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miércoles, 15 de noviembre de 2017

La guerra – Segunda parte

Lucha típica de un día

Salgo por la mañana como un ciudadano cualquiera a realizar la rutina diaria en mi pequeño pueblo donde, por supuesto, cuento con menores servicios, facilidades y recursos externos que en los conglomerados mayores. Lo inevitable en estos malhadados tiempos es que, no más dar el primer paso, me convierto sin desearlo en un combatiente desarmado y solitario sin preparación a enfrentar quien sabe que ataques y por cuales flancos. Es la diaria, dura, dolorosa experiencia que nuestros asesinos despiadados nos han impuesto desde hace varios años y cuya intensidad arrecia a diario sin conmiseración alguna.

Espero al transporte público. Tiempo perdido, conversación intrascendente con vecinos o desconocidos, calor y angustia y el autobús no pasa. Conjeturas, chismes, habladurías. Al final nos vamos algunos con un “pirata” que nos cobra lo que le da la gana en una chatarra fétida, sucia, incómoda a la que le suena hasta la poca pintura que le queda. El diario ritornello es que el autobús está accidentado por falta de repuestos, cauchos, batería o cualquier otro repuesto y está demás decir que esos elementos han desaparecido del mercado (acaparados engordándolos) y, cuando milagrosamente se encuentran, es a precios exorbitantes. Siendo en gran proporción importados, los precios los indexan a diario a la cotización del criminal e ilegal dólar “negro”, otra de las estrategias internacionales para destruir nuestra moneda. Es una perogrullada decir que dollar today (minúsculas en señal de asco y repudio) nos acogota a todos para fomentar el placer de los ladrones. En este punto, mencionamos también el resto de los servicios públicos. El saboteo es casi a diario en el servicio eléctrico, los sistemas de agua y las telecomunicaciones lo cual, como es de suponer, causa severos problemas a la colectividad.

Después, una peregrinación por abastos, supermercados y ratoneras en búsqueda de productos esenciales que necesitamos en casa. No hay, los acaparan, los esconden, los venden con condiciones y, eso si, suben los precios casi a diario, especialmente cuando hay algún evento de naturaleza política; entonces se ensañan, los porcentajes de aumento no bajan del 100%. Por supuesto, los comentarios son variopintos; desde los más absurdos hasta los más incomprensibles: muchos no entienden o no les da la gana de entender que no es culpa del gobierno como lo repiten hasta el cansancio todos los medios de alienación, que es una forma maquiavélica de atacar nuestras neuronas haciéndonos prospectos para adquirir cualquiera de las patologías mentales que están haciendo las delicias de psiquiatras y psicólogos.

Debemos por fuerza mayor intentar sustituir lo que buscábamos. A estrujarnos los sesos para encontrar formulas sustitutivas. Nuevo peregrinaje y resultados similares a los descritos en el párrafo precedente. La tortura raya limites insufribles, la angustia crece, cunde la desesperación, el humor se altera y nos volvemos proclives a cometer actos que normalmente somos incapaces.

A lo anterior debemos agregar el diario calvario de encontrar “algo” de dinero en efectivo para pagar en sitios donde no hay puntos electrónicos, pero – oh paradoja – pagar en ellos es generalmente otra tortura. Si funcionan, los tienen arreglados a distancia para que tarden una infinitud. Un sencillo proceso que no debe tardar normalmente más de un minuto se convierte en un tiempo indefinido o sencillamente la transacción se frustra. Tenemos dinero, existe el producto aunque excesivamente caro y no podemos adquirirlo. Total, tortura refinada al máximo.

¿Quienes son nuestros torturadores? Una larga cadena que todos debemos saber identificar, culpar y condenar. El jefe mayor de toda esa larga caterva de delincuentes, criminales, es sin dudas el imperio gringo y no me desmientan. Quieren a toda costa recuperar el control de nuestros recursos naturales que tuvieron a sus anchas por unos cien años y la Revolución Bolivariana recuperó para ponerlos al servicio del pueblo. Los segundos en el organigrama son sus serviles lacayos habitantes o no de Venezuela. Hago una digresión: observen que no digo venezolanos. Aunque muchos nacidos en nuestro país, con cédula de identidad venezolana, no son venezolanos, la Patria les importa un carajo, son asquerosos traidores a la Patria que van abiertamente, sin vergüenza ni pudor, por el mundo arrodillándose ante sus amos pidiendo sanciones, bloqueos económicos, comerciales y financieros y hasta intervenciones armadas. Cuanto lamento que no estemos en tiempos de Bolívar quien hubiera ordenado sin contemplación alguna que fuesen pasados irremisiblemente por las armas. Cito de memoria una maravillosa frase de Bolívar: los traidores deben ser irremisiblemente pasados por las armas (degollados) porque no valen ni siquiera el costo de una bala. Entonces no eran fusilados, ese era un honor para hombres y no para cobardes, y digo cobardes porque todos ellos son unos pusilánimes llorones que, cuando los agarran, chillan más que marrano en motocicleta.

