He ahí parte de ese diálogo:
Si quisiéramos explicarnos los conceptos económico-productivos
siguiendo los conceptos emitidos por los llamados “sabios” desde Adam Smith,
pasando por David Ricardo, Stuart Mill, Schumpeter, Schacht, Walrauss, Keynes y
muchos otros incluyendo a Marx, Lenin y Trotsky, sin dejar por fuera los
pensadores de la iglesia desde León XIII, Pío XI, Maritain, Teilhard de
Chardin; quiero decir, absolutamente todos los que de alguna forma han
estudiado las cuestiones económicas; repito, y aplicáramos esas explicaciones,
esos conceptos y las fórmulas propuestas por ellos para medir y fundamentar lo
que realmente pasa en el mundo; LOS POBRES NO EXISTIRÍAN. No existe ninguna
explicación plausible que explique la existencia y la sobre vivencia de los
pobres. No hay explicación posible que haga viable su existencia porque de
acuerdo a todas las teorías no cabe la posibilidad de su existencia pero.....
AHÍ ESTAN. Y regados por todo el mundo y, no obstante los llamados avances,
cada día hay más. ¿Cómo podemos dar una explicación creíble a la existencia de
algo que está ahí, ante nuestros ojos, que no hay forma de ocultarlo porque es
absolutamente real y evidente, si los métodos que utilizamos para justificar su
existencia nos dicen numéricamente que no es posible que estén ahí?
Tratemos de respondernos esta interrogante: ¿cómo es posible que en un
determinado territorio, sin recursos naturales de ninguna especie; poblado por
gentes sin ninguna preparación, la mayoría analfabetas; sin ayuda de nadie,
puedan producir, puedan sobrevivir y algunas veces, como lo enseña la historia,
ser capaces de realizar grandes hazañas? ¿Ser capaces de dejar grandes legados?
Si nos atenemos a la econometría simplemente no hay punto de partida.
Todo es absurdo. ¿Será por ello que nadie ha intentado explicarlo hasta ahora?
Yo por mi parte me hago una reflexión: ¿será que para explicar todo lo que
atañe a la pobreza hay que pasar primero por ser pobre? ¿Y no será que aquellos
pobres que por alguna razón superaron su pobreza no quieren recordar, ni mucho
menos admitir que una vez fueron pobres?
Hasta donde yo sé, ningún pobre o ex-pobre ha escrito un libro, y si lo
ha hecho no ha sido sino para execrar todo lo concerniente a la pobreza. Y la
historia nos enseña que en toda ella, en la zaga de la humanidad, los pocos
redentores de la pobreza que han existido han sido sacrificados en el altar
donde se adora la riqueza; han sido ellos víctimas propiciatorias para calmar
las iras de Satanás e implorar su protección. Es cierto, no mencionan la
pobreza ni a los pobres, los excluyen, los ignoran, no existen pero, a la vez,
hay una contradicción: les temen y ¿cómo se puede temer algo inexistente?; y
hay otra paradoja: ¿por qué será que los pobres no temen a los poderosos, ni
tampoco atentan contra ellos, sabiendo todos que los poderosos solo piensan en
aplastarlos para asegurarse de su no existencia?
Padre, - interrumpió Pedro León – entonces quiere decir que nadie ha
logrado, hasta ahora, descifrar los códigos que ayudan a entender el fenómeno
de la pobreza.
