lunes, 7 de febrero de 2011

Hubiese preferido no escribir esto

Perdonen, voy a cometer una infidencia. Mi intención “secreta” era la de no continuar la polémica amistosa con mi corresponsal español mencionado en el artículo anterior. No es falta de ganas, sino que me dejé convencer por alguien quien me dijo que todo lo que yo pueda decir está publicado, al alcance de cualquiera en cualquier parte del mundo, que los que tengan oídos oigan, los que tengan ojos vean.

Lo que voy a escribir no es continuación de ese previo artículo. Una persona muy querida me llamó por teléfono y me espetó que yo describo el país de las maravillas, que exagero, que nada servía en este país, que se estaba cayendo a pedazos; casi llegó a decirme embustero. Ante esa actitud telefónica, me hice el loco y desvié la conversación. Repito, se trata de una persona muy querida y el cariño me obliga a evitar, por lo menos, una discusión.

Tan solo diré a él, y a todos los demás lectores, que repetiré por TERCERA VEZ el último párrafo de mi penúltimo artículo. Ahí va:

“No nos hemos copiado de nadie. Es una preciosa experimentación de aprender haciendo. Ensayo y error. Hemos tenido muchas fallas, hemos cometido muchos errores pero son nuestras fallas y nuestros errores. Los aceptamos y reconocemos. De ellos aprendemos y vamos mejorando poco a poco. Nunca nada será perfecto jamás pero sí mejorarán las cosas”.

Empecé advirtiendo eso, “que hemos tenido muchas fallas, hemos cometido muchos errores,…y también afirmé que “muchos burócratas torpedean, retrasan, sabotean y entorpecen las decisiones gubernamentales”.

Ahora me toca preguntar: ¿Si no hubiéramos tenido fallas y no hubiéramos cometido errores, si esos muchos burócratas no hubieran torpedeado, retrasado, saboteado y entorpecido decisiones, qué no hubiéramos logrado?

¿Hasta donde hubiéramos llegado? ¿Cuáles serían los resultados entonces?

Hay que agregar otra pregunta obligatoria: ¿Cuál sería la visión, de escuálidos o no escuálidos, nacionales o extranjeros, de los que viven aquí y los que no, si no hubiera existido esa demoledora, insidiosa, mentirosa, exagerada, malsana, mal intencionada, destructiva, campaña mediática nacional e internacional que niega sal y agua a la Revolución Bolivariana?

Según ellos, aquí no se ha hecho absolutamente nada. Ellos no ven ni siquiera los puentes como el segundo sobre el Río Orinoco, los miles de kilómetros de vías férreas en construcción, los nuevos hospitales, liceos escuelas y otras obras que son cosas físicas, tangibles, mensurables, fotografiables; entonces, ¿Cómo carajo pueden ver entonces la satisfacción y la felicidad de un despreciable pobre a quien le devolvieron la visión DE GRATIS, que lo tomaron en cuenta, que existe para la Revolución?

Lamentablemente existen espíritus mezquinos. Si ven a su adversario o contrario ideológico muriéndose de sed no le acercan un vaso de agua; por el contrario, son capaces de ofrecerle una lata de anchoas.

Entiendo las razones crematísticas de mi persona querida para oponerse y ser contrario a la Revolución. Solo le pido cariñosamente que se libere de una probable amargura porque ese ácido corroe los más valiosos resortes del alma.

Para terminar voy a declarar categóricamente que lo más importante, para mí, de la Revolución Bolivariana no son las obras físicas ni los proyectos y misiones en marcha. No. Eso no es. Es el hecho histórico y trascendental de estar llevando a cabo una REVOLUCION, ergo, una transformación radical para cambiar el sistema, pacíficamente. Es algo totalmente inédito en la historia de la humanidad. Todo cuanto se intentó anteriormente, en muchas partes, se hizo por vía armada. Con violencia. Con muerte y desolación.

Hay una pequeña diferencia, ¿verdad?


PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!

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