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domingo, 30 de agosto de 2015

¿Macabra estrategia total? - Segunda Parte



La guerra desatada contra todo nuestro país es verdaderamente obra de cerebros terriblemente malvados que no se paran ante ningún freno, sea moral, ético, humano, psicológico o de cualquier otra índole para causar daño a nuestro pueblo. Su único afán es destruir, como sea, a toda costa, la Revolución Bolivariana. La perversidad los lleva a intentar minar todos los valores del pueblo para luego usarlo como su peor instrumento. Ellos creen y aspiran que sea el propio pueblo beneficiario de SU revolución quien les haga el trabajo de destruirla, lo cual, sin duda, significa, que ese pueblo se convertiría en un monstruo torpe que generaría su propia autodestrucción. Redundo en mi intención de explicarlo mejor.

Tomemos el fenómeno del bachaqueo. La perversidad es tal y el resultado tan catastrófico que han inyectado en la mente de muchos la aberración que lleva al ROBO DEL PUEBLO POR EL MISMO PUEBLO. Que los poderosos nos roben es casi como si fuera el orden natural establecido a lo largo de siglos, son ricos porque siempre han robado a los pobres, de lo contrario, no existirían ricos ni pobres porque la riqueza se hubiera distribuido equitativamente. Para lograr su diabólico propósito se apoyan en cualquier manifestación de pecado y perversión para lograrlo.

Una de esas de esas creaciones propias del mismo Lucifer es el caso del paramilitarismo colombiano, sobre el cual no voy a entrar en detalles porque el tema ha sido analizado y explicado por gente que ha estudiado el caso en profundidad. Muchos han teorizado sobre su origen, causas, consecuencias, métodos, formas de actuación y, sobre todo, sus consecuencias no solo en la vida diaria y real de los colombianos, sino también lo que que ha chorreado sobre los venezolanos.

En esta guerra, los paramilitares son solo aliados circunstanciales que la burguesía universal, los poseedores de las mentes más perversas que, inclusive, gastan millones y millones en estudiar cada día métodos y procedimientos que los catapulten hacia ese ansiado logro de echar por tierra la Revolución Bolivariana.

Se ha repetido hasta el cansancio lo que todos sabemos a ciencia cierta quienes son los promotores de esta extraña y peculiar guerra, excepto aquellos a quienes les han tapado los ojos, obstruido sus oídos y aniquilado la capacidad de razonar, de reflexionar, de pensar, para lo cual utilizan otro aliado que, a su vez, es parte de ellos mismos: lo que siempre he llamado los medios de alienación porque son precisamente eso y jamás les diré medios de comunicación.

Pero hoy voy a referirme a una consecuencia poco visible en las muchas lecturas que han salido sobre la guerra total que sufre Venezuela y su gente: el efecto sobre el alma y el espíritu de, desgraciadamente, una parte de nuestra población que, también como consecuencia de sus métodos y prácticas, se ha vuelto un poderoso aliado de sus propios atacantes y destructores.

No es el alza de los precios de los productos esenciales o no, de primera o última necesidad, no es la escasez de los mismos, no es el terrible drama de buscarlos en todas partes para satisfacer necesidades reales o inducidas lo peor. No, no es eso, es EL EFECTO CAUSADO SOBRE LA PSIQUIS, EL ALMA, EL ESPÍRITU, LA CONCIENCIA DE MUCHOS HABITANTES DE NUESTRA TIERRA que no es otro que la desesperanza, la rabia, la amargura, la tristeza, la decepción que a la larga se convertirían, eso esperan, en la rendición total e incondicional ante los causantes promotores de la guerra.

Males, fallas, errores, faltas, inconformidad siempre ha habido y siempre habrá aquí y en cualquier parte. La felicidad es solo una utopia que, como afirma Galeano, a medida que se caminan diez pasos hacia ella, ésta se aleja también diez pasos por lo que la utopía nos sirve solo para caminar, avanzar; así ha sido y así siempre será. Pero todos debemos caminar ESPERANZADOS Y OPTIMISTAS, CON BUENA CARA, SONRIENTES HACIA LA UTOPÍA.