Los terceros, todos aquellos ignorantes inconscientes, de buena o mala fe, que se prestan para explotar el pueblo sin saber que ellos también son víctimas de toda esta trama infernal. Y, transversalmente repito, los medios de alienación colectiva.

Plan maquiavelicamente perfecto. Guerra, terrorismo de todo tipo con ataques simultáneos por todos los flancos. Destruir nuestras neuronas, idiotizarnos y someternos lo cual han hecho con intensidades variables desde hace 18 años. Muchos se preguntan en el mundo si, siendo esto cierto, como es que hemos aguantado tanto estoicamente y no nos hemos rendido. En mi modesta opinión, las razones tendríamos que buscarlas en nuestra historia, nuestros genes y nuestras esperanzas e ilusiones futuras sin olvidar que hemos sido el pueblo de las dificultades. Herencia de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar quien se calificó a si mismo como el hombre de las dificultades. Tengo la más cierta de las certidumbres, como dijo Walt Whitman, que resistiremos y en cierto momento nuestra contraofensiva será demoledora. No nos quepa la menor duda.

Esos cobardes traidores no dan la cara, pocos sabemos quienes son nuestros enemigos. Concluyo con un elenco de mafias criollas criminales, terroristas que ejecutan esos planes macabros contra todo el pueblo. Todos, menos los millonarios que se hacen más millonarios cada día, lo sufrimos. Es una guerra terrorista contra todo el pueblo; así que, sepamos quienes son algunos de esos brazos ejecutores, todos pertenecientes a la oligarquía criminal, cuyas denominaciones escribiré en minúsculas en señal de asco y repudio.

fedecámaras: federación de cámaras y asociaciones de comercio y producción

consecomercio: consejo nacional del comercio y los servicios

venamcham: venezuelan american chamber of commerce (cámara de comercio venezolana americana)

cavidea: cámara venezolana de la industria de alimentos

cámara venezolana de la industria farmacéutica

ansa: asociación nacional de supermercados y afines

fedenaga: federación nacional de ganaderos
asociación bancaria nacional

credicard: empresa creada por los banqueros para el manejo de los puntos de venta y cajeros electrónicos

Y otros más que escapan de mi memoria, por ahora (como dijo el penco aquel)

Pueblo: ¡conoce tus verdugos!



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¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!






jueves, 19 de octubre de 2017

La guerra – Primera parte


Todos, o casi todos, tenemos la idea generalizada que en una guerra se enfrentan dos o más grupos con el propósito de destruir al o los adversarios a toda costa con los métodos e implementos mortíferos disponibles. Tal vez sea la influencia de las producciones bélicas de Hollywood en las que veíamos grupos de hombres armados, atrincherados o no, resistiendo los embates del enemigo y, a la vez, respondiéndoles con parecida ferocidad. Defensa y ataque. Disparos de todo tipo van y vienen. Unas veces protegiéndose y otras atreviéndose a devolver el fuego.

En la guerra que actualmente peleo hay pocos disparos reales de armas de fuego aunque, de hecho, los ha habido durante cuatro meses, los hay ahora de manera esporádica aunque en menor intensidad y ojalá no los haya en el futuro de la manera como nos acostumbró la cinematografía. En esta ya larga guerra actual la mayoría de los disparos no provienen de rifles, ametralladoras, cañones ni nada parecido. Tampoco tenemos que refugiarnos para protegernos de bombas o cohetes.

No estoy diciendo bobadas ni cosa parecida. Esta guerra es quizás más destructiva y atroz que esas a las que me he referido antes. No nos disparan, no nos cañonean, no nos lanzan bombas ni cohetes pero el daño que nos causan es quizás peor. El enemigo no lo tenemos claramente a la vista al punto que muchos, sumergidos en la batalla y dañados por sus efectos se niegan a aceptarla e, inclusive, también niegan su existencia.

