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miércoles, 15 de noviembre de 2017

La guerra – Segunda parte

Lucha típica de un día

Salgo por la mañana como un ciudadano cualquiera a realizar la rutina diaria en mi pequeño pueblo donde, por supuesto, cuento con menores servicios, facilidades y recursos externos que en los conglomerados mayores. Lo inevitable en estos malhadados tiempos es que, no más dar el primer paso, me convierto sin desearlo en un combatiente desarmado y solitario sin preparación a enfrentar quien sabe que ataques y por cuales flancos. Es la diaria, dura, dolorosa experiencia que nuestros asesinos despiadados nos han impuesto desde hace varios años y cuya intensidad arrecia a diario sin conmiseración alguna.

Espero al transporte público. Tiempo perdido, conversación intrascendente con vecinos o desconocidos, calor y angustia y el autobús no pasa. Conjeturas, chismes, habladurías. Al final nos vamos algunos con un “pirata” que nos cobra lo que le da la gana en una chatarra fétida, sucia, incómoda a la que le suena hasta la poca pintura que le queda. El diario ritornello es que el autobús está accidentado por falta de repuestos, cauchos, batería o cualquier otro repuesto y está demás decir que esos elementos han desaparecido del mercado (acaparados engordándolos) y, cuando milagrosamente se encuentran, es a precios exorbitantes. Siendo en gran proporción importados, los precios los indexan a diario a la cotización del criminal e ilegal dólar “negro”, otra de las estrategias internacionales para destruir nuestra moneda. Es una perogrullada decir que dollar today (minúsculas en señal de asco y repudio) nos acogota a todos para fomentar el placer de los ladrones. En este punto, mencionamos también el resto de los servicios públicos. El saboteo es casi a diario en el servicio eléctrico, los sistemas de agua y las telecomunicaciones lo cual, como es de suponer, causa severos problemas a la colectividad.

Después, una peregrinación por abastos, supermercados y ratoneras en búsqueda de productos esenciales que necesitamos en casa. No hay, los acaparan, los esconden, los venden con condiciones y, eso si, suben los precios casi a diario, especialmente cuando hay algún evento de naturaleza política; entonces se ensañan, los porcentajes de aumento no bajan del 100%. Por supuesto, los comentarios son variopintos; desde los más absurdos hasta los más incomprensibles: muchos no entienden o no les da la gana de entender que no es culpa del gobierno como lo repiten hasta el cansancio todos los medios de alienación, que es una forma maquiavélica de atacar nuestras neuronas haciéndonos prospectos para adquirir cualquiera de las patologías mentales que están haciendo las delicias de psiquiatras y psicólogos.

Debemos por fuerza mayor intentar sustituir lo que buscábamos. A estrujarnos los sesos para encontrar formulas sustitutivas. Nuevo peregrinaje y resultados similares a los descritos en el párrafo precedente. La tortura raya limites insufribles, la angustia crece, cunde la desesperación, el humor se altera y nos volvemos proclives a cometer actos que normalmente somos incapaces.

A lo anterior debemos agregar el diario calvario de encontrar “algo” de dinero en efectivo para pagar en sitios donde no hay puntos electrónicos, pero – oh paradoja – pagar en ellos es generalmente otra tortura. Si funcionan, los tienen arreglados a distancia para que tarden una infinitud. Un sencillo proceso que no debe tardar normalmente más de un minuto se convierte en un tiempo indefinido o sencillamente la transacción se frustra. Tenemos dinero, existe el producto aunque excesivamente caro y no podemos adquirirlo. Total, tortura refinada al máximo.

¿Quienes son nuestros torturadores? Una larga cadena que todos debemos saber identificar, culpar y condenar. El jefe mayor de toda esa larga caterva de delincuentes, criminales, es sin dudas el imperio gringo y no me desmientan. Quieren a toda costa recuperar el control de nuestros recursos naturales que tuvieron a sus anchas por unos cien años y la Revolución Bolivariana recuperó para ponerlos al servicio del pueblo. Los segundos en el organigrama son sus serviles lacayos habitantes o no de Venezuela. Hago una digresión: observen que no digo venezolanos. Aunque muchos nacidos en nuestro país, con cédula de identidad venezolana, no son venezolanos, la Patria les importa un carajo, son asquerosos traidores a la Patria que van abiertamente, sin vergüenza ni pudor, por el mundo arrodillándose ante sus amos pidiendo sanciones, bloqueos económicos, comerciales y financieros y hasta intervenciones armadas. Cuanto lamento que no estemos en tiempos de Bolívar quien hubiera ordenado sin contemplación alguna que fuesen pasados irremisiblemente por las armas. Cito de memoria una maravillosa frase de Bolívar: los traidores deben ser irremisiblemente pasados por las armas (degollados) porque no valen ni siquiera el costo de una bala. Entonces no eran fusilados, ese era un honor para hombres y no para cobardes, y digo cobardes porque todos ellos son unos pusilánimes llorones que, cuando los agarran, chillan más que marrano en motocicleta.

Los terceros, todos aquellos ignorantes inconscientes, de buena o mala fe, que se prestan para explotar el pueblo sin saber que ellos también son víctimas de toda esta trama infernal. Y, transversalmente repito, los medios de alienación colectiva.

Plan maquiavelicamente perfecto. Guerra, terrorismo de todo tipo con ataques simultáneos por todos los flancos. Destruir nuestras neuronas, idiotizarnos y someternos lo cual han hecho con intensidades variables desde hace 18 años. Muchos se preguntan en el mundo si, siendo esto cierto, como es que hemos aguantado tanto estoicamente y no nos hemos rendido. En mi modesta opinión, las razones tendríamos que buscarlas en nuestra historia, nuestros genes y nuestras esperanzas e ilusiones futuras sin olvidar que hemos sido el pueblo de las dificultades. Herencia de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar quien se calificó a si mismo como el hombre de las dificultades. Tengo la más cierta de las certidumbres, como dijo Walt Whitman, que resistiremos y en cierto momento nuestra contraofensiva será demoledora. No nos quepa la menor duda.

Esos cobardes traidores no dan la cara, pocos sabemos quienes son nuestros enemigos. Concluyo con un elenco de mafias criollas criminales, terroristas que ejecutan esos planes macabros contra todo el pueblo. Todos, menos los millonarios que se hacen más millonarios cada día, lo sufrimos. Es una guerra terrorista contra todo el pueblo; así que, sepamos quienes son algunos de esos brazos ejecutores, todos pertenecientes a la oligarquía criminal, cuyas denominaciones escribiré en minúsculas en señal de asco y repudio.

fedecámaras: federación de cámaras y asociaciones de comercio y producción

consecomercio: consejo nacional del comercio y los servicios

venamcham: venezuelan american chamber of commerce (cámara de comercio venezolana americana)

cavidea: cámara venezolana de la industria de alimentos

cámara venezolana de la industria farmacéutica

ansa: asociación nacional de supermercados y afines

fedenaga: federación nacional de ganaderos
asociación bancaria nacional

credicard: empresa creada por los banqueros para el manejo de los puntos de venta y cajeros electrónicos

Y otros más que escapan de mi memoria, por ahora (como dijo el penco aquel)

Pueblo: ¡conoce tus verdugos!



