martes, 13 de noviembre de 2012

Sigamos con la pobreza

Introducción. Agradezco mucho a varios lectores que me han sugerido ampliar lo dicho en el anterior escrito. Pensando y pensando cómo dar coherencia a esa ampliación, recordé que ya había escrito algo que pudiera complacerlos. Eché mano a mi inédito libro “La Toma de la Colina”, el cual he mencionado algunas veces en escritos anteriores y, para no complicarme mucho, voy a copiar un fragmento del Capítulo 16, que recoge la reconstrucción de un diálogo entre un religioso y dos muchachos que en su momento hacían “La Ruta del Quijote”.

He ahí parte de ese diálogo:

Si quisiéramos explicarnos los conceptos económico-productivos siguiendo los conceptos emitidos por los llamados “sabios” desde Adam Smith, pasando por David Ricardo, Stuart Mill, Schumpeter, Schacht, Walrauss, Keynes y muchos otros incluyendo a Marx, Lenin y Trotsky, sin dejar por fuera los pensadores de la iglesia desde León XIII, Pío XI, Maritain, Teilhard de Chardin; quiero decir, absolutamente todos los que de alguna forma han estudiado las cuestiones económicas; repito, y aplicáramos esas explicaciones, esos conceptos y las fórmulas propuestas por ellos para medir y fundamentar lo que realmente pasa en el mundo; LOS POBRES NO EXISTIRÍAN. No existe ninguna explicación plausible que explique la existencia y la sobre vivencia de los pobres. No hay explicación posible que haga viable su existencia porque de acuerdo a todas las teorías no cabe la posibilidad de su existencia pero..... AHÍ ESTAN. Y regados por todo el mundo y, no obstante los llamados avances, cada día hay más. ¿Cómo podemos dar una explicación creíble a la existencia de algo que está ahí, ante nuestros ojos, que no hay forma de ocultarlo porque es absolutamente real y evidente, si los métodos que utilizamos para justificar su existencia nos dicen numéricamente que no es posible que estén ahí?

Tratemos de respondernos esta interrogante: ¿cómo es posible que en un determinado territorio, sin recursos naturales de ninguna especie; poblado por gentes sin ninguna preparación, la mayoría analfabetas; sin ayuda de nadie, puedan producir, puedan sobrevivir y algunas veces, como lo enseña la historia, ser capaces de realizar grandes hazañas? ¿Ser capaces de dejar grandes legados?

Si nos atenemos a la econometría simplemente no hay punto de partida. Todo es absurdo. ¿Será por ello que nadie ha intentado explicarlo hasta ahora? Yo por mi parte me hago una reflexión: ¿será que para explicar todo lo que atañe a la pobreza hay que pasar primero por ser pobre? ¿Y no será que aquellos pobres que por alguna razón superaron su pobreza no quieren recordar, ni mucho menos admitir que una vez fueron pobres?

Hasta donde yo sé, ningún pobre o ex-pobre ha escrito un libro, y si lo ha hecho no ha sido sino para execrar todo lo concerniente a la pobreza. Y la historia nos enseña que en toda ella, en la zaga de la humanidad, los pocos redentores de la pobreza que han existido han sido sacrificados en el altar donde se adora la riqueza; han sido ellos víctimas propiciatorias para calmar las iras de Satanás e implorar su protección. Es cierto, no mencionan la pobreza ni a los pobres, los excluyen, los ignoran, no existen pero, a la vez, hay una contradicción: les temen y ¿cómo se puede temer algo inexistente?; y hay otra paradoja: ¿por qué será que los pobres no temen a los poderosos, ni tampoco atentan contra ellos, sabiendo todos que los poderosos solo piensan en aplastarlos para asegurarse de su no existencia?

Padre, - interrumpió Pedro León – entonces quiere decir que nadie ha logrado, hasta ahora, descifrar los códigos que ayudan a entender el fenómeno de la pobreza.

