Confieso que estaba preocupado y asustado. Tenía muchas dudas y es lógico tenerlas cuando se desconocen los detalles que rodean a cualquier problema. En primer lugar no sé nada del mapa geológico de la mina, la composición y el perfil de las capas, los equipos disponibles y las características de los pertrechos de supervivencia. Pero, además, me hacían dudar algunos eventos que se desarrollaron a todo lo largo del acontecimiento, desde el mismo momento cuando los mineros quedaron atrapados hasta que se decidió emprender las perforaciones y, luego, la forma como informaban que se desarrollaba el proceso. Me alegré mucho con el feliz desenlace, se salvaron treintitrés valiosas vidas.
Hagamos el análisis de mis dudas y, repito, solo tengo como base las informaciones transmitidas por los medios. Si no lo hicieron adecuadamente, allá ellos. En primer lugar, desde el punto de vista técnico existen los medios y los recursos, ambos fehacientemente probados, para realizar la operación corriendo riesgos mínimos. Con los equipos disponibles, sismógrafos, equipos para tomar muestras de los esquistos, instrumental para análisis de suelos, etc., cualquier geólogo no muy experimentado puede elaborar sin mayores problemas un mapa geológico y un perfil detallado de los estratos. A partir de ahí puede también elaborar sin mayores problemas teóricos un plan de perforación, prever las probables dificultades y sugerir las correcciones. Hoy en día es común ejecutar perforaciones exitosas a profundidades muy superiores a los 700 metros. Un ejemplo concreto es la perforación de pozos petroleros que en casos extremos han llegado hasta los 8000 metros y más.
Vayamos al caso casi cronológicamente. Me dio la impresión que en cierto momento, al principio, habían decidido no hacer nada y dejarlos morir. Recordemos que el responsable de la mina intentó lavarse las manos y la reacción del gobierno fue muy tibia, casi eludiendo su propia responsabilidad. El gobierno solo se decidió a actuar, con muchas vacilaciones, cuando el resto de los mineros chilenos se pusieron en huelga. Una huelga general indefinida de los mineros sería una catástrofe para Chile que deriva la mayoría de sus ingresos del cobre y otros minerales. De esa huelga se hace un silencio casi total, no se divulga prácticamente nada. Casi se dio por terminada la búsqueda de los hombres atrapados y se llegaron a dar muchos pronósticos dando casi como imposible la posibilidad de encontrarlos con vida.
Apareció entonces una nota milagrosa informando que lo 33 vivían. Coincidencialmente en esos mismos momentos legaba a cierto nivel de clímax el problema con los mapuches, su larguísima huelga de hambre, las protestas y manifestaciones en todo Chile y los apoyos internacionales. Entonces y solo entonces, los medios de difusión chilenos emprendieron una vasta campaña informativa sobre los mineros enterrados, lo que hizo pasar el problema de los mapuches a segundo, a tercer plano, a olvidar a los mapuches. ¿Qué habrá pasado con los mapuches? Ellos también son seres humanos y el gobierno ultra derechista chileno les ha violado flagrantemente todos sus derechos.
A mi manera de ver, e insisto nuevamente que me baso en las informaciones recibidas, a partir del momento cuando hicieron pública la decisión de proceder al rescate, se tomaron las cosas con mucha calma con el fin de que la campaña propagandística se prolongara en el tiempo. Eso lo demuestra el hecho difundido de haber intentado varias vías para llegar a los obreros y el señalamiento obsesivo de las dificultades, ciertas o aparentes, que justificaban el retraso. ¿Y los planes? Me hicieron creer que “piratearon” porque desde un principio todo debía estar técnicamente claro.
Llegué al convencimiento de que los chilenos no disponían de equipos adecuados y que todo lo estaban haciendo con tecnología muy vieja. ¿Lo dudan? Tuvieron que pedir al extranjero las perforadoras y otros equipos auxiliares que fueron operados por técnicos extranjeros incluyendo un asunto meramente propagandístico, los fulanos expertos de la NASA para darle más realce y más brillo ante los ojos de los ignorantes. ¿Para que carajo tenían que contratar expertos de la NASA? ¿Acaso se trataba de cosmonautas y de naves espaciales en dificultad en el espacio extra terrestre?
El tipo de perforadora usado en el caso que nos ocupa es producido por la empresa Sherman, el modelo T 130 para uso petrolero hasta 1000 metros. En Venezuela desde hace años existen modelos más avanzados para esos menesteres. Los chilenos debieron adquirirla o alquilarla y contratar operarios extranjeros para solucionar el problema. Obviamente, eso los retrasó. Sin embargo, la cobertura de los medios de la llegada de la maquinaria y otros equipos auxiliares mereció un despliegue fenomenal.
Al final me asusté de verdad. Una vez perforado el pozo hasta el refugio subterráneo, cerca de 700 metros, divulgaron que solo lo iban a encamisar 90 ó 100 metros. ¿Por qué tan poco? ¿Y si ocurría un derrumbe interno? Tragedia total, el pozo se taponaría. La única razón que se me ocurre es que estaban seguros que atravesarían capas de roca pura, basáltica o granítica. Pensando mal, ¿les importaba realmente la vida de los obreros?
A todos aquellos que estoy seguro me atacarán porque afirmo que todo no fue más que un burdo espectáculo propagandístico del gobierno ultra derechista de la burguesía chilena, los voy a desilusionar de antemano. Mi próximo escrito se basará únicamente en opiniones de sus muy admirados gringos y, para comprobarlo, les daré las conexiones a Internet para que lo verifiquen. Así que, pendientes.
Escuas: ataquen. Los espero. Si los batuqueo no chillen.
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!
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