitucionales y legales que van poniendo paulatinamente el poder, todo el poder, en manos del pueblo. También en Ecuador y más tímidamente en otros países de América. En los lugares mencionados se nota el éxito y los resultados positivos a favor de las grandes mayorías sempiternamente desfavorecidas.

Pero, ¡oh! Para las grandes cadenas mediáticas mundiales eso es obra del diablo y para las elites gobernantes – ojo, dije elites gobernantes, no pueblos – de las grandes potencias capitalistas, todo eso debe ser sometido a destrucción lo más rápido posible.

Hago una cordial y muy cariñosa sugerencia a todos los sabios pueblos del mundo, a nuestra manera y con nuestras propias características y peculiaridades, pongamos en práctica LA SOLUCION BOLIVIANA, mandemos los políticos tradicionales al mismísimo carajo y tomemos nosotros mismos las riendas del poder. Solo así tendremos lo que queremos. Anteriormente, lo afirmó también el infinito uruguayo José Gervasio Artigas, NO DEPENDAMOS SINO DE NOSOTROS MISMOS.



PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!