miércoles, 15 de noviembre de 2017

La guerra – Segunda parte

Lucha típica de un día

Salgo por la mañana como un ciudadano cualquiera a realizar la rutina diaria en mi pequeño pueblo donde, por supuesto, cuento con menores servicios, facilidades y recursos externos que en los conglomerados mayores. Lo inevitable en estos malhadados tiempos es que, no más dar el primer paso, me convierto sin desearlo en un combatiente desarmado y solitario sin preparación a enfrentar quien sabe que ataques y por cuales flancos. Es la diaria, dura, dolorosa experiencia que nuestros asesinos despiadados nos han impuesto desde hace varios años y cuya intensidad arrecia a diario sin conmiseración alguna.

Espero al transporte público. Tiempo perdido, conversación intrascendente con vecinos o desconocidos, calor y angustia y el autobús no pasa. Conjeturas, chismes, habladurías. Al final nos vamos algunos con un “pirata” que nos cobra lo que le da la gana en una chatarra fétida, sucia, incómoda a la que le suena hasta la poca pintura que le queda. El diario ritornello es que el autobús está accidentado por falta de repuestos, cauchos, batería o cualquier otro repuesto y está demás decir que esos elementos han desaparecido del mercado (acaparados engordándolos) y, cuando milagrosamente se encuentran, es a precios exorbitantes. Siendo en gran proporción importados, los precios los indexan a diario a la cotización del criminal e ilegal dólar “negro”, otra de las estrategias internacionales para destruir nuestra moneda. Es una perogrullada decir que dollar today (minúsculas en señal de asco y repudio) nos acogota a todos para fomentar el placer de los ladrones. En este punto, mencionamos también el resto de los servicios públicos. El saboteo es casi a diario en el servicio eléctrico, los sistemas de agua y las telecomunicaciones lo cual, como es de suponer, causa severos problemas a la colectividad.

Después, una peregrinación por abastos, supermercados y ratoneras en búsqueda de productos esenciales que necesitamos en casa. No hay, los acaparan, los esconden, los venden con condiciones y, eso si, suben los precios casi a diario, especialmente cuando hay algún evento de naturaleza política; entonces se ensañan, los porcentajes de aumento no bajan del 100%. Por supuesto, los comentarios son variopintos; desde los más absurdos hasta los más incomprensibles: muchos no entienden o no les da la gana de entender que no es culpa del gobierno como lo repiten hasta el cansancio todos los medios de alienación, que es una forma maquiavélica de atacar nuestras neuronas haciéndonos prospectos para adquirir cualquiera de las patologías mentales que están haciendo las delicias de psiquiatras y psicólogos.

Debemos por fuerza mayor intentar sustituir lo que buscábamos. A estrujarnos los sesos para encontrar formulas sustitutivas. Nuevo peregrinaje y resultados similares a los descritos en el párrafo precedente. La tortura raya limites insufribles, la angustia crece, cunde la desesperación, el humor se altera y nos volvemos proclives a cometer actos que normalmente somos incapaces.

A lo anterior debemos agregar el diario calvario de encontrar “algo” de dinero en efectivo para pagar en sitios donde no hay puntos electrónicos, pero – oh paradoja – pagar en ellos es generalmente otra tortura. Si funcionan, los tienen arreglados a distancia para que tarden una infinitud. Un sencillo proceso que no debe tardar normalmente más de un minuto se convierte en un tiempo indefinido o sencillamente la transacción se frustra. Tenemos dinero, existe el producto aunque excesivamente caro y no podemos adquirirlo. Total, tortura refinada al máximo.

¿Quienes son nuestros torturadores? Una larga cadena que todos debemos saber identificar, culpar y condenar. El jefe mayor de toda esa larga caterva de delincuentes, criminales, es sin dudas el imperio gringo y no me desmientan. Quieren a toda costa recuperar el control de nuestros recursos naturales que tuvieron a sus anchas por unos cien años y la Revolución Bolivariana recuperó para ponerlos al servicio del pueblo. Los segundos en el organigrama son sus serviles lacayos habitantes o no de Venezuela. Hago una digresión: observen que no digo venezolanos. Aunque muchos nacidos en nuestro país, con cédula de identidad venezolana, no son venezolanos, la Patria les importa un carajo, son asquerosos traidores a la Patria que van abiertamente, sin vergüenza ni pudor, por el mundo arrodillándose ante sus amos pidiendo sanciones, bloqueos económicos, comerciales y financieros y hasta intervenciones armadas. Cuanto lamento que no estemos en tiempos de Bolívar quien hubiera ordenado sin contemplación alguna que fuesen pasados irremisiblemente por las armas. Cito de memoria una maravillosa frase de Bolívar: los traidores deben ser irremisiblemente pasados por las armas (degollados) porque no valen ni siquiera el costo de una bala. Entonces no eran fusilados, ese era un honor para hombres y no para cobardes, y digo cobardes porque todos ellos son unos pusilánimes llorones que, cuando los agarran, chillan más que marrano en motocicleta.

