lunes, 18 de agosto de 2014

La Historia no tan sagrada – Cuarte Parte



Pido a cualquier fanático que me lea que no empiece por adelantado a cuestionar los que escribiré a continuación. Nada de eso es de mi propia cosecha. Solo voy a copiar textualmente un artículo escrito el 15 de enero 1921, hace casi un siglo, en la revista que supongo desaparecida “La Vita Italiana”, reproducido en el Apéndice del libro “Los Protocolos de los Sabios Ancianos de Sión”, editado por Sociedad Editora de “Novissima”, Roma 1938. No es mi costumbre escribir muy largo y, como quiera que este artículo sí lo es, lo dividiré en dos porciones. Gracias por su paciencia, queridos lectores y lectoras.

Hago hincapié en la fecha de su escritura para que nos demos cuenta que el problema con los sionistas – sionazis – no es nada nuevo. De hecho, como decimos popularmente, esos malditos sionistas del carajo andan jodiéndole la vida a los demás desde hace más de cien años.

EL SIONISMO Y LA INTERNACIONAL HEBRAICA

Para comprender el movimiento del sionismo, del que hoy tanto se habla, conviene recordar que los hebreos se dividen en los siguientes partidos: a) sionistas propiamente dichos, organizados por Herzel, que aspiran a reconstituir el estado hebraico de Jerusalem (Sión) en Palestina; b) los sionistas impropiamente dichos, que sería más acertado llamar territorialistas, organizados por Zangwill (centro británico) que aspiran a constituir una “tierra hebraica”, en cualquier parte del mundo que ofrezca buenas condiciones; c) los cosmopolitas, que prefieren que Israel siga esparcido por el mundo para dominarlo: muchos de éstos, por oportunismo, se fingen sionistas, contribuyendo al correspondiente fondo, pero en realidad su programa no es sionista ni territorial.”

En cuanto a la política hebraica en general, tenemos: a) los israelitas ultraconservadores, que se organizaron aproximadamente en 1880, contrarios a toda cultura y asimilación “goi”; b) los conservadores, que aceptan contactos oportunos con la vida “goi”, siempre que la vida del hebraismo siga siendo sustancialmente tradicional; c) los demócratas sociales, que han venido invadiendo y dominando cada vez más a las democracias europeas y americanas, a contar desde los socialistas clásicos Marx y Bebel; hasta los actuales independientes y bolcheviques de Rusia y espartaquianos de Alemania. Estos se organizaron en el viejo “Bund” (palabra alemana que significa Liga) de revolucionarios hebreos, que se reveló en el Congreso de Ginebra de 1906.”

La alta banca hebraica subsidia a todos estos partidos y se hace servir por todos ellos. Los Rothschild, los Hirsch, los Schiff, etc., no desean, por cierto, ser ciudadanos de un pequeño estado judaico, pues que son los amos del mundo; pero siempre apoyarán los esfuerzos tendientes a tal fin, ya sea para gozar de popularidad entre los judíos, ya sea porque cada una de esas empresas hebraicas resulta siempre un buen negocio.”

Los territorialistas, Zangwill y los socios de la I. T. O. (Jewish Territorial Organization), buscan desde hace tiempo la nueva tierra prometida en el mundo. A este respecto, convendrá recordar lo que publicó la revista mensual Touring Club Italiano en abril de 1914: “La misión de la ITO en Benguela. El nombre ITO está formado por las iniciales de la Jewish Territorial Organization, sociedad que se propone estudiar cuales territorios presentan condiciones favorables para recibir una colonia hebrea, y que, con mayor precisión, busca un territorio donde puedan vivir autónomos los israelitas que no se encuentran en condiciones favorables en los países donde residen actualmente. Poco antes de la ocupación italiana, la ITO envió a Cirenaica una misión a la cual debemos una excelente descripción de esa tierra. Las conclusiones de la misión resultaron desfavorables a la idea de fundar una colonia hebrea en Cirenaica y ello, por razones ajenas a la fertilidad del suelo, o, mejor dicho, a la potencialidad de la producción agraria que la ITO tuvo ocasión de constatar (nota nuestra: la verdadera razón fue la fácil previsión de que la población árabe no iba a tolerar esa intromisión hebraica) Una nueva misión, enviada a la colonia portuguesa de Angola, al sur del Congo Belga, acaba de presentar una memoria favorable a la fundación de una colonia hebraica en la altiplanicie de Benguela, en la parte central del África Occidental Portuguesa, a la que se conserva el nombre de Angola”.