Nadie, absolutamente nadie, hasta donde tengo conocimiento; y la razón que hay por detrás de esto, a mi modesto entender, es que sobre la pobreza solo han escrito algunos cuantos ricos y ningún rico podrá jamás hacer nada coherente al respecto por una razón elementalísima: no sabe ni podrá saber nada de la pobreza porque nunca ha sido pobre. He leído algunos libros, muy bien intencionados tal vez, que tratan del tema de la superación de la pobreza pero las formas propuestas no pasan de ser una entelequia más. Para entender y poder hablar de la pobreza y para atreverse a dar fórmulas para resolver sus problemas, estimo, creo que es necesario haber nacido y haber sido pobre. Solo los pobres pueden encontrar por sí mismos las soluciones que los ayuden a superar su propio drama y a fe de Dios, me consta que lo intentan, que tratan desesperadamente por lograrlo pero aún muchas sociedades pobres no logran remontar los muchísimos obstáculos que cada día interponen los otros en su camino para impedirlo. Y son obstáculos poderosos; para ello son muy creativos y tienen recursos para inventar y desarrollar mecanismos cada día más macabros para interponérselos a los pobres, y por eso cada día hay más pobres. La fábrica de pobres se tecnifica y se perfecciona cada día, cuenta con abundantes recursos para ello y, además, con la complicidad de los gobiernos. Cada día se hace más eficiente, a cada instante se multiplican los pobres y ellos son a la vez materia prima para que las máquinas infernales rindan más. Poned atención, a los ricos debería interesarles que hubiera cada día menos pobres, que dejaran de ser pobres, que nadie se muera de hambre y así habría más consumidores para los tantos productos que elaboran sus factorías, pero no es así, su avaricia y su egoísmo los enceguece y, oh paradoja, hacen todo lo que pueden para que los pobres se multipliquen. No lo entiendo. A veces pienso que Felipe V tenía toda la razón y les dio una clave cuando dijo que “conviene más que haya muchos medianamente ricos y contentos, que pocos ricos y muchos pobres quejosos”. Lo que parece ser definitivamente cierto es que los que disfrutan de riqueza se aíslan en su mundo y ese aislamiento los hace indiferentes a las mismas formas de lograr su propia felicidad, y sigo sin entender.

Padre, - acotó Simón Quijano – usted perdone, pero supuestamente Dios ama a los pobres; el mismo Cristo dijo “bienaventurados los pobres”.

Claro hijo mío, Dios ama a los pobres y también a los ricos, solo que los ricos suelen alejarse de Dios; y como dices, es cierto, Jesús también dijo “porque serán saciados”. Ahora bien, ¿qué significa eso de “serán saciados”?. Eso quiere decir que serán bienaventurados cuando hayan sido saciados, esto es, cuando hayan superado su pobreza y esa superación, esa saciedad tiene que ser lograda EN ESTE MUNDO, NO EN EL OTRO. En el otro no hay ni pobres ni ricos, allí no hace falta tener riquezas, allí todos los hijos de Dios son iguales; claro, los que llegan allí y me temo que la mayoría de los que llegan provienen de los estratos pobres de la tierra.

Fray Marcelino hizo una pausa para tomar un trago de lo que contenía su jarro, lo que aprovechó Simón para comentar:

Hasta ahí entiendo todo su punto de vista pero, a la vez, me llega una duda: este es el cuento de nunca acabar porque pobres han existido siempre y por el camino que vamos existirán siempre.

Muy bueno pero muy simplista tu argumento, - replicó de inmediato el religioso. Pero yo soy optimista. A los pobres solo les ha faltado un punto de apoyo y una palanca, ¿recuerdas el principio de Arquímedes?, para mover su propio mundo. Repito, soy optimista y creo firmemente que llegará un día, ojalá no muy lejano, que en algún remoto país de este planeta, cuando surgirá un campeón parecido a los de las historias de caballeros.....

Pedro León no lo dejó continuar.

..... Como Don Quijote que salió a desfacer entuertos y no lo logró, pero ese que usted espera si logrará desfacerlos.

Exactamente, - dijo sonriente Fray Marcelino Madroñero y continuó:

Tal vez no desfaga los entuertos, pero si podrá ser lo suficientemente creativo para proporcionarles ese punto de apoyo y esa palanca para que ellos mismos resuelvan su propio problema, para que ellos mismos se auto-liberen... También espero que a partir de ese remoto país salga el ejemplo y cunda, cunda y se universalice.