Nos atacan desde diversos flancos de manera despiadada y el daño que ya han causado es enorme y sus consecuencias quien sabe cuanto tiempo durarán. De manera gráfica, a veces me imagino a mi mismo recibiendo simultaneamente cargas desde varias direcciones todos los días y a todas las horas. Los “disparos” vienen de diferentes maneras; desde varios flancos nos atacan una parte vital con el acaparamiento, la escasez, el condicionamiento ilegal de la venta y la especulación inmoral con los precios de la comida, las medicinas y otros productos vitales, que a veces sufren aumentos de más del 100% en pequeños lapsos de tiempo.

Otro flanco para el ataque es el saboteo a los servicios públicos. Cuanto saboteo al servicio eléctrico, al agua potable, el transporte público, las comunicaciones y otros que debemos soportar y nos causan estremecedores efectos.

Pero los certeros disparos no terminan allí. Debemos agregar necesariamente el incesante ataque alienante por parte de – valga la redundancia – los medios de alienación que jamás llamaré de comunicación porque no comunican nada. Ellos son responsables directos de muchas enfermedades psicológicas, la infofrenia y la disociación psicótica entre otras tantas patologías.

A lo anterior debemos agregar los ataques económicos y financieros al país que terminan incidiendo en la vida diaria de todos. Entre ellos hay que señalar los ataques a la moneda que provocan inflación inducida, la artificial restricción a la circulación de efectivo por parte de la banca que incluye la obstrucción deliberada al uso de cajeros automáticos, puntos de venta electrónicos y negativa a la entrega de efectivo, de nuestro dinero, en los cajeros de las agencias bancarias.

Por si no les bastara, ahora tenemos encima la espada de Damocles representada por la amenaza de los disparos reales, los cohetes y las bombas por parte de los gringos que están locos y no hayan como disimular sus ansias de robarnos nuestras riquezas naturales.

A veces me imagino a mi mismo como un combatiente solitario y desarmado, sin un lugar para guarecerme y protegerme, aguantando despiadados ataques desde todos los flancos por parte de fuerzas superiores casi a punto de rendirme por cansancio, hambre y frustraciones. ¿Cuantos venezolanos nos sentiremos simultanemente así? Pero, por otro lado, sé, estoy seguro que millones de venezolanos estoicamente seguiremos resistiendo, haciendo gala de nuestra genética guerrera que nos ha convertido en el pueblo que siempre ha vencido y seguirá venciendo todas las dificultades, fieles a la herencia de nuestros Libertadores.

(Continuará)


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sábado, 10 de septiembre de 2016

Ja ja ja ...

¡Que risa me da! Los eternos profetas del desastre pronosticaron de mil maneras; con buenas o malas intenciones y, también, creo, sin intención alguna quizás, y les doy lo que llaman eufemísticamente, el beneficio de la duda, sobre el desenlace de lo que ocurriría en Venezuela el 1° de Septiembre pasado. Algunos vinieron a calentarme las orejas y, según cada circunstancia en particular, los despedí con una frase que me gusta y ojalá a ustedes también: NO PASARA NADA. Pronóstico acertado.

Pero lo que más risa me da es lo que he visto y oído sobre la manera como informaron ciertos medios internacionales a medida que se suscitaban los “angustiantes” acontecimientos. Nada de lo que decían ni siquiera rozaba desde lejos lo que realmente ocurría u ocurrirá. Los más estrafalarios análisis. Las proyecciones más abyectas. La más pintorescas demostraciones de ignorancia y estolidez. Definitivamente, esos y esas, o sus mentores, no tienen ni la menor idea de lo que significa hacer el más extravagante ridículo, perdieron definitivamente lo que suelen llamar algunos el elemental sentido de las proporciones.

Me pregunto y les pregunto la razón por la cual, los comentaristas de otros países se refieren, critican, exigen, analizan, etc., nuestra opción constitucional de los Referenda, especialmente ahora el Referendum Revocatorio de la cargos de elección popular. Para empezar les digo por la calle del medio que esos palangristas amarillistas no tienen ni la menor pizca de moral para referirse a ese tema por la sencilla razón que en sus países no tienen nada parecido. No existe el Referendum Revocatorio de ninguna especie. En sus países esa figura legal no existe. Si existiera podrían quizás hacer comparaciones, pero más nada.

