sábado, 22 de marzo de 2014

Las guerras económicas. ¿Cómo superarlas? - Séptima parte



Realmente no sé como ganarlas. No seré yo quien diga cómo porque para eso hay más que suficientes cerebros expertos en esos menesteres en los altos mandos políticos estratégicos y tácticos del Gobierno y de la Revolución.

Me dirán algunas(os) lectoras(es) el para que las(os) molesto escribiendo posibles pazguatadas. De una buena vez les anuncio que mi intención es el de estimularlas(os) a sugerir las posibles soluciones que vengan a sus cabezas, no importa lo disparatadas que puedan inicialmente parecerles. ¿El motivo? Ustedes lo saben, el pueblo es sabio y bien lo dijo El Libertador hace casi 200 años: más creo en el tino de los pueblos que en los consejos de los sabios.

La única idea que se me ha ocurrido hasta ahora es la de proponer la descarga de los camiones que surten los puntos de venta durante la noche. Al día siguiente amanecerán los productos en los anaqueles, todo parecerá normal y, ojalá, se vaya disipando la angustia compulsiva de las compras nerviosas. No le hagamos el juego a los productores/distribuidores ni a los detallistas.

Tal vez me atreva a proponer lo que mucha gente dice en la calle, no pagar los precios especulativos. Pagar lo normal, lo que se debe, dejar los productos en la caja y que ellos los acomoden en los anaqueles. Cuando vean que las ventas disminuyen tomarán sus acciones para intentar recuperarlas y, ojalá, tengan el buen criterio para entender que la razón de la caída de sus ventas radica en los altos precios que pretenden cobrar. Que se les pudran los productos perecederos, que se les llenen de polvo y se venzan los otros. Tengamos paciencia porque es una solución que tomará su tiempito.

También se ha hablado de evitar las compras nerviosas. Acabemos de una buena vez con el acaparamiento familiar. Comprar solo lo necesario para que los productos alcancen para otras familias y se vaya desvaneciendo poco a poco el fantasma de la escasez. No ha habido una real escasez sino una perversa mala distribución de los productos fundamentales, los de mayor consumo, los que satisfacen necesidades más inmediatas.

Hay que plantarse con firmeza ante los acaparadores, especuladores, usureros. Rechazarlos y denunciarlos para que les caiga el peso de la ley. Ya verán como se empiezan a moderar cuando vean que unos cuantos de sus colegas son guardados tras las rejas. Muchos de ellos pondrán sus barbas en remojo y se decidirán a ganar menos, pero en libertad.

Sé perfectamente que hay muchos compatriotas que no creen que realmente estamos inmersos en una guerra económica contra el país, contra el Gobierno Revolucionario y contra el pueblo en general. Lamento que muchos compatriotas estén ciegos y sordos y, lamentablemente, son los peores ciegos y sordos que existen, son los que no quieren, porque no les da la real y regalada gana, ver ni oír. Son todos esos, y todas esas, alienados por los medios de comunicación de la burguesía parasitaria lo cual demuestra el éxito parcial de la guerra psicológica que tiene como fin predisponer a muchos en contra de ellos mismos. Son lo que achacan todas las culpas de sus ficticios e implantados sufrimientos al gobierno que los cuida y protege. También sé positivamente que además están impregnados de lo que modernamente se llama racismo social y eso se explica por el simple hecho, fehacientemente demostrado, de que la Revolución Bolivariana le ha dado prioridad, le ha dedicado sus mejores esfuerzos y su mayor inversión a los sectores más desposeídos, los más depauperados, los eternos excluidos de la sociedad. Esos sectores excluyentes consideran casi pecado que a sus privilegios los hayan levemente rasguñado; o dicho de otra forma, no aceptan por nada del mundo que parte de lo que ellos se apropiaban sea ahora dirigido al pueblo necesitado. He ahí la razón en la que se basan para querer deshacerse, por cualquier método, del Gobierno y la Revolución Bolivariana, pero se encuentran y se encontrarán siempre con la decisión de ese pueblo que se impuso una consigna de vida: ¡¡NO VOLVERÁN!!

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS! ¡CHÁVEZ VIVE Y VIVE! - ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!

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