Cuando se destapó el escándalo, el Presiente Chávez fue muy lacónico y tan solo dijo que todo eso es un basurero. Y es muy cierto. Ahora, en este diciembre de 2010, nuestro país está sumido en una catástrofe causada por los efectos del cambio climático, espantosas inundaciones y deslaves han causado mucho daño en casi todo el país y, realmente, no tenemos tiempo ni ánimo para estar hurgando esa podredumbre.
Muchos se han sorprendido por el contenido de la correspondencia cruzada entre los funcionarios del gobierno de los Estados Unidos y el personal de sus embajadas en casi todo el mundo. Quizás los venezolanos seamos de los pocos a quienes no nos ha sorprendido en lo más mínimo. Lo comprobamos hace tiempo, y para ser más precisos, el año 2002. No tan solo lo sabíamos sino que lo dijimos pero pocos nos creyeron y ahora el tiempo nos da la razón.
¿Qué hemos dicho desde entonces?
La verdad verdadera. El imperio miente, instiga, intriga, manipula, coacciona, amenaza, desestabiliza y una larga cadena de actos criminales contra todos aquellos países que no se arrastran y obedecen sus mandatos, o mejor dicho, de sus corporaciones. La historia, especialmente la de Latinoamérica, está llena de dolorosas intervenciones a lo largo de todo el Siglo XX y lo poco que va del XXI. Gobierno y pueblo que no se les somete incondicionalmente es sujeto de desestabilización, saboteo, bloqueo, intervención y, en último caso, invasión armada. Para ello se han valido y se valen de cuanto truco sucio puedan inventar. Las más evidentes, la mentira, la calumnia, la difamación.
A cualquier funcionario se le ocurre cualquier pretexto para quitarse de encima un gobierno que no se les somete incondicionalmente e inmediatamente ordena crear un estado virtual paralelo al estado real. Eso se logra mediante los medios de comunicación, lo que se suele llamar matriz de opinión porque es preciso justificar esas acciones ante una supuesta “opinión pública” que, casualmente, resulta no ser más que una piara de coprófagos que se comen todas las mentiras sin tomarse el tiempo de analizarlas porque ya los tienen acostumbrados a esa dieta.
El segundo paso, una vez inventado el pretexto, es pagarle a un grupo de opinadores y periodistas generalmente traidores a sus propios países, crápulas apátridas, entrenados en los EEUU para que divulguen lo que les ordenan.
El tercer paso, los funcionarios de la respectiva embajada replican esos embustes con el calificativo de “opinión pública en el país respectivo”. Milagro. El pretexto inventado por el burócrata para justificar la o las acciones que le dé la gana, generalmente en beneficio de alguna corporación, se convierte en política del gobierno. El próximo paso, naturalmente, es hacer todo lo imaginable o inimaginable para torcerle el brazo al gobierno que se trate. Si no se somete de inmediato, vienen las presiones cada vez más crecientes. O cede o se jode.
Pero la realidad latinoamericana está empezando a cambiar. Han aparecido ya algunos pueblos díscolos, concientes de la realidad, cansados de ser vejados y escarnecidos que han elegido gobiernos que defienden sus intereses.
En Venezuela el pueblo se cansó y se alzó. Para los amigos de otros países que no lo saben, eso terminó por explotar en 1989. El llamado Caracazo fue una insurrección popular espontánea que resultó, históricamente, la primera contra las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, ergo del imperio, sus programas de ajuste y la imposición de las desgastadas y nefastas políticas neo-liberales que tanto daño han causado en todo el mundo.
La insurrección fue aplastada a sangre y fuego pero el pueblo venezolano no fue vencido. A posteriori vino la insurrección de la juventud militar que fracasó pero tampoco fue vencida. La consecuencia directa fue la victoria popular de Hugo Chávez en las elecciones de finales de 1998. Desde 1994 se inició la campaña artera y puerca contra Chávez y lo que él representa y continúa hasta nuestros días. El país ha sufrido todos los intentos por quitar a Chávez del camino y retrotraernos a la situación anterior de dominio y sumisión.
Chávez y el pueblo han resistido todos los intentos incluyendo el golpe de estado de 2002 y criminal paro sabotaje petrolero de finales del mismo año y comienzos del 2003.
Todos estamos concientes de los desesperados intentos del imperio para lograr sus fines pero el pueblo venezolano ha prevalecido. Es por ello que estamos al tanto de todos los trucos sucios que los gringos han intentado. Lo que Wikileaks hace público ahora es del conocimiento de todos en Venezuela desde hace tiempo. No nos ha sorprendido nada. Antes, por el contrario, lo habíamos denunciado al mundo y lo seguimos haciendo todos los días.
Estoy seguro que algunos en muchos países pondrán en duda lo que afirmo. Me remito entonces a las pruebas que encontrarán en Internet. Busquen los libros escritos por Eva Golinger y otros autores, las páginas de Hands Off Venezuela, Venezuela Annalysis y muchas otras, la película irlandesa La Revolución no será transmitida, las de Michael Moore y Oliver Stone y muchos otros documentales. Eso sí, no busquen nada en CNN, Fox, ninguno de los “grandes” medios impresos tales como New York Times, Washington Post, Wall Street Journal, The Guardian, Le Figaro, Clarín, El Mercurio, etc. Mucho menos en periódicos nazi falangistas del Grupo Prisa de España que todavía sangran por la herida porque el gobierno del Presidente Chávez les haya impedido seguir con el negocio que tenían en Venezuela con los textos escolares de la Editorial Santillana que falsean la historia de Venezuela.
Los medios de todo el mundo incluyendo los de Venezuela han sido los más grandes y fieles aliados del imperio. Creen modelar la opinión pública pero los venezolanos no nos comemos más el cuento. Su mundo, el de los medios, es irreal, totalmente virtual. Lo reciente de Wikileaks solo confirma de manera oficial lo que nosotros sabíamos desde hace tiempo. No ha sido ninguna sorpresa. Los sufrimientos que ahora soportamos por la inclemencia de la naturaleza contribuyen a que, como dice la expresión popular, no le paremos bolas a las revelaciones de Wikileaks. De hecho, hace tiempo que estamos cansados de la escatológica basura producida por los gringos. Nos preocupa más la limpieza de la atmósfera y la primera porquería que hay que limpiar es a ellos mismos.
Advierto que me refiero al gobierno y los poderes fácticos del imperio. Jamás al pueblo de los Estados Unidos que viene, de hecho, a ser la primera víctima y ellos, tarde o temprano, lo entenderán. Ojalá sea pronto.
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE - ¡VENCEREMOS!
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