Pero, ¡que desgracia! - Esta maldita guerra inventada, generada e impulsada por verdaderos y reales diablos ha producido tristeza, amargura y desesperanza en muchos de nuestros compatriotas y contra ella debemos luchar echando mano a nuestra mayores y mejores reservas morales y espirituales. Es absolutamente necesario, vital para la normalización progresiva de este actual estado de cosas que, como pueblo arrecho y retrechero acostumbrado historicamente a enfrentar y vencer todas las dificultades, lo hagamos con decisión y coraje con buen ánimo, con una sonrisa en los labios sabiendo que así, solo así, saldremos victoriosos. No permitamos que otra derrota histórica nos sumerja en otros dos siglos de calamidades como los que acabamos de comenzar a superar hace apenas tan solo dieciseis años con la llegada, con la hermosa alborada de la Revolución Bolivariana. No podemos sucumbir ante esta prueba y benditos sean los problemas que debemos enfrentar porque solo la superación de éstos nos permitirá aquilatar lo que somos capaces de hacer.


¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!

viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Empresarios o pulperos?

Lo he repetido varias veces en estos escritos. Por allá por los años 80 del siglo XIX, el llamado Autócrata Civilizador o Ilustre Americano, el corruptísimo dictador venezolano Antonio Guzmán Blanco fue a la ciudad de Barquisimeto, unos 350 kilómetros al oeste de Caracas a una reunión con los “empresarios” de la región centro – occidental. Imaginemos el penoso viaje en coche tirado por caballos, el unico medio de locomoción terrestre de entonces. Se cuenta que llegó por la tarde, se quitó el polvo del camino y se fue a descansar. Al día siguiente asistió a la reunión de la cual se retiró a la media hora y, de inmediato, regresó a Caracas prometiendo nunca más volver a la llamada “ciudad de los crepúsculos”, no sin antes lanzar una lapidaria frase:

Esos carajos no son ningunos empresarios, son unos pulperos enfranelaos”.

Lo curioso del caso es que las palabras de Guzmán Blanco ahora, más de cien años después, siguen vigentes. La gran mayoría de los llamados pomposamente empresarios, no solo los de centro – occidente sino los de todo el país, son unos tipos arrogantes y soberbios que miran al común de los mortales por encima del hombro con gran desprecio, pero no son otra cosa que vulgares pulperos enfranelaos.

Eduardo Galeano, en su libro “Las Venas Abiertas de América Latina” los describe maravillosamente bien y los define, algo así, como parásitos que crecieron durante la colonia al amparo del comercio portuario importando de Europa toda clase baratijas, pero jamás intentaron producir algo.

Ambas ideas las he recordado con frecuencia al ver los noticieros de la televisión o leer algunas de las noticias más destacadas en los medios de difusión de mensajes de la burguesía. Observen que no los llamo deliberadamente medios de comunicación social porque ellos no comunican nada, solo atiborran a los distraídos lectores u oyentes con los mensajes, muy tergiversados y manipulados por cierto, que elaboran para alienar mentes y conciencias.

¿Pero que noticias son esas, a las que me refiero?

Pues, que los llamados empresarios, o sea supuestas personas que emprenden, o lo que es lo mismo, que arriesgan esfuerzo y capitales en una aventura que requiere inversión de dinero propio, se la pasan cual plañideras, llorando porque el gobierno no les da las divisas que quieren para IMPORTAR cuanta porquería se les ocurre, generalmente baratijas y otras menudencias que perfectamente se pueden producir en el país.

Entonces, les pregunto y me pregunto:

¿Por qué carajo no piden ayuda al gobierno para producir en el país?

Carajo, fabriquen algo, incluyendo productos que antes se fabricaban en el país con materia prima nacional. Que yo sepa, desde niño, en el país se fabricaban jabones, zapatos, chucherías, pantaletas y muchas cosas más que no requieren tecnología especializada alguna. Ahora, vayan a los llamados eufemísticamente supermercados o centros comerciales y encontrarán que todos esos adminículos son importados desde países tan lejanos como China, Corea, Filipinas o Malasia. Que pena y vergüenza ajena me da con mis paisanos que se hacen llamar empresarios aunque, a estas alturas, debo aclarar que no son todos porque sí existen excepciones que, por cierto, por alguna extraña razón no lloran si no que trabajan. Y lo hacen muy bien.