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¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!






jueves, 19 de octubre de 2017

La guerra – Primera parte


Todos, o casi todos, tenemos la idea generalizada que en una guerra se enfrentan dos o más grupos con el propósito de destruir al o los adversarios a toda costa con los métodos e implementos mortíferos disponibles. Tal vez sea la influencia de las producciones bélicas de Hollywood en las que veíamos grupos de hombres armados, atrincherados o no, resistiendo los embates del enemigo y, a la vez, respondiéndoles con parecida ferocidad. Defensa y ataque. Disparos de todo tipo van y vienen. Unas veces protegiéndose y otras atreviéndose a devolver el fuego.

En la guerra que actualmente peleo hay pocos disparos reales de armas de fuego aunque, de hecho, los ha habido durante cuatro meses, los hay ahora de manera esporádica aunque en menor intensidad y ojalá no los haya en el futuro de la manera como nos acostumbró la cinematografía. En esta ya larga guerra actual la mayoría de los disparos no provienen de rifles, ametralladoras, cañones ni nada parecido. Tampoco tenemos que refugiarnos para protegernos de bombas o cohetes.

No estoy diciendo bobadas ni cosa parecida. Esta guerra es quizás más destructiva y atroz que esas a las que me he referido antes. No nos disparan, no nos cañonean, no nos lanzan bombas ni cohetes pero el daño que nos causan es quizás peor. El enemigo no lo tenemos claramente a la vista al punto que muchos, sumergidos en la batalla y dañados por sus efectos se niegan a aceptarla e, inclusive, también niegan su existencia.

Nos atacan desde diversos flancos de manera despiadada y el daño que ya han causado es enorme y sus consecuencias quien sabe cuanto tiempo durarán. De manera gráfica, a veces me imagino a mi mismo recibiendo simultaneamente cargas desde varias direcciones todos los días y a todas las horas. Los “disparos” vienen de diferentes maneras; desde varios flancos nos atacan una parte vital con el acaparamiento, la escasez, el condicionamiento ilegal de la venta y la especulación inmoral con los precios de la comida, las medicinas y otros productos vitales, que a veces sufren aumentos de más del 100% en pequeños lapsos de tiempo.

Otro flanco para el ataque es el saboteo a los servicios públicos. Cuanto saboteo al servicio eléctrico, al agua potable, el transporte público, las comunicaciones y otros que debemos soportar y nos causan estremecedores efectos.

Pero los certeros disparos no terminan allí. Debemos agregar necesariamente el incesante ataque alienante por parte de – valga la redundancia – los medios de alienación que jamás llamaré de comunicación porque no comunican nada. Ellos son responsables directos de muchas enfermedades psicológicas, la infofrenia y la disociación psicótica entre otras tantas patologías.

A lo anterior debemos agregar los ataques económicos y financieros al país que terminan incidiendo en la vida diaria de todos. Entre ellos hay que señalar los ataques a la moneda que provocan inflación inducida, la artificial restricción a la circulación de efectivo por parte de la banca que incluye la obstrucción deliberada al uso de cajeros automáticos, puntos de venta electrónicos y negativa a la entrega de efectivo, de nuestro dinero, en los cajeros de las agencias bancarias.

Por si no les bastara, ahora tenemos encima la espada de Damocles representada por la amenaza de los disparos reales, los cohetes y las bombas por parte de los gringos que están locos y no hayan como disimular sus ansias de robarnos nuestras riquezas naturales.

A veces me imagino a mi mismo como un combatiente solitario y desarmado, sin un lugar para guarecerme y protegerme, aguantando despiadados ataques desde todos los flancos por parte de fuerzas superiores casi a punto de rendirme por cansancio, hambre y frustraciones. ¿Cuantos venezolanos nos sentiremos simultanemente así? Pero, por otro lado, sé, estoy seguro que millones de venezolanos estoicamente seguiremos resistiendo, haciendo gala de nuestra genética guerrera que nos ha convertido en el pueblo que siempre ha vencido y seguirá venciendo todas las dificultades, fieles a la herencia de nuestros Libertadores.

(Continuará)


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sábado, 10 de septiembre de 2016

Ja ja ja ...

¡Que risa me da! Los eternos profetas del desastre pronosticaron de mil maneras; con buenas o malas intenciones y, también, creo, sin intención alguna quizás, y les doy lo que llaman eufemísticamente, el beneficio de la duda, sobre el desenlace de lo que ocurriría en Venezuela el 1° de Septiembre pasado. Algunos vinieron a calentarme las orejas y, según cada circunstancia en particular, los despedí con una frase que me gusta y ojalá a ustedes también: NO PASARA NADA. Pronóstico acertado.

Pero lo que más risa me da es lo que he visto y oído sobre la manera como informaron ciertos medios internacionales a medida que se suscitaban los “angustiantes” acontecimientos. Nada de lo que decían ni siquiera rozaba desde lejos lo que realmente ocurría u ocurrirá. Los más estrafalarios análisis. Las proyecciones más abyectas. La más pintorescas demostraciones de ignorancia y estolidez. Definitivamente, esos y esas, o sus mentores, no tienen ni la menor idea de lo que significa hacer el más extravagante ridículo, perdieron definitivamente lo que suelen llamar algunos el elemental sentido de las proporciones.

Me pregunto y les pregunto la razón por la cual, los comentaristas de otros países se refieren, critican, exigen, analizan, etc., nuestra opción constitucional de los Referenda, especialmente ahora el Referendum Revocatorio de la cargos de elección popular. Para empezar les digo por la calle del medio que esos palangristas amarillistas no tienen ni la menor pizca de moral para referirse a ese tema por la sencilla razón que en sus países no tienen nada parecido. No existe el Referendum Revocatorio de ninguna especie. En sus países esa figura legal no existe. Si existiera podrían quizás hacer comparaciones, pero más nada.

Para que no hagan el papel de estúpidos idiotas, sin que nadie me lo pida les daré una pequeña lección y ojalá sus atrofiados cerebros la entiendan y comprendan. Trataré de ser breve y conciso.

