lunes, 25 de noviembre de 2013

La guerra económica



Gracias a Dios porque el Sr. Presidente Nicolás Maduro, al fin, inclusive antes de ser aprobada la Ley Habilitante para luchar a fondo contra la corrupción desatada y la guerra económica desatada por la burguesía lacaya pitiyanqui apátrida, ha decidido apretar tuercas y proceder con las primeras acciones contundentes contra acaparadores ladrones especuladores y otros bichos de uña que saquean los fondos de la sufrida población venezolana. Sabemos que los ricos pagan lo que sea y a ellos no se les causa ni siquiera rasguños, ellos no son las víctimas, son los victimarios aunque ahora aparezcan muchos de ellos mostrándose cual vestales ofendidas rasgándose las vestiduras y clamando inocencia.

En Venezuela sabemos quienes son los ladrones especuladores acaparadores. Son los que siempre lo han sido; pero la diferencia ahora es que el Supremo Comandante Eterno, HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS – RIP – logró desenmascararlos y una porción mayoritaria de la población, especialmente las víctimas más vulnerables, lo saben ya a ciencia cierta y no se tragan las ruedas de molino que pretenden hacernos tragar a juro presentándose como angelitos serenados. Esos cuentos de camino ya no nos lo tragamos más, ya les conocemos el eterno truquito de hacerse parecer lo que no eran, y que personas decentes, importantes, de alcurnia, “nobles” apellidotes, etc., etc., y no son ni han sido más que buitres rapaces chupasangre de los desposeídos, además de viles traidores antipatria, lacayos de los imperios de turno, capaces de vender hasta a su propia madre. Ejemplos contundentes más que sobran.

Ya no nos tragamos más eufemismos bien elaborados por agencias de publicidad, expertos en marketing, asesores en relaciones públicas (impúdicas los llamo yo) que los presentan a través de los medios masivos y otros instrumentos truculentos como seres impolutos a punto de ser canonizados.

No señores, repito, sabemos exactamente lo que son y lo que siempre han sido. Y, peor para ellos, para decirlo en criollo, decidimos no calarnos más a esos demonios. Ya basta. Se nos agotó la paciencia. Vamos a sacudirnos esa asquerosa podredumbre. Además, sabemos cómo hacerlo. Hasta ahora por las buenas pero no nos hagan perder la paciencia que ya se nos colmó. Sería preferible que hicieran sus maletas y se vayan con sus asquerosas manos llenas de sangre a disfrutar el fabuloso producto de sus robos pasados y depredaciones al sitio donde les corresponde estar: los albañales del imperio. Que vayan a lamer patas tan sucias como las de ellos mismos y a regodearse en los charcos de excremento donde les corresponde estar. No queremos esa inmundicia fastidiando nuestra existencia.

Y por favor, no me llamen resentido social ni cosa parecida. Nunca lo he sido, no lo soy ni lo seré jamás. Lo que me pasa es que ya, a estas alturas de mi vida, me tienen asqueado y sencillamente no los soporto más. Huyan preferiblemente por su propia seguridad personal y no tienten al pueblo que ya llegó al límite de su estoica capacidad de aguante. Y tampoco venga nadie a decirme que se les dé la oportunidad de regeneración porque eso es total y absolutamente imposible. Está en sus genes y su ADN esa absurda manera irracional de comportarse. Esa enfermedad es atávica, hereditaria y les viene de sus más remotos antepasados, por lo tanto es incurable. No tienen redención posible.

¡Que se vayan a disfrutar sus millones a otra parte! – Aquí NO HACEN FALTA.


INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA  -  ¡CHÁVEZ VIVE!  -  ¡LA PATRIA SIGUE!

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