¿Y qué hablar de Chile? ¿Acaso no
emprendieron una desquiciante guerra económica contra el gobierno socialista
del Dr. Salvador Allende? ¿Acaso no existe abundante información sobre la
aberrante intervención gringa para derrocar un gobierno violando la decisión
del pueblo chileno? ¿Es que a estas alturas van a negar u ocultar el contubernio
de las empresas gringas y los traidores empresarios chilenos ultraderechistas?
¿Dónde dejan los documentos “secretos” de la ITT? (Pueden descargarlos desde http://aporrea.org/media/2009/07/Documentos-Secretos-de-la-ITT.pdf ) Y más
modernamente, las declaraciones públicas de Von Haieck cuando afirmó que “las
teorías neoliberales solo eran aplicables en Chile porque existía un Pinochet”.
Mi corresponsal tiene razón, no fue solo guerra económica, fue mucho más
que eso; fue, además, terror psicológico, guerra con agresión criminal,
bombardeos, ejecuciones, desapariciones en masa, exiliados, desterrados, muerte
por doquier. Punto y aparte merece la despiadada guerra mediática encabezada
por los reaccionarios empresarios dueños del diario El Mercurio y otras
publicaciones, además de la radio y TV.
Hay varias frases que reflejan
fielmente el espíritu de los conspiradores contra el Gobierno de Allende, y se
encuentra entre los motivos que comunican a sus capos para dar lineamientos a
sus acciones: “Una esperanza más realista
entre los que desean detener a Allende es que una economía en rápido deterioro
(corridas bancarias, quiebras de fábricas, etc.) provoque una ola de violencias
que resulte en un golpe militar.” “Las actuales probabilidades de frustrar la
asunción del poder por Allende, se sostienen fundamentalmente en un colapso
económico que es estimulado por algunos sectores de la comunidad política y
financiera y por el mismo Presidente Frei.” Fragmentos de memo confidencial
de ITT Buenos Aires a la sede central de ITT Nueva York el 29 de Septiembre de
1970, pag. 36, marcada 23, del libro sugerido anteriormente.
Volviendo a la Venezuela de estos días,
cometeré el abuso de copiar sin permiso un artículo aparecido recientemente en
el Correo del Orinoco, titulado La Canalla Mediática, escrito por Alfredo Oliva:
“He
venido denunciando –con la secreta esperanza de que algún medio de la
Revolución, vocero del Gobierno o especialista de los derechos humanos se
hiciera eco de ello– que la guerra económica que impulsa la CIA, la oligarquía
parasitaria y sus medios en Venezuela, cumple todos los requisitos de crimen de
lesa humanidad. Ha sido una guerra económica planificada y ejecutada en forma
generalizada y sistemática, con el fin de hacer daño en la población.
La
oposición y la oligarquía parasitaria organizaron –muy importante–
conscientemente: el desabastecimiento, subida de precios, ocultaron medicinas,
alimentos, repuestos médicos, reactivos, productos higiénicos, etc. que
causaron y siguen causando daño a la salud física y mental de la población.”
Los
gremios e instituciones de oposición –fascistas–actúan como delincuencia
organizada, con complicidad de los medios. El Ministerio Público y el Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas deberían actuar, porque
esta guerra económica también pudiera ser clasificada como crimen organizado.
Mientras
gobiernos capitalistas en el mundo suprimen derechos sociales y lanzan a
millones de familias a la miseria, ¡a la calle!; en Venezuela, el Gobierno del
presidente Nicolás Maduro atiende la deuda social, lucha contra la pobreza, por
la inclusión y la justicia social. Por eso cuando la oposición y la oligarquía
parasitaria abandonan la lucha política para destruir la acción del Gobierno,
que satisface las necesidades humanas, y atentar contra la vida, se convierten
en criminales. ¡Así deben ser tratados!”