Los Referenda en Venezuela, Consultivo, Ratificatorio, Abrogatorio, Revocatorio NO SON DERECHOS, SON OPCIONES previstas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y, creo que posteriormente, en Bolivia y Ecuador. Hasta donde he podido saber no existen en ninguna otra parte del mundo el REVOCATORIO A CARGOS DE ELECCION POPULAR más, sin embargo, en Venezuela ya se han realizado ONCE, siendo el primero de ellos el que resultó RATIFICATORIO cuando la asquerosa oposición venezolana, traidora a la Patria, lacaya del imperialismo gringo #SIONAZI pretendió desfenestrar al Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez (RIP)

Como es natural y lógico, estas figuras deben ceñirse estrictamente a la Constitución y a la normas legales vigentes; en consecuencia, quienes los propicien deben someterse al ordenamiento jurídico y a los plazos legales contenidos en el mismo. ¿Claro?

La próxima vez que se refieran a los Referenda Venezolanos no hagan el ridículo, no sean obtusos y no digan que “el Gobierno se opone”. No es potestad del Poder Ejecutivo oponerse o no. El Poder Ejecutivo no tienen ningún poder decisorio sobre ese tema pero, como ustedes son tan redomadamente ignorantes y quieren seguir siéndolo, no se han tomado la leve molestia de leer nuestra Constitución; por cierto, elaborada, pensada y escrita por EL PUEBLO y, en su momento, la única APROBADA POR EL PUEBLO en el libre ejercicio de SU SOBERANIA en elecciones populares también libres y pulcras.

Se preguntarán los incrédulos que aún me leen la razón por la cual el Ejecutivo no tiene injerencia alguna en estos temas. Les diré: porque no es su competencia. Eso compite única y exclusivamente al PODER ELECTORAL. Su crasa y supina ignorancia les impide saber que en Venezuela no existen los tres poderes tradicionales a partir de la Revolución Francesa. En Venezuela existen CINCO. El Poder Electoral es uno de ellos y de ahí deriva su autonomía y competencia para conocer, proponer legislación, establecer normas, etc., en todo lo atinente a elecciones, consultas, referenda y todo lo relacionado con esta amplia materia.

Cuando los oposicionistas lanzan la cretina consigna que “el Gobierno se niega” están haciendo el ridículo y ellos lo saben; pero, pretenden engañar incautos como efectivamente lo logran entre los descerebrados que sufren de infofrenia y disociación psicótica.

Periodistas cretinos, amarillistas, palangristas, vendidos a bajo precio a los dueños de medio y a grupos de interés, les doy una recomendación que seguro estoy desoirán: dejen de ser pendejos creyendo que los demás lo somos; pero, si quieren continuar, entonces, harían mejor papel callándose o simplemente largándose al mismísimo carajo.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIRENOS Y ENECEREMOS!
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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Traición a la Patria – Parte 2

Reconocimiento: El Dr. Herman Escarrá motivó estos escritos. Vi y oí su declaración por TV. Dijo, palabras más, palabras menos, que fue invitado al Departamento de Estado de los EEUU y allá, según le contaron altos funcionarios, “todos los venezolanos que iban a pedir ayuda querían que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, redactada y aprobada por el pueblo en Referendum, fuese abolida”

En las religiones existe el llamado pecado para señalar las faltas, fallas, desviaciones, atentados y otros actos que se pueden llegar a cometer, y de hecho cometemos los humanos, contra los preceptos, la fe, la teología y otros aspectos religiosos. La gravedad de los pecados es variable y se podría decir, aun cuando no sea lo tecnicamente exacto, que existen diversos grados de pecado; es decir, de las distintas faltas. Se considera como el peor, el de la “Apostasía”, es decir “renegar de la fe”, o lo que es lo mismo, traicionar la fe.

Igual ocurre con las leyes de todos los países. Se tipifican las faltas y los delitos en leves, menores y graves. A cada tipo de incumplimiento tipificado como falta o delito, las leyes contemplan la imposición de una sanción de acuerdo a la gravedad; es decir, al igual que con los pecados cuando se habla de religión, existe también una especie de gradación. No entraré en polémica con los juristas porque existen diversas maneras para hacer esta clasificación.

Para ilustrarnos mejor, la teología católica clasifica los pecados en: actual, capital, contra natura, de bestialidad, de comisión, de omisión, externo, formal, grave, habitual, interno, material, mortal, original. No analizaré la remisión ni el perdón de los pecados por que no es el tema.

Adonde quiero llegar es a una afirmación en la que creo como un dogma de fe.

Creo que la peor, la más abyecta, la más abominable e imperdonable de las faltas o delitos es la TRAICIÓN A LA PATRIA. En eso soy tercamente intransigente y ni siquiera acepto discusión alguna. Para mi, repito, para mi no existe nada peor.

¿Que dice el Código Penal venezolano sobre la Traición a la Patria?

Dice el artículo 132:
"Cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años. En la misma pena incurrirá el venezolano que solicitare la intervención extranjera en los asuntos de la política interior de Venezuela, o pidiere su concurso para trastornar la paz de la República o que ante sus funcionarios, o por publicaciones hechas en la prensa extranjera, incitare a la guerra civil en la República o difamare a su Presidente o ultrajare al representante diplomático o a los funcionarios consulares de Venezuela, por razón de sus funciones, en el país donde se cometiere el hecho".

Universalmente, veamos cual es su Dimensión jurídica:

En términos legales, la traición consiste en una conducta desleal hacia la nación. Cada estado determina taxativamente para sí los actos que implican el crimen de traición, algunos de los más tipificados son:
  • Sublevarse o incitar a otros a sublevarse contra la autoridad del Estado.
  • Conspirar contra el gobierno, intento de golpe de Estado.
  • Asesinato o intento de asesinato de altas autoridades del Estado.
  • Pensar o difundir ideas contrarias al orden establecido por el Estado.
  • Terrorismo.
  • Colaborar o asociarse con estados declarados "no gratos" o enemigos de la nación.
  • Cooperar o colaborar con otras naciones durante período de estado de guerra.

Volvamos a Venezuela: Éstas son las cinco principales condiciones descritas en el actual ordenamiento jurídico venezolano, y previstas en el Código Penal vigente, que pueden servir como causa o motivo para que algún ciudadano sea acusado por el delito de Traición a la Patria:

1. Que se atente contra la independencia de la República.
2. Que un grupo de personas confabulen para destruir la forma política republicana que se ha dado la Nación.
3. La solicitud expresa de la intervención de algún país extranjero en los asuntos de la política interior de Venezuela.
4. Revelar los secretos políticos o militares concernientes a la seguridad de Venezuela.
5. La entrega de recursos a un país extranjero para que sean empleados en perjuicio de Venezuela, de sus instituciones republicanas, de sus ciudadanos y ciudadanas o sirvan para desestabilizar el orden social.
Con respecto a las penas que estos cargos conllevan, algunos de los artículos del actual Código Penal que establecen jurisprudencia sobre este delito, como el 128, dicen que “Cualquiera que, de acuerdo con una Nación extranjera o con enemigos exteriores, conspire contra la seguridad del territorio de la patria, conspire contra sus instituciones republicanas, o la hostilice por cualquier medio para alguno de estos fines, será castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años”. Por otra parte, el artículo 129 establece otra pena: “El que dentro o fuera de la República Bolivariana de Venezuela, sin complicidad con otra Nación, atente por si solo contra la independencia o la integridad del territorio de la República, será castigado con la pena de presidio de veinte a veintiséis años. Con la misma pena será castigado quien solicite, gestione o impetre, en cualquier forma, la intervención de un gobierno extranjero para derrocar el gobierno Venezolano”.