Los terceros, todos aquellos ignorantes inconscientes, de buena o mala fe, que se prestan para explotar el pueblo sin saber que ellos también son víctimas de toda esta trama infernal. Y, transversalmente repito, los medios de alienación colectiva.

Plan maquiavelicamente perfecto. Guerra, terrorismo de todo tipo con ataques simultáneos por todos los flancos. Destruir nuestras neuronas, idiotizarnos y someternos lo cual han hecho con intensidades variables desde hace 18 años. Muchos se preguntan en el mundo si, siendo esto cierto, como es que hemos aguantado tanto estoicamente y no nos hemos rendido. En mi modesta opinión, las razones tendríamos que buscarlas en nuestra historia, nuestros genes y nuestras esperanzas e ilusiones futuras sin olvidar que hemos sido el pueblo de las dificultades. Herencia de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar quien se calificó a si mismo como el hombre de las dificultades. Tengo la más cierta de las certidumbres, como dijo Walt Whitman, que resistiremos y en cierto momento nuestra contraofensiva será demoledora. No nos quepa la menor duda.

Esos cobardes traidores no dan la cara, pocos sabemos quienes son nuestros enemigos. Concluyo con un elenco de mafias criollas criminales, terroristas que ejecutan esos planes macabros contra todo el pueblo. Todos, menos los millonarios que se hacen más millonarios cada día, lo sufrimos. Es una guerra terrorista contra todo el pueblo; así que, sepamos quienes son algunos de esos brazos ejecutores, todos pertenecientes a la oligarquía criminal, cuyas denominaciones escribiré en minúsculas en señal de asco y repudio.

fedecámaras: federación de cámaras y asociaciones de comercio y producción

consecomercio: consejo nacional del comercio y los servicios

venamcham: venezuelan american chamber of commerce (cámara de comercio venezolana americana)

cavidea: cámara venezolana de la industria de alimentos

cámara venezolana de la industria farmacéutica

ansa: asociación nacional de supermercados y afines

fedenaga: federación nacional de ganaderos
asociación bancaria nacional

credicard: empresa creada por los banqueros para el manejo de los puntos de venta y cajeros electrónicos

Y otros más que escapan de mi memoria, por ahora (como dijo el penco aquel)

Pueblo: ¡conoce tus verdugos!



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jueves, 19 de octubre de 2017

La guerra – Primera parte


Todos, o casi todos, tenemos la idea generalizada que en una guerra se enfrentan dos o más grupos con el propósito de destruir al o los adversarios a toda costa con los métodos e implementos mortíferos disponibles. Tal vez sea la influencia de las producciones bélicas de Hollywood en las que veíamos grupos de hombres armados, atrincherados o no, resistiendo los embates del enemigo y, a la vez, respondiéndoles con parecida ferocidad. Defensa y ataque. Disparos de todo tipo van y vienen. Unas veces protegiéndose y otras atreviéndose a devolver el fuego.

En la guerra que actualmente peleo hay pocos disparos reales de armas de fuego aunque, de hecho, los ha habido durante cuatro meses, los hay ahora de manera esporádica aunque en menor intensidad y ojalá no los haya en el futuro de la manera como nos acostumbró la cinematografía. En esta ya larga guerra actual la mayoría de los disparos no provienen de rifles, ametralladoras, cañones ni nada parecido. Tampoco tenemos que refugiarnos para protegernos de bombas o cohetes.

No estoy diciendo bobadas ni cosa parecida. Esta guerra es quizás más destructiva y atroz que esas a las que me he referido antes. No nos disparan, no nos cañonean, no nos lanzan bombas ni cohetes pero el daño que nos causan es quizás peor. El enemigo no lo tenemos claramente a la vista al punto que muchos, sumergidos en la batalla y dañados por sus efectos se niegan a aceptarla e, inclusive, también niegan su existencia.

Nos atacan desde diversos flancos de manera despiadada y el daño que ya han causado es enorme y sus consecuencias quien sabe cuanto tiempo durarán. De manera gráfica, a veces me imagino a mi mismo recibiendo simultaneamente cargas desde varias direcciones todos los días y a todas las horas. Los “disparos” vienen de diferentes maneras; desde varios flancos nos atacan una parte vital con el acaparamiento, la escasez, el condicionamiento ilegal de la venta y la especulación inmoral con los precios de la comida, las medicinas y otros productos vitales, que a veces sufren aumentos de más del 100% en pequeños lapsos de tiempo.

Otro flanco para el ataque es el saboteo a los servicios públicos. Cuanto saboteo al servicio eléctrico, al agua potable, el transporte público, las comunicaciones y otros que debemos soportar y nos causan estremecedores efectos.

Pero los certeros disparos no terminan allí. Debemos agregar necesariamente el incesante ataque alienante por parte de – valga la redundancia – los medios de alienación que jamás llamaré de comunicación porque no comunican nada. Ellos son responsables directos de muchas enfermedades psicológicas, la infofrenia y la disociación psicótica entre otras tantas patologías.