Nadie, absolutamente nadie, hasta donde tengo conocimiento; y la razón
que hay por detrás de esto, a mi modesto entender, es que sobre la pobreza solo
han escrito algunos cuantos ricos y ningún rico podrá jamás hacer nada
coherente al respecto por una razón elementalísima: no sabe ni podrá saber nada
de la pobreza porque nunca ha sido pobre. He leído algunos libros, muy bien
intencionados tal vez, que tratan del tema de la superación de la pobreza pero
las formas propuestas no pasan de ser una entelequia más. Para entender y poder
hablar de la pobreza y para atreverse a dar fórmulas para resolver sus
problemas, estimo, creo que es necesario haber nacido y haber sido pobre. Solo los
pobres pueden encontrar por sí mismos las soluciones que los ayuden a superar
su propio drama y a fe de Dios, me consta que lo intentan, que tratan
desesperadamente por lograrlo pero aún muchas sociedades pobres no logran
remontar los muchísimos obstáculos que cada día interponen los otros en su
camino para impedirlo. Y son obstáculos poderosos; para ello son muy creativos
y tienen recursos para inventar y desarrollar mecanismos cada día más macabros
para interponérselos a los pobres, y por eso cada día hay más pobres. La
fábrica de pobres se tecnifica y se perfecciona cada día, cuenta con abundantes
recursos para ello y, además, con la complicidad de los gobiernos. Cada día se
hace más eficiente, a cada instante se multiplican los pobres y ellos son a la vez
materia prima para que las máquinas infernales rindan más. Poned atención, a
los ricos debería interesarles que hubiera cada día menos pobres, que dejaran
de ser pobres, que nadie se muera de hambre y así habría más consumidores para
los tantos productos que elaboran sus factorías, pero no es así, su avaricia y
su egoísmo los enceguece y, oh paradoja, hacen todo lo que pueden para que los
pobres se multipliquen. No lo entiendo. A veces pienso que Felipe V tenía toda
la razón y les dio una clave cuando dijo que “conviene más que haya muchos
medianamente ricos y contentos, que pocos ricos y muchos pobres quejosos”. Lo
que parece ser definitivamente cierto es que los que disfrutan de riqueza se
aíslan en su mundo y ese aislamiento los hace indiferentes a las mismas formas
de lograr su propia felicidad, y sigo sin entender.
Padre, - acotó Simón Quijano – usted perdone, pero supuestamente Dios
ama a los pobres; el mismo Cristo dijo “bienaventurados los pobres”.
Claro hijo mío, Dios ama a los pobres y también a los ricos, solo que
los ricos suelen alejarse de Dios; y como dices, es cierto, Jesús también dijo
“porque serán saciados”. Ahora bien, ¿qué significa eso de “serán saciados”?.
Eso quiere decir que serán bienaventurados cuando hayan sido saciados, esto es,
cuando hayan superado su pobreza y esa superación, esa saciedad tiene que ser
lograda EN ESTE MUNDO, NO EN EL OTRO. En el otro no hay ni pobres ni ricos,
allí no hace falta tener riquezas, allí todos los hijos de Dios son iguales;
claro, los que llegan allí y me temo que la mayoría de los que llegan provienen
de los estratos pobres de la tierra.
Fray Marcelino hizo una pausa para tomar un trago de lo que contenía su
jarro, lo que aprovechó Simón para comentar:
Hasta ahí entiendo todo su punto de vista pero, a la vez, me llega una
duda: este es el cuento de nunca acabar porque pobres han existido siempre y
por el camino que vamos existirán siempre.
Muy bueno pero muy simplista tu argumento, - replicó de inmediato el
religioso. Pero yo soy optimista. A los pobres solo les ha faltado un punto de
apoyo y una palanca, ¿recuerdas el principio de Arquímedes?, para mover su
propio mundo. Repito, soy optimista y creo firmemente que llegará un día, ojalá
no muy lejano, que en algún remoto país de este planeta, cuando surgirá un
campeón parecido a los de las historias de caballeros.....
Pedro León no lo dejó continuar.
..... Como Don Quijote que salió a desfacer entuertos y no lo logró, pero ese que usted espera si
logrará desfacerlos.
Exactamente, - dijo sonriente Fray Marcelino Madroñero y continuó:
Tal vez no desfaga los
entuertos, pero si podrá ser lo suficientemente creativo para
proporcionarles ese punto de apoyo y esa palanca para que ellos mismos
resuelvan su propio problema, para que ellos mismos se auto-liberen... También
espero que a partir de ese remoto país salga el ejemplo y cunda, cunda y se
universalice.
¿No es acaso optimista en exceso?
