Mano
durísima, Señor Presidente
Petición
a mis lectoras(es): Lo que escribiré a continuación lo he recogido
en la calle. Mi condición de pobre me obliga estar sumergido en la
vorágine del pueblo, compro lo que consigo y trato de hacerlo en los
pocos lugares donde encuentro raras veces lo que busco y, también,
donde me ROBEN menos. Es una lucha desesperante a diario. Donde
vivo, en un pueblo pequeño, NO HAY LEY y los pocos comerciantes
hacen lo que les da la gana y encima se burlan de todos. No caigo en
la trampa de hacer colas pero los veo desesperados y son pasto fácil
de la malediciencia de unos cuantos que encima les causan terror
psicológico. Estos también son pobres y lamentablemente de escasa
preparación cultural, no son definitivamente elementos infiltrados
por la burguesía para incitar a la población. Al contrario, son
quejas legítimas originadas por la situación que están viviendo.
La
petición consiste es hacer que este lamento se conozca. Por favor
divúlguenlo y ojalá se produzca el milagro que alguien, a alto
nivel, lo conozca y, de ser posible lleve mi ruego al Sr. Presidente
a quien pediría que haga algo, como lo haré más adelante.
En
este pueblito no hay Mercal, PDVAL ni nada perecido, salvo
ocasionales operativos a cielo abierto y el camioncito que envían no
alcanza ni siquiera para una pequeña comunidad, de un barrio.
Tampoco traen lo necesario ni en cantidades apropiadas por lo que
muchos se quedan insatisfechos y frustrados; lo que, a su vez,
contribuye a aumentar el nivel de desesperanza, que con facilidad se
convierte en rabia, que es rapidamente expresada en improperios que
para ellos son legítimos.
Como
resultado les daré algunos ejemplos sencillos. Café no he comprado
desde octubre de 2014. Leche líquida imposible, el pequeño
suministro lo agarran las pocas panaderías para el café con leche y
como materia prima para sus elaboraciones dejando cero leche para el
público. Hojillas para afeitarme tuve que comprarlas en otro pueblo
y son de tan mala calidad que parecen arados. Las frutas, hortalizas
y otros vegetales no los venden los burgueses ni los grandes negocios
porque, sencillamente, tampoco hay. Los venden pequeños comerciantes
semiambulantes y los precios son estratosféricos y de la calidad,
mejor no hablar. Los huevos aumentan semanalmente y en un lapso de
seis meses se han más que duplicado los precios. No hablemos de
papel higiénico porque llegaría al borde de las lágrimas.
La
Polar, empresa que practicamente monopiliza todo, ha truinfado
implantando terror y angustia a esta pobre población, lo cual
aumenta porque lo que envía invariablemente solo alcanza para unos
poquitos. La transnacional Procter & Gamble, otro monopolio de
los productos de limpieza, pañales y toallas higiénicas para damas
brilla por las largas ausencias de los productos que elabora. Hace
meses que no he comprado detergente para lavar la ropa ni jabón de
baño. Lo que ha llegado a mi casa lo han traído familiares de otras
partes. Por cierto, mencionar a la P & G me hace recordar que
antes había muchas marcas de detergentes, muchas de jabones de baño,
muchas de pasta dental, muchas de pañales; entonces, ¿qué ha
pasado con esas marcas y donde están sus productos? ¿Qué pasó con
aquella famosa fábrica de pañales que inauguró el Sr. Presidente
Chávez, con bombos y platillos, en el Complejo Industrial Ana María
Campos en El Tablazo, hace varios años? ¿Quien hizo posible que P &
G se convirtiera en el terrible monopolio que es hoy en día? Dicho
sea de paso, muchos de sus productos son importados. Lean la caja de
la pasta dental Oral B o lean los empaques de los jabones de baño.
Vergüenza debería darle a los mal llamados empresarios que ninguno
de esos parásitos emprende, con su propio capital, la instalación
de una pequeña jabonería.
Sr.
Presidente, veo por TV los operativos que se llevan a cabo y el
supuesto comiso de toneladas de productos, el allanamiento a galpones
repletos, la promesa de distribuir esas exorbitantes cantidades al
pueblo. Entonces, mándenos un poquito que con poca cosa se
satisfarían las necesidades de esta pequeña comunidad. Pero mi
ruego mayor es otro: QUEREMOS VER LOS ROSTROS, LOS NOMBRES DE LOS
HAMBREADORES DE LA SOCIEDAD. QUEREMOS VERLOS CON LOS GANCHOS PUESTOS.
No se quede, Sr. Presidente, en la genérica oferta de ponerlos a la
orden de la Fiscalía. QUEREMOS VERLOS PRESOS Y QUE NOS DIGAN EN QUE
PARTE ESTAN TRAS LAS REJAS. PERO TAMPOCO QUEREMOS QUE LES FABRIQUEN
CARCELES ESPECIALES CON LUJOS PROPIOS DE HOTELES CINCO ESTRELLAS. NO
Y MIL VECES NO, QUE VAYAN A TOCORON, TOCUYITO, EL RODEO, SAN JUAN DE
LOS MORROS, ETC. JUNTO CON LOS DELINCUENTES LLAMADOS COMUNES AUNQUE
ELLOS NO SEAN COMUNES. No son comunes porque no roban gallinas, no
son carteristas ni arrancan cadenitas a las damas, son delincuentes
de alto coturno mucho peores que los "choritos" de barrio
pero, en honor a la verdad, causan mucho más daño.
Sr.
Presidente, si usted propicia que se haga lo que le ruego con el
alma, o algo parecido, segurísimo estoy que todo el pueblo lo
aplaudirá y usted se consagrará como verdadero defensor el pueblo y
asegurará su puesto en la historia.
Lo
que le pido requiere una decisión política muy firme. Y lo requiere
porque el enemigo es súper poderoso pero creo que ha llegado el
momento de enfrentarlos sin vacilaciones. Sé que seguirán
molestando e intentando tumbarlo pero, también creo que se aplacarán
mientras diseñan otra estrategia distinta a la que han usado hasta
ahora. EL último intento de golpe debe ser un gran acicate para
fortalecer y profundizar la revolución. Ya basta de aguantarles
todas sus tropelías y ha llegado la hora de darles duro, bien duro,
hasta con el tobo.
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
estimado Sr. sin despreciar su artículo o esa realidad que es la de muchos en el país, podría decir de cual pueblito está hablando. Un abrazo y haremos lo que esté en nuestras manos para que su palabra sea leida
ResponderEliminarSr. Anónimo;
EliminarGracias por su comentario. No identifiqué al pueblito porque su situación es similar a todos los demás. Gracias por su oferta de ayuda. ¿Es Ud. funcionario?
Le ruego escribirme. Mis correos están en la página, son públicos.
Gracias, feliz día.