miércoles, 31 de agosto de 2016

El pan nuestro

A muy pocos, salvo aquellos interesados con malas intenciones respecto a la Patria, les queda la duda que estamos siendo sometidos a una bestial guerra con muchos sombríos y pérfidos componentes. Sobre eso ha llovido ríos de tinta y trillones de bits. Parte de esa guerra es negarnos, o hacernos imposible, disfrutar del pan nuestro de cada día; que, dicho sea de paso, es parte del viejo intento que sin dudas han logrado imponer, de hacernos cambiar parte de nuestra cultura ancestral. El trigo no es parte de nuestra herencia ni tampoco puede ser parte de nuestra gastronomía autóctona por la sencilla razón que en Venezuela no se produce, y tal vez nunca se producirá. Durante años se hicieron experimentos y pruebas para encontrar, adaptar y adoptar semillas que se reprodujeran en nuestro trópico. Al respecto, recuerdo a un empresario de apellido Zissman (RIP) que empleó tiempo, esfuerzo y dinero en fallidos experimentos.

Las mafias importadoras, molineras, distribuidoras y panaderas nos han negado la harina de trigo importado y el pan durante meses y todos conocemos el camino al calvario al cual nos han sometido, a todos sin excepción; bolivarianos patriotas, descerebrados antipatria y ni ni (una especie de la cual dudo su existencia porque todos tienen el corazoncito hacia cualquiera de los lados) Es de bobos repetir el cuento que, tanto la harina como el pan, son preciado objeto para los especuladores, un eufemismo para llamar a los más asquerosos ladrones, que nos someten a todo tipo de escarnio para robarnos sin conmiseración.

Hace poco vi y oí un alto funcionario declarando que “el Gobierno Nacional había importado trigo, que los molineros hicieron su trabajo, que había suficiente harina para suplir la demanda de los panaderos y que se tendía hacia la normalización de la distribución”. Pero dijo algo más, que vendían el saco de harina por “algo más de Bs. 7.000,00 el saco” de ¿40? kilos. De ser cierto, el precio de la harina de trigo al mayor; es decir, comprada por sacos, es de solo Bs. 175,00 por kilo. Asumamos que con el “algo más” lleguemos a la cifra de Bs. 200,00/kilo y trabajemos con esa cifra.

No niego que se incurre en costos adicionales para la elaboración del pan: levadura, agua, sal, salarios, bolsas, etc., etc. Asumamos también que esos gastos equivalen a un 100% sobre el costo de la harina. La cifra teoricamente llegaría a Bs. 400,00/kilo. ¿De acuerdo?

Visto lo anterior, me pregunto:

¿Por qué venden el pan a Bs. 2.000,00/kilo, 5 veces más que el costo de la harina y otros insumos? Nunca mencionan el precio por kilo pero he comprado panes que pesan 300 gramos por Bs. 600,00, o sea, Bs. 2,00/gramo, igual a Bs. 2.000,00/kilo. Con el pan de 50 gramos que siempre pesa algo menos ocurre igual, lo venden a Bs. 100,00; es decir 20 panes, igual a 1 kilo por Bs. 2.000,00. ¿No les parece algo exagerado ese precio? ¿No creen que raya en la especulación? Y no olvidemos que esos panaderos venden toda clase de delicatesses, tortas, dulces, cachitos y otros preparados a precios simplemente escandalosos y fuera de toda lógica. Hice la prueba, compre una “piñita” por Bs. 200,00 y la pesé. No lo querrán creer: 25 gramos. Eso convierte al precio del pan dulce a Bs. 4.000,00/kilo solo sustituyendo sal por AZUCAR. Los llamados dulces de pasta y las raciones de torta dificilmente pasan de 50 gramos y los he visto a Bs. 1.000,00, 2.000,00 y más. ¿Como llamar entonces ese abuso? ¿Especulación? ¿Grosería? Lo llamo ROBO DESCARADO y punto.

Pero todo no termina ahí. Los canales de distribución “normales” excluyeron hace tiempo las panaderías llamadas artesanales, las de los barrios no controladas por las mafias, al eliminarles el llamado “código”. A esos negocios, al igual que a los pizzeros y otros pequeños comerciantes se les impide comprar harina directamente a las distribuidoras de los molineros. Deben ir por los “caminos verdes” para adquirir su materia prima. Pero, ¿saben qué? Se la compran a los panaderos que a su vez la adquieren a “siete mil y pico” el saco de 40 kilos. Pero, no se sorprendan, la compran entre Bs. 60 y 100 mil el saco.

Pongamos esto último en lenguaje claro. Los grrr%$&/”**#+]><¬ panaderos se ganan una pendejadita entre el 8.000 y el 13.333,33%.

A quienes le gusta achacar culpas les diré que el culpable de estas tropelías, por darle un adjetivo complaciente, es del Gobierno. Si, afirmo que es del Gobierno, por no haberlos enjuiciado y encarcelado hace tiempo y confiscado todos sus bienes. Y si no hubiera leyes aplicables, redactarlas, aprobarlas y aplicarlas con todo rigor. A esa clase de bichos no se les puede tratar con guantes de seda porque esa conducta es de origen genético, son como el alacrán que picó al sapo que le salvó la vida; su naturaleza no les permite ser de otra manera, jamás serán decentes, siempre buscarán la manera de robar y atropellar.

También somos culpables todos nosotros los consumidores, los come pan, por pendejos. Si, por pendejos, por arrastrarnos y rogarles que abusen con nosotros y nos roben a su antojo descaradamente. Somos culpables por comprarles. Si nos enfureciéramos, como deberíamos, y nos les compráramos, tal vez reducirían sus agallas y se acercarían a precios decentes que no atenten contra nuestros bolsillos y nuestra salud mental.

¿Por qué no pensamos un poquito y adoptamos otra conducta frente a quienes nos amargan nuestro pan nuestro de cada día? ¿Y por qué no contra todos quienes abusan de nuestra bondad o nuestra idiotez?

¿No les parece que ha llegado el tiempo para dejar de ser tan pendejos como hemos sido?


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!






No hay comentarios:

Publicar un comentario