domingo, 29 de abril de 2012

No nos conocemos – Parte II


Insisto con el primer párrafo del anterior escrito. Los latinoamericanos hemos vivido de espaldas y no nos conocemos. Sabemos todo o casi todo de aquello que les ha interesado y les interesa a los centros imperiales. A cualquiera de nosotros le preguntan y responderá correctamente mucho sobre Nueva York, Londres, Paris y últimamente Miami; pero es bien poco o nada lo que puede decir sobre Guadalajara, Santiago de Cuba, Guatemala, Medellín, Guayaquil, Arequipa, Valparaíso, Belo Horizonte o Santiago del Estero.

Inútil decir que hablo de la generalidad y no de todas las honrosas excepciones.

Y no hablemos de nuestra historia. No tenemos idea sobre Hidalgo, Morelos, Juárez, Emiliano Zapata, Morazán, Martí, Maceo, Ricaurte, Camilo Torres, Calderón, Inanue, Santa Cruz, O´Higgins, Moreno, Rivadavia y otros miles.

Hay una incontrovertible realidad histórica y es que a Venezuela le ha correspondido la innegable gloria de haberse constituido en punta de lanza, bandera y vanguardia de la independencia americana; pero, poco saben nuestros compatriotas de la PATRIA GRANDE sobre el más universal de todos los venezolanos de todos los tiempos: FRANCISCO DE MIRANDA.

Brevemente, solo diré que le tocó participar activamente, de manera destacada, en las tres grandes revoluciones de su tiempo histórico: la Independencia de los EUA, la Revolución Francesa y la Independencia de las antiguas colonias antes españolas. ¿Sabías que su nombre está grabado en el Arco de Triunfo allá en París como héroe de la Revolución Francesa y alcanzó el grado de Mariscal?

Casi ningún colombiano o ecuatoriano sabe que su bandera, al igual que la venezolana con sus colores amarillo, azul y rojo, fue creada por Miranda. Casi nadie sabe que el nombre de Colombia es invento de Miranda y casi ningún latinoamericano sabe que el proyecto de Miranda, su COLOMBEIA, contemplaba la creación de una gran nación que se extendía desde la América del Norte hasta el Cabo de Hornos. Territorios que luego pasarían a formar parte de los EUA, Louisiana, Florida y todo lo que le robaron a México y de ahí hacia el sur, incluyendo todo el Caribe, hubieran llegado a ser parte de la PATRIA GRANDE, COLOMBEIA.

Luchó, sufrió y murió viejo prisionero de España, la cual lo persiguió por todo el mundo durante casi cuarenta años, pero sus banderas fueron recogidas por otros venezolanos y de otras partes quienes hicieron la epopeya que nos dejó una independencia trunca porque, a la muerte de Simón Bolívar, los imperios de turno nos colonizaron de nuevo contando para ello con el apoyo, ayuda, y participación activa de las serviles, lacayas y podridas oligarquías criollas.

(Continuará)

PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

viernes, 27 de abril de 2012

No nos conocemos – Parte I


Decir que nosotros los latinoamericanos hemos vivido de espaldas los unos a los otros y que no nos conocemos es un lugar común, una verdad de Perogrullo. Y lo peor es que lo hemos sabido, lo sabemos y bien poco hemos hecho para revertir esa triste y deplorable situación.

A lo largo del tiempo he sufrido el desaliento y la frustración que casi nadie en el mundo sabe de nosotros, excepto los deformados estereotipos implantados por la filmografía de Hollywood. Nos han hecho creer la deformada e irreal visión que presentan de los mejicanos como unos seres tarados y desnutridos que se la pasan durmiendo arropados con un xarape bajo un sombrero alón, que viven en un pobrísimo lugar desierto donde solo hay polvaredas y chamizas voladoras y que, además, están a la espera de un gringo elegante, fuerte, prepotente y machote que venga a redimirlos.

Según esos estereotipos, los argentinos lo único que hacen es bailar tango, los colombianos son todos despiadados guerrilleros terroristas y traficantes de drogas; los brasileños andan todo el año bebiendo cachaza disfrazados en un eterno carnaval. En resumen, todos somos feos y tarados, ninguno es “smart” pero en medio de todo hay una enorme contradicción porque ellos, los gringos y muchos europeos, donde quiera que llegan dan por sentado que los heladeros, barrenderos, choferes, al igual que todos los miembros del más bajo y despreciable estrato social sea perfectamente bilingüe, que hable su idioma, si es inglés mejor que un académico de Oxford y se comunique con ellos espléndidamente, sobretodo para obedecerles servilmente.