Para que no hagan el papel de estúpidos idiotas, sin que nadie me lo pida les daré una pequeña lección y ojalá sus atrofiados cerebros la entiendan y comprendan. Trataré de ser breve y conciso.

Los Referenda en Venezuela, Consultivo, Ratificatorio, Abrogatorio, Revocatorio NO SON DERECHOS, SON OPCIONES previstas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y, creo que posteriormente, en Bolivia y Ecuador. Hasta donde he podido saber no existen en ninguna otra parte del mundo el REVOCATORIO A CARGOS DE ELECCION POPULAR más, sin embargo, en Venezuela ya se han realizado ONCE, siendo el primero de ellos el que resultó RATIFICATORIO cuando la asquerosa oposición venezolana, traidora a la Patria, lacaya del imperialismo gringo #SIONAZI pretendió desfenestrar al Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez (RIP)

Como es natural y lógico, estas figuras deben ceñirse estrictamente a la Constitución y a la normas legales vigentes; en consecuencia, quienes los propicien deben someterse al ordenamiento jurídico y a los plazos legales contenidos en el mismo. ¿Claro?

La próxima vez que se refieran a los Referenda Venezolanos no hagan el ridículo, no sean obtusos y no digan que “el Gobierno se opone”. No es potestad del Poder Ejecutivo oponerse o no. El Poder Ejecutivo no tienen ningún poder decisorio sobre ese tema pero, como ustedes son tan redomadamente ignorantes y quieren seguir siéndolo, no se han tomado la leve molestia de leer nuestra Constitución; por cierto, elaborada, pensada y escrita por EL PUEBLO y, en su momento, la única APROBADA POR EL PUEBLO en el libre ejercicio de SU SOBERANIA en elecciones populares también libres y pulcras.

Se preguntarán los incrédulos que aún me leen la razón por la cual el Ejecutivo no tiene injerencia alguna en estos temas. Les diré: porque no es su competencia. Eso compite única y exclusivamente al PODER ELECTORAL. Su crasa y supina ignorancia les impide saber que en Venezuela no existen los tres poderes tradicionales a partir de la Revolución Francesa. En Venezuela existen CINCO. El Poder Electoral es uno de ellos y de ahí deriva su autonomía y competencia para conocer, proponer legislación, establecer normas, etc., en todo lo atinente a elecciones, consultas, referenda y todo lo relacionado con esta amplia materia.

Cuando los oposicionistas lanzan la cretina consigna que “el Gobierno se niega” están haciendo el ridículo y ellos lo saben; pero, pretenden engañar incautos como efectivamente lo logran entre los descerebrados que sufren de infofrenia y disociación psicótica.

Periodistas cretinos, amarillistas, palangristas, vendidos a bajo precio a los dueños de medio y a grupos de interés, les doy una recomendación que seguro estoy desoirán: dejen de ser pendejos creyendo que los demás lo somos; pero, si quieren continuar, entonces, harían mejor papel callándose o simplemente largándose al mismísimo carajo.


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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Traición a la Patria – Parte 2

Reconocimiento: El Dr. Herman Escarrá motivó estos escritos. Vi y oí su declaración por TV. Dijo, palabras más, palabras menos, que fue invitado al Departamento de Estado de los EEUU y allá, según le contaron altos funcionarios, “todos los venezolanos que iban a pedir ayuda querían que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, redactada y aprobada por el pueblo en Referendum, fuese abolida”

En las religiones existe el llamado pecado para señalar las faltas, fallas, desviaciones, atentados y otros actos que se pueden llegar a cometer, y de hecho cometemos los humanos, contra los preceptos, la fe, la teología y otros aspectos religiosos. La gravedad de los pecados es variable y se podría decir, aun cuando no sea lo tecnicamente exacto, que existen diversos grados de pecado; es decir, de las distintas faltas. Se considera como el peor, el de la “Apostasía”, es decir “renegar de la fe”, o lo que es lo mismo, traicionar la fe.

Igual ocurre con las leyes de todos los países. Se tipifican las faltas y los delitos en leves, menores y graves. A cada tipo de incumplimiento tipificado como falta o delito, las leyes contemplan la imposición de una sanción de acuerdo a la gravedad; es decir, al igual que con los pecados cuando se habla de religión, existe también una especie de gradación. No entraré en polémica con los juristas porque existen diversas maneras para hacer esta clasificación.