A lo anterior debemos agregar los ataques económicos y financieros al país que terminan incidiendo en la vida diaria de todos. Entre ellos hay que señalar los ataques a la moneda que provocan inflación inducida, la artificial restricción a la circulación de efectivo por parte de la banca que incluye la obstrucción deliberada al uso de cajeros automáticos, puntos de venta electrónicos y negativa a la entrega de efectivo, de nuestro dinero, en los cajeros de las agencias bancarias.

Por si no les bastara, ahora tenemos encima la espada de Damocles representada por la amenaza de los disparos reales, los cohetes y las bombas por parte de los gringos que están locos y no hayan como disimular sus ansias de robarnos nuestras riquezas naturales.

A veces me imagino a mi mismo como un combatiente solitario y desarmado, sin un lugar para guarecerme y protegerme, aguantando despiadados ataques desde todos los flancos por parte de fuerzas superiores casi a punto de rendirme por cansancio, hambre y frustraciones. ¿Cuantos venezolanos nos sentiremos simultanemente así? Pero, por otro lado, sé, estoy seguro que millones de venezolanos estoicamente seguiremos resistiendo, haciendo gala de nuestra genética guerrera que nos ha convertido en el pueblo que siempre ha vencido y seguirá venciendo todas las dificultades, fieles a la herencia de nuestros Libertadores.

(Continuará)


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martes, 11 de julio de 2017

Mangos, Mangos y más Mangos

Es mi secreta opinión, que comparto por primera vez, que lo mejor de comer mangos es que volvemos a la infancia. Aunque sea por cortos momentos, sentimos esa rara y extraña felicidad. Pero – ojo – para disfrutar ese inusitado placer tenemos que hacerlo también como lo hacíamos cuando éramos niños; o, dicho de otra forma, volvernos niños cuando comemos mangos.

Estamos en plena temporada de mangos. Vivo en una región donde abundan y en mi casa tengo varios árboles. A diario, creo que me como por lo menos veinte... y no me canso. Eso sin incluir los jugos y la jalea de mango verde.

Pero también hay algo colectivo que nos causa gran placer y nos hace volver a épocas cuando imperaba la solidaridad y el afecto entre vecinos. Se nos quita el egoísmo impuesto por la sociedad de consumo y repartimos mangos a diestra y siniestra entre todos quienes quieran comerlos. A diario reparto entre los niños, especialmente, no se cuantas frutas y me gusta oír los chipilines y chipilinas siempre quejarse que son muy poquitos.

Pero, ¿qué eso que describo como “volvernos niños”?

Verán. Creo que amerita una explicación. A medida que avanzamos en edad nos deslastramos de esa encantadora naturalidad infantil que tanto celebramos en los angelitos que nos rodean. Adoptamos poses, maneras, actitudes generalmente impuestos por la sociedad. Nos volvemos seguidores de reglas que no sé quien diablos implantó. Entre otras la de comer como la gente educada. Pero – si no me creen hagan la prueba – para disfrutar la ingesta de mangos, repito, hagámoslo como lo hacen los niños. Cero etiquetas, cero cuchillos, cero pulcritud. Simplemente intentemos recordar como lo hacíamos nosotros mismos que muchas veces los comíamos con concha y todo. Agarremos la fruta madurita, la mordemos y si está bastante jugosa nos chorreamos, nos embadurnamos la cara, nos ponemos olorosos a mango, la disfrutamos y luego nos chupamos “la pepa” hasta dejarla blanquita. Al final estaremos chorreados, llenos de jugo, olor y sabor por casi toda la cara, brazos y manos, nos chupamos los dedos, nos ensuciamos de sustancia amarilla; en fin, presentaremos desde el punto de vista de las reglas de la pulcritud un estado sabrosamente lamentable. Atrévanse, háganlo, disfruten y después me cuentan su renovada experiencia de volver a la infancia por un ratico.

Por último, un postrer gusto. Después de jartarnos de mangos, especialmente si són de hilacha, el sabroso placer de sacarnos los pelitos de entre los dientes. ¿A que a más de una(o) le vinieron viejos, lejanos recuerdos?

Divaguemos sobre el mismo tema y adentrémonos en lo poco que sé sobre la historia del mango en nuestro país. Para empezar es falso de toda falsedad lo que han escrito historiadores y poetas sobre Bolívar niño correteando por los campos y comiendo mangos. Poeticamente muy lindo, tal vez, pero historicamente falso. En esos tiempos no existían mangos en Venezuela.