Una vez presencié el alborotado berrinche que armó un turista gringo porque un vendedor callejero de perros calientes no hablaba inglés. Por fin, ¿en qué quedamos? No me explicaré jamás como un presunto tarado analfabeta tiene que hablar perfectamente un idioma extranjero. Inútil decir que ellos no se rebajan a aprender aunque sean veinte palabras de ningún idioma cuando viajan como turistas o como “experimentados hombres de negocio”.

Al fin y al cabo me y nos importa un carajo lo que ellos digan, sientan, piensen u opinen sobre nosotros. Lo que sí me escuece es que entre nosotros mismos, los latinoamericanos, tenemos también esos estereotipos que nos han hecho tragar de cada uno de nosotros y así, estupidamente, nos creemos esas ficciones tan falaces.

(Continuará)

PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
   

sábado, 24 de marzo de 2012

El Teatro de la Vida


Dedicado con especial afecto a un amigo argentino. Che, vos sabés quien sos.

Perdonen el egocentrismo, es una anécdota personal pero la cuento porque el personaje central es otro y no yo. Vale.

Antes de entrar en materia propiamente dicha, repasemos un poco de historia. William Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon, Reino Unido, en fecha incierta que puede ser 26 o 23 de abril de los años 1564 o 1616 según el calendario que se emplee, sea juliano o gregoriano. Fue dramaturgo, poeta y actor; conocido en ocasiones como el Bardo de Avon (o simplemente El Bardo), Shakespeare es considerado el escritor más importante de la lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. La New Encyclopædia Britannica señala que "muchos lo consideran el mayor dramaturgo de todos los tiempos. Sus piezas se representan más veces y en mayor número de naciones que las de cualquier otro escritor". Las obras de Shakespeare han sido traducidas a los principales idiomas y sus piezas dramáticas continúan representándose por todo el mundo. Además, muchas citas y aforismos de sus obras han pasado a formar parte del uso cotidiano, tanto en el idioma original como en los otros.

El poblado donde nació y está enterrado Shakespeare, está situado al margen del Río Avon, donde millones de visitantes de todo el mundo celebran anualmente su nacimiento y sus obras. Son muy famosos los festivales de teatro que se celebran durante casi todo el año, especialmente en el Royal Shakespeare Theatre que puede albergar 1040 espectadores. Por cierto, en él se conservan muchas obras de art deco del viejo Shakespeare Memorial Theater.

Entre otras, existe también una vieja academia de teatro con siglos de tradición. A ella ingresan niños y muchos permanecen hasta la senectud estudiando arte dramático y ensayando una y mil veces las obras que se presentarán. Se puede asegurar sin caer en exageraciones que son los actores de teatro más perfectos del mundo según la opinión de muchos “entendidos”; no en balde muchos de esos actores han estudiado, repasado y ensayado durante sus largas vidas. Como detalle adicional, obras que han representado anteriormente cientos de veces, las ensayan un mínimo de seis meses antes de cada premiere.

Hace muchos años asistí a una de esas presentaciones teatrales y, siguiendo una vieja costumbre, al final solicité el autógrafo del actor principal sobre el programa de la función. Era un atildado y sereno caballero a quien le calculé unos sesenta años. Se mostró sorprendido que un joven suramericano, cuya lengua madre no es el inglés, le hiciera tal petición y, con inimaginable gentileza, como buen inglés me invitó a tomar té.

Hablamos más de una hora y siempre he recordado desde entonces una maravillosa lección de vida.

La vida es un teatro – me dijo – en el cual todos esperan que tú representes un papel que a ellos les guste; pero no es cualquier papel, es el que ellos de improviso aspiran que representes aún sin dártelo. Esa representación, además, quieren que sea perfecta, sin fallos, que no amerite crítica al alguna. Todo a su total satisfacción.
Después de una pausa, continuó hablando de manera perfectamente pedagógica.