¿No es acaso optimista en exceso?

No, no y no. Está previsto en la obra de Dios, lo dicen las Santas Escrituras, lo dijo el mismo Cristo. El hombre se redimirá en este mundo, no en el otro; es evidente que allá no hace falta. El Reino de Dios es aquí y aquí se logrará. Así lo quiso y así lo explicó el mismo Salvador. Aún más, las fuerzas tenebrosas que hay en esta tierra que se oponen a la llegada del Reino de Dios se auto destruirán, se hundirán en sus propias excrecencias. Tiene que ser así porque se trata de la derrota y de la destrucción de muchos demonios que andan sueltos por ahí y a esos demonios forzosamente les llegará su fin cuando menos lo esperemos.

¿Y no sería posible que los demonios se multiplicaran, que se reprodujeran?

En ciertos momentos, pudiera ser. A veces parece que a todas luces retrocedemos, sino fijaros en el terrible drama que ha ocurrido en España (se refería entonces a la terrible Guerra Civil Española 1936 – 1939) y cuyas nefastas consecuencias viviremos quien sabe por cuanto tiempo más. Eso fue y es un desastre de más de mil demonios. Andan revoloteando por ahí, los veo, los siento, los intuyo pero también a veces veo pequeños puntitos de luz que me llenan de una alegre esperanza; muchas veces ocurren eventos que aparentemente no tienen importancia alguna y los desatendemos pero luego resultan cruciales, son como piedras angulares en la construcción de eventos futuros.

¿Puede dar algún ejemplo concreto?

No, no puedo, no tengo habilidad política, pero, ¿qué tal vosotros mismos y lo que hacéis?

Ambos muchachos soltaron simultáneamente una sonora carcajada.

¡¿Nosotros?!

Si, vosotros, no os burléis de vosotros mismos. Vuestro caso me interesa mucho y os prometo que lo estudiaré y lo meditaré. A mí me parece asombrosa la gran madurez, además de la osadía que mostráis. Eso no es común y lo que no es común asombra como asombró y dejó de una pieza a los que os hicieron, a los que os hicieron, - dudó, vaciló y al fin soltó – a los que, bueno, os apresaron. Supongo que a estas horas están todavía haciéndose cruces. Claro, vosotros, para ellos representáis unos extraños seres y sus limitaciones no les permitieron ver más allá de la posibilidad de que fueseis unos chicos descarrilados y, para su forma de concebir el mundo, eso representa algo desastroso, así que a nombre de Dios os pido perdón.

Padre, no faltaba más. Usted y sus compañeros han sido tan buenos con nosotros, que además de sentirnos abrumados, nos han hecho olvidar cualquier pequeño incidente desagradable. Olvidemos el incidente. Y, a propósito, para no desviar el tema, ¿a qué atribuye usted la sobre vivencia de los pobres si, como usted dice, todo atenta contra su misma existencia?

Yo no tengo ninguna teoría, son solo algunas ideas sueltas que nos hacen creer que ellos tienen intrínsecamente grandes fortalezas que, por cierto no tienen los miembros de otras escalas sociales, que les permite mantener su vida aunque sea precaria. ¿Ejemplos? Uno, sería la gran solidaridad que generalmente existe entre ellos; entre sí se ayudan, se entreayudan y eso significa unir sus pequeñas fortalezas que unidas son una fortaleza razonablemente fuerte y, por otra parte, también se entreayudan a fortalecer sus debilidades. Esa conjunción les permite sobrellevar la vida. Un ejemplo concreto podría ser que para cosechar lo que produce un huerto, como no tienen como pagar a unos jornaleros para recolectar los frutos, apelan a la ayuda de sus vecinos y así, sucesivamente, los mismos vecinos contribuyen a cosechar las parcelas de todos y de cada uno: luego, se auto pagan con frutos y todos contentos. Si alguien tiene una desgracia, los demás ocurren y siempre aportan algo, aunque parezca insignificante, para contribuir a encontrar una solución. Lo que yo creo que aún falta es alguna forma de canalizar y fortalecer ese mutuo auxilio; y eso, amigos míos, no tengo la capacidad para descubrirlo, eso le tocará al campeón de que os hablé, a ese campeón tocará pues dar con la clave o, mejor dicho, con la llave que abra esa puerta que da a un camino luminoso que conduzca a la redención de la humanidad.

