Mucha tinta ha chorreado y millones de bytes o bits se han esparcido en periódicos, revistas e Internet recientemente en tantos escritos sobre la situación política, económica, financiera, social, ambiental e inclusive criminal alrededor del mundo. Los análisis, recomendaciones, sugerencias de todo tipo han inundado toda clase de medio tanto corporativo como alternativo, en una u otra dirección según cada punto de vista. Sin embargo, hablaré únicamente de aquellos dirigidos a los indignados, ocupantes, alzados, rebelados, furiosos, “locos”, hartos, etc. de todo el mundo. Todos hablan y hablan pero nadie les ha mencionado ninguna recomendación sobre posibles soluciones para salir del entuerto.
Por favor, entiendan que no quiero criticar las acciones ni lo que han escrito; al contrario, intento ayudar dentro de lo posible a obtener mejores resultados tangibles que los hasta ahora logrados.
Déjenme también señalarles que cuanto escriba proviene directamente de la experiencia; por lo tanto, asuman que todo es sincero, franco, positivo y bien intencionado.
Todos tienen perfecto derecho a dudar. ¿Quién soy yo para andar pontificando? ¿Quién soy yo para darles consejos? Bien, ya lo dije, todo cuanto diré viene de la experiencia vivida. Si amigos, yo fui uno como ustedes. Estuve metido en una lucha similar durante años y ahora felizmente disfrutando de lo que se ha logrado, dejé de ser un indignado y me he convertido en un revolucionario satisfecho.
Universalmente se acepta que la POLÍTICA es una ciencia social, por lo tanto dependiente del carácter humano. No es una ciencia exacta como la matemática o la física por cuanto debe tomar en cuenta como variables a valores humanos. Según se acepta la vieja definición, la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo; por tanto, para beneficio y bienestar de las personas y esos bienes promovidos por los políticos, o sea las personas dedicadas a la política; o dicho en otras palabras, quienes se ocupan de los problemas, deseos y anhelos individuales o colectivos.
Los políticos tienen que intentar solucionar los problemas de la sociedad, pero su conducta restringida a tres valores específicos, la verdad, la importancia y el valor. Resumiendo, cualquier acción que intente un político debe ser IMPORTANTE, VALIOSA Y VERAZ.
Lo anterior nos conduce a una conclusión innegable: casi ningún país del mundo está gobernado por un gobierno democrático sino por un remedo de democracia, falsa y engañosa. Casi ningún país del mundo está regido por verdaderos políticos sino por tecnócratas. La mayoría disfrazados de demócratas y dirigidos por corporaciones o grupos corporativos.
Inútil decir que esas pseudo democracias no gobiernan en beneficio del pueblo. Lo hacen en función de sus intereses crematísticos y egoístas. ¿Cómo ha sucedido esto? Sencillo, nos han engañado y hecho creer que lo hacen por nosotros cuando en realidad lo hacen por algo distinto. Esos grupos de poder son expertos manipuladores y calculan cada paso que dan para establecer y desarrollar sus planes y también prevén como hacer para que nos lo traguemos. Nada es franco, nada es confiable, nada es veraz.
Siguiendo un plan de acción diseñado y calculado científicamente nos informan solo lo que les conviene que sepamos y, consecuente a su lógica, no mencionan jamás lo que es conveniente e importante para el pueblo sino lo que es al logro de sus metas e intereses egoístas.
Todos sabemos que la economía es de importancia capital en todas las sociedades. La simple lógica nos dice que los bienes colectivos deben ser equitativamente distribuidos entre todos los miembros de la sociedad, pero con justicia – una palabra olvidada hace mucho tiempo – y ésta nos dice que esa distribución debe ser hecha dándole a todos según sus necesidades y requiriendo de todos según sus capacidades. La misma regla de la experiencia nos dice algo absolutamente obvio: la riqueza de una nación es para ser distribuida con justicia entre sus habitantes y eso no se ha hecho en ninguna parte a lo largo del tiempo. De otra forma no se explica que ustedes mismos hayan llegado a una dramática conclusión: la mayoría de la riqueza va a un porcentaje ínfimo de la población, algo que ustedes expresan amplia y gráficamente, somos el 99%.
Evo Morales, el dirigente indígena Boliviano, dijo una vez que se cansaron de pedirle a los políticos (¿?) la solución de sus problemas, hasta que decidieron tomar el poder por sí mismos para resolver sus propios problemas. Esa es una forma, tal vez la única. Esa fue la tomamos nosotros y libramos una terrible lucha que no ha concluido aún contra un enemigo súper poderoso, pero seguimos peleando y logrando justicia para nuestro pueblo.
Ustedes, amigos del mundo, han demostrado tener más paciencia que nosotros. Los han apretado por el cuello mucho más tiempo. Una explicación razonable es que la máscara que nos tapaba los ojos fue más fácil de quitar. Nuestro consejo es que se unan y organicen, que abran sus mentes, que no pierdan tiempo pidiendo nada a esos “líderes” tradicionales para que les soluciones sus problemas, sacúdanse esos viejos pseudo políticos y tomen el poder ustedes mismos y para ustedes mismos.
