martes, 6 de septiembre de 2011

Resultados del Twitter


Durante los últimos días me he sentido abrumado por tantas noticias malas en todas partes. La criminal destrucción de Libia, el país más próspero de África; la brutal represión contra los estudiantes y otros sectores de Chile que reclaman sus legítimos derechos, los indignados de España y otros países europeos quienes también reciben lo suyo, las terribles masacres diarias en México, la terrible hambruna en el Cuerno de África donde nadie hace nada por aliviarla; el aumento de la pobreza, otros problemas sociales más las catástrofes naturales en los Estados Unidos sin soluciones, y una larga etcétera. Todo eso deprime, entristece, ensombrece el rostro, crea problemas digestivos.

¿Qué tal si nos salimos de todo eso y buscamos algo menos trágico?

Ojo, no es huir de los problemas, sino darnos un descansito. A mí, en lo personal, me viene bien porque he estado huérfano de ideas, hasta que una accidental relación twitérica me proporcionó una. Gracias mil y me alegro mucho que ahora la estés leyendo.

Sí, pero, ¿cuál es esa idea tan grandiosa?

Pongo sobre la mesa, o sobre las pantallas de los monitores de las computadoras, esta tesis:

TODOS LOS ANTICHAVISTAS NO SON ESCUÁLIDOS. TODOS LOS ESCUÁLIDOS NO PUEDEN SER OTRA COSA QUE ANTICHAVISTAS.

Según la Academia de la Real Lengua de los españoles, la definición es:

escuálido, da.
(Del lat. squalĭdus).
1. adj. Flaco, macilento.
2. adj. Sucio, asqueroso.

La acepción criolla de la palabra, en primer término, extiende esas características físicas a las características mentales de las personas, o sea, flaco y macilento; sucio y asqueroso de mente. En segundo término – no se sorprendan opositores irreductibles – como lo he dicho en escritos anteriores, es un calificativo cariñoso, jamás denigrante, para describir a quienes no simpatizan de ninguna manera, ni siquiera un poquito, con la Revolución Bolivariana. El origen de la segunda se fundamente en la sempiterna institución tan venezolana como es la mamadera de gallo.

El adjetivo calificativo “escuálido” se aplica, pues, en cualquiera de sus acepciones según el sujeto en cuestión. Veamos primero quienes son escuálidos. El orden no es valorativo. Las excepciones suelen ser la confirmación de la ley.

En primer lugar, las viudas de la IV. Lo son a juro. No pueden ser otra cosa. Son flacos, macilentos, sucios y asquerosos de mente. No podrán jamás salir de ese estado, no tienen la capacidad ni el deseo para hacerlo. Se autoniegan (¿existirá el palabra?) inclusive la capacidad de pensar y razonar la posibilidad que exista otra forma de ver al mundo, que no sea la que tienen estúpidamente incrustada en sus cavidades encefálicas que no contienen materia gris, sino una ocre putrefacta, pestilente y nauseabunda.

En segundo, los escuálidos por conveniencia. Son aquellos que tienen algún interés crematístico en los resultados, también crematísticos que genera una determinada acción politiquera, que no política. En ese caso, al adjetivo escuálido debemos agregarle una nueva acepción: flacos, macilentos, sucios y asquerosos de moral. No tienen valores ni principios éticos o morales. El país les importa un carajo; solo les interesa donde y en que medrar. Son aquellos que venderían a su propia madre si eso les produce un rédito.

En tercer lugar, aquellos que inocentemente oyeron el canto de sirenas de los dos anteriores y comulgaron con ruedas de molino. Han sido simplemente incautos a quienes les han hecho creer en cuentos de camino y los han creído hasta por buena fe. Solo que los efectos del lavado cerebral perduran y tienden a reforzarse pero, ahí está lo bueno, tienen salvación. Es factible la redención.

Algunos se preguntarán, ¡¿Cómo?! Sencillo. Con algo que nos sobra a los revolucionarios para dar, prestar y regalar: AMOR.

En otro escrito, tal vez, les explicaré como llegué a esta conclusión. Gracias de nuevo relación twittera. Tú no eres escuálida. Algo por dentro me lo dice. Pido a Dios que te bendiga y des el brinco, de ocasional relación twittérica pases a ser permanente AMIGA.


PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!  

2 comentarios:

  1. Como dice Frei Betto: "El socialismo es el nombre político del amor".

    ¡Salud, Juan Pedro!

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  2. Gracias SUPERDEMONIO.

    En tan solo 8 palabras, entre ellas 4 monosílabos, ha expresado elocuentemente Frai Beto de que se trata todo.

    Te hago una propuesta, sal de la anonimidad y nos comunicamos. Entré momentáneamente al blog y, en principio, lo encontré impersonal.

    Salud Camaradas. ¡PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA! -- ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

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