Fíjate – dijo pausadamente – nosotros estudiamos arte dramático durante décadas, aprendemos todas las técnicas histriónicas, sinceramente ponemos nuestro corazón y nuestro intelecto en cada parlamento, ensayamos durante largos meses; de hecho, nos convertimos en personajes vivientes de cada obra y, sin embargo, nos critican amargamente, a veces de manera soez y procaz, sin ningún miramiento nos descalifican de la manera más despiadada. Y no son pocos que hasta puede decirse, sin llegar a exagerar, que son casi todos los espectadores; quienes, dicho sea de paso, saben de teatro lo que yo de sánscrito.

¿Qué no dirán de ti, que no has estudiado, practicado ni ensayado cuando no representes a perfección un papel que te han dado de improviso?

¿Cual es entonces la solución? - Creo recordar haberle preguntado.

Jamás olvidaré aquella fascinante respuesta.

Sé siempre tú mismo. - Continuó. - Es el único papel que siempre podrás representar bien en cualquier tiempo, condición y bajo todas las circunstancias.

Después de una pausa que creo estudiada, remató:

Te criticarán igual. Tampoco les gustará. Pero te quedará la satisfacción que no perdiste ningún esfuerzo. Si representas mal el papel que ellos te dan o si representas el tuyo propio, te criticarán. Siempre lo harán.

Tampoco llegaré a olvidar cuando, con el rostro iluminado, remató:

Ellos son felices criticando a los demás. Sé bueno con ellos. Prodígales esa felicidad, pero no les des nunca el gusto de haber dejado de ser tú mismo por satisfacer a gente que no se satisface con nada.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

domingo, 18 de marzo de 2012

La diferencia entre ellos y nosotros


Estaba en deuda con un amigo lector quien me pidió hace tiempo opinión sobre lo que ocurre actualmente en Grecia y otros países especialmente europeos, y sobre las diferencias en la forma de reaccionar entre ellos y nosotros frente a la aplicación – o imposición – de esos llamados “paquetazos” neoliberales.

En cierta manera la pregunta me desconcertó y no me arriesgo a dar una opinión que considere certera. Eso no es posible establecerlo así como así, no hay puntos de comparación entre esos pueblos y el venezolano.

En primer lugar está el mal llamado aspecto racial. Me opongo a ese calificativo porque, para mí, todos pertenecemos a una sola raza: la humana. Aunque a veces observo ciertos individuos con características exteriores propias de los humanos pero que – repito – para mí realmente están muy lejos de serlo.

El tal aspecto racial lo traspolo al social. Fenotípicamente, ellos son, diríamos, casi uniformes y nosotros muy diversos y, es bien sabido, que muchas de nuestras diferencias en el fenotipo están directamente asociadas a los problemas vinculados con la exclusión social impuesta de manera dispar a muchos sectores y estamentos de nuestra sociedad. Históricamente, nuestros excluidos han sido los aborígenes, los negros, los mestizos (eufemísticamente llamados pardos) y los “blancos de orilla”, o sea los blancos pobres. La exclusión en realidad ha sido contra los pobres y ésta es el reflejo de una antigua concepción judía aún vigente entre los poderosos.

Las sociedades venezolana y latinoamericana en general han sido terriblemente dispares e injustas en cuanto a la distribución de la riqueza. El pobre acude gustoso y entusiasta al llamado de la revolución porque lo único que tiene que perder son las cadenas que lo atan. Lo único que siempre ha tenido no pasa de ser una vida miserable y la muerte es para ellos una forma de liberación. Si la revolución triunfa y lo redime aunque sea un poquito, su ganancia habrá sido inconmensurable.

Eso no ocurre en las sociedades europeas. La gente cree que tiene algo en su poder y no se arriesga a perderlo, pero, entretanto, sus explotadores le aprietan más y más los torniquetes. Al final terminarán perdiéndolo todo pero continuaran teniendo peores cadenas opresoras que antes, porque la molicie les impide revelarse. La única esperanza de que reaccionen es que se les haga absolutamente insoportable el dogal que les aprieta el pescuezo, que el hambre les atenace el estómago, que el banquero ladrón les expropie la casa, que los saquen a patadas de los sitios de trabajo donde los explotan, que sus hijos no puedan ir a la escuela, que vean morir a sus ancianos podridos en la miseria. Entonces es posible que se alcen, se dispongan a perder nada, vuelvan otra vez a ser gente de pelea, se revelen y hagan su revolución.