En la Historia Universal existen famosos casos de famosos traidores a sus patrias y cada país tiene sus maneras particulares de castigarlos. En eso no me meto aun cuando no soy partidario de la pena de muerte. En los EEUU, los condenados por traición a la patria son, por lo general, irremisiblemente condenados a cadena perpetua o a pena de muerte. Volveré sobre este particular más adelante.

No he revisado la historia pero creo que en Venezuela no se ha condenado a nadie por ese delito desde la Guerra de Independencia. Agradeceré si alguien me corrige. Desde niño se me quedó grabada la histórica escena cuando el Libertador Simón Bolívar descubrió entre los prisioneros, después de la Batalla de Boyacá, al traidor Vinoni, responsable de la pérdida del Castillo de Puerto Cabello en 1812. Ordenó que fuera irremisiblemente pasado por las armas. No lo he comprobado en ningún texto histórico pero, supuestamente, ordenó que fuera degollado porque “la vida de un traidor no vale ni siquiera lo que vale una bala”. Cierto o no, fantasía o realidad, mito o leyenda, no importa, estoy de acuerdo con Bolívar. La traición es aberrante y repudiable. Es vil y despreciable en grado máximo. Y lo es porque acumula en sí misma lo peor del alma humana, tanto legal como teologicamente. Es el summun de todas las porquerías desde todo punto de vista.

Es público, notorio y comunicacional – lo sabemos todos - que muchos ciudadanos venezolanos, nacidos en Venezuela, con cédula de identidad venezolana aunque sus peludos corazones y sus putrefactas mentes pertenezcan a otro país, han atentado y atentan contra la Patria, sus instituciones, su gobierno, su Constitución, sus leyes, su soberanía, contra sus habitantes y su paz de distintas formas y maneras; sobre todo han atentado y atentan a diario de mil maneras contra la paz y la tranquilidad de sus pacíficos habitantes, en connivencia abierta y declarada con potencias extranjeras descaradamente hostiles a Venezuela, entre otras formas, negándole su alimentación y sus medicinas al igual que constriñendo muchos otros derechos sociales mediante actos criminales tales como el boicot, el acaparamiento, la especulación, la usura, la reducción o la suspensión de la producción de insumos vitales, pido a las autoridades de mi Patria Venezuela, exijo a la Fiscalía General de la República, estudiar rapidamente la viabilidad de acusar y enjuiciar por TRAIDORES A LA PATRIA a:

Todos los directivos de Fedecámaras.

Todos los directivos de Cavidea.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de Droguerías y Farmacias.

Todos los directivos de la Cámara Venezolana de la Industria Farmacéutica.

Todos los directivos de Consecomercio

Todos los directivos de Venamcham

Todos aquellos otros no mencionados, incluidos muchos dirigentes "políticos", a quienes se les comprobare el despreciable delito de TRAICION A LA PATRIA.

Todos los mencionados y muchos más han cometido ese delito de lesa Patria a la vista de todos y, de paso, se dragonean y se burlan de todos nosotros echándonos desfachatadamente en cara (valga la redundancia) sus acciones con toda impunidad.

El la Primera Parte señalé algunos apellidos de los traidores infames del Siglo XIX. Observemos los apellidos actuales y veremos que muchos se repiten. Las miasmas de ahora provienen de aquellos detritos. Es necesario resaltar que los nietos superaron las agallas de sus abuelos que solo pretendían negociar un tercio de Venezuela. Los nietos pretenden negociarla TODA.

Dije arriba que volvería sobre los EEUU. Si todos esos traidores que he señalado fueran ciudadanos gringos, estarían en cárcel de por vida o los hubieran ya ajusticiado. Que gran hipocresía, falsedad y perfidia, los gringos los apoyan, asesoran, financian y dirigen a cometer acciones que castigan severamente en su país. Y no me digan que estoy inventando nada, es público, notorio y comunicacional e, inclusive, todos los delincuentes se vanaglorian publicamente de ello.


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lunes, 30 de noviembre de 2015

Traición a la Patria – Parte 1

El escritor Federico Brito Figueroa en su libro “Tiempo de Ezequiel Zamora”, Capítulo Octavo, La segunda etapa de la insurrección campesina de 1859 – 1863, escribe: “Politicamente, la oligarquía venezolana había fracasado en sus intentos de continuar gobernando el país, en los mismos términos que en 1830. Sus ideólogos, “godos de uña en el rabo”, como los llamaba el pueblo, fraguaron el golpe cuartelario de 1858, y las consecuencias no podían ser más nefastas para sus intereses de clase: la insurrección y la rebelión de la pobrecía urbana. Apelaron al constitucionalismo abstracto, agrupados en torna al partido civilista, y los hombres del partido militar se apoderaron del gobierno. Proclamaron la dictadura de José Antonio Páez, y “las inteligencias más notables” solicitaron la intervención extranjera para liquidar la insurrección campesina... Es decir, en defensa de sus intereses de clase, los oligarcas no vacilaron en particiṕar en actos de traición a la Patria.”

En efecto, el 22 de Noviembre de 1861 - hace exactamente 154 años y 8 días – una comisión formada por Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Pacífico Gual, Nicomedes Zuloaga, Juan José Mendoza, Federico La Madriz, Federico Núñez de Aguilar y Aureliano Otáñez redactó un documento implorando la intervención de una potencia extranjera y ofreciendo “... entregar girones del territorio patrio a cambio del orden y del respeto de sus propiedades amenazadas” por la guerra social.

La historia, por supuesto escrita por historiadores burgueses ha intentado ocultar esta fea mancha; pero, junto con Brito Figueroa, transcribamos algunos fragmentos de ese documento, cuyo contenido explica por sí solo el calificativo de traidores a la Patria para quienes lo elaboraron y también para sus firmantes, que no vacilaron en enviarlo a la Cancillería de una potencia extranjera, por intermedio de una representación diplomática en Caracas. Vueltas que da la historia y cualquier parecido con hechos recientes no es, definitivamente, pura coincidencia inclusive de los mismos apellidos de los actores, los de entonces y los actuales.