El mango es originario de la India al igual que la caña de azúcar y muchas otros vegetales que se producen en nuestros campos, solares y jardines. Es tal vez la única herencia positiva que nos han dejado los ingleses; fueron ellos quienes trajeron los mangos a Venezuela. ¡¿Qué?! ¡¿Como?! Sí, tal como lo leyeron. Ocurrió en el siglo XIX, por allá por los años 1880 y, por favor no me pidan la precisión cronológica, cuando ellos lo trajeron para reforestar las zonas por donde pasarían los viejos ferrocarriles contratados durante la dictadora de Guzmán Blanco, el llamado autócrata civilizador, un eufemismo para llamar un formidable ladrón de siete suelas. Gran parte de la India es un país tropical como el nuestro y el cultivo se extendió por todo el país, se adaptó maravillosamente a nuestros suelos y climas. Con el tiempo se han producido mutaciones e hibridaciones y hoy disfrutamos de una multitud de variedades y sabores de mango. Los otros constructores de ferrocarriles de aquella época fueron los alemanes. Ellos no tenían colonias en la India y no conocían el sabroso mango. Para reforestar sembraron pinos pero eso no lo comen los niños, ni los viejos tampoco.

Entre nosotros los más conocidos genericamente son los de hilacha, los de bocao (bocado) y las “mangas”. Los hay chiquitos, medianos, grandes y grandotes; con una gama de sabores entre los dulces como la miel y los aciditos. Según el tipo también sirven unos u otros para hacer jugos, jaleas y mermeladas pero lo mejor de la mejor es hacer como los carajitos y comerlos cuando están en sazón, bien maduritos aunque a muchos les gusta comerlos verdes con sal. Ahh, ¿empiezan a recordar viejos tiempos? Por mi parte, me gustan maduritos y mejor si son picaos de pájaro. Decían los viejos de mi niñez que eran los más sabrosos porque los pájaros saben cuando las frutas están en su mejor sazón. Ahora me vienen a la memoria dos recuerdos, uno de antaño y otro de hogaño; cuando niño mi gran gusto era trepar a los árboles, sentarme en una rama y darme banquetes con frutas en plena sazón. Envejecí y llegó la prohibición de trepar árboles pero adquirí otro gusto envidiable para muchos: jarto e mango, guindarme en un chinchorro bajo esos frondosos árboles y disfrutar un descanso único. Si no lo han probado se los recomiendo ampliamente.

Para mis amigos de otras latitudes les aclaro: chinchorro en Venezuela es una hamaca tejida con fibras naturales, las más frescas. Son famosas las tejidas con enea por los tejedores wayúu y con moriche por los cariña, dos etnias originarias de hermanos amerindios.

Olvídense de modales de gente chic. Déjense de placeres neoburgueses. Vuelvan a su infancia y sean felices. A comer mangos maduritos, a chorrearse bastante. ¿Qué carajo importa si manchamos la camisa o toda la vestimenta?



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martes, 20 de junio de 2017

Atila 2

Hace pocos días oí a alguien referirse a los desastres que causan los criminales orates fascistas de la mal llamada oposición venezolana; desastres que sobrepasan ampliamente los límites del simple crimen. Esta persona los comparaba injustamente, nada más y nada menos, que con Atila, Rey de los Hunos. Recordé haber leído una opinión autorizada, la de Wess Roberts, PhD sobre el mal llamado “azote” de Dios, busqué su libro Leadership secrets of Attila, the Hun (Secretos sobre el liderazgo de Atila, el Huno) - Pags. 12, 13 y, a continuación copio:

Attila was less savage than the Romans, who cast thousands of Christians to wild animals for mere entertainment. In comparison, he was less cruel than Ivan the Terrible, Cortés or Pizarro. In his sparing of Rome, he showed more mercy than did Genserich, Belizar, the Norsemen, the Germans and the Spanish mercenaries, who all pillaged it without regard.

Attila's legacy is generally unfamiliar to us in the Western World. We are naive about his historical importance as a genius civilizer, his open-mindedness and richness of views, in all of which he far exceeded Alexander the Great or Caesar.

Traducido a mi manera:

Atila fue menos salvaje que los Romanos, quienes lanzaban miles de cristianos a bestias salvajes tan solo para divertirse. Comparando, Atila fue menos cruel que Iván el Terrible, Cortés o Pizarro. Al perdonar a Roma, demostró más misericordia que Genserico, Belizario, los mercenarios escandinavos (vikingos), alemanes y españoles quienes saqueaban, destruían a discreción.

El legado de Atila es generalmente desconocido en la llamada Civilización Occidental. Ignoramos la importancia histórica de un genio civilizador, su mente abierta, su enorme visión, cualidades en las que sobrepasó a Alejandro el Grande y a César.

Admiro a Atila como personaje histórico. Lo afirmé antes en mi anterior escrito Atila en este mismo blog. Repito que Atila fue víctima de los medios de alienación de su época manejados por el imperio, también de su época. Estos crearon una falsa imagen de un hombre que luchó bravamente en inferioridad de condiciones contra un imperio que se impuso, en su tiempo y en su mundo, a sangre y fuego, destrucción y muerte. Lo que modernamente llamamos terrorismo, exterminio, genocidio, crímenes de lesa humanidad, esclavitud, discriminación racial, étnica, religiosa, social, etc.

