Dedicatoria:
a una apreciada amiga uruguaya, quien vivió años en Venezuela, me
interroga sobre nuestra situación en general. Las respuestas
ameritan un espacio mayor y quisiera compartirlo con el resto de mis
aburridas(os) lectoras(es).
Insisto
y redundo, la guerra que nos está acogotando es simplemente bestial
e inhumana. Pero sus efectos serían mucho más catastróficos si no
existiera la MISIÓN ALIMENTACIÓN porque ellos nos atacan, entre
otros frentes, por donde posiblemente más nos duele, la barriga y el
bolsillo. La tortura es diaria y continua y cada día arrecian
inmisericordemente sus carajazos contra el pueblo; el pueblo que
menos recursos maneja. MERCAL, PDVAL y Abastos Bicentenario en
algo sirven para paliar en buena medida los efectos destructivos que
intentan repetidamente de hacernos.
Personalmente,
considero que todas las Misiones son sociales incluyendo la que
impulsa la construcción, mejora y ampliación de infraestucturas;
autopistas, carreteras, ferrocarriles, los llamado Metro Cable
(funiculares a los cerros donde habitan los pobres, los excluidos
para liberarlos del sufrimiento de subir y bajar escaleras, sobretodo
aquellos con discapacidad), aunque ya mencioné en el escrito
anterior, la MISIÓN VIVIENDA y la MISIÓN BARRIO NUEVO –BARRIO TRICOLOR que mejora, rehabilita, remodela, amplia, repara
viviendas en los barrios sempiternamente abandonados y la cual, por
cierto, ya ha dignificado más de medio millón de unidades en tan
solo dos años y cuya meta es llegar a 3 ó más millones.
Vayamos
a otros aspectos siempre relegados a algo más allá del llamado
segundo plano. Me refiero a la cultura, la recreación y el deporte
los cuales, por cierto, son DERECHOS CONSTITUCIONALES junto al
llamado Ocio Creativo. Son
ampliamente conocidos los logros en esas materias y solo me referiré
a dos ejemplos: los movimientos musicales y teatrales, el Sistema de
Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles Simón Bolívar y la
Fundación César Rengifo. Tanto
la música como el teatro contribuyen a dar a las personas una
espiritualidad diferente, al igual que el deporte. Se forman
ciudadanos y ciudadanas más disciplinados, moralizados, con una
diferente visión del mundo lo que, sin lugar a dudas, produce
personas más dignas y conscientes. Uno
de los grandes postulados de la Revolución Bolivariana es la
creación del llamado hombre
nuevo.
La oposición, es decir la
ultraderecha rancia criminal y apátrida, logró circunstancialmente
una mayoría en la últimas elecciones para la Asamblea Nacional,
donde son mayoría, cabalgando sobre promesas y ofertas falsas y ya
en tres meses de actuación no han producido un solo acto tendiente a
la solución de tantos problemas acuciantes; al contrario, solo han
hablado, descubierto sus planes conspirativos y proponer leyes
totalmente absurdas que, de paso, son anticonstitucionales y sobre
las cuales no hablaré. La oposición está entrampada en sus propias
contradicciones y ambiciones y, es mi opinión, que en nada
contribuirán con el país.
No puede existir diálogo
entre el gobierno y la oposición aunque el Sr. Presidente Maduro ha
insistido desde su primer día en promoverlo y lo ha logrado con
otros sectores; pero, siempre puede haber diálogo cuando existe
entre los grupos contrapuestos, al menos, una idea, un valor que sea
común a ambos. Ese valor existente en todos los países del mundo
es, sin lugar a dudas, el amor a la Patria, de lo cual carece
la oposición venezolana. Ellos son descarados agentes, arrastrados y
desvergonzados lacayos del imperialismo gringo y de los más abyectos
intereses de la oligarquía y la plutocracia local y mundial cuyo
única meta es destruir la Revolución Bolivariana, retomar el poder
y entregar el país; es decir, volver a los desafueros y a la miseria
en que sumieron al pueblo durante casi doscientos años después de
la traición a los hechos meritorios de la Independencia, no solo de
Venezuela sino de la Patria Grande como fue y sigue siendo el sueño
y proyectos de nuestros Libertadores en todo el continente. Una
prueba contundente de cuanto afirmo lo constituye su APOYO al
ridículo decreto de Obama de considerar a Venezuela como una amenaza
inusual y extraordinaria a la seguridad de los Estados Unidos que le
abriría el camino a una invasión, tal como efectivamente lo han
hecho ya en otros países del orbe. Para mí, ese apoyo al decreto
imperial es TRAICION A LA PATRIA que definitivamente los descalifica
inclusive como ciudadanos de esta nación.
De lo dicho en el párrafo
precedente se desprende la tenebrosa idea que podríamos llegar
inclusive a una guerra civil. Esa idea nefasta la descarto, entre
otras razones, por dos motivos: en primer lugar, por la consciencia
que ha alcanzado el pueblo venezolano que estoicamente ha soportado y
sufrido los embates de la contrarevolución durante los últimos
dieciseis años; y otra, que también el pueblo está consciente que
de haber esa guerra civil que pareciera ser promovida por la
oposición como su último recurso, seguramente traería consigo una
invasión gringa que los colocaría a ellos en el poder,
invasión con sus bombardeos “humanitarios” y sus “daños
colaterales”, como describirían a los cientos de miles o tal vez
millones de muertos, la destrucción y el saqueo del país como
efectivamente, para desgracia de la humanidad, ya ha ocurrido en
otros desafortunados países.
Redundo y repito hasta la
saciedad, los métodos opositores para alienar al pueblo son
sencillamente bestiales, bajos y carentes de todo escrúpulo.
Querida amiga uruguaya y demás
queridas(os) lectoras(es), aparten de sus mentes esa horrible idea de
la guerra civil en Venezuela. El Eterno Comandante Chávez tuvo el
mérito, entre otros muchísimos, de enseñarnos a pensar, a soportar
estoicamente los sufrimientos, a prevalecer y, sobre todo, a VENCER.
Y VENCEREMOS, ¡CARAJO!
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA
SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ VIVE Y VIVE! ¡LA
PATRIA SIGUE Y SIGUE!
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