El movimiento ITO es de base británica; y el gobierno inglés lo sigue y lo apoya desde el punto de vista de su política imperialista. No por nada Zangwill ha venido haciendo buenos buceos en Cirenaica, que confina con Egipto, y en las colonias portuguesas, tan deseadas por Inglaterra.”

Por otra parte, los no-hebreos no han de creer que los judíos que personalmente no son territorialistas ni sionistas, sean real y lealmente fusionistas, es decir, que deseen sinceramente que el hebreo de Francia o Alemania sea ni más ni menos que un ciudadano francés o alemán como todos los otros. El viejo elemento farisaico (pharah = dividir), o sea, separatista; subsiste en la gran mayoría hebraica aunque haya perdido la fe tradicional. El hebreo cosmopolita no es sionista ni territorialista, porque en estos dos proyectos no ve un buen negocio para Israel; pero es sionista a su manera, es decir, quiere que los israelitas materialmente dispersos en el mundo, sean ciudadanos de los respectivos estados para gozar de todos los derechos de la ciudadanía, pero también quiere que tales Estados reconozcan los privilegios nacionales de Israel. Esta dúplice pretensión es contradictoria; pero Israel se dispensa de la lógica, cuando le conviene. En efecto, veremos a los hebreos de Checoslovaquia reclamar y obtener, y a los de Polonia exigir con todos los medios, que el hebreo de Praga y de Varsovia sea un ciudadano checo o polaco con todos sus derechos, pero al mismo tiempo el gobierno local tiene que reconocer la nacionalidad Israelita, acordándole escuelas propias, con idioma propio, etc., etc.”

Este estado de ánimo existe incluso en los Estados Unidos, donde, sin embargo, la confusión de tantas razas y la nivelación democrática favorece la fusión definitiva.”

Hace dos años nosotros denunciamos desde La Vita Italiana la pretensión de privilegios nacionales de Israel, a propósito de una reunión que tuvo lugar el Roma el 9 de febrero de 1919 por iniciativa de la “Pro Israel Italiana”, con asistencia del señor Rosemberg. Se formuló la tesis de que la Sociedad de Naciones debía reconocer una autonomía política a las aglomeraciones israelitas considerables de Galitzia, Polonia, Lituania, Rumania, etc. Se reclamaba esta autonomía aún en los casos en que a los israelitas se les reconociera plena igualdad jurídica o política con respecto a los de otros habitantes de esas regiones. En resumen, los judíos querían y quieren constituir Estados dentro de los Estados. Y no se manifestaban dispuestos, siquiera por razones de coherencia, a permitir que núcleos de población no israelita, en el estado de Palestina, siguiesen siendo ciudadanos autónomos o de otro estado a la vez que se convertían en ciudadanos del estado hebraico.”

Su razonamiento era muy sencillo: nosotros – decían – no nos contentamos con gozar de garantías para la práctica de nuestra religión y el ejercicio de todos los derechos, a la par de los otros ciudadanos del estado en que vivimos; queremos también conservar a nuestra raza un reconocimiento legal para no ser asimilados.

Según esta pretensión, los Estados Unidos, por ejemplo, deberían permitir a sus doce millones de negros constituirse un Estado en el Estado, y así también a sus tres millones de italianos, a los alemanes, irlandeses, chinos, etc. Resultaría una condición de real inferioridad para los ciudadanos autenticamente originarios del estado. Esa pretensión induce a considerar a los judíos como a extranjeros en tierra ajena, como lo son en el extranjero los italianos que conservan su nacionalidad de origen.”

En vísperas de la guerra, el rabino norteamericano Schindler proporcionó un “caso” interesante de la irreductibilidad hebraica a una verdadera y leal fusión con los pueblos en medio de los cuales vive Israel. El tal rabino escribía en la Jewish Chronicle del 28 de abril de 1911, página 26: Durante cincuenta años, yo fui partidario de la asimilación hebrea, y creía en ella. Hoy confieso mi error. La gran olla de los Estados Unidos no hará jamás la fusión de ningún hebreo. Hace cincuenta años, estábamos próximos a asimilarnos con los norteamericanos, pero desde entonces dos millones de hermanos nuestros han venido de Oriente (Europa, y sobretodo de la Europa centro oriental), fieles a sus viejas tradiciones y trayendo consigo su viejo ideal. Este ejército nos ha sumergido. En esto se ve la mano de Dios. El pueblo judío tiene que diferenciarse de su vecino. Y lo debe saber, debe tener noción de ello y estar orgulloso”.