La clave radica en la unidad. Pueblo unido jamás será vencido. Ustedes son mucho más que ellos. Ustedes son el 99%, así que arranquen y marchen. El cielo debe ser el límite.
PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
Por favor, entiendan que no quiero criticar las acciones ni lo que han escrito; al contrario, intento ayudar dentro de lo posible a obtener mejores resultados tangibles que los hasta ahora logrados.
Déjenme también señalarles que cuanto escriba proviene directamente de la experiencia; por lo tanto, asuman que todo es sincero, franco, positivo y bien intencionado.
Todos tienen perfecto derecho a dudar. ¿Quién soy yo para andar pontificando? ¿Quién soy yo para darles consejos? Bien, ya lo dije, todo cuanto diré viene de la experiencia vivida. Si amigos, yo fui uno como ustedes. Estuve metido en una lucha similar durante años y ahora felizmente disfrutando de lo que se ha logrado, dejé de ser un indignado y me he convertido en un revolucionario satisfecho.
Universalmente se acepta que la POLÍTICA es una ciencia social, por lo tanto dependiente del carácter humano. No es una ciencia exacta como la matemática o la física por cuanto debe tomar en cuenta como variables a valores humanos. Según se acepta la vieja definición, la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo; por tanto, para beneficio y bienestar de las personas y esos bienes promovidos por los políticos, o sea las personas dedicadas a la política; o dicho en otras palabras, quienes se ocupan de los problemas, deseos y anhelos individuales o colectivos.
Los políticos tienen que intentar solucionar los problemas de la sociedad, pero su conducta restringida a tres valores específicos, la verdad, la importancia y el valor. Resumiendo, cualquier acción que intente un político debe ser IMPORTANTE, VALIOSA Y VERAZ.
Lo anterior nos conduce a una conclusión innegable: casi ningún país del mundo está gobernado por un gobierno democrático sino por un remedo de democracia, falsa y engañosa. Casi ningún país del mundo está regido por verdaderos políticos sino por tecnócratas. La mayoría disfrazados de demócratas y dirigidos por corporaciones o grupos corporativos.
Inútil decir que esas pseudo democracias no gobiernan en beneficio del pueblo. Lo hacen en función de sus intereses crematísticos y egoístas. ¿Cómo ha sucedido esto? Sencillo, nos han engañado y hecho creer que lo hacen por nosotros cuando en realidad lo hacen por algo distinto. Esos grupos de poder son expertos manipuladores y calculan cada paso que dan para establecer y desarrollar sus planes y también prevén como hacer para que nos lo traguemos. Nada es franco, nada es confiable, nada es veraz.
Siguiendo un plan de acción diseñado y calculado científicamente nos informan solo lo que les conviene que sepamos y, consecuente a su lógica, no mencionan jamás lo que es conveniente e importante para el pueblo sino lo que es al logro de sus metas e intereses egoístas.
Todos sabemos que la economía es de importancia capital en todas las sociedades. La simple lógica nos dice que los bienes colectivos deben ser equitativamente distribuidos entre todos los miembros de la sociedad, pero con justicia – una palabra olvidada hace mucho tiempo – y ésta nos dice que esa distribución debe ser hecha dándole a todos según sus necesidades y requiriendo de todos según sus capacidades. La misma regla de la experiencia nos dice algo absolutamente obvio: la riqueza de una nación es para ser distribuida con justicia entre sus habitantes y eso no se ha hecho en ninguna parte a lo largo del tiempo. De otra forma no se explica que ustedes mismos hayan llegado a una dramática conclusión: la mayoría de la riqueza va a un porcentaje ínfimo de la población, algo que ustedes expresan amplia y gráficamente, somos el 99%.
Evo Morales, el dirigente indígena Boliviano, dijo una vez que se cansaron de pedirle a los políticos (¿?) la solución de sus problemas, hasta que decidieron tomar el poder por sí mismos para resolver sus propios problemas. Esa es una forma, tal vez la única. Esa fue la tomamos nosotros y libramos una terrible lucha que no ha concluido aún contra un enemigo súper poderoso, pero seguimos peleando y logrando justicia para nuestro pueblo.
Ustedes, amigos del mundo, han demostrado tener más paciencia que nosotros. Los han apretado por el cuello mucho más tiempo. Una explicación razonable es que la máscara que nos tapaba los ojos fue más fácil de quitar. Nuestro consejo es que se unan y organicen, que abran sus mentes, que no pierdan tiempo pidiendo nada a esos “líderes” tradicionales para que les soluciones sus problemas, sacúdanse esos viejos pseudo políticos y tomen el poder ustedes mismos y para ustedes mismos.
La clave radica en la unidad. Pueblo unido jamás será vencido. Ustedes son mucho más que ellos. Ustedes son el 99%, así que arranquen y marchen. El cielo debe ser el límite.
PATRIA SOCIALISTA Y VICTORIA - ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
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