EXPOSICION QUE MUCHOS HABITANTES DE VENEZUELA DIRIGEN AL GOBIERNO DE S. M. LA REINA DE GRAN BRETAÑA, CARACAS, 21 DE NOVIEMBRE DE 1861.

Los que hacemos esta manifestación somos habitantes de Venezuela, hablamos por la experiencia que actualmente nos está suministrando este país, entregado a todo género de excesos y a la guerra social de que hemos hablado, la que no tendrá término sino con su completa ruina, y dentro de poco estará perdido para sus habitantes y para las demás naciones que pudiera reportar inmensas ventajas con su comercio y relaciones amistosas, si estas comarcas pudieran estar en paz y seguir su marcha regular. Es un deber que tienen las naciones civilizadas de Europa de tender la vista a estos países e intervenir en ellos de una manera directa, cuya intervención no podrá menos que producir los mejores resultados. ... Ninguna de las naciones de Europa puede con más ventajas poseer a Venezuela como la Gran Bretaña, y creemos que le sea más ventajosa esta posesión que la que tiene en la India Oriental. El paso que debe darse en esta materia está muy indicado, y aún es de extrañarse que hasta ahora nada se haya hecho en esto. Hay en Venezuela, entre los hombres pensadores, la opinión de que conviene a ésta desprenderse del territorio de La Guayana y negociarlo con la Gran Bretaña pagando con él la deuda extranjera contraída con súbditos ingleses, y además la deuda externa de la República que reconocerá o pagará en los términos que se estipule, que ambas deudas no montan a diez millones de libras esterlinas. Esta opinión es mayor cada día, pero la multitud, el populacho y los demagogos se oponen a este traspaso de territorio o por lo menos no manifiestan buena voluntad a que se realice tal idea. Es esta la causa que hay para que nunca proponga esta negociación el Gobierno de Venezuela, por el temor que le inspira el desenfreno de las masas. Toca al gobierno inglés dar principio a esta negociación de la que sacará felices resultados... La Guayana venezolana es un país más extenso que Francia... Este vasto territorio que linda con la Guayana Inglesa, y que puede decirse que está desierto, está llamado a tener una gran importancia en la América del Sur... Aquel suelo es también aurífero, diversas minas de este metal se han descubierto recientemente... La posesión de este territorio tiene inmensas ventajas para la nación que lo ocupe. Por el Orinoco llevará su comercio a la mayor parte de la América Meridional; penetrando por las arterias de este río se irá al interior del resto de Venezuela, a la Nueva Granada, al Ecuador, y por el canal de Casiquiare que lleva las aguas al majestuoso Amazonas, se irá al Perú, Bolivia y al centro del Imperio del Brasil. Flameando el poderoso pabellón inglés en La Guayana, no solamente mostrará ésta su riqueza hasta ahora desconocida, sino que será un centro civilizador que repartirá su influencia benéfica a todas estas repúblicas enseñándoles las ventajas positivas que trae al hombre el trabajo aplicado con inteligencia a todas las industrias, e impedirá que continúen en esta guerra devastadora que los consume y embrutece. ...Es este un deber que tienen que llenar las naciones europeas para con las repúblicas americanas que necesitan su intervención tutelar sin esperar a que directamente se les llame desde estas naciones, porque los propietarios y hombres de inteligencia no tienen libertad para hacerlo y sufren la presión del desenfreno popular, hasta el caso de no atreverse a firmar esta exposición, la que hemos concebido, por el justo temor de que puedan difamarse nuestros nombres. Antes de terminar debemos manifestar y encarecidamente pedir al gobierno británico la más pronta resolución de esta materia, ya sea que se acojan nuestras ideas respecto de la negociación de la Guayana, o bien que se decida y lleve a cabo la intervención de una manera igual a la que las tres potencias occidentales de la Europa emplean respecto a México, que es el medio más pronto y expedito que puede atajar los infinitos males que sufren estos pueblos.

Como se ve, los civilistas no tuvieron “... escrúpulos en apelar al sacrificio de la Patria” para salvaguardar sus intereses amenazados por la insurrección campesina.

Este documento no solo llegó a su destino, es decir la Cancillería Británica, sino que llegó también a los Gobiernos de Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Alemania e inclusive la Rusia Zarista, fue redactado por calificados ideólogos de la oligarquía caraqueña y firmado por unas cien (100) personas, incluyendo algunos propietarios territoriales de la Provincia de Aragua. Los apellidos son los mismos de los que aplaudieron en la Plaza Mayor de Caracas el descuartizamiento de José María España y participaron en la entrega de Francisco de Miranda a la monarquía española. Solo que junto a los apellidos de origen colonial aparecen algunos nuevos, los enriquecidos a partir de 1830. En párrafo aparte, destacados, veamos algunos:

Zuloaga, Machado, Romero, Morales, Tovar, Mendoza, Sosa Altuna, La Madriz, Paúl, Key, Las Casas, Rodríguez, Gallegos, Mancera, Veloz, Delgado, Correa, Mijares, Fernández, Otañez, Palacios, Blanco, Herrera, Llamozas, De La Sota, etc.

Cualquier parecido con hechos, acontecimientos, actos, conspiraciones y eventos recientes y o en desarrollo en esta época, no es mera coincidencia. La miasma actual es producto de aquellos detritos.


Subrayados y negrillas son míos.
Continuará.


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domingo, 16 de agosto de 2015

La entrada de Bolívar a Bogotá



La pérdida de la Batalla de Boyacá significó la catastrófica tragedia final para el Virreinato de la Nueva Granada y se ha hablado y escrito mucho sobre las acciones militares y de otra índole, pero poco de las historia menudas que siguieron al triunfo Patriota al mando del Libertador Simón Bolívar.

¿Cual era el ambiente en Bogotá previo a la batalla? El boato y el protocolo del virreinato era el pan de cada día desde tiempos inmemoriales; de tal forma que, el pueblo se acostumbró a los imponentes desfiles de tropas muy arregladas, muy engalanadas en los mejores caballos. Eran parte de lo mejor, en apariencia, de los ejércitos imperiales y tenían fama de invencibles. Por otra parte, la tremenda influencia de la jerarquía eclesiástica tenía sumido al pueblo en la más tenebrosa ignorancia. No olvidemos que desde 1814 cuando el Libertador, actuando a las órdenes del Congreso de Tunja, o lo que es lo mismo, del Gobierno de la Unión, somete al disidente gobernador de Cundinamarca (Bogotá) Manuel Alvarez por la fuerza, se originó una repugnante reacción de los clérigos quienes inclusive lo excomulgaron llamándolo "impío hereje e irreligioso", lo que a su vez originó para Bolívar el terrible apelativo de "El Diablo" que la burguesía inyectó al sometido e ígnaro pueblo.

