Esas empresas esconden y acaparan
los productos esenciales una y otra vez desde tiempo inmemorial, crean escasez
artificial con el único propósito de aumentar los precios de manera abierta o
disimulada, o sea que, descaradamente especulan al pueblo, lo que equivale a
decir que con esos mecanismos perversos extraen dinero del bolsillo de los
consumidores para llevarlo a sus arcas.
Si el gobierno los agarra y les
aplica multas, ellos se ríen. El monto de las multas que pagan después de
interponer todos los recursos legales a su alcance para hacerlo con el mayor
retraso son sencillamente montos pírricos si los comparamos con el monto de lo
robado. Si cierran por algunos días a los comercios, el daño causado también es
ínfimo comparado con lo que se les obliga a pagar. Ellos se burlan, pagan la
multa o cierran y, como dice el pueblo, que
es una raya más para un tigre.
Es curioso que acaparan
(esconden) ciertos productos sensibles pero jamás esconden toda esa variedad
que atiborra los mercados con productos chatarra
dañinos por sus elevados contenidos de productos químicos que usan para
conferirles olores, sabores, apariencia, palatabilidad y sobre todo larga
duración. Me hago una pregunta estúpida, ¿por qué acaparan la harina de maíz y
el arroz sin aditivos y no acaparan la cerveza o los productos envenenados?
Tengamos memoria. Recordemos los
terribles daños que infligieron al pueblo durante el paro sabotaje petrolero de
2002 – 2003. Durante esos tenebrosos días desaparecieron casi todo aunque, me
consta, distribuían productos de manera subrepticia de noche, ocultos como
hacen los delincuentes, a precios exorbitantes y; no obstante, el pueblo puso
en práctica su creatividad y sustituyó todos esos productos, se las arregló al
punto de inclusive disfrutar las Navidades de 2002 sin contratiempos
insuperables. El pueblo reemplazó casi todos los productos con otros a su
alcance y, me atrevo a decir que en su propio beneficio, porque dejaron de
comer chatarra y comieron más sano.
Muchos me han criticado acremente
porque manifesté que desde esa fecha les hago mi propio boicot particular a
muchas empresas. No compro sus productos y punto. Sé que muchos han seguido mi
ejemplo y me siento orgulloso. No obligo a nadie pero me causa cierta piquiña
que alguien me venga a decir que son productos de calidad, que los empresarios
son casi santos, que dan empleo y que “esas” empresas son beneficiosas para el
pueblo, que “esa” inversión privada es saludable para el país.
Respecto a las inversiones
privadas extranjeras, ya opiné y los remito a http://juanpedrotorres.blogspot.com/search?q=Las+inversiones+extranjeras
Lo expresado se aplica también a las nacionales.
Recuerdo que por allá por los
años 80, el Presidente Dr. Luís Herrera Campins expresó varias sentencias que
se me quedaron grabadas. Los llamó empresarios
llorones, y también afirmó que no
entendía como había tantos empresarios prósperos con empresas quebradas. Pero
cuando vinieron en masa a pedir dinero del Estado les dijo que desde los años 40 no habían pagado ni un
centavo a capital o intereses, que si querían nuevos préstamos, que pagaran los
viejos y después hablarían. No es nada nuevo el comportamiento mafioso de
esos asquerosos tipos disfrazados de benefactores de quienes Antonio Guzmán
Blanco opinó que no son más que pulperos
enfranelaos.
Quitémonos la careta aprovechando
que ya pasó el carnaval. Esos pulperos devenidos en gangsters han vivido siempre
chupando la teta del Estado y como ellos mismos pasaron a formar parte del
funcionariado de alto rango, se cobraban y se daban el vuelto. Jamás
invirtieron su propio dinero y la moda desde hace unos 40 años es sacarlo del
país para no dejar huella. Siempre dicen que el General Gómez y sus allegados
robaron y es cierto, pero no sacaron el dinero del país por lo que después la
Nación pudo recuperar mucho, pero, ¿cómo se podrá recuperar lo que a diario
sacan del país por uno u otro de los caminos verdes?
Empresario es quien emprende.
Ellos no emprenden nada. No arriesgan y siempre van sobre seguro a donde les
resulta más fácil y más redituable. ¿Conoce alguno de ustedes lectores a una
sola empresa que disponga de serios laboratorios de investigación para mejorar,
elaborar o crear nuevos y mejores productos? Es muy fácil armar, ensamblar,
juntar piezas o partes importadas con todas las facilidades (créditos del
Estado, exención de aranceles e impuestos, etc.), ponerle un envoltorio, un
rótulo HECHO EN VENEZUELA y venderlo a cuatro o cinco veces más que en otros
países y, encima, explotando los trabajadores, contaminando el ambiente,
utilizando maquinaria obsoleta que compraron ya usada y declararon como nueva
embolsillándose la diferencia, etc., etc. Inútil decir que luego tracalean la
contabilidad para declarar pérdidas y no pagar impuestos mientras que ellos,
los EMPRESARIOS, se dan vida de jeques en todos los lugares del Jet Set.
Hay otro detalle. Por supuesto
que también los hay honestos; pero, que casualidad, esos no protestan, no
chillan, trabajan y se las arreglan para resolver sus problemas y, que otra
casualidad, no tienen problemas con sus trabajadores. Pero como no tienen para
hacer fabulosas campañas de propaganda venden poco y nosotros, como sí hemos
sido alienados por esas campañas, no compramos sus productos. De nuevo los
remito a mi serie de viejos escritos
Camaradas y amigos, la perversión
y la manipulación a que estamos sometidos nos altera inclusive nuestra propia
voluntad. Para evitarlo, les digo mi método. Además de hacer mi propio boicot a
muchas empresas también se lo hago a los medios. No compro prensa, no veo
televisión, no oigo radio y no le paro a los escuálidos. A esos NI LOS IGNORO.
Quiero no enfermarme, quiero mantenerme sano.
(Continuará)
VICTORIA Y PATRIA SOCIALISTA -
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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