Existen
numerosos pueblos chiquitos y no tan chiquitos en toda Venezuela;
unos, más conocidos que otros. A veces me divierte mucho hablar con
gente de muchas partes y ya no me sorprende que no conozcan la
existencia de tantos de ellos. En la gran mayoría de esas
comunidades se vive, por supuesto, una vida placentera, sin
sobresaltos, como no ocurre en los grandes centros poblados y me
atrevo a decir que el llamado stress
es algo así como un artículo de lujo. La paz y la tranquilidad que
se respiran, para mi, son inigualables. Pero, por otra parte, la
felicidad no es completa porque faltan muchas de tantas cosas que sí
se tienen en las ciudades, o lo que es lo mismo, se carece de ciertos
elementos solo al alcance de esos
habitantes que, de alguna manera, contribuyen a aliviar ciertas
cargas de la vida actual.
Aunque
la vida es más fácil, más llevadera, esas carencias y limitaciones
tienden a crear insatisfacción aunque
tienen, a mi entender, fácil solución. Solucionarlas,
también a mi entender, tiene que ser
más fácil que, por ejemplo, en un enorme barrio caraqueño. Hay
barrios en Caracas u otras grandes ciudades con decenas o cientos de
miles de habitantes. Los pequeños pueblos a los que me refiero
tienen poblaciones infinitamente menores, a veces tan solo una pocas
decenas de miles de pobladores e
inclusive menos. Con lo que
jamás se solucionarán los múltiples problemas de un megabarrio
caraqueño, sí se solucionarán los problemas de muchas de estas
pequeñas poblaciones. Es cuestión de pensarlo y proponérselo.
Hecha
la anterior reflexión, voy a lanzar una idea. ¿Tendrá acogida?
Quien sabe, dependerá de la difusión que den mis queridos lectores
a este escrito para que llegue a los
oídos
de tantos dirigentes que tienen voz y voto en el desempeño nacional.
Dependerá también del apoyo de muchos que, de paso, deberían
contribuir a redondear la idea y hacerla “palatable”.
Así
como existe una Gran Misión llamada Barrio Nuevo, Barrio Tricolor
para remodelar y hacer grata la vida en los barrios de las grandes
ciudades, ¿por qué no extenderla y que uno de sus brazos sea la Sub
Misión Pueblito Nuevo, Pueblito Tricolor?
Con
tan solo una parte del dinero que se invierte
en uno de tantos corredores de la Misión Barrio Nuevo, Barrio
Tricolor, repito, se pueden remodelar varios pueblitos. Y ya los
imagino lindos, relucientes, más ordenados, limpios, con servicios
eficientes de iluminación, telefonía fija, agua potable, aguas
servidas, comunicaciones, puntos
de abastecimiento de la Misión Alimentación permanentemente bien
dotados, etc. Instituciones
educativas y de
salud ya existen en la
mayoría de ellos, solo
faltaría mejorarlas y ampliarlas según sea el caso.
En
las etc., se pueden incluir pequeños pero cómodos terminales de
pasajeros y que las lineas de transporte que los sirvan tengan rutas
y horarios fijos y que sean respetados. Con pocas unidades y
conductores adiestrados se puede resolver el problema del transporte
local, urbano y semi urbano. También abrir las llamadas taquillas
únicas para realizar trámites administrativos de instituciones
públicas y así no tener obligatoriamente que desplazarse. Y no
hablemos de agencias bancarias, públicas y o privadas y de otra
índole, necesarias para hacer más fáciles tantas necesidades
cotidianas. Desde luego que esta lista es ampliable y se oyen
sugerencias y recomendaciones.
Haciendo
la vida más feliz con la puesta en práctica de pocas pequeñas
soluciones, ya imagino muchos de esos pueblitos constituirse en
imanes que atraigan gente de las grandes ciudades como asiduos
visitantes y, ¿por qué no como futuros habitantes? Que forma tan
fácil para lograr aquella largamente cacareada y
necesaria idea de
desconcentrar los grandes núcleos urbanos.
También
se puede pensar en la posibilidad de instalar centros de producción
de tantos artículos que se requieren, lo que contribuiría a mejorar
los niveles de vida y terminaría de redondear el cuadro de felicidad
que avisoro; es decir, un pueblo agradable, cómodo, bien servido y
atendido que, de paso, tenga fuentes de empleo estable para sus
habitantes. Que no sea necesario desplazarse cada vez que surge una
necesidad que solo puede ser resuelta en una urbe mayor.
El
establecimiento de unidades productivas que aprovechen los recursos
propios de cada zona propiciarían la deseada y necesaria mutación
de comunidades de solo consumidoras a productoras, cuestión ésta
que ha sido la causante del atraso de tantos lugares específicos.
Esa producción, por incipiente que sea, satisfaría total o
parcialmente algunas de las necesidades locales pero su ampliación,
más allá de cifras limitadas, generaría riqueza local al llevar
sus productos a otras localidades, sean éstas cercanas o lejanas.
Pensemos, pues, en el establecimiento de una dinámica que impulse,
aunque sea en pequeñas escalas, el desarrollo de muchas pequeñas
comunidades que, sumadas unas con otras, se convertirían en un gran
tejido que, sin duda alguna, contribuiría enormemente al desarrollo
nacional integral.
Que
la idea se divulgue, es todo lo que anhelo.
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
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