El desastre de Boyacá provocó la desbandada y vergonzosa huida de algunos restos del ejército imperial y a la pregunta generalizada sobre quien podía derrotarlos surgió la respuesta tétrica: El Diablo. Un miedo irracional se apoderó de todos y llegó a tal punto el pavor que el Virrey, y todo su séquito gubernamental, huyeron despavoridos abandonando en las arcas un millón de pesos en oro.

Imaginemos ahora el aspecto del ejército patriota cuando entró en Bogotá el día 10 de Agosto de 1819 aproximadamente a las 4:30 pm, tres días después de su clamoroso triunfo en Boyacá. Su aspecto no podía ser más lamentable. En su mayoría hombres de tierras muy cálidas, llaneros de Apure, maltratados fisicamente por las penurias del Paso de Los Andes, habiendo soportando el frío y el soroche a más de 4000 metros de altura además de los sangrientos combates, sin las vestimentas adecuadas, barbudos, muchos descalzos, desarrapados con bastantes de ellos heridos o mutilados; en fin, una verdadera calamidad a los ojos de cualquiera. Y habían vencido a los "invencibles". Se confirmó entre muchos la malintencionada conseja, al frente de ellos no podía estar otro que el mismísimo Diablo.

Comparemos ahora fisicamente a los combatientes. Por un lado los "bonitos" de acicalada piel tersa y por el otro, "los feos" de piel tostada, aporreada por los elementos y los sacrificios. Los unos de preciosa indumentaria, los otros de harapos y la mayoría descalzos. Imaginemos, no más, la impresión que debieron haber causado cuando hicieron su entrada triunfal a la ciudad virreinal.

Los burgueses que permanecieron en la ciudad porque no tuvieron tiempo para huir, apelando a su rancia hipocresía y maldad se presentaron inmediatamente a los vencedores a rendirles falsa pleitesía como historicamente han hecho y harán en casos similares. Organizaron un suntuoso banquete y un baile en honor a los héroes, a los vencedores. Naturalmente, buscaban conservar sus viejas prerrogativas.

Imaginemos el estado de los uniformes de los principales oficiales del Ejército Patriota y del mismo Libertador. No tenían indudablemente su mejor presentación. Sus rostros tampoco. De hecho, digámoslo, estaban feos y descompuestos comparados con los caballeros y damas de aquella rutilante burguesía virreinal.

Durante el baile, una de aquellas damas despreció ostensiblemente al General José Laurencio Silva cuando éste la requirió para bailar. Aparentemente lo llamó "sucio plebeyo" entre otros epítetos; pero, Bolívar observó aquello.

El Libertador, inmediatamente, ordenó que la orquesta cesara y que nadie bailara. Tensión general. Dijo entonces: General Silva, el Libertador bailará con usted. Ordenó a la orquesta que recomenzara la interpretación. Bailaron ellos solos.

Al terminar la pieza musical se subió a una mesa y, palabras más, palabras menos, dijo:

Ningún miembro del Ejército Libertador merece, ni debe soportar la ofensa del desprecio de ninguna ramera por muy mantuana que sea. Por eso, en desagravio, Yo, el Libertador, he bailado con el General Silva. Se ha terminado la fiesta, ¡váyanse todos al carajo!

La burguesía bogotana todavía, doscientos años después, no ha perdonado a Bolívar. La oligarquía descendiente de aquella parece odiarlo cada vez más.

Aunque a muchos de otras latitudes les pudiera parecer extraño, el pueblo lo ama.


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sábado, 4 de julio de 2015

Negro Primero

Lamento no haber tenido la suerte y el privilegio de estar en Caracas para presenciar el traslado de los restos simbólicos del Negro Primero al Panteón Nacional el día 24 de junio pasado, fecha en la cual murió hace 194 años en la Batalla de Carabobo.

Desde niño he sabido algunas de las historias menudas que rodean la vida de este prócer ejemplar y, en algunos aspectos, único de nuestra larga y sangrienta Guerra de Independencia; y, a partir de esas historias, lo he conocido y sentido más por el cariñoso apelativo de Negro Primero que por su propio nombre, Pedro Camejo.

No me referiré a la historia ni a los hechos que rodean la vida conocida de Pedro Camejo. No, intentaré discurrir sobre el apelativo que ostentó en vida y el que se ha inmortalizado y, mucho más ahora que reposa en el Panteón donde se guardan los restos de los héroes por la eternidad de la Patria Venezolana.

Negro y Primero. Empecemos por el final. Primero se le conoce en la historia por su valor, coraje, desprendimiento y sobretodo audacia. Encabezaba; es decir, iba de “primero” en todos los ataques y recordemos que aquellos ataques eran de caballería lanza en ristre; tipos de ataque no aptos para cobardes; eran realmente actos suicidas. Era así y pasó a la leyenda, que se inició entre sus propios compañeros de lucha que lo admiraban y les servía de ejemplo y acicate para arriesgar sus vidas por la Patria. Sea propicio recordar en que la Guerra de Independencia se inmoló la mitad de la población que entonces habitaba el territorio venezolano.

Negro. La palabra negro jamás ha sido una palabra peyorativa ni ofensiva en Venezuela. Es más, lo afirmo, es una palabra cariñosa, muy afectiva. Cuantos catires he conocido cuyas madres y familiares llaman cariñosamente “negros o negritos”. Quien no ha conocido una dama de sus afectos a quien llamen “la negra o la negrita”. Deportistas destacados conocidos como “el negro tal o cual”. Cuantos cuentos, chistes o chascarrillos se han producido en los cuales la palabra negro no salte para graciosamente referirse a alguien. Revisemos la poesía seria, costumbrista o humorista de Venezuela y nos encontraremos, al azar, con Angelitos Negros de Andrés Eloy Blanco o La Negra del Maraquero de Ernesto Luís Rodríguez y no vayamos a la literatura en general, porque saltará a la vista Pobre Negro de Rómulo Gallegos o Cumboto de Ramón Díaz Sánchez y, aunque Cumboto no es sinónimo de negro si se deriva de “cumbe” o lugar donde se refugiaban los esclavos que se escapaban de sus amos en búsqueda de su ansiada libertad.

Ignoro la razón por la que ultimamente se usa un edulcorado eufemismo, “afrodescendiente” para referirse a los negros si toda la vida nos acostumbramos a llamarlos negros y, en este momento, me acuerdo mucho de una cantante muy popular, Edith Salcedo apodada nada más y nada menos que “La Negrita Cariñosa”. ¿Quien no se ha deleitado oyendo El Curruchá cantado por el Dr. Jesús Sevillano o algún otro cantante o la deliciosa canción Mi Negra? A falta de una explicación que no encuentro, me siento libre para pensar que es un eufemismo importado de los EEUU o Europa, gente que siente prurito ante la palabra negro.