Queridas lectoras, queridos lectores, sería bueno hacer una campañita para hacer llegar al Gobierno Nacional esta aberración a la que me he referido hoy y no le den un solo dólar a quienes pretendan importar cosas que sí se pueden fabricar en el país sin hacer grandes esfuerzos. Que en vez de traer contenedores abarrotados de pantaletas chinas contraten una cuantas costureras, que las hay y muy buenas, y les dan trabajo. Que contraten zapateros, que también los hay, y fabriquen zapatos. Que inviertan en instalaciones sencillas que no cuestan mucho y fabriquen caramelos, chupetas y otras chucherías. Igual con los jabones y la pasta dental. O igual con tantos otros artículos de muy fácil elaboración.

Y también que el Gobierno Nacional otorgue las divisas que son de todo el pueblo a aquellos verdaderos emprendedores para montar fábricas y, luego, produzcan bienes en el país. Y no es cuestión de traer máquinas y otros implementos que se pueden fabricar aquí, porque bastantes mecánicos, herreros, soldadores, electricistas, carpinteros y otros obreros especializados también existen en el país para que fabriquen localmente muchísimas cosas. He visto en los puertos construcciones metálicas sencillas que cualquier taller de metalurgia de escasos recursos puede perfectamente hacer aquí.

La lista de ejemplos de los que ya se puede hacer en el páis sería demasiado larga y tediosa pero, señores burócratas, antes de conceder un solo dólar para importar cualquier artículo, cerciórense de que ese artículo es fabricable o no en Venezuela. Una manera sencilla de ahorrarle muchísimas divisas al país y de paso contribuir a erradicar el desempleo y la pobreza.

Ya basta de alcahuetear parásitos sinvergüenzas y flojos en desmedro de la población laboriosa. Solamente reflexionemos sobre los millones que han extraído del erario público que no han servido para nada sino para alimentar aún más fortunas mal habidas.



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sábado, 22 de marzo de 2014

Las guerras económicas. ¿Cómo superarlas? - Séptima parte



Realmente no sé como ganarlas. No seré yo quien diga cómo porque para eso hay más que suficientes cerebros expertos en esos menesteres en los altos mandos políticos estratégicos y tácticos del Gobierno y de la Revolución.

Me dirán algunas(os) lectoras(es) el para que las(os) molesto escribiendo posibles pazguatadas. De una buena vez les anuncio que mi intención es el de estimularlas(os) a sugerir las posibles soluciones que vengan a sus cabezas, no importa lo disparatadas que puedan inicialmente parecerles. ¿El motivo? Ustedes lo saben, el pueblo es sabio y bien lo dijo El Libertador hace casi 200 años: más creo en el tino de los pueblos que en los consejos de los sabios.

La única idea que se me ha ocurrido hasta ahora es la de proponer la descarga de los camiones que surten los puntos de venta durante la noche. Al día siguiente amanecerán los productos en los anaqueles, todo parecerá normal y, ojalá, se vaya disipando la angustia compulsiva de las compras nerviosas. No le hagamos el juego a los productores/distribuidores ni a los detallistas.

Tal vez me atreva a proponer lo que mucha gente dice en la calle, no pagar los precios especulativos. Pagar lo normal, lo que se debe, dejar los productos en la caja y que ellos los acomoden en los anaqueles. Cuando vean que las ventas disminuyen tomarán sus acciones para intentar recuperarlas y, ojalá, tengan el buen criterio para entender que la razón de la caída de sus ventas radica en los altos precios que pretenden cobrar. Que se les pudran los productos perecederos, que se les llenen de polvo y se venzan los otros. Tengamos paciencia porque es una solución que tomará su tiempito.

También se ha hablado de evitar las compras nerviosas. Acabemos de una buena vez con el acaparamiento familiar. Comprar solo lo necesario para que los productos alcancen para otras familias y se vaya desvaneciendo poco a poco el fantasma de la escasez. No ha habido una real escasez sino una perversa mala distribución de los productos fundamentales, los de mayor consumo, los que satisfacen necesidades más inmediatas.

Hay que plantarse con firmeza ante los acaparadores, especuladores, usureros. Rechazarlos y denunciarlos para que les caiga el peso de la ley. Ya verán como se empiezan a moderar cuando vean que unos cuantos de sus colegas son guardados tras las rejas. Muchos de ellos pondrán sus barbas en remojo y se decidirán a ganar menos, pero en libertad.

