Respondo con cierta
tristeza a un apreciado lector – los aprecio
sinceramente a todos – se esconde tras el anonimato y pretende insultarme
llamándome EMBUSTERO. Reflexiono. He dicho solo verdades verificables y si
alguien las pone en duda existen muchas maneras de comprobarlas. Solo un par de
conexiones en Internet que te sirven para documentarte algo:
Eso por una parte, y por la otra,
pregunto a mi anónimo corresponsal.
¿Por qué te escondes en el
anonimato? No creo que te avergüences de tu nombre propio. ¿Por qué quieres
atrincherarte allí para difamar? Recuerda, no ofende quien quiere sino quien
puede y no me siento ofendido. No has cometido una ofensa. Ha sido un desatino;
sí, un gran desatino. Tampoco te doy consejos, ni te doy nada más allá de la
atención necesaria para despejar dudas porque soy seguidor de la máxima de José
Gervasio Artigas: CON LA VERDAD NI OFENDO NI TEMO. La única razón que encuentro
para desahogar tu rabia por lo que yo afirmé es que seas un oligarca
explotador, hambreador del pueblo con intereses en alguna empresa capitalista
chupasangre que produce alimentos -¿o venenos? – para animales que quisieron en
su momento hacer que los humanos tragaran…y lo lograron. Si no estás
relacionado con esos seres perversos es posible que los admires, que sean tus
ídolos, y no eres el único lamentablemente.
No es mentira que las mismas
empresas promovieron el consumo de perrarina por parte de los humanos. Es más,
en su momento, se sintieron orgullosos de que ello fuera así. Claro, ¡tenían
más compradores y ganaban más!
Son falaces tus argumentos sobre
precio y sabor. Recuerdo que en esa triste época, los retallones de carne que
antes botaban o regalaban – pellejos para perros – los vendían aproximadamente
a Bs. 50 por kilo y la perrarina a Bs. 39. Las empresas convencieron a los
carniceros, generalmente malagradecidos extranjeros para que NO PERDIERAN. Lástima
que no dispongo de estadísticas, pero tampoco las voy a buscar para darte
gusto. ¿Sabes? Dudo también que seas venezolano porque usas algunos vocablos
cuyo uso no es muy común en este país. Ejemplo: tenía años que no oía hablar de
chanfaina. ¿O serás uno más de esos y que venezolanos, que nacieron en
Venezuela, tienen cédula de identidad venezolana pero solo adoran, admiran,
viven y mueren con su podridas mentes y corazones puestos en otras latitudes
con “generosos empresarios transnacionales” generalmente expoliadores de
nuestros pueblos?
Amigo, revísate. Algo anda mal
dentro de ti. Si sabes pensar y hacer deducciones positivas, sí acaso eres
venezolano y algo te duele esta generosa patria haz algo para que se consolide
la Revolución Bolivariana y nadie jamás en esta generosa tierra vuelva a comer
perrarina o nada parecido.
PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA -
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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