(Continuará)


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!

miércoles, 13 de agosto de 2014

La historia no tan sagrada - Tercera Parte



Se ha pretendido hacer creer a los incautos que el actual conflicto entre Palestina e Israel es religioso y milenario. No es ni lo uno ni lo otro. No es religioso porque no se trata de dirimir ninguna interpretación de esa naturaleza, y no es milenario porque este problema se intensificó a partir de 1948, aunque sus orígenes se remonten al último tercio del siglo XIX. Ese conflicto es simplemente el resultado de pretender, como lo han logrado, introducir una cuña neocolonial en el Medio Oriente para desmembrar los estados árabes y, desde luego, hacer más fácil el dominio colonialista imperialista por parte de las élites capitalistas mundiales y, sobretodo, saquear sus recursos naturales y para ello se han valido del movimiento sionista; siendo éste último, una simple cuestión política económica financiera que no tiene nada que ver con religión ni etnias. Esto último niega entonces las a veces pretendidas intensiones de tildar de antisemitismo a sus opositores o críticos. Ya vimos anteriormente que son igualmente semitas tanto los árabes como los judíos, llamémoslos originarios, sabras quienes hablan árabe y sefardíes o sefarditas que hablan castellano antiguo. El sionismo, repito, es una doctrina colonialista imperialista creada por una alta burguesía europea de los llamados judíos eskenasis que no son semitas ni hablan hebreo, hablan una mezcolanza de idiomas centroeuropeos llamada yidish, quienes se han aliado con el decadente imperialismo británico, con el gringo y con muchos oscuros intereses europeos y solo persigue intereses. El llamado idioma hebreo “moderno” es una intentona ridícula de resucitar el antiguo idioma hebreo que desapareció hace siglos. Es algo tan tirado por los pelos como que los italianos actuales pretendieran resucitar el latín o los mejicanos el azteca.

Los acontecimientos del siglo XX son realmente una continuación de lo acaecido en el XIX. Primero fueron los franceses y luego los británicos quienes disputaron a los turcos otomanos el dominio sobre la zona, lucha que concluyó con el fin de los sultanes y la Revolución Turca encabezada por Mustafá Kemal, llamado Ataturk o el padre de los turcos, es decir, el final de la llamada primera guerra mundial. A esto debemos agregar los eventos políticos y las guerras intervencionistas en la Rusia de la revolución comunista. Aquí hay un punto oscuro en la historia y no se ha sabido con certeza como es que muchos intelectuales judíos impulsan el nacimiento del socialismo y del comunismo – Marx, Engels, Bronsky, Bronstein, etc. - y se oponían vehementemente al capitalismo mercantilista de entonces, precisamente liderizado por judíos capitalistas muy poderosos – Rothschield o Rothchild, Schiff, Vanderbilt, por ejemplo.

Desde el último tercio del siglo XIX, otros intelectuales judíos de menor renombre que los nombrados, Herlz y Teodoro Bialik, impulsan la llamada doctrina sionista que prevé el dominio del mundo por la burguesía financiera judía eskenazy, de origen estrictamente europeo. Repito, no son semitas ni hablan hebreo, son en su mayoría eslavos y hablan yidish. Entre algunas de sus contradicciones pregonan el retorno a ”la tierra prometida” pero consideraron varias opciones; es decir, establecerla en algún lugar de África o América Latina, proposiciones que fueron negadas por los probables afectados. A los gobernantes europeos se les presentaba el problema creado por “esos judíos” que no se integraban a sus sociedades, se mantenían al margen, pretendían regirse por sus propias leyes y carecían de identidad patria lo que los hizo cometer el error de apoyar la idea de la vuelta a la tierra prometida, cualesquiera que ésta fuese, con tal de liberarse de una población que consideraban como un estorbo. Los postulados sionistas son realmente aberrantes y pueden leer algunas cosas horripilantes en un pequeño libro intitulado “Los Protocolos de los sabios ancianos de Sión”, que dicho sea de paso, los sionistas niegan haberlo escrito.

