domingo, 6 de marzo de 2011

Reflexiones al voleo

Dedicado con especial afecto a mi camarada Antonio Marín Segovia de Valencia, España.

No me presten mucha atención porque no soy experto en estas cosas; hay muchos que han dedicado inclusive todas sus vidas a estudiarlas, así que me limitaré a como las veo desde mi estrecha perspectiva y corta visión.

El mundo, quien lo puede negar, está sumido en una especie de precataclismo (no sé si la palabra existe y tampoco lo averiguaré) y la gente, como es natural, está también sumida en una atmósfera de pesimismo, todo lo ven horrendo.

Se volvió repetitivo a escala mundial que existe una enorme crisis ambiental y de ella se deriva una crisis alimenticia con su cuota de hambrientos, desnutridos y muertos, lo que a su vez provoca una crisis política ante la incapacidad de los gobiernos para orientar sus acciones hacia la satisfacción de las necesidades humanas. Todo se entremezcla y surgen las crisis económicas y financieras con sus lógicas secuelas de desempleo, caidas de la producción, desmejoramiento de todos los derechos de los que menos tienen; en fin, crisis sociales por todas partes. Tal como existe a escala de regiones y países, también existe a escala global y algunos de ellos, especialmente los más poderosos, buscan resolver sus problemas quitándole a los más débiles sus recursos naturales poniendo en práctica brutales esquemas de colonialismo de nuevo cuño. Que no se les ocurra ponerles trabas y si se oponen allá va la maquinaria de guerra a expoliarlos a la fuerza con su secuela de más hambre, más destrucción y más muerte. Los ejemplos sobran. Repetirlo es llover sobre mojado. Hasta ahora no he dicho nada nuevo, nada original. ¿Cuántos focos de tensión, destrucción y muerte existen hoy en día?

Los pueblos, entretanto, no son informados adecuadamente sobre lo que ocurre sino que, por el contrario, son infamantemente sometidos a un permanente lavado cerebral para que crean las beatíficas buenas intenciones de los grupos de poder que quieren extender su dominio a escala mundial.

Noam Chomsky, brillante intelectual norteamericano, afirmó que, tal vez, la única manera de detener el fenómeno e intentar salvar a la humanidad de la certera pronta destrucción de la especie humana está en manos de la opinión pública mundial. En teoría, afirmemos que Chomsky tiene razón. Pero, ¿en la práctica, qué podemos hacer para motorizar a la opinión pública mundial?

La respuesta a la anterior interrogante puede parecer a muchos imposible ante el formidable poder de las transnacionales de la información, que dan a diario su receta de muerte a través de sus medios mundiales. Ocultan la verdad cuando va en contra de sus intereses, divulgan medias verdades, verdades retorcidas o simplemente mentiras. El colmo de la mendacidad y el cinismo. La arrogancia se les derrama y malignamente impregna todo cuanto llega a tocar.

El cuadro que resumidamente presento es por demás pesimista. Tenebroso. Oscuro. El anuncio del Apocalipsis. ¡A rezar! ¡A pedir perdón por los pecados! ¡A esperar la muerte cierta! Sin embargo soy por naturaleza optimista. He visto pequeños destellos de luz al final del largo e interminable túnel.

Hace cierto tiempo oí unas reflexiones del admirado y maravilloso líder altiplánico Evo Morales. Hizo gala de sabiduría milenaria acumulada en los genes de su raza cuando afirmó que los movimientos sociales y laborales bolivianos habían luchado durante muchos años para obtener mejoras y reivindicaciones pero, como funciona en todas partes, dejaban las soluciones en manos de los políticos y éstos nunca cumplían. Antes, por el contrario, los reprimían bestiamente cuando querían hacer valer sus lógicas y naturales aspiraciones. Hasta que llegó el día, cuando cansados de tanto engaño y sufrimiento tomaron una decisión lógica: TOMEMOS NOSOTROS MISMOS EL PODER POLÍTICO Y RESOLVAMOS NOSOTROS MISMOS NUESTROS ASUNTOS. Pero, además, se lo comunicaron al pueblo por sus propios medios y el pueblo los apoyó. La opinión pública lo logró.

¡Carajo! Que solución tan sencilla, tan obvia, y nadie más la ha visto nunca en ninguna parte del mundo, a excepción de la tempranamente fracasada consigna aquella de “todo el poder a los soviets”.

En Venezuela, se está llevando a cabo exitosamente un experimento similar estableciendo pacíficamente mecanismos constitucionales y legales que van poniendo paulatinamente el poder, todo el poder, en manos del pueblo. También en Ecuador y más tímidamente en otros países de América. En los lugares mencionados se nota el éxito y los resultados positivos a favor de las grandes mayorías sempiternamente desfavorecidas.

Pero, ¡oh! Para las grandes cadenas mediáticas mundiales eso es obra del diablo y para las elites gobernantes – ojo, dije elites gobernantes, no pueblos – de las grandes potencias capitalistas, todo eso debe ser sometido a destrucción lo más rápido posible.

Hago una cordial y muy cariñosa sugerencia a todos los sabios pueblos del mundo, a nuestra manera y con nuestras propias características y peculiaridades, pongamos en práctica LA SOLUCION BOLIVIANA, mandemos los políticos tradicionales al mismísimo carajo y tomemos nosotros mismos las riendas del poder. Solo así tendremos lo que queremos. Anteriormente, lo afirmó también el infinito uruguayo José Gervasio Artigas, NO DEPENDAMOS SINO DE NOSOTROS MISMOS.



PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

1 comentario:

  1. En relacion al comentario dejado en mi blog. De verdad que un español no puede mas que sentir envidia hacia Venezuela por las cadenas informativas como Telesur o Venezolana de TV que sirven, como dices, de antidoto al veneno de las televisiones del capitalismo (ademas de un partido revolucionario como el PSUV que construye cada dia revolucion).

    Saludos

    ResponderEliminar