sábado, 8 de septiembre de 2012

Las Técnicas del Engaño – Parte III de IV


El engaño aplicado a la justificación de las guerras, naturalmente siempre terriblemente destructivas, que solo tienen por objetivo el aprovechamiento y expoliación de recursos naturales, es lo más pérfido y aberrante que comete el capitalismo.

No hay término o palabra que pueda ni remotamente embellecer la descripción de un crimen horroroso de dimensiones catastróficas. Sin embargo, acuden a expresiones maquiavélicamente diseñadas para intentar justificar sus demoniacos fines y, para lograrlo, se apoyan en refinadas técnicas de engaño.

Observemos algunas de esas justificaciones tomadas al azar entre las muchas que han voceado al mundo recientemente. Al pueblo que quieren agredir siempre lo califican de malo, malvado, horrible y lo dirigen perversos que no solo ambicionan dañar a los agresores sino a sus mismos pueblos. En cambio, los agresores siempre se presentan a sí mismos como seres seráficos que desean la paz, el progreso, el entendimiento, la libertad y sus acciones están inspiradas en los valores más sublimes. Inútil decir que desean la paz pero van a la confrontación, mejor dicho a la agresión descarada, en contra de sus excelsos deseos e inspirados en amor a la humanidad para rescatar esos pueblos y liberarlos de otros seres salidos del averno.

La contradicción entre dicho y hecho es total. ¿Cómo puede ser humanitaria una acción criminal, asesina, genocida? Imposible justificar que “te mato por tu bien”.

Historicamente, las aseveraciones que los pueblos que han sido atacados y destruidos poseían armas letales de destrucción masiva, que tiranizaban a sus habitantes y que representaban una amenaza para otros, han resultado falsas.

Todo no es más que una trama científicamente diseñada para robar después de haber matado y destruido, pero el engaño individual y colectivo ha servido para obtener “apoyo” por parte de los idiotizados.

¿Será tiempo para abrir los ojos?

Continuará.

PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!   

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