Sé perfectamente que hay muchos compatriotas que no creen que realmente estamos inmersos en una guerra económica contra el país, contra el Gobierno Revolucionario y contra el pueblo en general. Lamento que muchos compatriotas estén ciegos y sordos y, lamentablemente, son los peores ciegos y sordos que existen, son los que no quieren, porque no les da la real y regalada gana, ver ni oír. Son todos esos, y todas esas, alienados por los medios de comunicación de la burguesía parasitaria lo cual demuestra el éxito parcial de la guerra psicológica que tiene como fin predisponer a muchos en contra de ellos mismos. Son lo que achacan todas las culpas de sus ficticios e implantados sufrimientos al gobierno que los cuida y protege. También sé positivamente que además están impregnados de lo que modernamente se llama racismo social y eso se explica por el simple hecho, fehacientemente demostrado, de que la Revolución Bolivariana le ha dado prioridad, le ha dedicado sus mejores esfuerzos y su mayor inversión a los sectores más desposeídos, los más depauperados, los eternos excluidos de la sociedad. Esos sectores excluyentes consideran casi pecado que a sus privilegios los hayan levemente rasguñado; o dicho de otra forma, no aceptan por nada del mundo que parte de lo que ellos se apropiaban sea ahora dirigido al pueblo necesitado. He ahí la razón en la que se basan para querer deshacerse, por cualquier método, del Gobierno y la Revolución Bolivariana, pero se encuentran y se encontrarán siempre con la decisión de ese pueblo que se impuso una consigna de vida: ¡¡NO VOLVERÁN!!

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jueves, 16 de enero de 2014

Guerras económicas –Segunda Parte

¿Y qué hablar de Chile? ¿Acaso no emprendieron una desquiciante guerra económica contra el gobierno socialista del Dr. Salvador Allende? ¿Acaso no existe abundante información sobre la aberrante intervención gringa para derrocar un gobierno violando la decisión del pueblo chileno? ¿Es que a estas alturas van a negar u ocultar el contubernio de las empresas gringas y los traidores empresarios chilenos ultraderechistas? ¿Dónde dejan los documentos “secretos” de la ITT? (Pueden descargarlos desde http://aporrea.org/media/2009/07/Documentos-Secretos-de-la-ITT.pdf ) Y más modernamente, las declaraciones públicas de Von Haieck cuando afirmó que “las teorías neoliberales solo eran aplicables en Chile porque existía un Pinochet”. Mi corresponsal tiene razón, no fue solo guerra económica, fue mucho más que eso; fue, además, terror psicológico, guerra con agresión criminal, bombardeos, ejecuciones, desapariciones en masa, exiliados, desterrados, muerte por doquier. Punto y aparte merece la despiadada guerra mediática encabezada por los reaccionarios empresarios dueños del diario El Mercurio y otras publicaciones, además de la radio y TV.

Hay varias frases que reflejan fielmente el espíritu de los conspiradores contra el Gobierno de Allende, y se encuentra entre los motivos que comunican a sus capos para dar lineamientos a sus acciones: “Una esperanza más realista entre los que desean detener a Allende es que una economía en rápido deterioro (corridas bancarias, quiebras de fábricas, etc.) provoque una ola de violencias que resulte en un golpe militar.” “Las actuales probabilidades de frustrar la asunción del poder por Allende, se sostienen fundamentalmente en un colapso económico que es estimulado por algunos sectores de la comunidad política y financiera y por el mismo Presidente Frei.” Fragmentos de memo confidencial de ITT Buenos Aires a la sede central de ITT Nueva York el 29 de Septiembre de 1970, pag. 36, marcada 23, del libro sugerido anteriormente.

Volviendo a la Venezuela de estos días, cometeré el abuso de copiar sin permiso un artículo aparecido recientemente en el Correo del Orinoco, titulado La Canalla Mediática, escrito por Alfredo Oliva:

He venido denunciando –con la secreta esperanza de que algún medio de la Revolución, vocero del Gobierno o especialista de los derechos humanos se hiciera eco de ello– que la guerra económica que impulsa la CIA, la oligarquía parasitaria y sus medios en Venezuela, cumple todos los requisitos de crimen de lesa humanidad. Ha sido una guerra económica planificada y ejecutada en forma generalizada y sistemática, con el fin de hacer daño en la población.

