martes, 8 de junio de 2010

La Patria Grande

La Constitución de Venezuela aprobada en 1811 junto a la Declaración de Independencia – 5 de Julio – fue la primera de la América antes llamada española. Entre los requisitos exigidos para llegar a los altos cargos, tan solo se exigía ser nativo de los territorios antes españoles o de sus islas. Es así como eminentes personajes, nacidos fuera del territorio venezolano, se encumbraron en la historia y muchos de ellos forman parte del grupo de eternos próceres de la patria y de la nación venezolana.

Todos los venezolanos que conocemos algo de la historia, tenemos presente, entre muchos otros, a José Cortéz de Madariaga (chileno), Francisco Javier Yánez (Cubano), Atanasio Girardot (Neogranadino), Luís Brión (Curazoleño). En la práctica, esa disposición se vio ampliada con la aceptación de personajes venidos de otras latitudes, tales como José Ignacio Abreu e Lima (brasileño), Tomás Farriar (inglés), Daniel Florencia O’Leary (irlandés), Perú de la Croix (francés) y una larga etcétera en ambos casos.

Afirmo sin ambages que la mayoría de los venezolanos no somos provincianos. Nos viene de tradición, nos viene ya en los genes. En nuestra vida hemos aceptado y asimilado varias oleadas de gentes venidas de otras tierras; europeos, levantinos, asiáticos, africanos. A los latinoamericanos no los incluyo porque los consideramos como a nosotros mismos, ciudadanos de la PATRIA GRANDE. Todos han sido acogidos solidariamente y no nos importa su color de piel, su credo religioso, su posición política o filosófica ante la vida. Cuantos de ellos han llegado, como en efecto lo reconocen ellos mismos, literalmente con una mano delante y otra detrás, y se les ha brindado toda clase de ayuda, cooperación, facilidades y, sobretodo, solidaridad para que inicien una nueva vida, luchen y echen p’alante. Nunca jamás se les ha discriminado ni excluido. Aquí están. Algunos se van y enseguida vuelven. Cuantos me han dicho que no se acostumbran “allá”, que al poco tiempo sienten nostalgia de “esto” y regresan. Algunos me han dado razones muy chistosas, como el inglés que me dijo que se había regresado porque allá no podía comer plátanos fritos.

Hago un paréntesis y explico a lectores de otras tierras. Para nosotros, los plátanos no son los bananos conocidos por todos, a esos les decimos cambur y hay 16 variedades en el país. Son otro tipo de musácea cuyas dimensiones son más grandes, pueden llegar a medir hasta unos 40 centímetros de largo y hasta 8 de diámetro. Con ellos se preparan muchos platos siendo lo más popular las “tajadas”, rodajas de plátano fritas que acompañan otras viandas tales como el famoso pabellón criollo compuesto de caraotas negras (habichuelas, frijoles, porotos), arroz blanco, carne mechada (en Cuba y las Islas Canarias llaman “ropa vieja” a algo parecido), y plátano frito. Una variación es el pabellón con baranda, lo anterior con un huevo frito encima. A mí, por ejemplo, me gusta agregarle trozos de aguacate.

Cuando los venezolanos vamos a otros países de Nuestra América, no nos sentimos extraños. Nos sentimos como en nuestra propia casa. Es nuestra también; y, cuando ellos vienen para acá, nos encargamos de hacerlos sentir igual. Igual, están en su patria, están en su casa.

Cuando los venezolanos vamos a otros continentes nos encanta, nos alegra conseguir a esos “paisanos” de la PATRIA GRANDE. Nos da la misma alegría como si fueran también venezolanos. Eso lo entendió Francisco de Miranda, quien pasó toda su vida gestando el gran proyecto de la Colombeia, la liberación de todo el continente desde la Louisiana hasta la Tierra del Fuego y tener UNA SOLA PATRIA bajo una sola bandera. Eso lo entendió Simón Bolívar quien afirmó que la Patria es América, en todos sus escritos se refiere a los americanos, convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826 para formar la Gran Confederación Americana. En 1811, antes de declararse la independencia, dijo aquellas célebres palabras: “Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana”.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

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