No, no y no. Está previsto en la obra de Dios, lo dicen las Santas
Escrituras, lo dijo el mismo Cristo. El hombre se redimirá en este mundo, no en
el otro; es evidente que allá no hace falta. El Reino de Dios es aquí y aquí se
logrará. Así lo quiso y así lo explicó el mismo Salvador. Aún más, las fuerzas
tenebrosas que hay en esta tierra que se oponen a la llegada del Reino de Dios
se auto destruirán, se hundirán en sus propias excrecencias. Tiene que ser así
porque se trata de la derrota y de la destrucción de muchos demonios que andan
sueltos por ahí y a esos demonios forzosamente les llegará su fin cuando menos
lo esperemos.
¿Y no sería posible que los demonios se multiplicaran, que se
reprodujeran?
En ciertos momentos, pudiera ser. A veces parece que a todas luces
retrocedemos, sino fijaros en el terrible drama que ha ocurrido en España (se
refería entonces a la terrible Guerra Civil Española 1936 – 1939) y cuyas nefastas consecuencias viviremos
quien sabe por cuanto tiempo más. Eso fue y es un desastre de más de mil
demonios. Andan revoloteando por ahí, los veo, los siento, los intuyo pero
también a veces veo pequeños puntitos de luz que me llenan de una alegre
esperanza; muchas veces ocurren eventos que aparentemente no tienen importancia
alguna y los desatendemos pero luego resultan cruciales, son como piedras
angulares en la construcción de eventos futuros.
¿Puede dar algún ejemplo concreto?
No, no puedo, no tengo habilidad política, pero, ¿qué tal vosotros
mismos y lo que hacéis?
Ambos muchachos soltaron simultáneamente una sonora carcajada.
¡¿Nosotros?!
Si, vosotros, no os burléis de vosotros mismos. Vuestro caso me
interesa mucho y os prometo que lo estudiaré y lo meditaré. A mí me parece
asombrosa la gran madurez, además de la osadía que mostráis. Eso no es común y
lo que no es común asombra como asombró y dejó de una pieza a los que os hicieron, a los que os hicieron,
- dudó, vaciló y al fin soltó – a los que, bueno, os apresaron. Supongo que a
estas horas están todavía haciéndose cruces. Claro, vosotros, para ellos
representáis unos extraños seres y sus limitaciones no les permitieron ver más allá
de la posibilidad de que fueseis unos chicos descarrilados y, para su forma de
concebir el mundo, eso representa algo desastroso, así que a nombre de Dios os
pido perdón.
Padre, no faltaba más. Usted y sus compañeros han sido tan buenos con
nosotros, que además de sentirnos abrumados, nos han hecho olvidar cualquier
pequeño incidente desagradable. Olvidemos el incidente. Y, a propósito, para no
desviar el tema, ¿a qué atribuye usted la sobre vivencia de los pobres si, como
usted dice, todo atenta contra su misma existencia?
Yo no tengo ninguna teoría, son solo algunas ideas sueltas que nos
hacen creer que ellos tienen intrínsecamente grandes fortalezas que, por cierto
no tienen los miembros de otras escalas sociales, que les permite mantener su
vida aunque sea precaria. ¿Ejemplos? Uno, sería la gran solidaridad que
generalmente existe entre ellos; entre sí se ayudan, se entreayudan y eso
significa unir sus pequeñas fortalezas que unidas son una fortaleza
razonablemente fuerte y, por otra parte, también se entreayudan a fortalecer
sus debilidades. Esa conjunción les permite sobrellevar la vida. Un ejemplo
concreto podría ser que para cosechar lo que produce un huerto, como no tienen
como pagar a unos jornaleros para recolectar los frutos, apelan a la ayuda de
sus vecinos y así, sucesivamente, los mismos vecinos contribuyen a cosechar las
parcelas de todos y de cada uno: luego, se auto pagan con frutos y todos
contentos. Si alguien tiene una desgracia, los demás ocurren y siempre aportan
algo, aunque parezca insignificante, para contribuir a encontrar una solución.
Lo que yo creo que aún falta es alguna forma de canalizar y fortalecer ese
mutuo auxilio; y eso, amigos míos, no tengo la capacidad para descubrirlo, eso
le tocará al campeón de que os hablé, a ese campeón tocará pues dar con la
clave o, mejor dicho, con la llave que abra esa puerta que da a un camino
luminoso que conduzca a la redención de la humanidad.