La oposición y la oligarquía parasitaria organizaron –muy importante– conscientemente: el desabastecimiento, subida de precios, ocultaron medicinas, alimentos, repuestos médicos, reactivos, productos higiénicos, etc. que causaron y siguen causando daño a la salud física y mental de la población.”

Los gremios e instituciones de oposición –fascistas–actúan como delincuencia organizada, con complicidad de los medios. El Ministerio Público y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas deberían actuar, porque esta guerra económica también pudiera ser clasificada como crimen organizado.

Mientras gobiernos capitalistas en el mundo suprimen derechos sociales y lanzan a millones de familias a la miseria, ¡a la calle!; en Venezuela, el Gobierno del presidente Nicolás Maduro atiende la deuda social, lucha contra la pobreza, por la inclusión y la justicia social. Por eso cuando la oposición y la oligarquía parasitaria abandonan la lucha política para destruir la acción del Gobierno, que satisface las necesidades humanas, y atentar contra la vida, se convierten en criminales. ¡Así deben ser tratados!”

Me consta, he visto pruebas parciales como fue conducida una faceta de la guerra económica contra nuestro país y nuestro pueblo, que no ha concluido y, creo, que nunca concluirá mientras gobierne en nuestro país la Revolución Bolivariana y Chavista. Especificamente, me refiero a la planificación cronológica de los aumentos de precios durante los meses pasados, dirigida por la embajada gringa y ejecutada por Fedecámaras, Consecomercio y Venamcham. Las fechas cuando debían incrementarse los precios se avisaban a los comercios minoristas con una precisión milimétrica en cuanto a los intervalos entre uno y otro, y se dio el asombroso caso de ordenarlos un par de veces con CUATRO días de diferencia. Los otros fueron cada una o dos semanas. Lo anterior era reforzado con las repetitivas amenazas de escasez, limitaciones de los suministros y otras presiones psicológicas para amedrentar a esos comerciantes minoristas. En la mayoría de los casos daban indicaciones precisas a que precios vender, entregar facturas ilegales, simplemente vender de contado sin facturas o cobrarles “por debajo de la mesa” diferencias no justificadas; todo lo anterior conjuntamente con restricciones variables en los suministros o ausencia de entrega de productos. Ni que hablar de muchos condicionamientos como “te vendo tal cosa siempre y cuando me compres esta otra”. Pude darme cuenta que todas las veces que el Gobierno Nacional anunció incrementos del salario mínimo y, consecuencialmente, de las todas las pensiones, una semana antes subían sus precios todas las “grandes” empresas. Inútil decir que los aumentos de precios superaban con creces los incrementos salariales. También inútil decir que era una fórmula fabulosa para traspasar la masa monetaria que debía contribuir a elevar el nivel de vida, sobretodo de los más necesitados, a las arcas de los empresarios y, de paso extraer de sus bolsillos una parte de los que antes recibían, lo que a su vez contribuía a reducirles su anterior nivel de vida. Muchos se reían antes anuncios de aumentar unos pocos bolívares a ciertos productos y trataban de restarle importancia, pero jamás se detuvieron a pensar en que unos pocos bolívares multiplicados por millones de unidades de productos constituían cifras astronómicas de dinero. Para disimular esas grandes planificadas exacciones de dinero a las personas y sus familias, los empresarios ayudados por sus medios indefectiblemente se quejaban de la situación, expresaban los “momentos difíciles” que atravesaban sus empresas y pedían compensaciones gubernamentales. Todo eso me hacía recordar una frase lapidaria del expresidente Dr. Luís Herrera Campins, hace unos 30 años: No entiendo como hay tantas empresas quebradas con tantos empresarios tan prósperos.

Que nadie crea que la última guerra económica es de data reciente. Hace más de DOS años la puso en práctica, entre otros, el grupo de empresas de una marca de cervezas, la cual ordenaba a sus camioneros cobrar sumas extras sin ningún soporte contable, condicionaba las ventas de una manera grotesca o ponía en práctica otros tipo de presión para obligar a los pequeños comerciantes a cobrar por encima del PVP de productos regulados, de hecho convirtiéndolos en violadores de la ley. Ya me referí a eso en uno de mis anteriores escritos (ver http://juanpedrotorres.blogspot.com/2013/08/ladron-es-ladron.html )

Pero, vuelvo a repetir; existen los nefastos antecedentes de la huelga y subsiguiente golpe de estado contra el Sr. Presidente Chávez (RIP) en 2002, el paro sabotaje petrolero del mismo año y comienzos del 2003 y muchos otros intentos que siempre tuvieron el ingrediente de la desestabilización política y, por supuesto, ECONÓMICA.

