A lo largo de esta
dilatada serie de escritos, hemos visto los fundamentos en los cuales
el sionismo basa su asqueroso comportamiento. Simplemente, nosotros
los goim somos seres inferiores a las cucarachas y, por lo tanto,
pueden hacer con nosotros lo que se les antoje, inclusive matarnos,
sin que les quede remordimiento alguno. Para ellos, nosotros no
tenemos la categoría de humanos sino de inmundas bestias demoníacas.
Ellos, además, a
lo largo del tiempo han acumulado tal cantidad de riquezas que se dan
el lujo de controlar, mundialmente, casi todo el poder económico,
financiero, industrial, militar y político del mundo capitalista.
Ese poder les permite poner y quitar gobiernos y gobernantes a todos
los niveles y, por supuesto, hacer ejecutar sus órdenes.
No nos sorprendamos
que la ONU ha emitido no sé cuantas resoluciones ordenando a Israel
cambiar su comportamiento respecto a Palestina y no han obedecido ni
siquiera una sola de esas resoluciones. No solo desobedecen sino que
descaradamente se burlan del resto de la humanidad y continúan con
su criminal agresión que busca exterminar ese sufrido pueblo. Si nos
llegáramos a preguntar que podríamos hacer en el mundo para, por lo
menos, reducir en parte el sufrimiento al noble pueblo palestino, la
respuesta obvia sería NADA. No hay poder en el mundo capitalista
actual que sea capaz de someter a los poderosísimos intereses
sionistas esparcidos por sobre la faz de la tierra.
La única luz al
final del túnel la pueden aportar los pueblos con conciencia
crítica, unidos, hermanados, que formemos una poderosísima
corriente de opinión pública mundial. Ya lo sugirió Noam Chomsky,
por cierto un judío, como fórmula para controlar el imperialismo
que es basicamente lo mismo que el sionismo. Para ello deberemos
formar un poderosísimo movimiento de opinión que logre traspasar
las enormes barreras formadas por los grandes sistemas de medios de
comunicación de todo tipo, prensa, radio, cine, TV, redes sociales,
etc., que son de su única y exclusiva propiedad.
Otra arma poderosa
que podemos oponerles es de tipo MORAL. Moral erguida frente a sus
desfachateces. Usar la moral para rechazarlos, desconocerlos y
estratégicamente hacer que los ignoramos. Hay que ver la corriente
de conciencia que se levantó entre multitudes de árabes del medio
oriente cuando el siempre recordado y admirado Presidente Chávez,
que Alá tenga en la gloria, rompió todo tipo de relación entre
Venezuela e Israel a raíz de la operación Plomo Fundido. Que todos
los gobiernos dignos del mundo tomen el mensaje contenido en la
última estrofa de nuestro Himno Nacional y “sigan el ejemplo que
Caracas dió”.
Tengamos siempre en
cuenta que ellos son expertos taimados y muy astutos en el arte del
engaño. Si llegaran a tomar todo el territorio de Palestina, muy
pronto buscarían expandirse más. No olvidemos que su bandera, un
sucio trapo blanco con una estrella de David en el centro, tiene dos
franjas azules, superior e inferior, que simbolizan los ríos
Eúfrates y Nilo, o sea el territorio que ellos dicen que Dios les
dió o prometió. Cuanto me gustaría ver un documento firmado nada
más y nada menos que por el mismísimo Dios. Pero es que, además,
en muchos de sus escritos dicen que su misión, o su meta, es dominar
todo el mismísimo planeta tierra, sojuzgar todos los pueblos y
esclavizarlos a su servicio para que hagan todos los trabajos porque
se consideran indignos si efectúan trabajo alguno, ya que, según
afirman, solo deben dedicarse a la contemplativa vida de alabar a
Jehová. Si desgraciadamente llagaran al expandir sus límites
actuales hasta el Eufrates y el Nilo, no tengamos la menor duda que
después buscarían cualquier justificación o motivo para ir más
allá, y así sucesivamente hacia su descarada y absurda meta de
dominación mundial
“El profeta
(Isaías) también anuncia que el Señor lo ha ungido para decir a
los israelitas que tendrán subyugados a todos los pueblos, y que las
gentes extranjeras tendrán que arar y trabajar para que a los hijos
de Israel no toque ningún trabajo pesado, y puedan servir a Dios tan
solo orando. A fin de tener tiempo para servir a Dios bendito, debéis
devorar los bienes de los pueblos”. (Mashmis jeshue, f. 89, c.
4)
La Biblia. Los
llamados libros sagrados del judaísmo, la Torah, el Talmud, el
Mitsvah, el Haggadah, etc., al igual que todos los escritos
“teológicos” al igual que los analíticos sobre la religión y
la cultura judía, y muy especialmente los escritos realacionados con
la doctrina política – económica – financiera – cultural
llamada sionismo, son absoluta y definitivamente machistas. No
mencionan a las mujeres para nada bueno, las apartan de toda
consideración, de alguna manera muestran hasta desprecio hacia ellas
y cuando lo hacen es para denostar de ellas. He intentado inutilmente
documentarme sobre este asunto en particular, y la verdad, es que no
he encontrado nada que valga la pena.
La referencia más
relevante que he obtenido es la siguiente:
“¿Qué
es una prostituta? Cualquier
mujer goi”. (Eben
Ha Eser, 6, 8)
Por lo demás no
tiene nada de raro, si nosotros los goim somos menos que cucarachas,
nuestras mujeres, por muy santas y castas que sean, serán para ellos
seres también bajos e inferiores. Hay una sentencia que he oído
pero no he logrado la documentación; pero, no obstante, su contenido
va en línea con todo lo demás:
“No te cases
con mujer goi, úsala como meretiz para tu placer y luego deséchala”.
No me crean, no lo he podido comprobar.
Por
lo demás, y para poner punto final a esta larga serie, por ahora,
les repito un pensamiento escrito
en la Torah que guía todas
las acciones de los sionistas:
“Devora, pues,
a todos los pueblos que tu Señor te dé; tu ojo será inflexible, y
no sirvas a sus divinidades”.
(5. Moisés, 7, 16)
¡INDEPENDENCIA Y
PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y
VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
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