Ellos saben pelear y lo hacen bien. Lo han demostrado hasta la saciedad cuando los poderosos viejos que sí se conocen los han mandado con engaños a combatir entre ellos para que defiendan sus intereses. Así como han sabido pelear en defensa de los intereses de sus clases dominantes y opresoras, pueden salir al frente y pelear en defensa de sus propios intereses.

Solo entonces, cuando ya no aguanten más y les hayan quitado todo, se darán cuenta de lo que nunca debieron olvidar pero lo hicieron encandilados por las baratijas de la sociedad de consumo:

IMPORTA SER, NO TENER. Lo repito, LO IMPORTANTE ES SER, NO TENER.

Y viéndolo bien, no tienen nada. Dinero en el banco, viene cualquier banquero ladrón y se los roba. Casa, viene cualquier banquero ladrón y se la roba aunque la esté pagando, siempre habrá excusa y contubernio legal. Seguridad social, salud, educación, etc., viene cualquier gobierno de los banqueros ladrones y se lo quita de un plumazo. Entonces, en definitiva, ¿Qué carajo tienen? Sí, tienen algo, el encandilamiento y más nada.

Solo que si fueran – fueran viene del verbo SER - dignos que no permitieran que nadie los pisotee, si fueran libres para actuar conforme a su conciencia y a ciertos valores, si NO fueran apegados a tesoros virtuales, se atreverían a pelear, a hacer su revolución, a transitar el camino de su propia redención.

Al amigo que pidió mi opinión, y a todos, sinceramente creo, y ruego a Dios estar equivocado, creo que no harán nada, no se revelarán y los explotarán al máximo, los exprimirán hasta que sean solo bagazo inservible, los tirarán al basurero de la historia. No harán nada. Quien sabe cuando, si al final de un tiempo, recuperarán su dignidad forzados por sus explotadores, sí se alzarán y veremos.

Es triste pero así funciona la dialéctica de la historia. O el molino de la historia.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!


jueves, 15 de marzo de 2012

El Retorno


He vuelto por un tiempo a mi vida normal anterior; esto es, a mi vida previa a la profusión de las computadoras e Internet. Al principio, cuando estas cosas no se habían generalizado y no me habían atrapado, parcialmente gozaba de un cierto modo de libertad que me permitía disfrutar de ciertos placeres cotidianos que, valga la redundancia, eran bien sabrosos. La cibernética me apartó de ellos.

No lo he dicho aún. Mi carapachito, mi vieja computadora cantó la estrofa de la rumba cubana “yo no camino más” y se apagó. Decidió descansar o morir en santa paz. Reemplazarla por una nueva, para mi no es tan fácil y repararla me ha tomado un tiempo superior al previsto inicialmente.


Hoy he vuelto y al volver me he propuesto cambiar. Ya no seré el cuasi fanático en que me había convertido. Lo prometo, no volveré a ser el cuasi esclavo del Twitter, de las noticias ni de los análisis sobre los acontecimientos locales, regionales, nacionales o mundiales. De la diatriba o del debate. Del mucho insulto y el poco elogio.

Prometo una mayor dosis de sindéresis, no intervenir en lo superficial, mucho menos en lo deleznable. Prometo hacer caso nulo a los fanáticos y a los disociados.

Concretamente, a los escuas, parodiando al genial Cantinflas, ni siquiera los ignoraré.

Si antes me enfrascaba durante horas a leer mayoritariamente cosas anodinas, a teclear, copiar y pegar y las usuales etcéteras, de ahora en adelante leeré y estudiaré temas valiosos y sustantivos, intentaré pensar más y escribir también sobre temas sustantivos o por lo menos más amables. Cero generalidades que no conducen a nada, cero intrascendencias.

Volver a mis anteriores libertades, reitero, ha sido sabroso. En próximos escritos, quizás, hablaré sobre algunas de ellas. Espero aportar algo positivo a mis pocos pero muy selectos,amados y sufridos lectores.