Para ilustrarnos mejor, la teología católica clasifica los pecados en: actual, capital, contra natura, de bestialidad, de comisión, de omisión, externo, formal, grave, habitual, interno, material, mortal, original. No analizaré la remisión ni el perdón de los pecados por que no es el tema.

Adonde quiero llegar es a una afirmación en la que creo como un dogma de fe.

Creo que la peor, la más abyecta, la más abominable e imperdonable de las faltas o delitos es la TRAICIÓN A LA PATRIA. En eso soy tercamente intransigente y ni siquiera acepto discusión alguna. Para mi, repito, para mi no existe nada peor.

¿Que dice el Código Penal venezolano sobre la Traición a la Patria?

Dice el artículo 132:
"Cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años. En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios, o por publicaciones hechas en la prensa extranjera, incitare a la guerra civil en la República o difamare a su Presidente o ultrajare al representante diplomático o a los funcionarios consulares de Venezuela, por razón de sus funciones, en el país donde se cometiere el hecho".

Universalmente, veamos cual es su Dimensión jurídica:

En términos legales, la traición consiste en una conducta desleal hacia la nación. Cada estado determina taxativamente para sí los actos que implican el crimen de traición, algunos de los más tipificados son:
  • Sublevarse o incitar a otros a sublevarse contra la autoridad del Estado.
  • Conspirar contra el gobierno, intento de golpe de Estado.
  • Asesinato o intento de asesinato de altas autoridades del Estado.
  • Pensar o difundir ideas contrarias al orden establecido por el Estado.
  • Terrorismo.
  • Colaborar o asociarse con estados declarados "no gratos" o enemigos de la nación.
  • Cooperar o colaborar con otras naciones durante período de estado de guerra.

Volvamos a Venezuela: Éstas son las cinco principales condiciones descritas en el actual ordenamiento jurídico venezolano, y previstas en el Código Penal vigente, que pueden servir como causa o motivo para que algún ciudadano sea acusado por el delito de Traición a la Patria:

1. Que se atente contra la independencia de la República.
2. Que un grupo de personas confabulen para destruir la forma política republicana que se ha dado la Nación.
3. La solicitud expresa de la intervención de algún país extranjero en los asuntos de la política interior de Venezuela.
4. Revelar los secretos políticos o militares concernientes a la seguridad de Venezuela.
5. La entrega de recursos a un país extranjero para que sean empleados en perjuicio de Venezuela, de sus instituciones republicanas, de sus ciudadanos y ciudadanas o sirvan para desestabilizar el orden social.
Con respecto a las penas que estos cargos conllevan, algunos de los artículos del actual Código Penal que establecen jurisprudencia sobre este delito, como el 128, dicen que “Cualquiera que, de acuerdo con una Nación extranjera o con enemigos exteriores, conspire contra la seguridad del territorio de la patria, conspire contra sus instituciones republicanas, o la hostilice por cualquier medio para alguno de estos fines, será castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años”. Por otra parte, el artículo 129 establece otra pena: “El que dentro o fuera de la República Bolivariana de Venezuela, sin complicidad con otra Nación, atente por si solo contra la independencia o la integridad del territorio de la República, será castigado con la pena de presidio de veinte a veintiséis años. Con la misma pena será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un gobierno extranjero para derrocar el gobierno Venezolano”.

En la Historia Universal existen famosos casos de famosos traidores a sus patrias y cada país tiene sus maneras particulares de castigarlos. En eso no me meto aun cuando no soy partidario de la pena de muerte. En los EEUU, los condenados por traición a la patria son, por lo general, irremisiblemente condenados a cadena perpetua o a pena de muerte. Volveré sobre este particular más adelante.

No he revisado la historia pero creo que en Venezuela no se ha condenado a nadie por ese delito desde la Guerra de Independencia. Agradeceré si alguien me corrige. Desde niño se me quedó grabada la histórica escena cuando el Libertador Simón Bolívar descubrió entre los prisioneros, después de la Batalla de Boyacá, al traidor Vinoni, responsable de la pérdida del Castillo de Puerto Cabello en 1812. Ordenó que fuera irremisiblemente pasado por las armas. No lo he comprobado en ningún texto histórico pero, supuestamente, ordenó que fuera degollado porque “la vida de un traidor no vale ni siquiera lo que vale una bala”. Cierto o no, fantasía o realidad, mito o leyenda, no importa, estoy de acuerdo con Bolívar. La traición es aberrante y repudiable. Es vil y despreciable en grado máximo. Y lo es porque acumula en sí misma lo peor del alma humana, tanto legal como teologicamente. Es el summun de todas las porquerías desde todo punto de vista.