Lo lamento mucho, apreciado corresponsal, lo ocurrido en México, Cuba, Chile y Venezuela, sin mencionar cerca de 80 intervenciones gringas a otros países de América Latina y muchísimas al resto del mundo, no es pura coincidencia ni tampoco una mampara del Gobierno para distraer la atención de los ciudadanos ni caracterizaciones y deformaciones inherentes a la misma naturaleza del capitalismo que a veces “afectan a algunos”; por lo tanto no puedo estar de acuerdo con tus opiniones y o apreciaciones y, con gran afecto, te sugiero documentarte aunque sea un poquito. Por último, ante cada arremetida de la oligarquía y el imperio – usualmente de ambos – me engrincho porque, como dice el refrán criollo “el picao e culebra brinca cuando ve un bejuco”.


INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA    -    ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!   -    ¡CHÁVEZ VIVE Y VIVE!    -   

¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!


Continuará.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

La Navidad Venezolana






Les confieso a mis sufridas(os) lectoras(es) que no encontraba un tema apropiado para estos días, imbuido como hemos estado tantos en la terrible guerra económica que se desata todavía contra nuestro país y su pueblo. Pero, además de dicha guerra, los temas políticos recientes nos atosigan por el dinamismo que han tomado a raíz de las medidas gubernamentales en favor de nosotros los más depauperados de la sociedad. Ojo, depauperados materialmente. Ojo, no espiritualmente.

Por suerte, vino en mi auxilio haberme tropezado en la red con una muy simpática página que recomiendo a los nostálgicos de su infancia http://www.cuandoerachamo.com/

Me referiré a otra acepción de lo que llamamos AGUINALDO en Venezuela.

Nuestros aguinaldos tuvieron su origen en el antiguo villancico español, cantos navideños de orden religioso que, al llegar aquí*, como es lógico, tuvieron una transformación y les fueron incorporados elementos de nuestra cultura; de tal manera que, no se limitan estrictamente al canto de tipo religioso dedicado a los símbolos de la Navidad. Entre las variaciones adoptadas están algunos cambios rítmicos y la incorporación de instrumentos propios.

Para mis amigas(os) de otras latitudes, copio a continuación la letra de un Aguinaldo Venezolano muy popular y muy querido siempre presente durante esta época que algunos titulan como NIÑO CRIOLLO, aunque otros lo llaman “Si la virgen fuera andina”, su primera estrofa. Espero que disfruten lo que extraje de http://www.cuandoerachamo.com/si-la-virgen-fuera-andina-aguinaldos-venezolanos a la que me he tomado la libertad de agregar otras estrofas.

Aquí les copio la letra de la “Si la Virgen fuera andina”

Coro:
Si la Virgen fuera andina
y San José de los llanos
el Niño Jesús sería
un niño venezolano.
I
Sería un Niño de alpargatas
y liquiliqui planchado
y en vez de aureola un sombrero
de cogollo deschiflado
II
Tendría los ojos negritos
quien sabe si aguarapados
y la cara tostadita
del sol de por estos lados.
III
Por cuna tendría un chinchorro
chiquito muy bien tejido
y la Virgen mecería
al Niño Jesús dormido.
IV
Los ángeles cantarían en vez de gloria aguinaldos,
con furrucos, con maracas,
una charrasca y un cuatro.
V
El crecería en la montaña
cabalgaría por los llanos
cantándole a las estrellas
con su cuatrico en la mano
VI
Los Reyes Magos vendrían
de Cumaná y Margarita,
trayendo perlas al Niño
canastos de oro en pepitas.

Por acá les dejo un par de enlaces para escuchar la canción cantada por Nancy Ramos y por Serenata Guayanesa:

- Si la Virgen fuera andina cantada por Nancy Ramos
- Si la Virgen fuera andina por el grupo Serenata Guayanesa

En definitiva, esto no lo escribí yo. Confieso sin ambages que lo copié. Gracias a mis aún desconocidos amigos de “Cuando era chamo” por sacarme las patas del barro”.

