¿Por qué seremos tan
estúpidos?
No recuerdo
ciertamente que estímulo recibí antes de escribir en Twitter la oración
precedente en su total extensión como sigue:
¿Por qué seremos tan estúpidos los que nos creemos humanos? Mi amigo
Edgardo Colombo se inspiró en ella y escribió una maravillosa reflexión que
invito a leer en http://mirebuenosaires.com.ar/editorial_del_autor.htm
El, prácticamente, no
solo me invita sino que me incita a decir algo al respecto y desde hace muchos
días la idea me da vueltas en la cabeza.
Se me ocurre que
somos (estúpidos) a conciencia. Sí, lo somos porque nos da la real y regalada
gana de serlo porque con muy buen ánimo nos negamos de plano a aceptar sanas
enseñanzas, recomendaciones, sugerencias y consejos para nuestro propio bien. La
consecuencia lógica e inescapable es que terminamos perjudicándonos con mucho
de lo que hacemos para sufrir las posteriores consecuencias que a su vez, por
efecto natural, se revierten en contra de nosotros mismos.
Sabemos a ciencia
cierta que tomando ciertos caminos ineluctablemente tropezaremos con un muro de
piedra. Pues bien, llegamos a ese muro y en vez de pensarlo dos veces y dar
vuelta atrás, - asómbrense o no – le
damos cabezazos para derrumbarlo y, como es de esperar, terminaremos con el
cráneo roto.
Permanecemos en el
error por propia voluntad y decisión autónoma. Alguien dijo una vez que “la
inteligencia no consiste en no cometer errores sino en saber aprender de
ellos”. Pues, voluntariamente nos negamos a aprender y nos empeñamos, también
voluntariamente, a caer reiterativamente en los mismos errores. ¿No les dice
nada el adagio aquel que “el humano es el único animal que cae dos veces en el
mismo hueco o que tropieza dos veces con la misma piedra”?
A veces pienso que he
estado en un error al creer que existen seres que parecen humanos pero
realmente no lo son. O sea, tienen características externas de humanos, parecen
humanos, actúan como tales pero no son. Se me ocurre ahora, pensándolo mejor,
que sí fueron humanos pero dejaron de serlo cuando llegaron a la infinitud del
máximo nivel de estupidez. Fue entonces cuando dejaron de ser humanos y se
convirtieron, gracias a sus propias acciones, en “cosas” de esas sin definición
específica aún.
Perdonen mi enorme
prepotencia al todavía creerme yo mismo un humano a pesar de mis errores
reiterativos que me acercan a una de esas cosas que he definido en el párrafo
anterior y, para escaparme elegantemente de la valoración que están a punto de
darme, les daré algunos ejemplos muy pedestres e ilustrar mis estúpidas
elucubraciones.
Muchos estudios
“científicos” nos previenen contra el uso excesivo de bebidas carbonatadas o no
con que nos atiborran las transnacionales refresqueras. Si estas bebidas son
comprobadamente nefastas para nuestra salud, entonces, ¿por qué su consumo
aumenta exponencialmente y las seguimos tragando con no disimulado agrado?
Nos han demostrado lo
mismo de manera análoga con relación a la comida chatarra y seguimos
alegremente atragantándonos pantagruélicamente con esas basuras tan dañinas.
Dos ejemplos
evidentes con lo que consumimos a diario para atormentar nuestras barrigas;
pero, ¿qué pasa en el campo político, económico, social? Al respecto, hemos
sabido desde niños que las oligarquías capitalistas nos manipulan, explotan,
expolian, en fin nos destruyen el alma, la personalidad y la vida misma.
Entonces, estúpidamente me pregunto y les pregunto: ¿Por qué seguimos apoyándolos
políticamente y votamos por ellos aún a sabiendas que estamos atentando contra
nuestro propio futuro? ¿¿Futuro? ¡No! ¡Presente también!
He hecho hasta ahora
solo tres preguntas y podría hacer unas cuantas más. Todas tienen una solo
respuesta, por cierto muy obvia…y la sabemos.
A pesar de todo, la
vida continúa teniendo sus aspectos agradables, alegres, bonitos y
ocasionalmente aceptamos que hemos tenido, aunque sea, una pequeña dosis de
felicidad. También sabemos que la felicidad no está en tener; está en ser.
Pues, seamos. Seamos solidarios, generosos, altruistas, amistosos, etc. Y todo
eso se revertirá con creces. Busquemos la felicidad donde está, dentro de
nosotros mismos y no en ninguna parafernalia exterior para que seamos realmente
humanos y no bípedos erguidos; así, tal vez, dejaremos de ser tan estúpidos.
Ah, olvidaba
mencionarles que las mejores formas para convertirnos en seres totalmente
estólidos están contenidas en refinadas técnicas para engañarnos y para eso
emplean a los llamados “medios de comunicación”, que no son otra cosa que
centros bien concebidos para manipular conciencias.
La humanidad es la
totalidad de los humanos; así que, hagámosnos miembros de ella. En cada nación
elijamos aquellos esclarecidos ciudadanos que nos provean el mejor sistema de
gobierno, como el que sabiamente definió Simón Bolívar el 15 de Febrero de 1819,
en su célebre discurso pronunciado ante el Congreso de Angostura cuando, por
cierto, se creó la República de Colombia, llamada Gran Colombia:
“El sistema de
gobierno más perfecto es aquel que produce la mayor suma de felicidad posible,
mayor suma de estabilidad social, y mayor suma de estabilidad política”.
Perdonen mi estúpida
ignorancia, pero no sé de ningún otro ser humano que haya lanzado al mundo un
concepto ni remotamente parecido.
PATRIA SOCIALISTA Y
VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
Muy bueno . amigo Torres , para mejor ejemplo , EL CIGARRILLO , queres mayor estupidez que pagar para que te mate.-
ResponderEliminarUn saludo desde el paysito , lamentablemente tengo a mi Sra. con ese problema y el conocer tu patria ha debido ser pospuesto
Viva venzuela y viva el pueblo Bolivariano de mi querida Venezuela
Melchor Esmoris