La oposición venezolana es definitivamente fascista-sionista. Su deseo e intención es exterminar la Revolución Bolivariana; es decir, el llamado chavismo. Quieren e intentan realmente MATAR, acabar con todo el que huela o parezca chavista. Intentan y hacen lo posible por dañar de cualquier manera, cada vez peor, lo que es, lo que representa, lo que ha hecho, lo que hace y lo que hará el chavismo en Venezuela, en América Latina y el resto del mundo. Quien no se adhiere a sus perversas intenciones es su mortal enemigo; es, en términos sionistas goim (mierda) cuya única suerte posible es el exterminio, tal como se exterminan las plagas dañinas, la langosta, las cucarachas, etc. Así como para los sionistas, los goim, malamente traducido como gentiles, merecemos la muerte porque valemos, para ellos, menos que las mismísimas cucarachas, de la mismísima manera, según el concepto escuálido, todos lo no como ellos, también merecen la muerte.

No tienen ni pizca de humanidad. Desconocen el significado de las palabras piedad, clemencia y misericordia. No sienten el menor remordimiento de matar gente de la manera más cruel y despiadada y me refiero a las personas que han quemado vivas convirtiendo esas dantescas escenas en teatro burlesco y divertido. De otra manera no se explica como es que atacan despiadadamente locales de educación pre-escolar con infantes dentro y centros hospitalarios materno-infantiles poniendo en grave peligro bebés recién nacidos y madres parturientas.

Entiendo aunque no comparto que en una guerra se enfrenten bandos contrarios que buscan la destrucción del contrario. Entiendo también que en esos casos se desbordan las pasiones y afloran los peores sentimientos pero; al fin y al cabo, se trata de enemigos. Pero, pregunto, ¿son esos bebés, infantes y madres recién paridas sus enemigos a muerte? ¿Son enemigos a muerte aquellos cuya piel es algo tostada o simplemente negra? ¿Aquellos que no se visten, hablan, actúan o tienen hábitos y costumbres como las de ellos? Y lo más incongruente, nosotros no los consideramos como enemigos. En todo caso serían adversarios pero nunca sujetos de nuestro odio.

Hay algo adicional que tampoco me cuadra. Muchos de esos fanáticos son descendientes directos en primera o acaso segunda generación de europeos que llegaron a Venezuela después de la llamada II guerra mundial. Esas personas llegaron y fueron acogidas con humanidad, se les ayudó generosamente, se entendió su drama y se le dieron las mejores y mayores facilidades para que recompusieran sus vidas. Vinieron huyendo de sus explotadores, persecutores y genocidas y, ahora, comprobamos fehacientemente como sus descendientes se comportan de peor manera que aquellos que persiguieron sus padres o abuelos.

No llego a entender claramente como es posible que por una falsa y manipulada opinión, esas personas crean que se les persigue, se abusa de ellas, se les va a quitar sus bienes, ir en contra de sus egoístas intereses crematísticos. Tampoco entiendo la rabia que les provoca la ayuda preferente que la Revolución da a las víctimas de la sempiterna exclusión social. En días pasados, accidentalmente oí a uno de ellos alabar a Macri, el presidente argentino, por haber eliminado las pensiones a cientos de miles de personas con discapacidad. Grotesca la expresión de ese descerebrado al dragonear “lo que haría su sector con todo el dinero que reciben los más de tres millones de pensionados que hay en Venezuela”; y lo peor, remataba diciendo que “esos viejos inútiles son una carga para la sociedad – la decente y pensante, quizás – que mejor y más barato sería aplicarles la eutanasia”.

Volviendo al principio. Esos opositores fascista-sionistas son definitivamente peores que Atila. Ni siquiera el reivindicado sino el “azote” de Dios que construyeron artificialmente en su época. Perdón pido a quien opinó, referido al comienzo, por llevarle la contraria e intentar desmentirlo. Usted no tenía razón para opinar así tan libremente, contrario a la real historia.

Invitadas(os) a releer mi anterior escrito sobre Atila.


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domingo, 18 de junio de 2017

¡¿Yo?! ¡¿Constituyente?!

Si alguna(o) de mis lectoras(es) ha tenido la curiosidad de ir a los orígenes de esta blog habrá notado que surgió en 2010. En ese entonces hubo elecciones para elegir diputados a la Asamblea Nacional. Amigos, vecinos y otros me ofrecieron su apoyo, me entusiasmaron y, efectivamente, me postulé para Diputado. Hubo elecciones, no gané en mi circuito. Ahora vivo en otra comunidad, en otro pueblo y vuelve a ocurrir lo mismo; nuevamente vecinos, amigos y otros muestran sus simpatías y me ofrecen apoyo. Estudié brevemente simpatías y apoyos que podría lograr, además de otras consideraciones y, llegando a ciertas conclusiones, no acepté ser postulado.

Pensando por adelantado, si llegara a ser electo a la nueva Asamblea Constituyente, no les quepa la menor duda, que una de las medidas que propondría y lucharía para su aprobación sería la inclusión en el Código Penal de las más severas penas, sin atenuantes ni beneficios, a los delitos de lesa Patria, lesa humanidad, terrorismo de todo tipo y el peor de los castigos para los traidores a la patria, incluyendo entre estos a quienes reciben financiamiento de gobiernos y o instituciones extranjeras para atentar contra la paz y estabilidad de mi país. Revivir, actualizar, adaptar a la época aquel famoso decreto del Libertador estableciendo severas penas a jueces y otras autoridades judiciales que no sancionaran delincuentes como debe ser.

