Si
quisieras convertirte en “empresario” exitoso que se mete
bastante billuyo al bolsillo y burda de divisas a tus cuentas en el
exterior, al estilo como lo hacen los miembros de fedecámaras,
consecomercio, venemcham, ansa (minúsculas en señal de asco y
repudio) y otras organizaciones explotadoras y expoliadoras, te daré
algunas sugerencias como pensar, que lógica usar para lograrlo.
La
primera idea me la dio alguien a quien accidentalmente escuché, creo
que echando un chiste. Decía: quiero montar una guarapera, si el
gobierno no me da dólares; entonces, que la gente se quede sin tomar
guarapo. Esa es, sin el menor
asumo de dudas una manera de pensar de los “empresarios”. No
quieren arriesgar su propio capital pero si quieren que papá
gobierno les financie sus aventuras. Recuerden
lo que he repetido bastantes veces en estos escritos, la frase
lapidaria muy descriptiva del corrupto Antonio Guzmán Blanco, quien
sin dudas los conocía, en Venezuela no hay empresarios
sino pulperos enfranelaos. Analicemos
friamente y le daremos la razón.
Otro
fue tan descarado como el anterior y, aunque también lo imagino como
chiste malo, no deja de tener relación directa con ese modo de
pensar y dirigir sus acciones a que me refiero. La expresión fue: le
debo dinero a un compadre, le pediré al gobierno que le pague en mi
nombre y, después tal vez le pague yo al gobierno.
Traduzcamos. El tipo le debe plata a otro y pretende que el gobierno
pague su deuda. No nos extrañemos porque eso ya pasó durante uno de
los gobiernos de la llamada IV República, cuando el gobierno
nacional asumió como suya una gigantesca deuda externa privada que,
creo, todavía está pagando la república. Lo curioso de ese caso es
que, supuestamente, ello repagarían al estado en moneda nacional lo
que había pagado en su nombre; pero, como cosa curiosa también,
esos papeles desaparecieron luego y ahora nadie sabe quienes
y a que se comprometieron.
Que
curioso que ahora los nuevos diputados de la derecha golpista
antipatria, lacayos pitigringos. a la Asamblea Nacional están
proponiendo una ley pidiendo lo mismo.
Ambos
ejemplos corresponden a su manera de pensar. Así, con ese espíritu,
es muy fácil ser negociante. Quiero montar un negocio, que el estado
me de dinero para hacerlo, Tengo deudas, que el estado me las pague y
después haré desaparecer los papeles y no devolveré el préstamo.
Como diría cualquier guasón, ¡que manguangua!
Pero
sigamos. Esa misma ley a la que me refiero también pretende derogar
nada más y nada menos que la Ley del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras. Una vieja fea, seguramente otra reprimida sexual,
presidente de la organización mafiosa llamada consecomercio
(minúsculalas idem) declaró y está grabado que la Ley
del Trabajo no puede ser para beneficiar a los trabajadores.
¿Debería ser entonces para beneficiar a los patrones expoliadores y
explotadores? Según ella sí porque sin “empresas” no tendrían
los trabajadores donde trabajar. Olvidó a propósito que ninguna
empresa funciona sin trabajadores. Esos patronos son unos vagos,
nunca he visto ni sabido de ninguno, por decir lo menos, agarrando
una escoba; mucho menos, operando una máquina por no decir cargando
sacos de cemento, maíz o nada.
Ellos
son fervientes partidarios de la Ley del Embudo, lo ancho para mi y
lo estrecho para todos los demás. Papá estado me da dinero para
hacer y deshacer, hago lo que me da la gana, exploto los
trabajadores, no pago impuestos, papá estado me paga las deudas y me
enriquezco a costillas del estado y de
los que expolio, a la gente
que si
trabaja. Repito lo del guasón: ¡Que manguangua!
Y
lo peor de todo es que si el Gobierno les pone alguna condición,
entonces quieren derrocarlo para ellos poner un gobierno servil a su
gusto.
Me
pregunto y les pregunto: ¿Va el pueblo a permitir esas tamañas
inmoralidades?
Antes
de responder esa pregunta, pongamos la mano en nuestros corazones,
intentemos aclarar la mente, sincerarnos al máximo, razonar y luego
expresar nuestra opinión teniendo en mente otra interrogante: ¿Es
bueno para el país, para el pueblo, para satisfacer las necesidades
sociales de tanta gente necesitada de salud, alimentación,
educación, vivienda, infraestructura, recreación y otras
necesidades vitales?
De
nosotros depende. Y tú, ¿que vía tomarás? ¿El odio de los
carroñeros, acaso, o la salud de todos nuestros compatriotas? Si
triunfara lo primero, el daño sería para todos; no sería, sin
dudas, exclusivamente para quienes apoyan la Revolución Bolivariana.
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡ÑA LUCHA SIGUE Y SIGUE!
"La ley del Trabajo no puede ser para beneficiar a los trabajdores" Maldito capitalismo. O se acaba el capitalismo, o se acaba el mundo.
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