Se habla mucho del holocausto judío; es decir el llamado exterminio llevado a cabo por los nazis durante la llamada segunda guerra mundial. Ese tema se ha exagerado hasta límites demenciales y se ha convertido en un verdadero negocio para muchas mafias judías, especialmente gringas. Un judío decente como hay muchos, Norman Finkelstein, entre sus obras escribió “The Holocaust History” donde se aclaran muchas falacias y se señala el terrible silencio sobre la suerte corrida por polacos, rusos, magiares, gitanos, homosexuales y muchos otros en los llamados campos de exterminio nazis. De hecho, la mayoría de las víctimas judías lo fueron por ser socialistas o comunistas, no por ser judíos. Nadie dice nada de la colaboración de las burguesías capitalistas judías con los nazis y Hitler en particular, quienes no sufrieron absolutamente nada y en cambio negociaron a sus pobres “congéneres” para alimentar la industria militar germana con mano de obra semi esclava. Tampoco se menciona por ninguna parte que altos dirigentes nazis eran judíos e inclusive, al final de la guerra, durante la vulgar parodia llamada juicio de Nüremberg, un ministro judío de Hitler, Albert Spier, aspiraba a gobernar la Alemania derrotada como premio a ser concedido por los aliados. Nadie ha dicho nada que un formidable economista judío, Djarmar Schacht, fue ministro de finanzas de Hitler y presidente del Bundesbank. Observen además que ninguno de los pocos judíos nombrados tiene nombre semita ni bíblico. Son todos de orígen europeo. También pueden observar el fenotipo, ninguno de esos judíos poderosos de entonces ni los actuales tiene aspecto de semita; al contrario, muchos son rubios con facciones típicas de los pueblos centroeuropeos.

Volviendo al malestar generalizado de los países europeos destruidos por la guerra por tener una población molesta, éstos optan por la solución de la vuelta de los judíos a la tierra prometida dondequiera que ésta estuviera. Un cretino “noble” inglés llamado Balfour había presentado una propuesta horripilante basado en las ideas de un tal Shaftbury que los demás aceptan como “su” solución y apoyan que vuelvan a Palestina y crean todo un parapeto para justificar esa acción y es así como las Naciones Unidas, es decir la burguesía internacional económica-militar-financiera, crean al actual estado de Israel, donde ya habían creado colonias hebreas desde comienzos del siglo XX, forzando a los palestinos a evacuar a sangre y fuego una tierra donde habían permanecido, se cree, durante 11.000 años. Nadie dice nada que los gobiernos europeos, en bancarrota después de la primera guerra mundial, fueron practicamente chantajeados por los banqueros judíos para que apoyaran el fulano “retorno”.

Estos intrusos europeos trasladados a Palestina pudieron, inclusive, haber vivido en paz con los palestinos, pero fue política de los imperios la limpieza étnica y el desalojo de los pobladores, cometiendo toda clase de atropellos, crímenes de lesa humanidad, genocidio y toda una larga cadena de barbarie y para ello han contado con todo el apoyo logístico militar para acabar con un pueblo inerme.

A mi en particular me provoca hilaridad el absurdo argumento sionista que Dios les dió esa tierra. Entonces que muestren el documento. Imaginen que los mexicanos le reclamen a los gringos la devolución de la mitad de su territorio que fue robado a mediados del siglo XIX, algo mucho más reciente. Nadie en el mundo niega que un minúsculo territorio es cubano, el absurdo enclave colonialista de Guantánamo o que las islas Malvinas son argentinas. Bueno, que los gringos y los ingleses devuelvan esos territorios ya. Ah, pero los pobres pendejos palestinos si tienen que morir o emigrar para darle gusto a los sionistas.

Muchos judíos inocentes fueron llevados a teritorio palestino bajo engaño, alienados, para que sirvieran de carne de cañón a intereses mercantilistas muy egoístas de grandes capitalistas con fines muy torvos, y los mantienen bajo un constante lavado cerebral con una hábil manipulación mezcolanza de religión, falsos valores étnicos y una larga ristra de mentiras y barbaridades, por lo que tocará al verdadero pueblo judío ilustrado hacer su propia revolución y sacudirse a esos perversos asesinos manipuladores, cínicos e hipócritas. Parte de la ayuda que pueden dar los pueblos amantes de la justicia y la paz es obligar a sus gobiernos a romper todo tipo de relacion con el gobierno sionista - sionazi - de Israel y bloquearlos económicamente, no comprar productos comercializados por las empresas que los patrocinan y, por supuesto, no venderles nada. Aislamiento total.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!