Los aspectos económicos no pueden ni deben quedar fuera de los ámbitos señalados en el párrafo precedente. Facilmente se pueden vincular esos delitos con las formas de guerra económica a las que nos han sometido. Atentar contr la barriga colectiva es crimen de lesa humanidad, ¿o no?

Pero todavía iría más allá. Pediría lo más drástico. Lo que verdaderamente castigaría de manera ejemplar a esos malos hijos de la Patria. QUE TAMBIÉN LES SEAN CONFISCADOS TODOS SUS BIENES. Lo único que les duele es el bolsillo.

Y para hacerles bajar la cerviz de manera definitiva, cero privilegios especiales. No, nada de eso. PRISIÓN COMÚN. Que los metan con los peores delincuentes en cárceles comunes. Ellos son aún peores que los peores. Y lo afirmo porque un asesino o un ladrón es redimible. Ellos jamás lo serían.

Es ahora cuando empiezo a estudiar lo que seguramente haría. Pero como no seré yo, lo propondría con fuerza a quienes sean mis futuros voceros en próxima Asamblea Nacional Constituyente. Tomen nota que no digo “representantes” sino “voceros”. Tal vez no me entienden fuera de Venezuela; los elegidos no representarán, solo hablarán y harán lo que les sea ordenado porque la soberanía nacional reside intransferiblemente en el pueblo, no es delegable.

Opino que el Sr. Presidente tomó la decisión más acertada. Los traidores a la Patria no quieren otra cosa que la erradicación de la Revolución Bolivariana; pero, analicemos algo lo que realmente ocurre en Venezuela. Según encuestas serias y confiables, más del 80% de la población no quiere violencia y es lo más natural del mundo. Hay que ser loco para estar de acuerdo con semejante diablura. Pero, ¿que pasa con el resto? Quienes quieren violencia, los vendidos al imperialismo gringo y al gran capital neoliberal son apenas una ínfima minoría. La gran ventaja con que cuentan es con el financiamiento ilimitado que le proporcionan la CIA, la NED, el Instituto Republicano, la Fundación Adenauer, banqueros, empresarios, etc., y sobretodo, apoyo mediático a escala casi mundial. El resto que los apoya pero no participa en sus acciones criminales es un puñado de enfermos de infofrenia, disociación psicótica y otra variedad de patologías mentales que, de hecho, confieren a ese aspecto características a ser tomadas en cuenta como un verdadero problema de salud pública. Tal vez, algunos serán curables, otros son candidatos a ingresar a sanatorios mentales de manera vitalicia.

Con esa clase de oposición no se puede negociar nada, no hay forma humanamente posible de dialogar ni de establecer acuerdos en beneficio mutuo ni en beneficio para el país. Pienso que el Sr. Presidente tomó la decisión más acertada. Que el pueblo decida lo más conveniente, lo más sano, lo que crea que más le conviene. Llegado a este punto debo señalar y resaltar las palabras fundamentales del Sr. Presidente al anunciar su sabia decisión al país en general:

El poder radica intransferiblemente en el pueblo; el pueblo me confirió el poder que detento; pongo ese poder en manos del pueblo a quien pertenece y que el pueblo sea quien decida. Me subordinaré ante la soberana y plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente.

¿Quieren más democracia? ¿De qué dictadura me hablabas?

Esa conducta es eminentemente bolivariana. Nuestro Libertador dijo, palabras más, palabras menos, cito de memoria:

Creo más en la sabia intuición del pueblo que en los consejos de los sabios porque el pueblo es incorruptible.

Buenos presagios. La inmensa mayoría se alegró con esa decisión y la apoya con entusiasmo. Ahora a esperar, desear y confiar que todos los Dioses, los Dioses de todos, bendigan la Patria Venezolana para el bien de todos, incluyendo a los enfermos mencionados porque ellos, si acaso merecen algo, es nuestra lástima y nuestra compasión.


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domingo, 26 de marzo de 2017

Desde tiempos de Juana de Arco


Internet me ha servido para encontrar libros que he deseado leer desde hace años, lo cual me ha hecho feliz. Curioseando, la suerte me ayudó y encontré PERSONAL RECOLLECTIONS OF JOAN OF ARC - RECUERDOS PERSONALES DE JUANA DE ARCO, escrito por Sueur Louis De Conte (her page and secretary – su paje y secretario) Freely translated out of the ancient French into modern English from the original unpublished manuscript in the National Archives of France – Traducción libre por Jean Francois Alden, del antiguo Francés al Inglés moderno, del manuscrito original, inédito, conservado al los Archivos Nacionales de Francia.