Tengo el deber de traducir venezolanismos empleados:

Chamo: niño.
Liquiliqui: Traje típico venezolano.
Cogollo: gramínea. Con sus fibras se elaboran hermosos tejidos artesanales.
Deschiflado: desflecado.
Aguarapado: de guarapo, bebida refrescante elaborada con papelón, de color castaño.
Chinchorro: hamaca tejida con fibras vegetales. Modernamente se teje con pabilo.
Furruco: instrumento de percusión con una vara incorporada, produce un sonido característico.
Charrasca: instrumento de percusión que se raspa con una varilla metálica o de madera.
Cuatrico: Diminutivo de cuatro. Instrumento musical de 4 cuerdas.
Papelón: azúcar morena elaborada artesanalmente en viejos trapiches.
Sacar las patas del barro: Sacarnos de apuros.

*Al llegar aquí es otro aguinaldo muy popular. Copio a continuación la letra:

AL LLEGAR AQUÍ

Al llegar aquí me saco el pañuelo
para darle a todos feliz año nuevo

Palomita blanca, paticas azules
Tú eres la que canta
por dentro e’ las nubes

Me subí en tres topias
por coge’ un laurel,
pasen buenas noches marido y mujer.

Esta era la casa, la que yo decía
que al llegar a ella las puertas se abrían

Quien fuera dichoso como San José
que una vara seca la hizo florecer

Esta parrandita de todos nosotros
la oyen ustedes porque son dichosos

Dame los pasteles, damelos calientes
que pasteles fríos avientan la gente

Para todas y todos mis mejores deseos que disfruten una hermosa, placentera, familiar

MUY FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO 2014.

¡PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA!  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!  -  ¡CHÁVEZ VIVE!  -  ¡LA LUCHA SIGUE!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

A ser felices



El título, hablando rápido, pudiera entenderse como “hacer felices”. Bueno, en cualquiera de los dos casos es válida la frase porque estoy invitando a las dos cosas: a “ser felices” todos ustedes mis queridos sufridos lectores y, también a “hacer felices” a todos quienes los rodean. No necesito recordar una vez más que soy un empedernido propulsor de la felicidad. Al efecto, siempre les estoy recordando el llamado que hace uno de los filósofos que más admiro, el inmortal Don Mario Moreno, mejor conocido en el mundo como Cantinflas, quien dijo que “el primer deber de un ser humano es ser feliz; y el segundo, hacer felices a los demás”. ¿Han visto? Primero dice “ser” y después “hacer”. ¿Juego fonético? Puede ser, pero en definitiva, obedeciendo a Cantinflas, hay que ser y hacer felices.

El grave problema de muchos es que no saben encontrar ese camino tan fácil que está al rápido alcance de todos. Sépanlo muchos, la felicidad no es imposible ni inalcanzable; por el contrario, la tienes allí mismito, en tu más inmediata cercanía. ¿No aciertas todavía? Sorpréndete, está en ti mismo.

Para tener felicidad olvídate de TENER. Lo que tienes que lograr es SER.

Los católicos estamos es el tiempo litúrgico del Adviento, lo que quiere decir advenimiento, o lo que es lo mismo, tiempo de espera. Pero, ¿qué esperamos los cristianos católicos? Celebramos la espera de un tiempo especial que llegó hace más de 2000 años, repetimos año a año esa espera tan especial de la llegada del Mesías anunciado en los antiguos libros de la religión monoteísta judía. Nos preparamos en ese tiempo de espera arreglando “nuestra casa”, es decir, nuestro yo interior para estar listos cuando llegue ese visitante tan especial, Jesús.

La celebración de la llegada de Jesús, lo que el mundo entero conoce como la Navidad es tiempo de alegría, paz, serenidad, reflexión; y todo eso debe conducir a preparar nuestro espíritu y nuestras acciones para SER FELICES. Sí, ser felices porque eso es lo que quiere Dios que “su hijo” lleve a “sus hijos”.

