miércoles, 13 de mayo de 2015

Pueblo chiquito nuevo, pueblo chiquito tricolor

Existen numerosos pueblos chiquitos y no tan chiquitos en toda Venezuela; unos, más conocidos que otros. A veces me divierte mucho hablar con gente de muchas partes y ya no me sorprende que no conozcan la existencia de tantos de ellos. En la gran mayoría de esas comunidades se vive, por supuesto, una vida placentera, sin sobresaltos, como no ocurre en los grandes centros poblados y me atrevo a decir que el llamado stress es algo así como un artículo de lujo. La paz y la tranquilidad que se respiran, para mi, son inigualables. Pero, por otra parte, la felicidad no es completa porque faltan muchas de tantas cosas que sí se tienen en las ciudades, o lo que es lo mismo, se carece de ciertos elementos solo al alcance de esos habitantes que, de alguna manera, contribuyen a aliviar ciertas cargas de la vida actual.

Aunque la vida es más fácil, más llevadera, esas carencias y limitaciones tienden a crear insatisfacción aunque tienen, a mi entender, fácil solución. Solucionarlas, también a mi entender, tiene que ser más fácil que, por ejemplo, en un enorme barrio caraqueño. Hay barrios en Caracas u otras grandes ciudades con decenas o cientos de miles de habitantes. Los pequeños pueblos a los que me refiero tienen poblaciones infinitamente menores, a veces tan solo una pocas decenas de miles de pobladores e inclusive menos. Con lo que jamás se solucionarán los múltiples problemas de un megabarrio caraqueño, sí se solucionarán los problemas de muchas de estas pequeñas poblaciones. Es cuestión de pensarlo y proponérselo.

Hecha la anterior reflexión, voy a lanzar una idea. ¿Tendrá acogida? Quien sabe, dependerá de la difusión que den mis queridos lectores a este escrito para que llegue a los oídos de tantos dirigentes que tienen voz y voto en el desempeño nacional. Dependerá también del apoyo de muchos que, de paso, deberían contribuir a redondear la idea y hacerla “palatable”.

Así como existe una Gran Misión llamada Barrio Nuevo, Barrio Tricolor para remodelar y hacer grata la vida en los barrios de las grandes ciudades, ¿por qué no extenderla y que uno de sus brazos sea la Sub Misión Pueblito Nuevo, Pueblito Tricolor?

Con tan solo una parte del dinero que se invierte en uno de tantos corredores de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, repito, se pueden remodelar varios pueblitos. Y ya los imagino lindos, relucientes, más ordenados, limpios, con servicios eficientes de iluminación, telefonía fija, agua potable, aguas servidas, comunicaciones, puntos de abastecimiento de la Misión Alimentación permanentemente bien dotados, etc. Instituciones educativas y de salud ya existen en la mayoría de ellos, solo faltaría mejorarlas y ampliarlas según sea el caso.

En las etc., se pueden incluir pequeños pero cómodos terminales de pasajeros y que las lineas de transporte que los sirvan tengan rutas y horarios fijos y que sean respetados. Con pocas unidades y conductores adiestrados se puede resolver el problema del transporte local, urbano y semi urbano. También abrir las llamadas taquillas únicas para realizar trámites administrativos de instituciones públicas y así no tener obligatoriamente que desplazarse. Y no hablemos de agencias bancarias, públicas y o privadas y de otra índole, necesarias para hacer más fáciles tantas necesidades cotidianas. Desde luego que esta lista es ampliable y se oyen sugerencias y recomendaciones.

Haciendo la vida más feliz con la puesta en práctica de pocas pequeñas soluciones, ya imagino muchos de esos pueblitos constituirse en imanes que atraigan gente de las grandes ciudades como asiduos visitantes y, ¿por qué no como futuros habitantes? Que forma tan fácil para lograr aquella largamente cacareada y necesaria idea de desconcentrar los grandes núcleos urbanos.

También se puede pensar en la posibilidad de instalar centros de producción de tantos artículos que se requieren, lo que contribuiría a mejorar los niveles de vida y terminaría de redondear el cuadro de felicidad que avisoro; es decir, un pueblo agradable, cómodo, bien servido y atendido que, de paso, tenga fuentes de empleo estable para sus habitantes. Que no sea necesario desplazarse cada vez que surge una necesidad que solo puede ser resuelta en una urbe mayor.

El establecimiento de unidades productivas que aprovechen los recursos propios de cada zona propiciarían la deseada y necesaria mutación de comunidades de solo consumidoras a productoras, cuestión ésta que ha sido la causante del atraso de tantos lugares específicos. Esa producción, por incipiente que sea, satisfaría total o parcialmente algunas de las necesidades locales pero su ampliación, más allá de cifras limitadas, generaría riqueza local al llevar sus productos a otras localidades, sean éstas cercanas o lejanas. Pensemos, pues, en el establecimiento de una dinámica que impulse, aunque sea en pequeñas escalas, el desarrollo de muchas pequeñas comunidades que, sumadas unas con otras, se convertirían en un gran tejido que, sin duda alguna, contribuiría enormemente al desarrollo nacional integral.

Que la idea se divulgue, es todo lo que anhelo.



¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!


¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!

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