Seguiré incluyendo
citas de manera aleatoria cuyo contenido nos irá, tal vez, aclarando
cierta manera de pensar a la que, por lo general, no solemos tener
acceso. Se trata de citas provenientes de hombres “eminentes” del
sionísmo mundial.
El rebino francés
Isidoro Loeb, quien desde 1869 fue secretario de la Alliance
Israélite Universelle, se expresa así en su libro “La littérature
des pauvres dans la Bible” - (La literatura de los pobres en la
Biblia) – París, 1892, pág. 218.
“No se puede
afirmar con certeza si Isaías pensó o no en la aparición de un
Mesías personal... Pero es indudable que, con o sin un Mesías Rey,
los hebreos constituirán el centro de la humanidad, en torno del
cual se agruparán, después de su conversión, los no hebreos. Los
pueblos se unirán para tributar homenaje al pueblo de Dios. Todas
las riquezas de las naciones pasarán a manos del pueblo hebreo; y
todas las naciones seguirán al pueblo hebraico y se arrojarán a sus
piés. “Los Reyes serán tus alimentadores y las reinas sus
esposas, tus nodrizas; el rostro inclinado a tierra, te adorarán, y
el polvo de tus piés lamerán” (Isaías,
49, 23). Dios estipulará con el pueblo hebreo una eterna
alianza, como con David, y como David el hebreo mandará a los
pueblos... Está claro que en la restauración del pueblo hebraico,
Jerusalem y la Tierra Santa tendrán una función muy importante”.
A
continuación parte del testimonio del hebreo y masón (sionista)
B.
Crémieux, que se encuentra en los Archives Israélites, año
1861:
“La doctrina
hebraica se ha de compenetrar de sí un día a todo el mundo... No
está lejos el día en que las riquezas de la tierra pertenecerán
exclusivamente a los hebreos... Las naciones desaparecerán, la
religiones declinarán”
Y redondea:
“ Habrá de
surgir un Mesianismo de los tiempos modernos; una Jerusalem del nuevo
orden, santamente colocada entre Oriente y Occidente, deberá
suplantar al dúplice reinado imperial y papal. Sólo ahora ha
entrado en acción la Alianza Israelita Universal, pero ya manifiesta
hasta muy lejos su influencia. No se limita a nuestro culto, sino que
entiende penetrar en todas las religiones. Las nacionalidades habrán
de desaparecer. Las religiones declinarán. Pero Israel subsistirá,
y este pequeño pueblo es el elegido de Dios”.
Du Mesnil-Marigny,
economista judío (sionista), entre otras cosas escribe en su
“Historia de la economía política de los pueblos antiguos”,
(ed. 1878, II vol., pág. 275 y sig.):
“La época
actual se caracteriza indiscutiblemente por el oro y la
omnipresencia... El que domina absolutamente el oro es también el
que domina absolutamente el mundo. ¿Y quien podría ser este
dominador sino el hebreo? ¿Acaso no posee ya el hebreo el monopolio
de los bancos, de los ferrocarriles y del comercio?... Con su oro,
¿no da ya acaso una instrucción superior a sus hijos, y por tal
medio, no está en condiciones de asegurar a los mismos los puestos
directivos en las artes, en la literatura, en la ciencia y en las
funciones públicas?” “En Francia, ¿quienes son en La Sorbona,
en la Universidad y demás institutos franceses masónicos, los
mejores profesores? ¡Hebreos! ¿Y qué son los más renombrados
filósofos y escritores? ¡Hebreos! “Es notoria la corrupción de
la prensa. ¿Quienes son los que ponen en marcha esta terrible
máquina, cuyo poder, así destructor como constructor, es bien
conocido? Los hebreos... o sea, los que poseen el oro”. “La
ascención de Israel a la mayor altura es cosa cierta... Nosotros
veremos, a no tardar, como regirá a las naciones, después de
haberse apoderado de todas sus riquezas, que por tal vía se
multiplicarán a desmedida, y los veremos barrer de su alrededor a
los habitantes de la tierra entera, como hizo con los Cananeos”.
“Cuando, según nuestra previsión, los hijos de Jacob, gracias a
su superioridad, tengan en sus manos todo lo que garantiza el
bienestar y larga vida en esta tierra, y se encuentren en condiciones
de sobrevivir a cualquier otra raza, entonces, nadie podrá negar que
gracias a ellos se realizará esa época tan deseada, ese deseo de
todos los filántropos, esa nostalgia de todo corazón magnánimo,
que es la fraternidad universal”.
Cero comentarios,
cero resaltado y subrayado. Cada uno saque sus propias conclusiones.
Cualquier parecido con la vida real actual, año 2014, NO es pura
coincidencia. Solo mencionaré un párrafo escrito por un autor
desconocido:
“Cada cual puede
ver que magnífica fraternidad universal sería esa: un amasijo de
pueblos aplastados y desheredados, sobre los cuales se iergue el
“pueblo elegido”, indestructible. Fraternidad solo entre ellos
mismos.” Y parte de esa “futura fraternidad” la expresa muy
bien las siguientes dos citas:
“Nosotros
vivimos es un Estado cristiano, cosa incompatible con los intereses
del Hebraísmo: el Estado cristiano ha de ser suprimido”
(Rabino Loeb,
citado por S. v. d. March, Die Juden in Urteil der Zeit, 1921, pág.
117)
Para
cerrar esta parte, copio a continuación una obligatoria plegaria
cotidiana, SHEMORÉ ESRÉ, contenida en el Talmud: “Que
los apóstoles pierdan toda esperanza, que los Nazarenos y los Minin
(Cristianos) mueran de improviso, sean borradoss del libro
de la vida y no se cuenten entre los justos”.
¡INDEPENDENCIA Y
PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y
VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
(Continuará)
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