Louis de Conte, según él mismo deja para la posteridad, realizó ese manuscrito sesentitrés años después de los acontecimientos históricos que protagonizó “La Doncella de Orleans”. Esto significa que la opinión que vertió en las paginas 217 y 218 del libro mencionado, se la formó por allá por 1429, es decir, TRESCIENTOS CINCUENTA ANOS ANTES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA. A continuación esa opinión:

Even that poor groping old land–crab, with his skull full of pulp, had pride. Isn't it wonderful? And more—he had conscience; he had a sense of right and wrong, such as it was; he could find remorse. It looks impossible, it looks incredible, but it is not. I believe that someday it will be found out that peasants are people. Yes, beings in a great many respects like ourselves. And I believe that someday they will find this out, too—and then! Well, then I think they will rise and demand to be regarded as part of the race, and that by consequence there will be trouble. Whenever one sees in a book or in a king's proclamation those words "the nation," they bring before us the upper classes; only those; we know no other "nation"; for us and the kings no other "nation" exists. But from the day that I saw old D’Arcy the peasant acting and feeling just as I should have acted and felt myself, I have carried the conviction in my heart that our peasants are not merely animals, beasts of burden put here by the good God to produce food and comfort for the "nation," but something more and better. You look incredulous. Well, that is your training; it is the training of everybody; but as for me, I thank that incident for giving me a better light, and I have never forgotten it.”

Mi también traducción libre es la siguiente, refiriéndose a lo deducido por el autor ante la actitud del padre de Juana de Arco (un oscuro campesino), cuando acudió a los honores a la heroína por parte del recién coronado Rey Charles VII, que la “convirtió en noble”, también a él siendo su padre y al resto de su familia:

Aún aquel despreciable campesino con el cráneo vacío tenía orgullo. ¿No es maravilloso? Y aún más, tenía conciencia, tenía el sentido de lo correcto y lo erróneo tal como debe ser; podía tener remordimientos lo que “parece imposible, increíble” (entrecomillado mío) – pero no lo es. Creo que algún día se darán cuenta que nuestros campesinos son gente. Sí, seres como nosotros en muchos aspectos. También creo que ese día cuando ellos mismos lo comprendan también, ¡entonces! Bien, entonces, pienso, ellos se sublevarán y demandarán ser considerados parte de ”la raza” (Idem) y consecuentemente habrá problemas. Cuando uno lee en un libro o en una proclama real estas palabras, “la nación”, solo se refieren a las clases superiores y solo esas; no conocemos “otra nación” porque, para nosotros y para la realeza no existe ninguna otra. Pero a partir del día cuando vi al viejo D'Arcy actuar y pensar como yo lo habría hecho, he tenido la convicción en mi corazón que nuestros campesinos no son meramente animales, bestias de carga, puestos por Dios para producir alimentos y comodidad para la “nación”, sino para algo más y mejor.” Dirigiéndose a sus lectores, concluye el párrafo: “Usted parece incrédulo, bien, para eso está entrenado como nos han entrenado a todos; pero, en cuanto a mi, agradezco a ese incidente haberme dado la luz, que no he olvidado ni olvidaré jamás.”

Que gran profeta resultó ser el Señor Conte. Su profesía es válida hoy en día, SEISCIENTOS – 600 – años después. Ignoraba a ese desconocido personaje histórico que para mi, ahora, tiene más valor que “solo” por ser paje y secretario” de Juana de Arco, un fascinante personaje histórico que bien vale la pena estudiar, cuyo único pecado fue enfrentarse al imperio de turno y a los grandes capitostes traidores a su Patria de la época. Logró en apenas semanas lo que nadie había logrado en tanto tiempo durante la llamada Guerra de los 100 años, se convirtió en la luz del pueblo francés y luego sepultada en el olvido por la “Santa Inquisición” que la condenó a la hoguera, por mandato de los poderes fácticos, la oligarquía de su tiempo, por ser fiel y desinteresada servidora de su pueblo. Es fabuloso saber ahora que ella logró crear un ejército de pueblo, con mística, devoción y sentido de patria y por ello fue exitosa desde el punto de vista bélico. De ahí, indudablemente, sus incuestionables logros y éxitos. Su posterior captura por lo enemigos de Francia, incluidos los traidores que en ninguna época ni lugar faltan, los desanimó y volvieron al marasmo en el el cual estuvieron largo tiempo sumidos, antes y después de Juana de Arco. Ella encarnó realmente el sentido de colectivo patrio; ella, en su escaso tiempo, fue Francia.

Seiscientos años después permanece en las mentes anquilosadas de muchos personajes de cerebro vacío y bolsillos repletos que solo ellos son gente. Esa gente “decente y pensante” que no es ni lo uno ni lo otro. Antes de Louis de Conte solo tenía conocimiento del más grande de todos, Jesús de Nazareth. Es probable que haya existido otro pero que, al igual que Louis de Conte, también ha sido interesadamente sepultado en el olvido. Es notable saber que el escrito al cual he hecho alusión haya sido un manuscrito que, aunque conservado en los Archivos Nacionales de Francia, nunca jamás fue sacado la luz pública. Gloria entonces a su rescatador el traductor del Francés antiguo, medieval, Jean Francois Alden. Hago votos por que alguien surja que se interese y haga la versión correspondiente en Castellano.

