miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Habrá paz en Colombia?

No creo que habrá. Perdonen, no es pesimismo; al contrario, cuanto me gustaría estar diametralmente equivocado, que este presagio fuera todo lo contrario y, como me gustaría que SI se concretara la paz duradera para felicidad de ese sufrido pueblo.

Pero, contrario a mis más fervientes deseos, existen intereses muy poderosos que manejan miles de millones de dólares que se lucran tremendamente con las guerras y todo lo que chorrea de todas ellas. Existen intereses muy poderosos que manejan miles de millones de dólares que se lucran tremendamente con el negocio de la droga que abundantemente se produce en Colombia y, para que ese negocio se mantenga en su esplendor, hace falta la cobertura de la guerra con sus consabidas “tierras de nadie”, con el desarreglo legal en muchos territorios, con la confusión reinante y el odio que naturalmente se genera que, a su vez, retroalimenta el conflicto general en sí. No olvidemos que la guerra es por si misma otro negocito que mueve también miles de millones de dólares.

Podríamos señalar otras consideraciones adicionales pero, en aras de la brevedad, no lo haremos. Solo haremos un señalamiento general en quienes podrían ser los interesados en la continuación de la guerra. Ustedes lo saben.

No tengo elementos de juicio contundentes en que apoyarme. Solo conjeturas, solo dudas, solo elucubraciones. Entonces soy libre para exteriorizar los fantasmas que en este caso me asustan. Comienzo diciendo que me parece un verdadero exabrupto el hecho real de haberse impuesto el NO en el reciente plebiscito. ¿Por qué ocurrió eso? ¿Quien, en su sano juicio, vota por la guerra y no por la paz?

No me queda lugar a ninguna duda que la mayoría de los electores que votaron NO fueron manipulados, engañados o ambas cosas. ¿Por quien o quienes? La respuesta aparentemente lógica y evidente: por los perros de la guerra. Pero, ¿en Colombia y otras partes, quienes son los perros de la guerra?

Centremos nuestra atención en la última interrogante.

¿Quienes forman el heterogéneo conjunto de los perros de la guerra? Los agrupo en un solo núcleo social, además de económico, financiero, cultural o contracultural, mediático (alienante), religioso y otras caracterizaciones: LA BURGUESÍA, la rancia oligarquía que ha controlado la vida colombiana desde mucho antes del nacimiento de la República.

La rebeliones de los pueblos son producto directo de las injusticias sociales. La única respuesta a una pregunta sobre quienes causan las injusticias es – lo adivinaron – LA BURGUESÍA. Pero las injusticias sociales son la razón de la misma existencia de la burguesía. Cualquier merma a esas injusticias sociales es también una merma a los privilegios de la clase sempiternamente dominante.

Les interesa la guerra para mantener sus privilegios, para mantener incólume su status como único pináculo social; es decir, el pequeño grupo que domina y controla la sociedad a su antojo en su propio beneficio.

¿Como lograron manipular y engañar a quienes no forman su grupo a votar favorablemente a sus intereses si, precisamente, esos forman parte del grupo de los explotados excluidos desde siempre?

Tengamos presente como premisa principal que la burguesía, esa clase social, cultural, mediática, religiosa y económica existe desde tiempos inmemoriales. Forma parte de su propia genética la habilidad para mentir, engañar, presentar a los demás como bueno aquello que los lleva a los peores abismos. Han desarrollado y forma parte de su ser una perfidia de altísima factura y ésta incluye habilidades insospechadas, de muy difícil detección para engañar, mentir, manipular a todos los demás. No dudemos que son verdaderos demonios con preciosos disfraces de ángeles.

Es un verdadero e ilógico contrasentido el hecho real que se produce con el enfrentamiento entre las mismas masas a favor y en contra de sus explotadores; pero los sutiles métodos empleados para crear esas diatribas son precisamente elementos diseñados para mantener las masa desunidas para conveniencia directa de quienes las explotan y para ello se valen, entre otras cosas, de antivalores inyectados, patrones anticulturales e inclusive religiosos que surten el efecto deseado. El único antídoto es, sin lugar a ninguna duda, la unión de las masas y para ello se requiere la educación y culturización de los pueblos. Muy válida es la frase de José Martí, el apóstol cubano, para ser libres hay que ser cultos o, como afirmó Simón Bolívar, un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción.

Quisiera no serlo pero, soy pesimista, conociendo la perfidia y maldad de las burguesías estoy casi convencido que las FARC EP cayeron en una fenomenal trampa que los lleva directamente a su pronta y CRUENTA aniquilación, tal como ocurrió con todos los procesos anteriores cuando se acordó la paz, se desmovilizaron los grupos en armas, se fueron al campo de la lucha cívica y el resultado posterior fueron más de 5,000 muertos, incluyendo dos candidatos presidenciales y miles de líderes políticos, sindicales y sociales. Historia reciente, tan reciente que tiene miles de dolientes todavía vivos.

Ultimamente he oído dos noticias que me causan desasosiego y cierta preocupación, por un lado gobierno colombiano se apresta a firmar un tratado con la OTAN, quien sabe con que propósitos; y por otra parte, una ONG en Colombia ha presentado un tenebroso balance de asesinatos de activistas defensores de derechos humanos y otras actividades relacionadas.

Ruego a Dios estar diametralmente equivocado y que VIVA LA VERDADERA PAZ en Colombia, en Nuestra América y el Mundo.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!



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