Todos,
o casi todos, tenemos la idea generalizada que en una guerra se
enfrentan dos o más grupos con el propósito de destruir al o los
adversarios a toda costa con los métodos e implementos mortíferos
disponibles. Tal vez sea la influencia de las producciones bélicas
de Hollywood en las que veíamos grupos de hombres armados,
atrincherados o no, resistiendo los embates del enemigo y, a la vez,
respondiéndoles con parecida ferocidad. Defensa y ataque. Disparos
de todo tipo van y vienen. Unas veces protegiéndose y otras
atreviéndose a devolver el fuego.
En
la guerra que actualmente peleo hay pocos disparos reales de armas de
fuego aunque, de hecho, los ha habido durante cuatro meses, los hay
ahora de manera esporádica aunque en menor intensidad y ojalá no
los haya en el futuro de la manera como nos acostumbró la
cinematografía. En esta ya larga guerra actual la mayoría de los
disparos no provienen de rifles, ametralladoras, cañones ni nada
parecido. Tampoco tenemos que refugiarnos para protegernos de bombas
o cohetes.
No
estoy diciendo bobadas ni cosa parecida. Esta guerra es quizás más
destructiva y atroz que esas a las que me he referido antes. No nos
disparan, no nos cañonean, no nos lanzan bombas ni cohetes pero el
daño que nos causan es quizás peor. El enemigo no lo tenemos
claramente a la vista al punto que muchos, sumergidos en la batalla y
dañados por sus efectos se niegan a aceptarla e, inclusive, también
niegan su existencia.
Nos
atacan desde diversos flancos de manera despiadada y el daño que ya
han causado es enorme y sus consecuencias quien sabe cuanto tiempo
durarán. De manera gráfica, a veces me imagino a mi mismo
recibiendo simultaneamente cargas desde varias direcciones todos los
días y a todas las horas. Los “disparos” vienen de diferentes
maneras; desde varios flancos nos atacan una parte vital con el
acaparamiento, la escasez, el condicionamiento ilegal de la venta y
la especulación inmoral con los precios de la comida, las medicinas
y otros productos vitales, que a veces sufren aumentos de más del
100% en pequeños lapsos de tiempo.
Otro
flanco para el ataque es el saboteo a los servicios públicos. Cuanto
saboteo al servicio eléctrico, al agua potable, el transporte
público, las comunicaciones y otros que debemos soportar y nos
causan estremecedores efectos.
Pero
los certeros disparos no terminan allí. Debemos agregar
necesariamente el incesante ataque alienante por parte de – valga
la redundancia – los medios de alienación que jamás llamaré de
comunicación porque no comunican nada. Ellos son responsables
directos de muchas enfermedades psicológicas, la infofrenia y la
disociación psicótica entre otras tantas patologías.
A
lo anterior debemos agregar los ataques económicos y financieros al
país que terminan incidiendo en la vida diaria de todos. Entre ellos
hay que señalar los ataques a la moneda que provocan inflación
inducida, la artificial restricción a la circulación de efectivo
por parte de la banca que incluye la obstrucción deliberada al uso
de cajeros automáticos, puntos de venta electrónicos y negativa a
la entrega de efectivo, de nuestro dinero, en los cajeros de las
agencias bancarias.
Por
si no les bastara, ahora tenemos encima la espada de Damocles
representada por la amenaza de los disparos reales, los cohetes y las
bombas por parte de los gringos que están locos y no hayan como
disimular sus ansias de robarnos nuestras riquezas naturales.
A
veces me imagino a mi mismo como un combatiente solitario y
desarmado, sin un lugar para guarecerme y protegerme, aguantando
despiadados ataques desde todos los flancos por parte de fuerzas
superiores casi a punto de rendirme por cansancio, hambre y
frustraciones. ¿Cuantos venezolanos nos sentiremos simultanemente
así? Pero, por otro lado, sé, estoy seguro que millones de
venezolanos estoicamente seguiremos resistiendo, haciendo gala de
nuestra genética guerrera que nos ha convertido en el pueblo que
siempre ha vencido y seguirá venciendo todas las dificultades,
fieles a la herencia de nuestros Libertadores.
(Continuará)
¡INDEPENDENCIA
Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!
¡CHAVEZ
VIVE Y VIVE! ¡LA PATRIA SIGUE Y SIGUE!