¡Al
fin! ¡Llegó la caja del CLAP! ¡Llegaron las cajas del CLAP!
Después de larga espera, promesas, vaticinios, augurios y mentiras,
llegaron. Cundió la alegría y, también, algo de desilusión. Los
productos, todos mejicanos. Producidos y empacados en México,
excepto el arroz de origen gringo tal como lo señala el empaque. De
los costos y precios, se mencionan en otro escrito.
¿Qué
salta a la vista?
Depende
de quien analice. A mi, lo primero que me llamó la atención es que,
tal vez debido a las regulaciones mejicanas, lo que nosotros llamamos
permiso sanitario no existe o la obligación legal de mostrarlo.
Ningún empaque señala nada al respecto tal como estamos
acostumbrados con los productos venezolanos. Nuestra regulación
establece que todos los productos alimenticios deben contar con el el
debido Permiso Sanitario; el cual se concede, por parte de las
autoridades sanitarias venezolanas, después de un análisis por su
parte.
Ante
esa ausencia, me pregunto: ¿tienen esos productos mejicanos algo que
se asemeje a nuestros controles sanitarios? ¿Pasaron esos productos
por algo parecido antes de permitir su entrada al país? Inclusive,
nuestras regulaciones se lo exigen todos los productos importados.
Entiendo la urgencia y la celeridad del procedimiento para traer esos
productos en vista del saboteo de los empresarios locales para
entorpecer el abastecimiento; pero, si no pasaron por ningún
procedimiento sanitario estaríamos ante una violación flagrante de
nuestro ordenamiento legal. De ser así, ¿quien lo ordenó? ¿por
qué? Se me ocurre pensar que para exonerar de ese requerimiento a
una o varias importaciones de emergencia por las razones que sean, se
debe contar previamente con un documento emitido por una autoridad
competente, sea decreto, providencia, resolución o como se llame. No
saltárselo a la torera.
No
discutiré lo que llamo antes la celeridad requerida ante las
condiciones que actualmente prevalecen en nuestra sociedad. No
obstante, opino que saldría mucho más barato comprar los productos
a granel (con su correspondiente documentación sanitaria) y
empacarlo localmente, lo que generaría los consiguientes puestos de
trabajo. Nada de comprarlos empacados, especialmente granos, azúcar,
aceite, etc.
Debo
también referirme a la calidad. No digo que sea mala. Digo que no
son los niveles de calidad a los que estamos acostumbrados, salvo
algunos casos concretos que son, generalmente, iguales, tales como el
arroz. Lo más resaltante al respecto es la harina de maíz. Señores
compradores, la harina de maíz que nosotros usamos para nuestras
arepas es casi única en el mundo, ustedes compraron harina para
hacer tortillas mejicanas. Les explico, nuestra harina para hacer
arepas la inventó y patentó el insigne Dr. Luís Caballero Mejías
no es cualquier harina y somos practicamente los únicos en el mundo
que la elaboramos y, llegando a este punto, no mencionaré para nada
los delitos cometidos por Empresas Polar, lo cual he hecho en otros
escritos en este mismo blog. Nuestra harina se diferencia de la
harina de maíz elaborada en cualquier parte del mundo. Otras son
granos molidos a diferente granulometría y tienen su uso específico.
La venezolana es maíz cocido, molido húmedo y luego esa masa
deshidratada, siendo esa la razón por la cual se recompone la masa
al echarle agua. De ahí viene esa magia propia de nuestras arepas,
el sabor, la textura y el olor a los que estamos acostumbrados. Otras
harinas de maíz de otras partes del mundo pueden ser de excelente
calidad - no lo pongo en duda – pero simple y llanamente no son
para hacer arepas.
Espero
que las próximas cajas CLAP – ignoro cuando podría ser la próxima
– vengan con productos que no dejen dudas respecto a su
correspondiente registro sanitario, que sean de calidad compatible a
nuestros gustos y; por supuesto, productos comprados a granel y
empacados en el país. Generar puestos de trabajo debe ser prioritario
a todos nuestros planificadores. También espero que los precios
estén en líneas con sus costos reales y, como quiera que
puntualmente se trata de productos importados, saber la tasa de
cambio usada para calcular sus precios en bolívares.
¿Estoy
pidiendo mucho? Me respondo a mi mismo, no lo creo. ¿Qué opinan
ustedes, queridas(os) lectoras(es)
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
Saludos. Estoy totalmente de acuerdo. Ciertamente no hay control sanitario con esos productos ni con muchos otros que en la actualidad han salido al mercad nuestra salud es lo primordial. Tengamos conciencia, humanidad y amor compasivo con estas herramientas los efectos de nuestras acciones serán en pro de todos.
ResponderEliminarGracias amiga. Un saludote afectuoso. Como siempre certera en tus apreciaciones que sirven, ¿quien lo duda? a mejorar mis opiniones.
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