Llegado a ese punto, abrió los ojos, los miró fijamente y de muy adentro le salió con fuerza.

¡Y si vosotros mismos fuerais esos campeones!

Risas estruendosas sirvieron para sacar a Fray Marcelino Madroñero, Prior del Convento de la Orden de los Capuchinos Mercedarios, de una especie de éxtasis en que cayó después de lanzar su emocionada frase, la cual, sin ningún asomo de dudas, había salido de lo más hondo de su místico ser. No podía saber en ese momento que su espontánea premonición no iba ni remotamente a tener nada de cierto. Ni un ápice de su emocionado deseo se iba a cumplir. ¿Y el campeón? - ¿Vendrá?

La exaltada expresión de Fray Marcelino ni las sonoras risas de los muchachos sirvieron para poner fin a la conversación tan aparentemente desigual entre un experimentado religioso y dos noveles viajeros. Por el contrario, la tertulia derivó hacia otros temas. El capuchino oía, preguntaba y daba sus opiniones. Llegó un momento en que los muchachos se volvieron más locuaces y animosamente hablaban de sus planes, de sus sueños, de sus deseos de ver el mundo y que para ello habían tomado como punto de partida, nada más ni nada menos, que seguir los pasos del Caballero Andante y tratar de reproducir en ellos mismos las vivencias que él tuvo, las emociones que él experimentó y, por qué no, tal vez, sufrir lo mismo que él sufrió. De lo único que estaban seguros es de que serían observadores lo más imparciales posibles, no venían a desfacer ningún entuerto, ello sería motivo para que las piedras fablaran.

Vosotros estáis siguiendo los pasos de Don Quijote. Eso tiene para mí un enorme significado porque es seguir los pasos de un personaje de ficción, pero Cervantes tuvo el infinito mérito de crear con su pluma un personaje polifacético que se salió de las páginas del libro y reencarnó y vive en miles de Quijotes que realmente han vivido y viven. Vosotros sois, en gran medida, un par de Quijotes.

Al menos somos dos Quijanos – dijo Pedro León soltando la risa.

Si, si, vosotros también sois un par de soñadores como todos los Quijotes y los soñadores construyen el mundo. Si el hombre no hubiese tenido la capacidad de soñar, viviríamos aún en los tiempos prehistóricos. Cada sueño se convierte en realidad algún día. Si el soñador original no realiza su sueño como generalmente ocurre, siempre, inevitablemente, viene otro y lo recoge bien sea para realizarlo o para pasarlo a otro soñador y así hubo un día cuando un hombre vio las aves volar y soñó con volar, y no pudo, no tuvo los medios, pero vino otro y otro y después de miles de años llegó al fin uno que materializó el sueño y, hoy en día, es posible volar de un continente a otro y eso, ahora, es tan normal como el mismo hecho que vosotros estéis aquí ahora.

Si, hijos míos, os admiro porque vosotros también sois Quijotes y os he tomado cariño y he empezado a apreciaros porque, como dijo un poeta americano, Montalvo, “El que no tiene algo de Don Quijote no merece el aprecio ni el cariño de sus semejantes”. También os admiro porque, por lo que vosotros mismos dejáis entrever, ya a vuestras edades estáis demostrando tener fuertes bases de una gran libertad, de una gran libertad mental y considero que es vital ser libre mentalmente para acometer la tarea de convertir los sueños en realidad y, no discutáis, porque inevitablemente lo estáis logrando. Os abrís paso con la fuerza de vuestras ideas. Para mi vosotros encajáis en un lindo pensamiento de Rouseau que dice que “es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace todo lo que le agrada”. No dudo ni siquiera un ápice que vosotros habéis sido capaces de lo que deseasteis y que lo que hacéis os agrada. Vais en el camino correcto; seguid así y para ello tenéis todas mis bendiciones.

Parafraseando al religioso español del diálogo, espero que os haya complacido. Y meditad.

PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA  -  ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!




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