¿Escuas, quinta, infiltrados?

En mi cuenta Twitter @torresburundang escribí “El gerente de Bicentenario en Barquisimeto debe ser escua, infil, quinta. Sería bueno hacerle seguimiento. Faltan productos vitales. ¿?“

Es cierto, me salió del alma ese corto comentario ante la gran desilusión que me produjo una serie de fallas durante mi última visita de compras a los Abastos Bicentenario de Barquisimeto. Fallas de diverso tipo. Fallas de productos vitales o no, fallas en el servicio, fallas en la atención. Pero no solo las fallas que describiré en lo adelante. También la profusión de productos de empresas declaradas públicamente enemigas del proceso.

Un buen amigo me dijo con tono sarcástico que había leído mi comentario, pero, que no eran los escuas quinta que estaban infiltrados, que eran los propios gerentes chavistas no solo en el Bicentenario de Barquisimeto, que el problema era común en muchas dependencias del gobierno en todo el país. No me quedó más remedio que darle parte de la razón. Es cierto. Yo lo he sufrido. Así que, espero que mis copartidarios me destrocen, me acusen de traidor, me acusen de lo que les dé la gana, pidan a gritos mi expulsión del partido, me corten la cabeza, me excomulguen, que, que, que…

Para colmo, yo que no leo El Nazi o nal, por accidente cayó en mis manos un trozo del mismo de fecha 29 de Agosto de 2010 y en la página 5 Deportes, me encuentro con un aviso publicitario a media página impar, de los más caros, ¿saben de quien?, no se sorprendan, búsquenlo, de ¡Bicentenario!

Cuando fui de compras, las fallas de productos me obligaron a ir a un supermercado capitalista para abastecerme. No había harina de maíz, arroz, café Venezuela, aceite Diana, margarina, salsa o pasta de tomate producidos por EPS. Ah, pero sí había abundantemente harina Pan, arroz y pasta Primor, Mazeite, jabón Las Llaves y otros productos Polar. También había abundancia de Maizoritos y otras porquerías chatarra de las que produce Alfonso Rivas & Cía., la de la maizina Americana. La empresa del golpista aquel.

Habían anunciado productos económicos y de buena calidad para satisfacer las necesidades escolares. Pues, brillaban por su ausencia. No había, por supuesto, resmas de papel de Invepal pero sí había Alpes y otra marca colombiana. De lo poco que había para los niños, todo a precios muy por encima de lo anunciado con motivo de las ferias escolares.

En cuanto a la atención por parte del personal, solo soltaré dos perlas. Como no había carne (queso tampoco) en los anaqueles, pregunté a un carnicero la razón. No me la dio. Puso cara de estúpido y me soltó casi una grosería. Otra perla: para atender un gentío, solo había tres, sí, tres cajeras disponibles. Inútil decir que las tres colas para pagar eran infernales.

El problema no es solo de Bicentenario. Inútilmente hice varias llamadas telefónicas a un ministerio intentando comunicarme con la biblioteca. Después de varios intentos, por fin hablé con alguien quien me sugirió que les enviara un fax. Por lo visto, ese burócrata no sabe que los fax pasaron de moda hace tiempo. A las mil y quinientas logré convencerlo para que me diera un correo electrónico. Es cierto, me lo dio. Envié el correo y después de dos semanas sin respuesta alguna envié otro. Ya perdí la esperanza que me respondan. Cuando viaje a Caracas trataré, si es posible, de encontrar personalmente la respuesta que busco. Similar me ha pasado con otras instituciones. No ocultaré los nombres. Ministerio de Agricultura y Tierras, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias; Ministerio de Energía y Petróleo, PDVSA, PDVSA Gas, Inapymi, Sudeban, Fondo Bicentenario. Amigos, da tremenda “arrechera” perder tiempo pegado de un teléfono para que nadie lo atienda y si atienden, nadie sabe nada. Los 0800 están de adorno. Si se envía una correspondencia, no responden. Ni siquiera siguen las normas de la más elemental cortesía, no acusan recibo.

Me dirán algunos, creyéndose dueños de la razón, que no debo hacer público estos comentarios. Cierto. Debería transitar los caminos regulares. Pero, ¿Cómo hago? Lo he intentado en numerosas ocasiones. He perdido la cuenta de los correos que he enviado a muchos dirigentes del PSUV. Ellos tampoco responden. No sé a quien acudir en mi pueblo, en mi municipio, en mi estado, en toda la nación. Escribir al Presidente es tiempo perdido. Los burócratas a su alrededor forman un impenetrable escudo y no le llega nada. También lo he intentado.

He tratado a través de los medios públicos del estado. VTV y VIVE no responden. RNV Caracas me sugiere hablar con los reporteros. Ellos dicen que solo siguen la pauta que les da el MINCI. ¿Cómo es eso? Los reporteros deben andar en la calle a la caza de la noticia. Con razón los noticieros de los medios del estado son tan insulsos. Repiten y repiten entrevistas a ya gastados personajes que solo se dan auto bomba promoviéndose a sí mismos. (Me quedó bueno el pleonasmo que “cometí”. Agárrense de eso para destrozarme)

Hasta ahora muestras de experiencias personales. También conozco las de otros. Miembros de mi comunidad han intentado denunciar problemas graves ante los oídos sordos de la Fiscalía, Defensoría del Pueblo, Alcaldía, Gobernación y, para colmo, ante un Juez. Introdujeron un recurso de amparo. Se supone, se cree, que es una diligencia en búsqueda de una solución perentoria. Pues bien, ha pasado todo UN MES y la respuesta es - ¡vaya, acertaron! – ninguna.

Conclusión: estamos desamparados ante la inutilidad de los burócratas. Son un problema, no una solución. ¿Qué habrá pasado con las 3R?

Petición urgente al Ciudadano Presidente Chávez: por amor a Dios, promulgue un decreto, cuanto antes, PROHIBIENDO LOS PENDEJOS. Estorban. Imposibilitan la vida.


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS! (a pesar de ellos)