No se molesten las queridas damas por la redacción del párrafo anterior. Lo repetiré con especial cariño:

...a mis pocas, selectas, amadas – y sufridas – lectoras.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

miércoles, 15 de febrero de 2012

El hombre más malo


Hace años leí un libro humorístico que, como el adjetivo calificativo indica, me hizo reír mucho. Su título “El Hombre mas malo del Mundo”, escrito por Otrova Gomas, pseudónimo del escritor Jaime Ballestas. Lo siento Otrova o Jaime, me estoy robando parte del título para aplicarlo a esta cosa que ahora empiezo a escribir. Es un viejo cuento que me echaron quien sabe quien y quien sabe cuando. Más o menos es así:

Al principio de la humanidad y durante varios milenios, los hombres vivían en comunidad, todos procuraban el sustento para todos. Cuando hablo de sustento englobo todas las necesidades personales y colectivas. Lo obtenido lo repartían equitativamente entre todos. Si alguno recibía algo más era porque lo necesitaba. Se implantó el dar a cada quien según sus necesidades y demandar de cada quien según sus capacidades.

Aparentemente, esas sociedades primitivas y primigenias vivieron normalmente, sin mayores confrontaciones durante un número considerable de miles de años. Lo absolutamente normal era la solidaridad entre todos.

De repente, un mal día, no se sabe en que parte ni cuando, apareció un tipo raro y extraño con una actitud todavía más rara y más extraña. El tipo de marras cercó un pedazo de terreno y afirmó ante todos que era suyo. Que de ahora en adelante exigía respeto por y para su propiedad privada.

Todos se carcajearon a mandíbula batiente. A muchos les dolió la barriga de tanto reír.

Lógico que así fuera. Durante miles de años la tierra había sido de todos y para todos. Sobre ella sembraban, criaban, cazaban, pescaban en las aguas que también eran de todos; en resumen, vivían y morían. Y los enterraban en esa tierra colectiva.

Nadie le hizo caso alguno. Todos le tuvieron lástima. Todos creyeron que sufría de algún mal. El tipo, no obstante, insistía en que esa propiedad era suya exclusivamente; y además, tenía el tupé de reclamar respeto.

Hasta ahí no había pasado nada. Todo pasó un cierto día cuando apareció otro tipejo – de peor calaña que “el loco”, digo yo – el hombre que más daño le ha hecho a la humanidad en toda su existencia, quien afirmó que todo era cierto, que la propiedad le pertenecía al otro, que él lo apoyaba. Después aparecieron otros y otros apoyadores y se armó el despelote universal que pervive hasta hoy.

El primero que apoyó aquella descabellada y absurda idea es, ha sido y será “El Hombre más malo de la Humanidad”

Sobre las consecuencias que generó ese abominable hecho, tal vez escriba otro día. Creo que son tantas. Entretanto pensemos en ellas. ¿Qué tal si me envían lo que han pensado? Gracias.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!


jueves, 9 de febrero de 2012


¿La destrucción o la salvación de la humanidad?

Las noticias procedentes de todo el mundo ya me están fastidiando en extremo. No leo ninguna que me anime a nada. Solo tragedias de todo tipo, problemas, inconvenientes, muertos, aporreados, hambreados y una larga pero tenebrosa lista. ¿Qué pasa? ¿Están todos locos? Medito y llego a una conclusión aterradora: quienes dirigen casi todos los gobiernos del mundo no son humanos. ¿Cómo? No son humanos. Tiene forma figura y en algo se comportan como humanos, pero no lo son. La naturaleza o lo que llaman ciencia o tecnología ha producido unos abortos, unos engendros sin alma.

Por naturaleza soy y quiero seguir siendo optimista y auguro que los que sí somos humanos podemos sacarnos de encima esos bichos repugnantes.

Hago una propuesta a todo el género HUMANO, a todos los habitantes del planeta tierra. Quitémonos de encima esa plaga.

Sí, sencillo; somos muchísimos más que ellos. Ellos son poderosos, tiene acaparado todo el dinero y toda la riqueza del mundo, han diseñado en sus laboratorios métodos y procedimientos para manipularnos, esclavizarnos, explotarnos y…deshumanizarnos. Pero somos más. Eso deberíamos convertirlo en fuerza. Si nos unimos, los aislamos y los sacamos de nuestras vidas, quedarán solos y a mordiscos se aniquilaran entre ellos mismos.