Me consta, he visto pruebas parciales
como fue conducida una faceta de la guerra económica contra nuestro país y
nuestro pueblo, que no ha concluido y, creo, que nunca concluirá mientras
gobierne en nuestro país la Revolución Bolivariana y Chavista. Especificamente,
me refiero a la planificación cronológica de los aumentos de precios durante
los meses pasados, dirigida por la embajada gringa y ejecutada por Fedecámaras,
Consecomercio y Venamcham. Las fechas cuando debían incrementarse los precios
se avisaban a los comercios minoristas con una precisión milimétrica en cuanto
a los intervalos entre uno y otro, y se dio el asombroso caso de ordenarlos un
par de veces con CUATRO días de diferencia. Los otros fueron cada una o dos
semanas. Lo anterior era reforzado con las repetitivas amenazas de escasez,
limitaciones de los suministros y otras presiones psicológicas para amedrentar
a esos comerciantes minoristas. En la mayoría de los casos daban indicaciones
precisas a que precios vender, entregar facturas ilegales, simplemente vender
de contado sin facturas o cobrarles “por debajo de la mesa” diferencias no
justificadas; todo lo anterior conjuntamente con restricciones variables en los
suministros o ausencia de entrega de productos. Ni que hablar de muchos
condicionamientos como “te vendo tal cosa siempre y cuando me compres esta
otra”. Pude darme cuenta que todas las veces que el Gobierno Nacional anunció
incrementos del salario mínimo y, consecuencialmente, de las todas las
pensiones, una semana antes subían sus precios todas las “grandes” empresas.
Inútil decir que los aumentos de precios superaban con creces los incrementos
salariales. También inútil decir que era una fórmula fabulosa para traspasar la
masa monetaria que debía contribuir a elevar el nivel de vida, sobretodo de los
más necesitados, a las arcas de los empresarios y, de paso extraer de sus
bolsillos una parte de los que antes recibían, lo que a su vez contribuía a
reducirles su anterior nivel de vida. Muchos se reían antes anuncios de
aumentar unos pocos bolívares a ciertos productos y trataban de restarle
importancia, pero jamás se detuvieron a pensar en que unos pocos bolívares
multiplicados por millones de unidades de productos constituían cifras
astronómicas de dinero. Para disimular esas grandes planificadas exacciones de
dinero a las personas y sus familias, los empresarios ayudados por sus medios
indefectiblemente se quejaban de la situación, expresaban los “momentos difíciles”
que atravesaban sus empresas y pedían compensaciones gubernamentales. Todo eso
me hacía recordar una frase lapidaria del expresidente Dr. Luís Herrera
Campins, hace unos 30 años: No entiendo
como hay tantas empresas quebradas con tantos empresarios tan prósperos.
Que nadie crea que la última guerra
económica es de data reciente. Hace más de DOS años la puso en práctica, entre
otros, el grupo de empresas de una marca de cervezas, la cual ordenaba a sus
camioneros cobrar sumas extras sin ningún soporte contable, condicionaba las
ventas de una manera grotesca o ponía en práctica otros tipo de presión para
obligar a los pequeños comerciantes a cobrar por encima del PVP de productos
regulados, de hecho convirtiéndolos en violadores de la ley. Ya me referí a eso
en uno de mis anteriores escritos (ver http://juanpedrotorres.blogspot.com/2013/08/ladron-es-ladron.html )
Pero, vuelvo a repetir; existen los
nefastos antecedentes de la huelga y subsiguiente golpe de estado contra el Sr.
Presidente Chávez (RIP) en 2002, el paro sabotaje petrolero del mismo año y
comienzos del 2003 y muchos otros intentos que siempre tuvieron el ingrediente
de la desestabilización política y, por supuesto, ECONÓMICA.
Lo lamento mucho, apreciado
corresponsal, lo ocurrido en México, Cuba, Chile y Venezuela, sin mencionar
cerca de 80 intervenciones gringas a otros países de América Latina y
muchísimas al resto del mundo, no es pura coincidencia ni tampoco una mampara del Gobierno para distraer la
atención de los ciudadanos ni caracterizaciones
y deformaciones inherentes a la misma naturaleza del capitalismo que a veces
“afectan a algunos”; por lo tanto no puedo estar de acuerdo con tus
opiniones y o apreciaciones y, con gran afecto, te sugiero documentarte aunque
sea un poquito. Por último, ante cada arremetida de la oligarquía y el imperio
– usualmente de ambos – me engrincho
porque, como dice el refrán criollo “el picao e culebra brinca cuando ve un bejuco”.
INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA -
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS! - ¡CHÁVEZ VIVE Y VIVE! -
¡LA
PATRIA SIGUE Y SIGUE!
Continuará.
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