Llegado a ese punto, abrió los ojos, los miró fijamente y de muy
adentro le salió con fuerza.
¡Y si vosotros mismos fuerais esos campeones!
Risas estruendosas sirvieron para sacar a Fray Marcelino Madroñero,
Prior del Convento de la Orden de los Capuchinos Mercedarios, de una especie de
éxtasis en que cayó después de lanzar su emocionada frase, la cual, sin ningún
asomo de dudas, había salido de lo más hondo de su místico ser. No podía saber
en ese momento que su espontánea premonición no iba ni remotamente a tener nada
de cierto. Ni un ápice de su emocionado deseo se iba a cumplir. ¿Y el campeón?
- ¿Vendrá?
La exaltada expresión de Fray Marcelino ni las sonoras risas de los
muchachos sirvieron para poner fin a la conversación tan aparentemente desigual
entre un experimentado religioso y dos noveles viajeros. Por el contrario, la
tertulia derivó hacia otros temas. El capuchino oía, preguntaba y daba sus
opiniones. Llegó un momento en que los muchachos se volvieron más locuaces y
animosamente hablaban de sus planes, de sus sueños, de sus deseos de ver el
mundo y que para ello habían tomado como punto de partida, nada más ni nada
menos, que seguir los pasos del Caballero Andante y tratar de reproducir en
ellos mismos las vivencias que él tuvo, las emociones que él experimentó y, por
qué no, tal vez, sufrir lo mismo que él sufrió. De lo único que estaban seguros
es de que serían observadores lo más imparciales posibles, no venían a desfacer ningún entuerto, ello sería
motivo para que las piedras fablaran.
Vosotros estáis siguiendo los pasos de Don Quijote. Eso tiene para mí
un enorme significado porque es seguir los pasos de un personaje de ficción,
pero Cervantes tuvo el infinito mérito de crear con su pluma un personaje
polifacético que se salió de las páginas del libro y reencarnó y vive en miles
de Quijotes que realmente han vivido y viven. Vosotros sois, en gran medida, un
par de Quijotes.
Al menos somos dos Quijanos – dijo Pedro León soltando la risa.
Si, si, vosotros también sois un par de soñadores como todos los
Quijotes y los soñadores construyen el mundo. Si el hombre no hubiese tenido la
capacidad de soñar, viviríamos aún en los tiempos prehistóricos. Cada sueño se
convierte en realidad algún día. Si el soñador original no realiza su sueño
como generalmente ocurre, siempre, inevitablemente, viene otro y lo recoge bien
sea para realizarlo o para pasarlo a otro soñador y así hubo un día cuando un
hombre vio las aves volar y soñó con volar, y no pudo, no tuvo los medios, pero
vino otro y otro y después de miles de años llegó al fin uno que materializó el
sueño y, hoy en día, es posible volar de un continente a otro y eso, ahora, es
tan normal como el mismo hecho que vosotros estéis aquí ahora.
Si, hijos míos, os admiro porque vosotros
también sois Quijotes y os he tomado cariño y he empezado a apreciaros porque,
como dijo un poeta americano, Montalvo, “El que no tiene algo de Don Quijote no
merece el aprecio ni el cariño de sus semejantes”. También os admiro porque,
por lo que vosotros mismos dejáis entrever, ya a vuestras edades estáis
demostrando tener fuertes bases de una gran libertad, de una gran libertad
mental y considero que es vital ser libre mentalmente para acometer la tarea de
convertir los sueños en realidad y, no discutáis, porque inevitablemente lo
estáis logrando. Os abrís paso con la fuerza de vuestras ideas. Para mi
vosotros encajáis en un lindo pensamiento de Rouseau que dice que “es
verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y
que hace todo lo que le agrada”. No dudo ni siquiera un ápice que vosotros
habéis sido capaces de lo que deseasteis y que lo que hacéis os agrada. Vais en
el camino correcto; seguid así y para ello tenéis todas mis bendiciones.
Parafraseando
al religioso español del diálogo, espero que os haya complacido. Y meditad.
PATRIA
SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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