Es público, notorio y comunicacional – lo sabemos todos - que muchos ciudadanos venezolanos, nacidos en Venezuela, con cédula de identidad venezolana aunque sus peludos corazones y sus putrefactas mentes pertenezcan a otro país, han atentado y atentan contra la Patria, sus instituciones, su gobierno, su Constitución, sus leyes, su soberanía, contra sus habitantes y su paz de distintas formas y maneras; sobre todo han atentado y atentan a diario de mil maneras contra la paz y la tranquilidad de sus pacíficos habitantes, en connivencia abierta y declarada con potencias extranjeras descaradamente hostiles a Venezuela, entre otras formas, negándole su alimentación y sus medicinas al igual que constriñendo muchos otros derechos sociales mediante actos criminales tales como el boicot, el acaparamiento, la especulación, la usura, la reducción o la suspensión de la producción de insumos vitales, pido a las autoridades de mi Patria Venezuela, exijo a la Fiscalía General de la República, estudiar rapidamente la viabilidad de acusar y enjuiciar por TRAIDORES A LA PATRIA a:

Todos los directivos de Fedecámaras.

Todos los directivos de Cavidea.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de Droguerías y Farmacias.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica.

Todos los directivos de Consecomercio

Todos los directivos de Venamcham

Todos aquellos otros no mencionados, incluidos muchos dirigentes "políticos", a quienes se les comprobare el despreciable delito de TRAICION A LA PATRIA.

Todos los mencionados y muchos más han cometido ese delito de lesa Patria a la vista de todos y, de paso, se dragonean y se burlan de todos nosotros echándonos desfachatadamente en cara (valga la redundancia) sus acciones con toda impunidad.

El la Primera Parte señalé algunos apellidos de los traidores infames del Siglo XIX. Observemos los apellidos actuales y veremos que muchos se repiten. Las miasmas de ahora provienen de aquellos detritos. Es necesario resaltar que los nietos superaron las agallas de sus abuelos que solo pretendían negociar un tercio de Venezuela. Los nietos pretenden negociarla TODA.

Dije arriba que volvería sobre los EEUU. Si todos esos traidores que he señalado fueran ciudadanos gringos, estarían en cárcel de por vida o los hubieran ya ajusticiado. Que gran hipocresía, falsedad y perfidia, los gringos los apoyan, asesoran, financian y dirigen a cometer acciones que castigan severamente en su país. Y no me digan que estoy inventando nada, es público, notorio y comunicacional e, inclusive, todos los delincuentes se vanaglorian publicamente de ello.


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sábado, 20 de junio de 2015

Tecnología. ¿Transferencia o creación?

Aceptémoslo. En Venezuela practicamente no existe una cultura impulsora de la investigación, la innovación, la creatividad para la producción de tecnologías de ningún tipo para fabricar nada. Las excepciones son raras, escasas y, para colmo, muy poco difundidas por lo que tampoco hay acicates para el esfuerzo creador de nuevas invenciones. Hace varios años, la Revolución Bolivariana intentó adelantar algunos planes y programas, creó un Ministerio que se encargaría del asunto pero, luego, como también es costumbre, el impulso inicial se quedó en eso y, sinceramente creo, que esa llamita se consumió. Lo que haya por ahí rondando en centros de investigación es practicamente un secreto bien guardado, sobretodo. aquel hermoso programa de apoyo a los poderes creadores del pueblo; es decir, a la inventiva popular.

De la misma manera como he criticado acérrimamente a los empresarios privados por su poco o nulo interés en invertir para desarrollar nuevos productos, nuevos métodos, nuevos sistemas de producción o simplemente la sustitución de piezas, partes o componentes importados y; por el contrario, compran ese conocimiento a empresas extranjeras por lo cual deben pagar abultados royalties que se traducen en desangramiento del país; así también critico al Gobierno por su aparente denodado interés en promover la llamada transferencia tecnológica; o lo que es lo mismo, pedir a empresas extranjeras que nos enseñen sus conocimientos lo cual gustosamente no harán, a menos que haya ciertas y determinadas compensaciones cuyo monto, generalmente, se diluye en los contratos y nunca se llega o se llegará a saber el monto a pagar por ello.

