Nueva aclaratoria: no era mi
intención continuar con este asunto y pensé que con el escrito anterior
bastaba. La reacción a mis sospechas tomó caminos “insospechados” y me obliga a
dar una explicación a quienes tienen poca capacidad para entender el castellano
que uso para escribir. O tal vez sea mi propia culpa y los excuso.
Lo dije claramente y hasta un
tonto lo entiende. NO ESTOY AFIRMANDO QUE LA OPOSICION ESTÉ DETRÁS DE ESTE
DOLOROSO ASUNTO. Solo dije y reafirmo que RECORDANDO LAS ACCIONES PASADAS DE LA
OPOSICIÓN ME ASALTA UN PRESENTIMIENTO, UN MAL PRESAGIO, UN TEMOR, UNA SOSPECHA
que no sería raro que estuvieran de nuevo intentando causar daño a Venezuela,
por aquí, por allá o acullá. Está más que comprobado que esa caterva de
fariseos, aunque hayan nacido en Venezuela, tengan cédula venezolana, etc.,
etc., definitivamente no son venezolanos, no quieren a Venezuela, no se sienten
venezolanos, odian a Venezuela y a los venezolanos especialmente a los del
propio y verdadero pueblo. Ellos lastimosamente son herederos directos, por
descendencia o por adopción, de los peores antivalores que se vienen
arrastrando desde la época colonial hasta nuestros días.
Son exactamente los mismos que se
opusieron a los movimientos pre-independentistas, a la misma Revolución de Independencia,
fueron enemigos declarados de Bolívar y su obra, fueron los que asesinaron a
Ezequiel Zamora y defenestraron a Cipriano Castro. Apoyaron y adularon a Gómez
y, por supuesto, son parte viva y activa de la nefasta disfrazada dictadura del
pacto de punto fijo – con minúsculas en señal de asco, repulsión y desprecio –
y, en estos tiempos, grandes capitostes de la coordinadora democrática, mesa de
la unidad – ídem – o de cualquier fachada que inventen para engañar incautos.
Son tipos enfermos de odio visceral
y, por desgracia, el vitriólico ácido que exudan ha contaminado y contagiado
una enorme lastimosa cantidad de débiles mentales, en su mayoría ígnaros porque
lo son o porque disfrutan siéndolo.
Ellos quieren del país sus
recursos. La gente les importa un carajo.
Son los eternos traidores vendepatria lacayos de todos los imperios. Subastan
el país a precio de gallina flaca con
moquillo y se conforman con que les retribuyan con tan solo un chorrito de
mierda.
Esos mismos carajos – y no me
sale ahora otro calificativo – fueron exactamente los mismos locos enfermos que
con la peor de las intenciones causaron al país una pérdida superior a
20.000.000.000 de dólares; voluntariamente, porque les dio la gana y lo
planificaron “científicamente”, dañaron o destruyeron todo lo que pudieron en
las instalaciones, plantas, servicios, edificaciones, laboratorios, oficinas,
sistemas informáticos (automatismos, controles, telecomunicaciones, etc.) de
PDVSA en 2002 – 2003. Lo hicieron voluntariamente, con mala leche, con ánimo de
destruir, con rabia y furor que supera las consecuencias provocadas por la
mente enferma de los más destructivos y peores orates de la antihistoria. Antes
lo mencioné, la locura y la saña les subió a tal punto que le cayeron a mandarriazos a pocetas y urinarios para que los chaviztas
no tuvieran donde mear.
Entonces, ¿tengo o no tengo
derecho a temer y sospechar que reanuden su maldad si ellos mismos se han
encargado de amenazarnos con volver a las andadas?
Esas mentes enfermas se regodean
y disfrutan el sufrimiento y la muerte de los demás. Bastante que celebraron
bañados en aguardiente que las personas trabajadoras hicieran largas colas en
las bombas de gasolina; bastante gozaron a sus anchas que los pobres hicieran
largas colas para adquirir una bombonita de gas y subirla en el lomo a los
cerros; tuvieron sus infernales orgasmos viendo como morían muchos porque no
podían llegar a centros de salud por falta de gasolina. Son los mismos que
prefirieron botar millones de litros de leche para que los niños hijos del
pueblo no la tomaran y “cayera el tirano”.
Tengo obligatoriamente que
recordar con orgullo como este maravilloso bravo pueblo prefirió cocinar con
leña, sufrir y aguantar penalidades antes que bajar la cerviz ante esos malos
de corazón que pretendían arrodillarlo por hambre y penurias.
Pónganse una mano en el corazón,
piensen, razonen y díganme si tengo o no razón cuando afirmo que tengo el
presentimiento que la triste tragedia de Amuay – y todas las que se presenten -
pudiera haber sido causada voluntariamente, con muy mala intención, por esos
criminales asesinos que representan lo más indigno de la antipatria.
Si no les basta lo dicho, vayamos
fuera del petróleo en sí. Ellos fueron los mismos traidores a la patria que
invirtieron gruesas sumas de dinero que les provee el imperio para contratar y
traer fuerzas mercenarias al país con la intención de matar al Señor Presidente
de la República y, de paso, causar daños catrastróficos a la nación. Si
pudieron e hicieron eso, sería de poca monta contratar un pequeño equipo de
saboteadores y provocar cualquier desastre – mínimo e insignificante para ellos
– en la industria petrolera o cualquier otra y, por supuesto, crear una
conmoción para aterrorizar los venezolanos. De hecho, ya lo han intentado y lo
han hecho por medio de “servicios contratados” porque son unos maricones
cobardes gallinas sin bolas que no se atreven a hacerlo ellos mismos. Mandan a
los contratados a hacerlo y se esconden donde ni siquiera les llegue un mal
olor a sus delicaditas naricitas.
Todo eso da asco. Todo eso es un
vermífugo. No sigo. No escribiré más sobre esto, no pierdan el tiempo enviando
insultos y denuestos. Si los perros
ladran Sancho amigo, es señal que cabalgamos.
PATRIA SOCIALISMO Y VICTORIA -
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!