Publicamente,
sin ambages, sin estridencia ni falsas poses, debo felicitar al Sr.
Presidente Maduro por la declaratoria y puesta en ejecución del
Estado de Excepción en varios municipios de los Estados Apure,
Táchira y Zulia. No obstante mi alegría y entusiasmo ante ese
hecho, me quejo por lo corto y le ruego encarecidamente que lo
EXTIENDA A TODO EL PAIS.
Si,
Sr. Presidente y demás funcionarios del Gobierno Bolivariano, vistas
las inmensas bondades obtenidas apenas en escasos días en los
territorios intervenidos, siento una enorme envida sana y quiero que
esos maravillosos resultados lleguen ya a mi comunidad y a los
lugares por donde suelo ir y, adonde no suelo ir, también.
Sufro
cierta angustia y desazón cuando veo por TV a la gente de San
Antonio, San Cristóbal, Maracaibo y otras poblaciones con una amplia
sonrisa de satisfacción porque se acabaron las colas para tratar de
adquirir productos necesarios. Eso lo quiero yo y ya para mi
comunidad y para todo el país. Los veo felices porque están
adquiriendo lo que necesitan y eso lo quiero yo para mi comunidad.
Los veo felices porque compran lo que necesitan a precios justos, no
los roban y eso lo quiero ya para mi comunidad.
Sé
de antemano que algunos dirán que los paramilitares ni los cambistas
están en otras partes del país y lo admito como parcialmente
cierto; pero, los ladrones especuladores están en todas partes y a
esos enemigos de la Patria hay que darles hasta con el tobo y ya.
Además
hay otra plaga que debemos fumigar. Me refiero a todo tipo de
funcionario que mira para otra parte y no cumple con su deber. A esos
hay que erradicarlos ya.
No
puede ser posible ni mucho menos aceptable que quienes se hacen
llamar empresarios, se hacen llamar industriales y o comerciantes,
hagan subir los precios a discreción multiplicándolos algunas veces
10, 20 y hasta 100 veces los valores que tenían hasta hace poco y
los ejemplos concretos sobran. Daré ejemplos: los huevos suben de
precio semanalmente, antes aumentaban a razón de Bs. 10 semanal,
ahora a razón de Bs. 50; el jabón líquido marca Clic lo compré
hace poco tiempo a Bs. 60/lt.; ahora lo vi con PVJusto a casi 500 y,
por supuesto no lo compré. Un simple bollo de pan de tan solo 300
gramos ya los venden a Bs. 50, 60 o más. No hablemos de las laticas
de sardina. ¿Existen razones serias y verdaderas para semejante
abuso? ¿Quien fija los llamados Precios Justos de venta al público?
¿Quien los aprueba? Incrementar al precio de venta de un producto 10
veces su valor anterior es absolutamente injustificable.
No
puede ser posible que distorsionen y manipulen las cadenas de
distribución para represar los productos que deben llegar con
fluidez al pueblo necesitado y para ello los esconden, los desvían,
los venden a quienes acapararan y boicotean al pueblo.
Causa
rabia e indignación la humillación a que someten al pueblo pobre y
necesitado que debe hacer largas colas, muchas de ellas a tiempo
perdido porque los productos que esperan no terminan de llegar. He
visto con mis propios ojos (expresión común aunque muy redundante)
como la gente sufre haciendo colas soportando calor e inclemencias y,
al cabo de largo tiempo, aparece un camión con un escaso cargamento
que no alcanza para satisfacerlos a todos. Esta criminal táctica por
parte de los distribuidores genera rabia, frustración, confusión;
pero, también intolerancia que a veces llega inclusive a provocar
pleitos y rencillas entre los sufridos que esperan. Cuantos he visto
irse rumiando su rabia por el tiempo y esfuerzo perdido para no
conseguir nada.
Casos
como los señalados y miles de ejemplos más tienen a la gente al
borde de la desesperación y los cretinos antipatria de la derecha se
aprovechan de eso para desprestigiar a la Revolución Bolivariana. No
debemos esconder que aprovechan el terreno fértil de los ignorantes,
desinformados, disgustados, etc. para hacer mella, causar daño y
llevarlos al molino triturador de sus adherentes.
El
Estado de Excepción permitiría al Estado aplicar sin piedad ni
contemplaciones todo el peso de la ley, de manera expedita, a quienes
abusan del pueblo. Ya basta de manos de seda y, por cierto, las
multas no bastan porque ellos recuperan rapidamente lo que pagan,
cuando no evaden, aumentando los precios a discreción. Cárcel
parece ser el único método efectivo. Al respecto me viene a la
memoria el episodio aquel cuando los banqueros se negaron
rotundamente a prestar dinero al Gobierno encabezado por el General
Cipriano Castro. Los metieron a todos en La Rotunda y pidieron cacao
a los pocos minutos.
El
pueblo gozará un puyero cuando vea a Fedecámaras, Consecomercio,
Cavidea, Venemcham y otros grupos de traidores, mafiosos,
especuladores, chupasangre pidiendo cacao. Las manos se me pondrían
rojas rojitas de tanto aplaudir. Ruego al Sr. Presidente que me de
ese fabuloso gusto... Y, millones de gracias anticipadas a nombre
propio y de millones.
¡INDPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
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