Razón tiene Rubén Blades, sorpresas te da la vida. ¡Y que sorpresas! Esta fue especialmente agradable. No hay dudas.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!


domingo, 19 de marzo de 2017

El mes que viene


¡Paciencia! ¡Falta poco! ¡El mes que viene cae Maduro y la Revolución!

¡Dame más dinero para aguantar un poco más!

Sin ser pitoniso, brujo, telepático ni cosa parecida, es fácil deducir que lo dicho arriba debe ser el diálogo permanente entre los criminales, arrastrados traidores lamepata cipayos del imperio, #SIONAZIS de la podrida y asquerosa oposición venezolana con sus amos, gringos y de otras latitudes.

Si Bolívar viviera hace rato los hubiera pasado por las armas, a filo de cuchillo para ahorrar balas porque no merecen que se haga ese gasto. Los traidores a la Patria son la cosa más puerca y asquerosa de la vida de cualquier pueblo. A quienes no les guste un gobierno o un sistema tienen medios legales, pacíficos, civilizados para cambiarlo. Las leyes les dan esa opción. Pero, - ¡claro! - como saben que el pueblo no los apoya ni los apoyará jamás, buscan métodos para librarse del gobierno que, casualmente, han sido pensados, ideados, preparados e implementados por el imperio gringo, quienes de paso les dan todo el financiamiento necesario para arremeter contra los pueblos que se oponen a sus crematísticos intereses. De eso sabemos bien y conocemos los muchos casos exitosos de países donde les ha funcionado.

No sé en que lugares ha tenido éxito ese diabólico invento del imperialismo para que les pongan en bandeja de plata los recursos naturales de los países víctimas. Solo recuerdo en este instante a la República Española, el Chile de Allende, la Guatemala de Arbenz, el Brasil de Goulart y de Dilma Roussef, la Honduras de Zelaya, el Paraguay de Fernando Lugo, la República Dominicana de Bosch, Haití numerosas veces, Indonesia, Yugoeslavia, Ucrania, Libia, Irak, Siria y, aunque les cueste creerlo, la Unión Soviética. La diferencia es que en Venezuela tienen dieciocho (18) o más años intentándolo contra el Gobierno Popular Socialista de la Revolución Bolivariana, primero contra el Comandante Eterno Hugo Chávez y ahora contra el obrero Nicolás Maduro y, hasta el día de hoy, NO HAN PODIDO Y NO PODRÁN. No han entendido ni entenderán que el pueblo venezolano es el pueblo de las dificultades al igual que nuestro Libertador Simón Bolívar y, por mucho que se empeñen, ¡NO PODRÁN! ¡NO VOLVERÁN!

Pido, ruego, exijo, conmino a todos los poderes públicos que cumplan YA con lo previsto en Constitución y las Leyes de la República y se enjuicie a esa caterva de traidores y se les apliquen las máximas penas previstas. La sociedad está en el derecho de exigir que se proceda YA a la limpieza social. No podemos permitir ni un día más que esa fétida pandilla de fascinerosos siga libre causando inconmensurables daños a todo el pueblo.

No lo debemos soportar porque ensucian la sociedad, la contaminan, la pudren, la enferman. Estamos hartos del permanente desasosiego al que nos someten inclementemente con las perversas e infames recetas gringas: guerra económica, guerra financiera, guerra psicológica, guerra mediática; ataques a la salud física y a la salud mental del pueblo y muchísimos otros incuantificables daños a la familia y a la sociedad en general. Las pestes deben ser erradicadas sin contemplación alguna y cuanto antes mejor.

Si las autoridades no toman valientes acciones lo más rápido, corremos el riesgo que sea el pueblo quien procure SU JUSTICIA. Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe.

Esos cretinos inmundos sufren el síndrome del carajito malcriado que se niega a obedecer. Se le dice una y otra vez que se aquiete, que haga caso, que obedezca y sigue con el fastidio hasta que uno se disgusta al máximo y lo aquieta a cintarazos. Es el único método conocido para obligarlo a respetar ... y no falla.

Se les ha invitado, pedido, rogado, sugerido, etc., que dialoguen, que lleguen a acuerdos de paz y convivencia y nada. Han sido contumaces durante casi veinte años y lo han sido porque sus amos gringos les dicen que el método tal es infalible, que ha funcionado a la perfección en tantas partes, que lo próximo que propondrán y pondrán en práctica no fallará, que tengan paciencia, que el mes próximo el Gobierno caerá. ¡Ya basta, carajo!

Si eso llegará a ocurrir ellos no serían gobierno. El imperio nombraría SUS procónsules y a ellos les aplicaría lo mismo que al papel higiénico, lo usan y lo botan.

Y si llegaran a invadir los gringos, les pregunto, ¿creen ustedes que este pueblo altanero y levantisco se quedará tranquilito?


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!