Desde
niño creí en una frase aparentemente irónica que a lo largo del
tiempo fui confirmando; es decir, aceptando su veracidad a la vista
de los hechos y los sucesos. Esta frase dice así:
Lo
que es bueno para Fedecámaras es malo para el pueblo.
Y,
por razonamiento en contrario:
Lo
que es bueno para el pueblo, es malo para Fedecámaras.
Nota
para los lectores de otras latitudes: Fedecámaras, en Venezuela, es
la siempre muy pomposa Federación de Asociaciones de Comercio y
Producción; es decir, la unión de los burgueses, oligarcas,
explotadores, chapasangre, hambreadores del pueblo, siempre vendidos
a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales y al
gobierno gringo, a quienes el país lo consideran su coto cerrado y
creen que pueden hacer con él lo que les dé la gana, incluido
regalarlo a sus amos a cambio de migajas. Por supuesto, no tienen ni
la más remota idea de los que se llama amor a la patria. Son en su
mayoría venezolanos de nacimiento pero su corazoncito es gringo de a
bola.
Tal
como magistralmente lo explica Eduardo Galeano en sus “Venas
abiertas de América Latina”, surgieron de las explotaciones
comerciales coloniales cuando ellos se enseñoreaban sobre esta
paupérrima colonia; al punto
que, en estos tiempos que corren, todavía se consiguen descendientes
directos de aquellos amos y señores de vidas y haciendas, tal como
era el estado imperante de aquellos tiempos. Vino la larga y
sangrienta Guerra de Independencia en la cual Venezuela sacrificó la
mitad de su población y es inútil decir que ellos tomaron partido
por España. La gran mayoría de ausentó del país a disfrutar sus
haberes mientras los demás morían pero, una vez alcanzada la
Independencia, volvieron a reclamar lo suyo y para ello se valieron
de sus mil mañas para comprar gobernantes traidores que instauraron
un gobierno burgués y oligárquico sumiso, por supuesto, a sus
mandatos e intereses. Es lo que la historiografía conoce como la IV
República que perduró desde 1830 hasta el 2 de febrero de 1999
cuando Hugo Chávez ascendió al poder mediante el voto universal,
directo y secreto ungido por el sufrido pueblo venezolano; es
decir, por las víctimas históricas de esas nefastas castas.
Un
gobernante de ellos mismos, muy corrupto, entreguista y traidor,
afirmó por allá por los años 1880 que en Venezuela no había
empresarios sino pulperos enfranelaos.
Eso es cierto. Empresarios es quien emprende y arriesga como
cualquier jugador de dados o cartas. Pero esos carajos no arriesgan
nada porque siempre han vivido, perdón, medrado, de las arcas
públicas, esas que por derecho pertenecen a todo el pueblo. Para
nadie es un secreto que llevan siglos chupándose la teta del estado
y con tal avaricia que al pueblo solo han dejado miseria, muerte y
desolación.
Inútil
también decir que se han opuesto incluso sangrientamente a la
Revolución Bolivariana que, dicho sea de paso, no les ha quitado
nada salvo algunos privilegios tales como el de nombrar Ministros,
Presidentes del Banco Central de Venezuela, Jueces y Magistrados y,
por supuesto, dirigir la política económica del Estado. Es tal la
rabia y la furia desatada que no les ha importado, ni siquiera la más
mínima pizca, hacer daños cuantiosos a SU país con tal de
recuperar sus postergados privilegios.
Siguen
con sus empresas pero resulta interesante analizarlas. No
hablo de todos porque existen honrosas excepciones, pero sí de una
gran mayoría que
son inescrupulosos comerciantes IMPORTADORES de cuanta basura se
produce en el mundo que compran, por supuesto, a precios de gallina
flaca con moquillo, y revenden a precios de oro revestido con
platino. Otros son y que INDUSTRIALES; pero, esas industrias no
industrializan nada, son simples ensambladoras de materias primas
importadas de pésima calidad que
arman, o mejor dicho, maquilan productos y les ponen la etiqueta
HECHO EN VENEZUELA y, por supuesto, también venden a precios
exorbitantes.
Esos
mal llamados productores no han hecho un solo invento, no han
mejorado un solo producto extranjero, NO EXISTEN LABORATORIOS NI
CENTROS DE INVESTIGACIÓN Y MEJORAMIENTO para la creación de nuevos
productos de mejor calidad. Es más, son incapaces de promover la
fabricación de cosas tan sencillas como zapatos, ropa, muebles,
jabones, caramelos y otros sencillos adminículos menores por
lo cual es sumamente raro encontrar en las vitrinas o anaqueles un
buen zapato, un buen pantalón, un buen jabón o un paquete de
sabrosas chucherías hechos 100% en el país. En resumen, son una
verdadera vergüenza como “empresarios”. Bien chimbos
como se dice popularmente.
Hace
muy poco arreciaron la “crisis” que ellos promovieron hace
bastante tiempo y dispusieron incrementar el permanente
desabastecimiento de todos los rubros y para ello se valen del
acaparamiento descarado de todos los productos, desde tornillos y
grifos hasta medicinas de alto costo, pasando por ropa, cosméticos,
escobas y, por supuesto, alimentos en general. Pero, más grave aún,
han recurrido a la más descarada especulación y usura con los
precios con márgenes de ganancia cercanos
a niveles estratosféricos. Como chiste, mucha gente habla del 5%
isleño, lo que me cuesta 5 lo vendo por 500. Pero lo peor no es nada
de lo dicho. También quieren que el papá gobierno les preste dinero
que nunca pagarán como es su inveterada costumbre, porque ellos no
arriesgan (invierten) sus propios capitales ni jamás lo han hecho,
tal como ellos mismos habían diseñado en anteriores gobiernos.
Sugiero
que lean una nota de prensa que es todo un poema relativo a cuanto he
afirmado en la siguiente conexión:
Personas
entrevistadas, sin excepción, centran todo el problema en una única
razón, “la dificultad para obtener divisas para IMPORTAR”. Y no
digo más. Todo cuanto ustedes, lectores, quieran agregar está
totalmente justificado. Y permítanme pegar un grito
estentóreo:¡¡¡ARRIESGUEN SU DINERO Y PRODUZCAN ALGO DE BUENA
CALIDAD EN EL PAÍS Y DEJEN LA LLORADERA POR DIVISAS PARA IMPORTAR
CHATARRA DE MALA CALIDAD!!
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!
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