La llamada tecnología, es decir el conocimiento técnico que se usa en Venezuela teniendo en cuenta nuestro incipiente desarrollo industrial, afirmo, es conocimiento al alcance de cualquier técnico promedio de tantos que hay en el país en cualquiera de los campos del saber humano. Salvo algunas escasas excepciones, tales como las relativas a la ciencia aeroespacial, a las tecnologías de la información o alguna que otra de menor impacto, aquí no elaboramos ni fabricamos, todavía, productos para los cuales se requiere “tecnología súper especializada”; antes, por el contrario, casi me atrevo a afirmar, todo cuanto consumimos, hecho ahora o por hacer en el próximo futuro, está al alcance o dentro de los límites del conocimiento de cualquier profesional medio.

En vez de importar maquinaria sencilla, ¿por qué no promovemos su fabricación en el país? Para ello tan solo se requiere elaborar sencillos proyectos, fabricar prototipos que es lo que nadie, ni el mismo Estado, se atreve a financiar, probar esos prototipos y fabricar aquellos que sean los más eficientes, teniendo en cuenta que toda obra humana es sujeta a ser perfectible, de tal manera que las sucesivas producciones en el tiempo le incorporen mejoras que eleven su productividad. Un equipo así logrado sería nuestro y no tendríamos que pagar por ellos a un fabricante extranjero ni mucho menos pagar royalties o licencias.

Y tal como ocurre con equipos y maquinarias, ocurre lo mismo con procesos productivos. Todo cuanto digo, por supuesto, requiere esfuerzo, estudio, dedicación, paciencia, pero que esos elementos sean nuestros y no de otros.

Mucha gente tiene la peregrina idea que el exterior van a conseguir maquinarias o equipos industriales en establecimientos, que los tienen en exhibición y que los comprarían tal como se compra una nevera, una lavadora o un televisor. Quítense esa idea porque no es cierta. Aunque, de hecho hay empresas que se dedican a la fabricación de maquinarias, equipos y sistemas, éstos son establecimientos metal-mecánicos que fabrican por pedido y los precios que piden son usualmente muy por encima de sus verdaderos costos de producción. Lo que realmente ocurre es que muchísimas empresas productoras de multiplicidad de productos finales, tienen bajo sus nóminas a personal técnico dedicado a estudiar y crear innovaciones que luego convierten en equipos o sistemas específicos afines a sus propias necesidades y que, a lo largo del tiempo, les van incorporando mejoras; pero, estos artículos no son para la venta sino para su propio y exclusivo uso. Esa clase de máquinas o equipos privativos de ciertas empresas industriales extranjeras sería lo que estaríamos negociando – y pagando muy caro – como transferencia tecnológica. Más barato sería poner a nuestra propia gente a estudiar, crear, diseñar, innovar y finalmente construir lo que necesitemos. Esos sí serían pasos concretos para lograr nuestra independencia tecnológica y no olvidemos que, por lo general, un descubrimiento conduce a otro y así sucesivamente.

Repito lo dicho anteriormente, fabricar muchas cosas solo requiere conocimientos al alcance de profesionales medios. No es ninguna complicación diseñar y fabricar productos de consumo masivo o no, como neveras, lavadoras, cocinas, bicicletas, prensas hidráulicas, túneles de secado, batidoras y mezcladoras de cualquier tipo, empacadoras, embutidoras de chorizos y una larguísima etcétera.

Y si me preguntaran cuales serían los requisitos mínimos para poner estas ideas en práctica respondería sin dudar:

¡¡Ganas y mucha voluntad!!

Por los recursos financieros no nos preocupemos, los hombres sabios sacan recursos de cualquier parte que los necios son incapaces y no encuentran jamás.


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jueves, 26 de marzo de 2015

Gloria al Bravo Pueblo

Para mis queridos lectores de otras latitudes divulgo, con el título de este escrito, la primera primera estrofa del Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, y lo traigo a colación debido al conocido funesto y aberrante decreto del presidente de los Estados Unidos en contra de mi país, nuestro país y el país también de muchos nacidos en otras partes, desde la visión de su afecto. Pero también me motiva la aberrante y antipatriótica conducta de muchos, que aunque nacidos aquí, con cédula de identidad venezolana, han hecho causa común con ese adefesio legal que vulnera nuestra patria de manera criminal y que muchos expertos en esos temas del derecho internacional, del derecho de gentes, del derecho de las naciones soberanas, han analizado y desguazado.