Digo lo anterior a partir de algunos indicios. Conocí en los EEUU un simpático “potorro” (peyorativo de portorriqueño empleado por otros gringos de origen latino) de apellido Negrón. Carajo, los(as) gringos(as) se torcían pero no pronunciaban el apellido Negrón, porque para ellos es insultante que a alguien lo llamen negro y le decían Lagron, Magron o cualquier otra palabra pero jamás su apellido. Por otra parte, negro, es decir el color negro se dice black en idioma inglés. Negro (pronunciado nigrou) es para referirse a las personas de piel negra. También en francés, noir y negre; en alemán, schwarz y negger o en italiano, nero y negro. Resumiendo, en castellano no hacemos diferencia linística, negro es para ambos, tanto el color como la persona. Y volviendo a los gringos, ellos utilizan una palabra sumamente insultante, a los negros, despreciativamente, los llaman niggers y cuando quieren suavizar las cosas los llaman colored people, es decir gente coloreada. Se valen de argucias para disfrazar sus verdaderos sentimientos respecto a los descendientes de esclavos africanos a quienes desprecian y odian. Ahora también recuerdo que en cierta ocasión discutía con un gringo y éste se quejaba que “ellos” habían venido de Africa a contaminar su sociedad blanca y se quedó perplejo cuando le recordé que los negros jamás hicieron cola en ninguna embajada o consulado para pedir una green card, es decir, una tarjeta de residente en los EEUU, sino que, por el contrario, los cazaron como fieras, los encadenaron y los trajeron al Continente Americano muy, pero muy en contra de sus voluntades.

Dejémonos de eufemismos y sigamos como siempre fuimos. Al negro y la negra llamémoslos negro, negrito, negrazo, negrote, negra, negrita, negraza y todas las derivaciones de la palabra que el rico idioma castellano nos da y, eso sí, con el mismo cariño de siempre. Recordemos que nuestro Libertador Simón Bolívar mamó de las tetas de una NEGRA y que esa leche tenía algo, algo que él se encargó de transformar en un gran tesoro para la posteridad.


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sábado, 20 de junio de 2015

Tecnología. ¿Transferencia o creación?

Aceptémoslo. En Venezuela practicamente no existe una cultura impulsora de la investigación, la innovación, la creatividad para la producción de tecnologías de ningún tipo para fabricar nada. Las excepciones son raras, escasas y, para colmo, muy poco difundidas por lo que tampoco hay acicates para el esfuerzo creador de nuevas invenciones. Hace varios años, la Revolución Bolivariana intentó adelantar algunos planes y programas, creó un Ministerio que se encargaría del asunto pero, luego, como también es costumbre, el impulso inicial se quedó en eso y, sinceramente creo, que esa llamita se consumió. Lo que haya por ahí rondando en centros de investigación es practicamente un secreto bien guardado, sobretodo. aquel hermoso programa de apoyo a los poderes creadores del pueblo; es decir, a la inventiva popular.

De la misma manera como he criticado acérrimamente a los empresarios privados por su poco o nulo interés en invertir para desarrollar nuevos productos, nuevos métodos, nuevos sistemas de producción o simplemente la sustitución de piezas, partes o componentes importados y; por el contrario, compran ese conocimiento a empresas extranjeras por lo cual deben pagar abultados royalties que se traducen en desangramiento del país; así también critico al Gobierno por su aparente denodado interés en promover la llamada transferencia tecnológica; o lo que es lo mismo, pedir a empresas extranjeras que nos enseñen sus conocimientos lo cual gustosamente no harán, a menos que haya ciertas y determinadas compensaciones cuyo monto, generalmente, se diluye en los contratos y nunca se llega o se llegará a saber el monto a pagar por ello.

La llamada tecnología, es decir el conocimiento técnico que se usa en Venezuela teniendo en cuenta nuestro incipiente desarrollo industrial, afirmo, es conocimiento al alcance de cualquier técnico promedio de tantos que hay en el país en cualquiera de los campos del saber humano. Salvo algunas escasas excepciones, tales como las relativas a la ciencia aeroespacial, a las tecnologías de la información o alguna que otra de menor impacto, aquí no elaboramos ni fabricamos, todavía, productos para los cuales se requiere “tecnología súper especializada”; antes, por el contrario, casi me atrevo a afirmar, todo cuanto consumimos, hecho ahora o por hacer en el próximo futuro, está al alcance o dentro de los límites del conocimiento de cualquier profesional medio.

En vez de importar maquinaria sencilla, ¿por qué no promovemos su fabricación en el país? Para ello tan solo se requiere elaborar sencillos proyectos, fabricar prototipos que es lo que nadie, ni el mismo Estado, se atreve a financiar, probar esos prototipos y fabricar aquellos que sean los más eficientes, teniendo en cuenta que toda obra humana es sujeta a ser perfectible, de tal manera que las sucesivas producciones en el tiempo le incorporen mejoras que eleven su productividad. Un equipo así logrado sería nuestro y no tendríamos que pagar por ellos a un fabricante extranjero ni mucho menos pagar royalties o licencias.

Y tal como ocurre con equipos y maquinarias, ocurre lo mismo con procesos productivos. Todo cuanto digo, por supuesto, requiere esfuerzo, estudio, dedicación, paciencia, pero que esos elementos sean nuestros y no de otros.

Mucha gente tiene la peregrina idea que el exterior van a conseguir maquinarias o equipos industriales en establecimientos, que los tienen en exhibición y que los comprarían tal como se compra una nevera, una lavadora o un televisor. Quítense esa idea porque no es cierta. Aunque, de hecho hay empresas que se dedican a la fabricación de maquinarias, equipos y sistemas, éstos son establecimientos metal-mecánicos que fabrican por pedido y los precios que piden son usualmente muy por encima de sus verdaderos costos de producción. Lo que realmente ocurre es que muchísimas empresas productoras de multiplicidad de productos finales, tienen bajo sus nóminas a personal técnico dedicado a estudiar y crear innovaciones que luego convierten en equipos o sistemas específicos afines a sus propias necesidades y que, a lo largo del tiempo, les van incorporando mejoras; pero, estos artículos no son para la venta sino para su propio y exclusivo uso. Esa clase de máquinas o equipos privativos de ciertas empresas industriales extranjeras sería lo que estaríamos negociando – y pagando muy caro – como transferencia tecnológica. Más barato sería poner a nuestra propia gente a estudiar, crear, diseñar, innovar y finalmente construir lo que necesitemos. Esos sí serían pasos concretos para lograr nuestra independencia tecnológica y no olvidemos que, por lo general, un descubrimiento conduce a otro y así sucesivamente.