Intentemos separar el asunto estrictamente religioso apegado a una fe. Intentemos el ejercicio mental de considerar a Jesús simplemente como un humano más y no como el Hijo de Dios. Y propongo el ejercicio para todos incluyendo aquellos que no comulgan con la religión católica. Jesús de Nazaret o Joshua Ben Youssef (parece ser que ese era su nombre en su lengua aramea) fue un ser humano de carne y hueso como todos nosotros. Fue un hombre real y la historia recoge su nombre y parte de sus vivencias en la tierra en un tiempo determinado y conocido, no es una fábula, un mito o una invención. De hecho EXISTIÓ, vivió en ciertos lugares reales en tiempos también reales. Pero fue tal la importancia del legado que Jesús dejó que partió las edades del mundo. La historia se dividió en ANTES DE CRISTO y DESPUÉS DE CRISTO.

Jesús no fue un guerrero como la mayoría que en su época pasaban a la historia y nunca condujo ejércitos victoriosos o no, conquistadores o no. Jesús no fue un líder político considerado esto en la connotación que solía y suele dársele a estos hombres, Jesús no fue un académico y no escribió nada que se conozca, Jesús no fue un científico y no formuló ninguna ley científica, Jesús no fue un hombre distinguido en asuntos terrenales o mundanos. Jesús no fue muchas cosas y, sin embargo, es conocido universalmente y considerado GRANDE. Todos sabemos la razón. Jesús fue, es y será AMOR y amor es sinónimo de FELICIDAD. Por tanto, entre tantas conclusiones a las que podemos llegar, diremos que Jesús es el gran y único propulsor de la felicidad entre los seres humanos.

Jesús nos aconsejó amorosamente las reglas para ser felices. Cuando dijo no hagas a otros lo que no deseas para ti nos dio una regla de oro para ser y hacer felices. Y nos dio también muchas otras reglas de oro que complementan la citada tal como ama a tu prójimo (tu hermano) como a ti mismo, da de comer al hambriento, de beber al sediento,  etc., etc. Ama y te amarán, da y recibirás. Serás feliz.

La celebración año a año de la llegada de la Navidad, la Natividad, el Nacimiento es ocasión propicia para poner nuestra casa en orden, prepararnos simbólicamente para recibir ese visitante tan distinguido y, especialmente, renovar nuestros votos de vida basados en sus divinas enseñanzas.

Bajando al plano meramente terrenal, apartando toda consideración religiosa, siendo solo seres iconoclastas y pragmáticos, tengamos entonces la sabiduría de reconocer las ventajas de ser felices, de hacer felices y tengamos el comportamiento apropiado para obtener esos dos grandes logros.

Siempre he criticado las desviaciones que la sociedad de consumo ha introducido en nuestras vidas, convirtiendo la época de Navidad en una loca y desenfrenada carrera para gastar la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible adquiriendo la mayor cantidad de cosas inútiles. Para ser felices no es necesario adquirir trapos ni otras chucherías, hartarnos de aguardiente ni volvernos pantagrueles tragando todo lo que encontremos a nuestro paso. Basta, eso sí, con satisfacer decentemente nuestras necesidades y dar generosamente a aquellos menos favorecidos de la suerte y, conste, digo suerte como un eufemismo para no decir explícitamente negaciones a las cuales los somete la sociedad.

Estamos en tiempo de Adviento, estamos esperando la venida de Jesús, faltan algunos días, tenemos tiempo aún de barrer nuestras suciedades y poner la casa en orden; pero, también tenemos tiempo para pasar un trapito y quitar de nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro intelecto o como quiera que lo llamemos, esas manchitas que nos perturban la razón. Hagamos pues una ligera labor de mantenimiento, lubriquemos con aceite de buena calidad nuestros propios mecanismos que regulan, que controlan, que rigen nuestro comportamiento ante la vida y ante nuestros hermanos.

Repito; sí, soy feliz además porque soy orgulloso ciudadano de la República Bolivariana de Venezuela, un país bendito que está intentando poner en práctica un sabio consejo de nuestro Libertador y Padre de la Patria Simón Bolívar que dice así: “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política” (Discurso pronunciado ante el Congreso de Angostura el día de su instalación, 15 de febrero de 1819)

Preguntémonos, ¿Qué otro país del mundo tiene entre sus principales postulados políticos producir la mayor suma de felicidad posible a su pueblo y ya instituyó un Vice-Ministerio para la Suprema Felicidad?

Deseo a todas y todas la más hermosa, placentera, dichosa y FELIZ NAVIDAD.


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