(Continuará)

domingo, 10 de agosto de 2014

La historia no tan sagrada - Segunda Parte



Los judíos que creyeron en Cristo empezaron a llamarse Cristianos y, al principio, eran un grupo muy reducido. Por extrañas razones, su mensaje religioso fue desoído por sus correligionarios no obstante ser dirigidos a ellos. Debido a la persecución originada por el fanatismo religioso debieron esconderse o huir a tierra de paganos o, según una nueva denominación, gentiles. Curiosa y extrañamente, muchos de éstos sí acogieron el mensaje. La palabra “gentil” usada hoy profusamente es una adecentada mala traducción de la palabra hebrea “goi” (sungular), “goim” (plural) que se traduce como excremento, vulgarmente “mierda”. Entre los “gentiles”, los cristianos crecieron no obstante la persecución de los romanos hasta que llegó un momento en que se convirtieron en un problema político. Habían pasado más de cuatrocientos años desde la aparición de Jesús. Entretanto, sabras y sefardíes continuaban su vida entre gentiles sin mayores dificultades.

Debieron pasar mas de mil años para que desapareciera el Imperio Romano, se desorganizara el mundo político de entonces y surgió un nuevo concepto religioso que reúne al Judaísmo, al Cristianismo y otras nuevas ideas: el Islam, también llamado Mahometanismo por Mahoma su Profeta. A los creyentes del Islam se les llama Musulmanes. De hecho, la traducción del árabe al castellano de la palabra Musulmán es precisamente “creyente”. Una nueva religión que logró unificar los dispersos pueblos árabes y más allá porque logró incorporar pueblos de otras etnias no semitas, los persas, por ejemplo. De esa unión surgió una formidable fuerza política y, a la usanza de los tiempos, un nuevo dominio territorial, el de los Califatos árabes con el tiempo asentados en Bagdag, El Cairo y Córdova.

El predominio árabe sobre una extensa zona geográfica duró unos cuantos siglos y fue un período de paz durante el cual se desarrollaron la cultura, las artes, la literatura, la arquitectura, las ciencias especialmente las matemáticas, la astronomía, la medicina, la navegación, etc. Las tres religiones monoteístas – judía, cristiana y musulmana – convivieron en paz y armonía junto con todas las demás.

La decadencia de los árabes trajo consigo el fortalecimiento de los reyes católicos de Europa, especialmente de España. Los cristianos arremetieron violentamente contra todo cuanto oliera a árabe o musulmán, y también contra los judíos desde mucho antes cuando inventaron las famosas Cruzadas. El dogmatismo cristiano de esa época es realmente espeluznante; por ejemplo, los judíos fueron obligados a escoger entre convertirse al cristianismo o ser expulsados. Comenzó una indiscriminada persecución muy violenta y ya antes, se les había prohibido a los judíos cultivar la tierra, para entonces la primera fuente de riqueza de los países. Se afirma que esta medida originó la búsqueda de otros oficios y negocios en los cuales se volvieron expertos con el correr de los siglos, joyeros y banqueros especialmente.

En la Palestina, los tres grupos religiosos que convergen en la llamada Tierra Santa continuaban conviviendo en relativa paz, y si surgía algún conflicto, no era generalmente religioso.

Las potencias europeas de los siglos subsiguientes quisieron siempre dominar la zona del llamado Medio Oriente porque es un lugar de mucha importancia geoestratégica; de ahí que, los pueblos de esos lares tuvieron que sufrir las consecuencias de esas apetencias. Imperios fueron y vinieron durante siglos conculcando todos los valores y derechos a los habitantes de esos sufridos territorios hasta hoy en día.

Los deseos de ser libres jamás se alejan de los pueblos, especialmente aquellos que han cultivado valores y tradiciones de diverso signo. Los pueblos levantinos llevan en los genes el germen de la libertad y han sido, probablemente, entre los más sufridos del planeta.

Así llegamos al siglo XX. Los nuevos imperios, vale decir francés, británico, gringo, otomano se disputaron esos territorios y nos detendremos en la llamada segunda guerra mundial de mediados de siglo.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!

(Continuará)