Al efecto, contaré pocos pequeños episodios de lo que algunos llaman historia menuda.

El Dr. José Gregorio Hernández, llamado popularmente "El Santo de los Pobres" y actualmente en proceso de beatificación por el Vaticano, tenía sus desaveniencias y era firme opositor al presidente Cipriano Castro a comienzos del siglo XX. Cuando varias potencias europeas, indignamente, bloqueron las costas, cañonearon los puertos, hundieron "barquitos" e intentaron invadir Venezuela en 1902, historicamente cierto, el Dr. Hernández fue el primer ciudadano que se presentó voluntariamente ante el presidente Castro a reclamar su fusil para ir a enfrentar los extranjeros invasores. Contaron entonces algunos testigos presenciales que al Presidente Castro le costó convencerlo que sus servicios a la Patria serían más importantes en la retaguardia curando heridos, que como combatiente.

En ese mismo nefasto episodio histórico, ocurrió otro hecho de importante significado. El general José Manuel Hernández, conocido popularmente como "El Mocho Hernández" y muchos de sus lugartenientes y seguidores, enemigos de Castro, se hayaban presos en la tétrica prisión de La Rotunda. Después de una larga lucha armada habían perdido la guerra. Al enterarse del ataque por parte de los europeos, enviaron un emisario al Presidente pidiéndole armas para ellos ir a combatirlos. Contaron testigos presenciales el imponente desfile de una columna de hombres "desarrapados" marchando hacia el Palacio de Miraflores. Fueron armados y partieron al combate. Muchos de ellos merecieron posteriormente ser condecorados por su valentía y sevicios a la Patria. Al finalizar la lucha volvieron para ser encarcelados nuevamente pero sus causas fueron sobreseídas.

El 20 de noviembre de 1818, Simón Bolívar, a nombre de la República de Venezuela, aún en plena guerra, firma una Declaración "considerando que cuando el gobierno español solicita la mediación de las altas potencias para restablecer su autoridad", etc., se lee con meridiana claridad en el punto 7° y último:

"Ultimamente declara la República de Venezuela que desde el 19 de abril de 1810; está combatiendo por sus derechos: que ha derramado la sangre la mayor parte de la sangre de sus hijos: que ha sacrificado todos sus bienes, todos sus goces y cuanto es caro y sagrado entre los hombres por recobrar sus derchos soberanos y que por mantener ilesos, como la divina Providencia se los ha concedido, está resuelto el pueblo de Venezuela a sepultarse todo entero en medio de sus ruinas, si la España, la Europa y el mundo se empeñan en encorvarla bajo el yugo español" - o cualesquier otro yugo. (Subrayado agregado mío)

Casualmente, en fecha cercana a la firma de esta Declaración, se presentó un conflicto entre la Venezuela en guerra con España con un emisario enviado por el gobierno de los EEUU, a raíz de la captura por parte del Ejército Patriota de varios barcos estadounidenses cargados de armas para los españoles, violando descaradamente una embustera declaración de neutralidad.

Con exceso de arrogancio, dicho enviado, Juan Bautista Irving, se atreve a amenazar al Libertador. Bolívar le responde y cito de memoria por no tener la referencia a mano:

"Venezuela ha sacrificado la mitad de su población en la guerra contra España y la otra mitad deseamos correr la misma suerte luchando contra España, y contra el mundo entero, si se oponen a nuestra voluntad." (Pido disculpas por la posible inexactitud)

Le encuentro un gran parecido a lo dicho por Bolivar en 1812 a raíz del terremoto que destruyó varias ciudades del país, entre ellas Caracas, y los curas intentaron manipular al pueblo diciendo que era castigo divino por haberse alzado contra el rey. Desalojó a empellones a un fraile, se subió a un montón de ruinas y lanzó una frase para la posteridad:

"Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".

Somos hijos de Bolívar como lo fueron el Dr. José Gregorio Hernández, el Gral. José Manuel Hernández y tantos otros millones de venezolanos nacidos tanto en Venezuela como en otras tierras. Tenemos la agradecida riqueza de contar con muchos mártires nacidos en otras tierras, próceres para la eternidad de la Patria Venezolana.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!