Repito lo dicho anteriormente, fabricar muchas cosas solo requiere conocimientos al alcance de profesionales medios. No es ninguna complicación diseñar y fabricar productos de consumo masivo o no, como neveras, lavadoras, cocinas, bicicletas, prensas hidráulicas, túneles de secado, batidoras y mezcladoras de cualquier tipo, empacadoras, embutidoras de chorizos y una larguísima etcétera.

Y si me preguntaran cuales serían los requisitos mínimos para poner estas ideas en práctica respondería sin dudar:

¡¡Ganas y mucha voluntad!!

Por los recursos financieros no nos preocupemos, los hombres sabios sacan recursos de cualquier parte que los necios son incapaces y no encuentran jamás.


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sábado, 13 de junio de 2015

Ni un dólar más

Tuve la suerte, o la desgracia, de saber muchas cosas nefastas de la historia cuando era aún un muchacho y, al saberlas, me daba mucha rabia la cosas malas que los gobiernos de otros países le habían hecho a Venezuela y Nuestra América en general. Así que, ambicionaba que algún día hubiera en mi país “alguien” con la suficiente dignidad nacional, que demostrara su amor a LA PATRIA, que les endilgara, que les echara en cara sus fechorías y, como se dice coloquialmente, que los pusiera en su sitio. Llegué a pensar que moriría sin darme ese gusto. Me emocioné y casi llegué al llanto cuando el eterno Comandante Chávez les dijo a la clase dirigente de los gringos, por toda la calle del medio y en lenguaje alto, claro e inteligible lo que ellos eran y lo que historicamente habían sido en cuanto a Venezuela.

Todos sabemos que nuestro sufrido país fue pasto de la explotación secular por parte de podridas oligarquías parásitas que lo esquilmaron durante siglos. Se perpetuó esa forma de dominación aberrante en contubernio con los imperios de turno; primero, el español, luego el inglés y durante todo el siglo XX, el gringo.

Si bien Chávez “tuvo los cojones negros y rayaos” como dicen los llaneros para hacerlo con los demonios imperialistas gringos, faltaba alguien que dijera e hiciera algo para poner los oligarcas y la burguesía criolla en su sitio.

Pues, gracias a Dios, también tuve esa inmensa satisfacción y me emocioné cuando el Sr. Presidente Maduro les dijo las verdades a fedecámaras (en minúsculas en señal de asco y repudio) y, más aún, cuando ordenó que no se les diera un solo dólar más, lo que implica directamente que se les cerró la teta de la cual chuparon al erario público desde siempre. Ahora, lo que me toca es rogar a Dios que esa sabia, inteligente, sensata decisión se mantenga en el tiempo.

Desde muchacho oí y repetí muchas veces aquella frase que dice lo que es bueno para fedecámaras es malo para el pueblo. Cuantas desgracias tuvo que sufrir el pueblo venezolano debido a las políticas de los malos gobiernos entreguistas que hacían, deshacían y decidían solo para beneficiar los intereses crematísticos de los grandes centros de poder mundiales y sus lacayos lamebotas internos. Frescos están aún los recuerdos que llevaron al pueblo a la sublevación popular del “El Caracazo” en 1989, primera rebelión en el mundo contra los dictados del FMI y del Banco Mundial, brazos económicos financieros del imperio gringo y las burguesías mundiales para explotar, oprimir y hambrear pueblos.

Si algún lector acucioso lo intenta, puede encontrar en este blog muchos escritos donde afirmo categoricamente que los mal llamados empresarios venezolanos, especialmente muchos de los afiliados a fedecámaras, salvo las excepciones que siempre confirman la regla, no son realmente empresarios porque jamás emprenden nada, jamás arriesgan su propio capital, jamás invierten, jamás desarrollan métodos o innovaciones productivas, jamás hacen nada positivo en bien del país; al contrario, siempre han chupado la teta del estado para financiar sus sucias actividades.

Ahora recuerdo que, durante el gobierno puntofijista del Dr. Luís Herrera Campins, hubo un escarceo entre algunos sectores “empresariales” y el gobierno porque los primeros exigían, como siempre, dinero y prebendas a lo que momentaneamente se negó el gobierno. Herrera declaró que no entendía como era posible que existieran empresas quebradas y empresarios tan prósperos y, además, los conminó a pagar capital e intereses sobre los préstamos que el estado les había concedido desde – sorpréndase otra vez – 1941 y que, una vez pagadas las deudas antiguas, se sentarían a conversar sobre nuevos financiamientos.

No sé como resolvieron entonces los problemas que decían tener pero si se puede comprobar que, a partir de ese momento, los ataques contra ese gobierno arreciaron de manera desproporcionada y, como cosa comprobable, las matrices de opinión creadas artificialmente por los medios de propaganda y alienación de mentes (jamás los llamaré medios de comunicación porque no comunican nada) hicieron que ese gobierno se convirtiera en una de los más impopulares de esa época. Como detalle curioso, recordemos que el Presidente Herrera Campins fue vetado vitaliciamente por los canales de TV y sigue así, aún después de muerto.

Cuando la oligarquía burguesa lacaya antipatria no obtiene lo que pide comienza de inmediato a atacar a los gobiernos. Eso es un axioma que no necesita demostración porque así ha ocurrido historicamente en todos los países; especialmente, en los mal llamados subdesarrollados del también mal llamado tercer mundo, o lo que es lo mismo, en todos los países dependientes sometidos por el capitalismo mundial y sus mafias. Que no se le ocurra a ningún dirigente, del signo que sea, pero que sea nacionalista, intentar independizarse y deslastrarse de esas oprobiosas cadenas porque, en menos de lo que “respira un cura loco”, se convertirá en blanco de todos los ataque imaginables o no. Podemos revisar la historia de Nuestra América de los últimos doscientos años y encontraremos una ristra de ataques, intervenciones, invasiones y otras formas de presión para someter esos gobiernos o torcerles el brazo, como ha declarado recientemente Barack Obama con toda sinceridad. Así es que no debe sorprendernos el hecho concreto de los despiadados ataques de todo tipo contra el gobierno nacionalista y popular del Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro, incluyendo el nefasto reciente decreto imperial gringo declarando a Venezuela como una amenaza inusual a la seguridad de los mismísimos Estados Unidos de Norte América. ¡Vaya ridiculez!

Dijo don Quijote a Sancho Panza, si los perros ladran es señal que avanzamos. Que ladren todos los perros malos del mundo, pero el pueblo Venezolano ha decidido por mayoría, con la excepción de los lacayos traidores antipatria que existen en todas partes para desgracia de los pueblos, ser definitivamente libre, independiente y soberano frente a toda dominación e influencia por parte de jerarquía alguna a escala planetaria. No hay ni habrá jauría, por feroz que sea, que nos tuerza el brazo.


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