¿Es muy difícil unirnos? Si. Ellos nos han preparado a lo largo de años, han condicionado nuestras mentes a rechazar la unión creativa y creadora, solidaria, espiritual y espiritualista, cooperadora y cooperativista, caritativa y comprensiva entre nosotros los miembros del género humano que nos diferenciamos de ellos en que tenemos alma y somos capaces de amar. Somos esa parte del mundo que es capaz de sufrir, amar y esperar. Pues bien, ya hemos sufrido bastante y quieren aumentarnos la dosis a niveles infernales pero hemos reducido nuestra capacidad de amar y, también, pareciera que no nos hemos cansado de esperar obnubilados, ¿y esperanzados?, por ofertas engañosas propias de los publicistas que, entre otras cosas, engañaron malévolamente a nuestra bellas mujeres para que se pusieran implantes PIP y se inyectaran los mal llamados biopolímeros, pagando previamente sumas astronómicas a ladrones criminales hábilmente disfrazados de científicos para que las acercaran a su propia destrucción.

Ha llegado el momento de escudriñar nuestra conciencia y escudriñar en que hemos fallado para inclinarnos a favor de quienes nos exprimen, explotan y conducen a la muerte cierta, sin darnos la menor oportunidad para disfrutar las cosas más elementales de la vida. Lo que ciertos sectores de la humanidad habían logrado alcanzar a punta de luchas y sacrificios para vivir un poquito mejor, se los están quitando. Vuelvo a las noticias para ilustrarlo algo. Se habían obtenido ciertos niveles de atención y mejoras a la salud; pues, los están echando abajo. Igual con la educación que se habían ampliado los horizontes, la inclusión y la calidad; pues, también los están reduciendo y pretenden eliminarlos. No hablemos de los beneficios sociales, alimentación, pensiones, jubilaciones, condiciones dignas para los últimos años de nuestros abuelos. Vivienda, ni hablar. No sigo, tú lector, agrégale tu parte. Pretenden dejarnos sin nada y vaya que lo están consiguiendo. Millán Astray, un cruel verdugo franquista de la despiadada Guerra Civil Española acuñó una frase macabra: Viva la Muerte. Duele comprobar que le están dando vigencia, importancia y concreción.

En Venezuela, gracias a Dios, y en otras partes de Nuestra América, estamos haciendo lo contrario y, ¡carajo!, hacen todo lo posible e imposible para que no tengamos éxito. Son tan despiadados, tan canallas y asquerosos miserables que también les duele el bienestar ajeno. Y eso que no lo hemos logrado todavía, tan solo lo estamos buscando y apenas hemos alcanzado pequeños logros. Nos quieren destruir porque señalamos un rumbo a otros que lamentablemente no lo han podido todavía diseñar todavía.

Ignoro la recóndita razón por la cual muchos pueblos no han llegado a comprender lo que les ha sucedido durante las últimas décadas, y esa incomprensión los lleva directamente al precipicio de su propia destrucción. ¿Qué de especial tuvimos o tenemos una buena parte de nosotros – desgraciadamente no somos todos – que nos dimos cuenta en buena hora? No lo sé. Solo sé que hemos podido hacer un alto en el viejo camino al despeñadero, reflexionar como consecuencia de los latigazos y medio voltear la tortilla.

¿Cómo lo hicimos o lo estamos haciendo? Sencillo. Volvimos al lógico punto de partida: pusimos los bueyes delante de la carreta. Otros, en otras partes, insisten ilógicamente en poner la carreta delante de los bueyes. O en permitir que la pongan otros.

La POLÍTICA, así, escrita con mayúsculas, debe ser el motor que impulsa cualquier sociedad. No, nunca jamás los tecnócratas económicos. La economía debe ser tan solo uno más de los instrumentos que usa la Política para beneficio de los pueblos. Los resultados económicos tienen que ser para apuntalar los beneficios sociales que facilitan la REDENCION SOCIAL de los pueblos o, lo que es lo mismo, pavimentar el camino hacia ese largamente ansiado desideratum de alcanzar la ansiada utopía que nos señaló Tomás Moro.

Hago una salvedad. Cuando hablo de POLÍTICA, y por antonomasia de POLITICOS, me estoy refiriendo a POLÌTICOS de verdad. No hablo de tecnócratas u sus acólitos hábilmente disfrazados.

He repetido muchas veces una fórmula práctica que nos enseñó ese ser, con quinientos o más años de sabiduría acumulada en sus genes, llamado Evo Morales. El dijo, más o menos:

Nos cansamos de pedir a los gobernantes la solución de nuestros problemas, hasta que nos decidimos a tomar el poder y resolverlos nosotros mismos.

Huelgan más palabras.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!