La
ultra derecha retrógrada, oligárquica, burguesa, golpista,
traidora, lacaya, pitiyanqui, explotadora y todos los demás epítetos
que quieran agregar se apoderó de la Asamblea Nacional con una
aplastante mayoría mediante una criminal guerra sucia, destructiva
para la cual conjugaron todas las fuerzas más tenebrosas, mientras
que las fuerzas revolucionarias hicieron una campaña limpia y
honesta, o por lo menos, una campaña decente.
Hasta
ahora ningún analista ha mencionado una de sus estrategias más
asquerosas, y me refiero al chisme rastrero. Todos se han referido a
los diferentes tipos de guerra: económica, psicológica, mediática,
paramilitar, eléctrica pero, repito, nadie ha mencionado los chismes
propagados por medios sociales y, peor aún, boca a boca. No
analizaré teoricamente este asqueroso lodazal y me remitiré a un
pequeño número de los que llegué a oír.
- Un elegante “caballero” bien trajeado, con una de esas súper camionetotas, domiciliado en Prados del Este que dragoneaba de cultura y altos estudios hablaba horrores de un alto funcionario del Gobierno que fue ministro y ejecutivo de una empresa del Estado. Al preguntarle como sabía “esas cosas”, tranquilamente me respondió que había estado casado con una hija de ese señor. Todos los circunstantes aparentemente le creyeron pero, da la rara y extraña casualidad que el ministro en cuestión solo tuvo un hijo varón.
- A un alto funcionario del rrrrégimen le atribuyen haciendas por todas partes e ingentes cantidades de ganado; por supuesto, todo adquirido mediante corrupción. En las cercanías del pueblo donde nací le atribuyen tres, una de ellas con 20.000 hectáreas; pero, da la casualidad que esa hacienda perteneció a un tío mío fallecido y mis primos la vendieron a alguien también conocido. Curiosamente solo tiene 16 hectáreas que contienen y han contenido solo algunos potreros de ceba y dificilmente caben muchas cabezas de ganado. Traigo esto a colación porque un amigo, cuya actividad lo obliga a moverse practicamente por todo el país, tuvo la disparatada idea de anotar todas las haciendas atribuidas por los chismosos en todas partes, de punta a punta del país. Al sumar sus hallazgos comprobó que el número total de hectáreas constituyen una superficie casi dos veces mayor a Venezuela y el número de cabezas de ganado supera al de toda Argentina.
- Una vez fui a Cumaná y me aseguraron que un cierto “corrupto” era el propietario del Sambil de Barinas. Curiosamente en Barinas me lo dijeron al contrario, que era propietario del Sambil de Cumaná. Lo raro es que ni en Cumaná ni en Barinas hay Sambil alguno. Se me ocurre que los chismosos creerán que la gente no viaja y, si lo hace, no se fija en nada.
- Ya mencioné en otro escrito el ridículo cuento de los 700 trillones de dólares que tiene una dama en bancos gringos pero, si sumamos todo el dinero “robado” que le atribuyen a la mayoría de los funcionarios del gobierno llegaríamos a la conclusión que somos un país con un elevadísimo PIB y se lo roban todo. Perdonen que hable de mí, pero hace varios años personas, que no sé a ciencia cierta si me quieren o me odian, me querían proponer como candidato a alcalde de mi pueblo. Participaba en esa época en un programa de radio y mis compañeros de trasmisión lo tomaron a chiste, pero la gente lo creyó, se regó la especie y muchos me ofrecieron su apoyo. Lo curioso del caso es que una tarde fui a comprar pan y en el sitio estaba un fulano despotricando en mi contra, me atribuía negocios sucios, el robo nada menos que de una mina de arena (?) y otras tracalerías.“Sabía” eso porque me conocía “desde niño porque estudiamos juntos”. En silencio me incorporé al grupo, el tipo aseguraba que me conocía y seguía hablando. Lo interrogué si de veras “lo” conocía y afirmó positivamente. Me identifiqué y lo amenacé con caerle a garrotazos si me volvía a nombrar y santo remedio. Después supe que era funcionario de la alcaldía, en ese entonces en manos de un mafioso, y presumo que lo enviaron a destruirme antes de tiempo. Lo llegué a tropezar varias veces y con disimulo me miraba como gallina que ve sal.
Tengo
más pero no pretendo abrumarlos y les he contado estos pocos para
ilustrar el enorme daño que hacen, especialmente entre los más
incautos. De nada vale hacer aclaraciones ni responder, después que
se derrama el agua es imposible recogerla; o como diría mi cristiana
abuela, “después de ojo afuera no vale Santa Lucía”. Eso de
regar chismes es propio de gente que debe tener una cucaracha
bailando en alguna circunvolución cerebral. No es de gente sana y ni
honesta.
Finalizaré
con otro cuento que también tiene que ver con el reciente pasado
certamen electoral. Hice mi propia encuesta en el pueblito donde
vivo, entrevisté 30 personas y les pregunté como habían votado, si
conocían al nombre del candidato uninominal y la razón. Los
resultados les asombrarán, tal
vez, digo yo:
Votaron
por la mud (minúsculas en señal de asco y repudio) 29. Ninguno
conocía el nombre del candidato. De ellos, 28 votó
por “el cambio” y 1 porque “estaba disgustado con Maduro por
haber rebajado los precios del petróleo”.
Debo
admitir que este último
fue sincero porque, al explicarle rapidamente como se fijan y
manipulan los precios en el mercado mundial exclamó: ¡¿Eso
es cierto?! ¡Entonces puse la cagada!
Por
el PSUV votó
1, conocía los nombres de
los candidatos, uninominal y por lista, se declaró revolucionario.
Extrañamente era el más joven de los 30.
Saquen
ustedes sus propias conclusiones y gracias por leer mis tontas
elucubraciones.
¡INDPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!