El
título de este escrito es un segmento de la estrofa final del bello
poema ElCredo del insigne poeta caraqueñísimo Aquiles Nazoa, que dice
así:
creo
en la amistad como el invento más bello del hombre,
creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y en fin,
creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama..
creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y en fin,
creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama..
Yo,
y muchos más, creemos fielmente en los poderes creadores del pueblo
y, ¡vaya que nuestro pueblo es creador! Es creador ilimitado y
excelso cuando se le motiva, cuando hay un acicate y cuando es
compelido a crear. A esos poderes creadores del pueblo quiero apelar
ahora, en el medio del fragor de la lucha en la cual estamos inmersos
por voluntad de quienes siempre han sido nuestros opresores,
explotadores, represores; de quienes nos han negado todo y pretenden
seguir imponiéndonos su pernicioso yugo.
Hay
muchos que no entienden que actualmente estamos siendo sometidos a
una cruel y despiadada guerra económica aderezada con su complemento
psicológico, mediático, violento e inclusive amenazados seriamente
con una guerra también militar. Hay otros que sí lo entienden pero
participan en ella y nos agreden sin dar tregua ni cuartel. El
incesante asedio contra todas nuestras fuerzas es permanente durante
las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 30 o 31 días
del mes y los 365 o 366 días del año y, como quiera que disponen de
un inagotable arsenal muy bien provisto con dólares del imperio,
ferozmente nos asedian con sus medios de alienación colectiva y
todas las armas sucias que los pérfidos han inventado y siguen
inventando.
No
requiere demostración alguna para afirmar que la burguesía nos
tiene sometidos a una guerra hambreadora porque controla los medios
de producción en Venezuela y las cadenas de distribución; por lo
que, sin grandes esfuerzos nos coartan y cortan el acceso a todos los
bienes necesarios para la vida o, dicho en otras palabras, nos niegan
los productos con dos ardides; uno, producen menos y, dos,
estrangulan los canales para que los productos no lleguen a los
consumidores.
Y
es aquí donde precisamente acudo a los poderes creadores del
pueblo. Recordemos el paro sabotaje petrolero de 2002/2003. En
ese período, ellos estuvieron en paro con las santamarías cerradas;
ahora, también están de paro con las santamarías abiertas y
disimulan y disfrazan el asunto, con lo cual de manera perfidamente
sabia, culpan al gobierno por lo que ellos hacen en detrimento del
pueblo que sufre las consecuencias. No obstante, en esa época
mencionada, el pueblo apeló a sus poderes creadores y
suplantó y reemplazó muchísimos productos elaborados por la
empresas de los capitalistas burgueses y, sin dudas, aminoró su
sufrimiento. Hagan memoria y recuerden esa memorable lucha en la cual
el pueblo sitiado derrotó una de las mayores y despiadadas infamias
que la patria ha sufrido.
Pongamos
de inmediato a funcionar los poderes creadores del pueblo para
producir YA lo que necesitamos. Hagamos un esfuerzo para crear e
innovar. Son tantas las cosas que podemos producir de inmediato con
recursos y materias a nuestro alcance. No hablo de imposibles, hablo
de las cosas más sencillas (otra idea de Aquiles Nazoa), hablo de
producir caramelos, galletas, golosinas, bebidas, alimentos variados;
jabones, pasta dental, desinfectantes, escobas, cepillos; ropa,
zapatos, adornos diversos, peines, ganchitos para el cabello;
juguetes y una muy larga etcétera que dejo abierta a la imaginación
de todos y todas.
¿Y
las cadenas de distribución?
¿Qué
tal si los Concejos Comunales y las Comunas se encargan de eso?
Pero,
con una condición. Cuando alguno de estos entes populares distribuya
lo que el pueblo requiere es muy importante imponer a los detallistas
una expresa condición so pena de no venderle más productos: vender
al pueblo a precio justo.
Pongo
un ejemplo. Supongamos que equis Concejo Comunal distribuye café a
un grupo de detallistas, digamos panaderías y otros quienes venden
tazas de café al público. Pues bien, se les vende el producto a
precio justo y éstos se comprometen a vender al público a un
determinado precio, también justo. La contraloría social los vigila
y si infringen el compromiso, sencillamente no se les vende más café
y, de paso, se les señala publicamente como especuladores enemigos
del pueblo.
Producción,
distribución y menudeo controlado por el pueblo en beneficio del
pueblo. Mi clamor es que entendamos estas sencillas ideas y las
pongamos en práctica. La experiencia adquirida permitirá incorporar
paulatinamente más productos a ambas cadenas, a la cadena productiva
y a la cadena distributiva.
Echemos
pues la abulía, la pereza y la flojera a un lado. Hagamos una
pequeña prueba en cada comunidad y, seguramente, nos entusiasmaremos
con los resultados.
Camaradas,
recordemos siempre que p'alante es p'allá. Como decimos en
criollo, a echarle pichón...y ¡ya!
Finalmente,
ruego a mis queridos(as) lectores(as) divulgar y, si posible, mejorar
estas ideas. Sería por el bien de todos. Derrotar a la burguesía
depredadora, explotadora, hambreadora, chupasangre, apátrida y
traidora es vital para la salud de la patria.
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!