Recuerdo
que cuando niño me contaron algo que todavía no sé si es historia, leyenda,
fábula o que, el relato bíblico de David y Goliat. Automáticamente, sin que
nadie me empujara, desde el primer momento simpaticé con el débil niño. Más
adelante me fueron contando o fui leyendo sobre otros eventos imaginarios o
históricos y, al igual que el anterior, simpaticé siempre con los más débiles.
Fui creciendo con esa, llamémosla sensibilidad, y me identifiqué de todo
corazón con los Norcoreanos, Argelinos, Guatemaltecos, Dominicanos, Vietnamitas
del Norte, Chilenos de la UP
con el Compañero Allende a la cabeza,
Granadinos (Bishop), Panameños y una larga etcétera. Inclusive, en el plano de
la fantasía, sufría cuando masacraban a la Pieles Rojas en las películas
de vaquero y, aunque sabía que era un guión imaginario, anhelaba una solución
mágica de última hora que al menos los salvara de una muerte cierta. No he
cambiado. He vivido bastantes años y sigo con la misma “manía”.
Por
esa atávica e inveterada inclinación, lo digo sin ambages, simpatizo de frente
con Moamar Al Cadafi (no sé como lo escriben los anglófilos pero en castellano
fonético me suena así) y el resto de los libios y demás que lo apoyan. ¿Qué es
un dictador, abusivo, déspota u otra cosa? No me importa, eso es problema de
los libios y son ellos quienes tienen que resolver esa situación interna. Les
concedería in extremis que peleen con
él personalmente pero, me hago la pregunta, ¿Por qué carajo tienen que violar
la sagrada soberanía del pueblo libio y matar débiles e inocentes? Si Cadafi es
un macho morirá como Allende defendiendo SU trinchera y eso, a esta fecha, está
por verse.
Estoy
en contra – SI, con mayúsculas – de que asesinen inocentes niños y otras
personas, destruyan toda la infraestructura de un país, roben – sí, ROBEN con
mayúsculas – su dinero y sus recursos naturales y hundan un país completo en la
miseria y la desolación. Eso no tiene justificación alguna, es despreciable y
todo el género humano debe levantar su voz de condena en contra de esos
modernos filibusteros, corsarios, piratas, asesinos, ladrones. Atila, quien ha
sido secularmente desprestigiado por los historiadores “occidentales”, jamás
fue tan malo como estos despreciables engendros que carecen de ombligo.
¿Cómo
que carecen de ombligo? ¡Si! Nunca estuvieron en un útero materno conectados
con un cordón umbilical. Jamás tuvieron amor de madre y por eso carecen de toda
sensibilidad humana. Esos engendros antinatura
no nacieron, los cagaron. Toda esa inmundicia
putrefacta se la tragará la cloaca de la historia.
Mi
solidaridad sentimental no se queda, por ahora, en Libia. Se extiende a Iraq,
Afganistán, Palestina, el Cuerno de África. También a Chile y Colombia que
merecen capítulo aparte, y a todos los confines del planeta donde hay gente que
sufre pero también ama y espera.
Lo
dejo hasta ahí. Estoy asqueado y se me alborotó el epiplón.
PATRIA
SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
muy bien Pedro me parece excelente de verdad tu opinión, los libios son los que deben resolver sus problemas y ningún país debe admitir una intromisión extraña o ajena. Pero me hago una pregunta si esos países invasores dibujan al mundo un panorama de ser los salvadores del mundo, porque no intervienen para ofrecer ayuda humanitaria a aquellos países que ni agua potable tienen?? triste realidad pero es muy simple , no les interesa la felicidad de la humanidad, solo buscan como extraer , robar las riquezas ajenas para satisfacer sus ambiciones. Pero todo llega y a ellos les llegara el día de pagar sus barbaridades, la humanidad esta despertando!!!!!!!!!!!! Delia Espinoza
ResponderEliminarDelia; como siempre acertada en tus comentarios. Ratifico que creo que ellos solo buscan lo que les interesa de orden material. Generosos para destruir y después ROBAR; pichirres y mezquinos para dar.
ResponderEliminarHan banalizado la maldad a tal extremo que ya, a quienes los siguen y admiran no les importa nada sin los muertos son diez (muy lamentable) o un millón.