Para
mis queridos lectores de otras latitudes divulgo, con el título de
este escrito, la primera primera estrofa del Himno Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela, y lo traigo a colación debido
al conocido funesto y aberrante decreto del presidente de los Estados
Unidos en contra de mi país, nuestro país y el país también de
muchos nacidos en otras partes, desde la visión de su afecto. Pero
también me motiva la aberrante y antipatriótica conducta de muchos,
que aunque nacidos aquí, con cédula de identidad venezolana, han
hecho causa común con ese adefesio legal que vulnera nuestra patria
de manera criminal y que muchos expertos en esos temas del derecho
internacional, del derecho de gentes, del derecho de las naciones
soberanas, han analizado y desguazado.
Al
efecto, contaré pocos pequeños episodios de lo que algunos llaman
historia menuda.
El
Dr. José Gregorio Hernández, llamado popularmente "El Santo de
los Pobres" y actualmente en proceso de beatificación por el
Vaticano, tenía sus desaveniencias y era firme opositor al
presidente Cipriano Castro a comienzos del siglo XX. Cuando varias
potencias europeas, indignamente, bloqueron las costas, cañonearon
los puertos, hundieron "barquitos" e intentaron invadir
Venezuela en 1902, historicamente cierto, el Dr. Hernández fue el
primer ciudadano que se presentó voluntariamente ante el presidente
Castro a reclamar su fusil para ir a enfrentar los extranjeros
invasores. Contaron
entonces algunos testigos presenciales que al Presidente Castro le
costó convencerlo que sus servicios a la Patria serían más
importantes en la retaguardia curando heridos, que como combatiente.
En
ese mismo nefasto episodio histórico, ocurrió otro hecho de
importante significado. El general José Manuel Hernández, conocido
popularmente como "El Mocho Hernández" y muchos de sus
lugartenientes y seguidores, enemigos de Castro, se hayaban presos en
la tétrica prisión de La Rotunda. Después de una larga lucha
armada habían perdido la guerra. Al enterarse del ataque por parte
de los europeos, enviaron un emisario al Presidente pidiéndole armas
para ellos ir a combatirlos. Contaron testigos presenciales el
imponente desfile de una columna de hombres "desarrapados"
marchando hacia el Palacio de Miraflores. Fueron armados y partieron
al combate. Muchos de ellos merecieron posteriormente ser
condecorados por su valentía y sevicios a la Patria. Al finalizar la
lucha volvieron para ser encarcelados nuevamente pero sus causas
fueron sobreseídas.
El
20 de noviembre de 1818, Simón Bolívar, a nombre de la República
de Venezuela, aún en plena guerra, firma una Declaración
"considerando que cuando el gobierno español solicita la
mediación de las altas potencias para restablecer su autoridad",
etc., se lee con meridiana claridad en el punto 7° y último:
"Ultimamente
declara la República de Venezuela que desde el 19 de abril de 1810;
está combatiendo por sus derechos: que ha derramado la sangre la
mayor parte de la sangre de sus hijos: que ha sacrificado todos sus
bienes, todos sus goces y cuanto es caro y sagrado entre los hombres
por recobrar sus derchos soberanos y que por mantener ilesos, como la
divina Providencia se los ha concedido, está resuelto el pueblo
de Venezuela a sepultarse todo entero en medio de sus ruinas, si
la España, la Europa y el mundo se empeñan en encorvarla bajo el
yugo español" - o
cualesquier otro yugo.
(Subrayado agregado mío)
Casualmente, en fecha cercana a
la firma de esta Declaración, se presentó un conflicto entre la
Venezuela en guerra con España con un emisario enviado por el
gobierno de los EEUU, a raíz de la captura por parte del Ejército
Patriota de varios barcos estadounidenses cargados de armas para los
españoles, violando descaradamente una embustera declaración de
neutralidad.
Con exceso de arrogancio, dicho
enviado, Juan Bautista Irving, se atreve a amenazar al Libertador.
Bolívar le responde y cito de memoria por no tener la referencia a
mano:
"Venezuela
ha sacrificado la mitad de su población en la guerra contra España
y la otra mitad deseamos correr la misma suerte luchando contra
España, y contra el mundo entero, si se oponen a nuestra voluntad."
(Pido
disculpas por la posible inexactitud)
Le encuentro un gran parecido a
lo dicho por Bolivar en 1812 a raíz del terremoto que destruyó
varias ciudades del país, entre ellas Caracas, y los curas
intentaron manipular al pueblo diciendo que era castigo divino por
haberse alzado contra el rey. Desalojó a empellones a un fraile, se
subió a un montón de ruinas y lanzó una frase para la posteridad:
"Si
la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos
obedezca".
Somos hijos de Bolívar como lo
fueron el Dr. José Gregorio Hernández, el Gral. José Manuel
Hernández y tantos otros millones de venezolanos nacidos tanto en
Venezuela como en otras tierras. Tenemos la agradecida riqueza de
contar con muchos mártires nacidos en otras tierras, próceres para
la eternidad de la Patria Venezolana.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA
SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
Excelente aporte mi estimado Juan-Pedro. Es momento oportuno de eliminar las telarañas de la historia venezolana que propician amnesias (intencionadas o no )en muchos y muchas. Gracias por tu maravilloso aporte. Viva Venezuela! Hasta la Victoria Siempre!
ResponderEliminar#VenezuelaEsEsperanza
#ObamaDerogaElDecretoYa