sábado, 21 de noviembre de 2015

No te bañes

Se acaba de inaugurar en Cumaná la no sé que número FITVEN, Feria Internacional de Turismo de Venezuela. Lo que aprecié en TV parece algo formidable, muy bonito, una excelente promoción y, a la vez, un mentís rotundo a la propaganda denigrante contra Venezuela en el exterior.

Desgraciadamente voy a contrastar este bello evento con una desventura que me acaba de ocurrir en Caracas y, desde ya, les pido perdón por hablar en primera persona.

Lo primero que me sorprendió de Caracas fue que en esta época “tan difícil, con una situación económica tan mala, con el desastre económico” todos los hoteles estaban llenos. Al fin, después de mil peripecias encontré una taguara de mala muerte, sucio, pesimamente mal atendido a un precio de hotel 5 estrellas.

Subí a la habitación que me asignaron, el aparato de aire acondicionado dañado y sin teléfono; así que tuve que bajar por las escaleras porque el ascensor también estaba dañado y le pedí al recepcionista toallas, jabón y papel higiénico; pero, como tenía que salir le indiqué que ordenara llevarlos para disponer de ellos a mi regreso. Confié.

Al regresar en la noche cansado con necesidad de ducharme y descansar me encuentro que no subieron nada. De vuelta a bajar, hago el reclamo y el tipo descaradamente me dice:

No hay toallas porque la gente se las roba.

Le respondo que es deber del establecimiento suministrarme toallas, jabón y papel, además me quiero bañar.

El colmo de la desfachatez fue su respuesta lacónica. No te bañes.

Por supuesto que me enojé pero no hice escena alguna. Subí, recogí me equipaje y me largué no sin antes mandarlo al mismísimo carajo porque también pretendía que le pagara.

Lo malo de todo esto fue el subsiguiente calvario para encontrar otra taguara con habitación disponible asegurándome que si tuviera las desgraciadas toallas y jabón.

No sé a quien o que autoridad dirigirme para poner la queja y, de paso, creo que no vale la pena porque la rabia se me convirtió en risa ante lo que luego consideré un chiste cruel de ese humor racista llamado negro.

¿A que se deberá esa situación? No lo sé. Es la primera vez en mi vida que me pasa eso que jamás llegué a pensar como algo imaginable. Si es mala fe de los dueños para sabotear al gobierno; pues, son bien estúpidos porque, imagino, que nadie querrá ser su huésped. Tampoco creo que el problema sea cultural salvo el de las pocas personas que se encontraban allí presentes. Ser tan malos comerciantes redundará en contra de sí mismos e irán indefectiblemente al fracaso económico que luego achacarán al gobierno.

No deseo a nadie que le ocurra algo semejante, así que advierto a probables viajeros a Caracas que ni siquiera se asomen al Hotel El Escorial situado en la Calle El Colegio, Sabana Grande. Allí ahorran mucho el agua, de ahí que recomienden no bañarse.

Dios impida que cualquier turista se asome a ese tugurio de mala muerte. El daño causado no sería a esa pocilga, el daño se lo estarían indirectamente haciendo a la imagen del país.

Si eres escuálido, alójate allí. Si te molestas culpas al rrrrrrégimen pero, eso sí, no te bañes.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!


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