Sí amigas y amigos, hace poco más de un año escribí mis artículos “Amuay”
- http://juanpedrotorres.blogspot.com/2012/08/amuay.html
y “Sigo con Amuay” -
http://juanpedrotorres.blogspot.com/2012/08/sigo-con-amuay.html#comment-form – Desgraciadamente, mis
sospechas se han confirmado con el paso del tiempo. Cuanto me hubiera gustado
no tener razón.
El pasado día lunes 9 de septiembre quedé estupefacto ante lo que llamo
una Conferencia Magistral del ciudadano Rafael Ramírez, Ministro del Poder
Popular de Energía y Petróleo de la República Bolivariana de Venezuela, sobre
los tristes, dolorosos, lamentables sucesos del día 24 de Agosto de 2012 en el
bloque 23 de la Refinería de Amuay, operada por Petróleos de Venezuela S.A.
(PDVSA) y propiedad de TODOS LOS VENEZOLANOS. Ver “Evento Clase A – Refinería
de Amuay” que pueden leer y/o descargar de la página web oficial de PDVSA http://www.pdvsa.com/ desde una conexión “Resultados de Investigación: Caso Amuay”
La conclusión del ciudadano Ministro y de un multidisciplinario equipo
técnico, basado en contundentes pruebas técnicas (metalográficas, químicas,
etc.) es que en ese desafortunado incidente hubo una(s) mano(s) inhumana(s) muy
peluda(s) que, con plena conciencia de sus actos, perpetraron un CRIMINAL
sabotaje.
El genio de Simón Bolívar pronunció por allá por los 10 ó 20 del Siglo
XIX una estupenda y profética frase: “El
talento sin probidad es un azote”.
Desgraciados y mil veces malditos esos talentos que asesinaron tanta
gente inocente, inclusive niños; que destruyeron tantos hogares, que causaron
tanta infelicidad, angustia, horror, terror y muerte, además de considerables
daños económicos a la nación, a la patria, a SU propia patria. Y conste que
digo “SU propia patria” porque nacieron en algún lugar de Venezuela y tienen
ciudadanía, nacionalidad y cédula de identidad de venezolanos; aunque sabemos
que muchos, así hayan nacido en Guaracaral de Abajo o en San Fermín de
Perromojado, hijos, nietos, bisnietos, etc. de Venezolanos, tienen su mente
enferma, podrida, maloliente, sus jirones de alma perversa y su corazón
envenenado en otra parte y, además, son obedientes lacayos de los intereses más
cínicos, pérfidos, malvados, criminales, etc. del planeta y quizás más allá.
Por desgracia, tengo algún conocimiento sobre esta materia y he podido
aquilatar la perfección del plan de sabotaje. Cerebros y manos expertas se
conjugaron para llevar a cabo ese criminal acto que, gracias al altísimo,
gracias al Dios de todos y cada uno, tuvo una falla. Falla no de ellos, de la
naturaleza que nos salvó de un infierno mayor. El diseño original, sin duda,
contemplaba un resultado mucho más catastrófico, muchísima mayor destrucción,
quizás miles de muertos, heridos y desaparecidos. Buscaron la destrucción casi
total de la refinería de Amuay mediante la creación de un súper infierno cuyas
llamas hubieran tardado semanas y tal vez meses en apagarse. Pero no solo eso,
destruir más de la mitad del centro refinador MAS GRANDE DEL MUNDO no es poca
cosa. La catástrofe, además de humana y técnica hubiera representado al país un
gigantesco daño económico y financiero, y casi seguro también político.
Nos salvamos, no me queda la menor duda, porque el Dios de todos y de
cada uno metió su mano y les arruinó parcialmente el plan. Sabemos que la
explosión fue causada por una chispa que se originó en el estacionamiento del
Destacamento 47 de la Guardia Nacional Bolivariana ubicado fuera del área de la
refinería en dirección sur-este. Esa chispa afectó una nube de olefinas muy
volátiles que escaparon a la atmósfera debido a la rotura intencional de una
bomba vertical. Lo anterior explica la razón por la cual la mayoría de las
víctimas y los daños materiales corresponden en número, aunque tal vez no en
dinero, a la población aledaña a las instalaciones de la refinería.
Digo y repetiré que Dios metió su mano e hizo fallar parcialmente el
criminal intento por lo siguiente: normalmente el viento sopla en dirección
noroeste y solo en raras ocasiones exactamente lo contrario como realmente
ocurrió. La verdadera y calculada intención de los criminales saboteadores era
que la nube se desplazara en sentido exactamente contrario y, al incendiarse,
lo hiciera precisamente sobre la zona de concentración de la mayoría de las
plantas de procesamiento de crudo y derivados. Imaginemos la dantesca situación
de muchas plantas de proceso, llenas de hidrocarburos en proceso, todas,
súbitamente, ardiendo de repente y generando una interminable cadena de
catastróficas explosiones.
Se hubiera generado un caos y una conmoción cuyas consecuencias
hubieran alcanzado al país entero. Ahora vayamos a lo que es PEOR. A un año de
ese fatídico acontecimiento, se sabe a ciencia cierta, con pruebas contundentes
que no dejan asomo a ninguna duda, que algunos dirigentes de la criminal
fascista ultraderecha antivenezolana se reunieron con altos personeros,
malvados todos ellos, del gobierno gringo y planificaron medidas para impedir
un nuevo triunfo de la Revolución Bolivariana en las próximas elecciones
presidenciales programadas para el día 7 de octubre de 2012.
Ante la evidente victoria del Comandante Supremo, llegaron a la tétrica
y aberrante conclusión que SOLO UN EVENTO CATASTROFICO podría hacer variar a la
opinión pública y cambiar el curso de los resultados electorales. Esos malditos
hijos de engendro diabólico planificaron y ejecutaron ESE EVENTO CATASTROFICO
y, ciertamente, lo lograron parcialmente y causaron esos terribles daños que
todos lamentablemente conocemos. No lograron su fin último. La reacción
inmediata del Comandante Supremo y su gobierno en general surtieron efecto
contrario al esperado y el inevitable triunfo se consolidó en la fecha señalada
pero los daños quedaron y sus consecuencias materiales aún tardarán tiempo en
ser subsanadas. Imposible recuperar los daños humanos, menos aún a los
mártires.
Vuelvo a Bolívar: “El talento
sin probidad es un azote”. Inconcebible que gente “bien preparada” técnica
y científicamente tenga cerebros tan malvados y pongan sus capacidades,
conocimientos y experticia al servicio de Lucifer. Cerebros llenos de
conocimientos pero también llenos de maldad. Esos cerebros son realmente los
malos engendros de la sociedad capitalista que los inocula con el diabólico
veneno de la codicia, la avaricia, la ambición desmedida y los peores
principios, los antivalores, la falta de aprecio a sus semejantes y a la
humanidad en general. Me faltan calificativos para seguir juzgándolos, no soy
tan inmundo como ellos. No lo intenten, no se ensucien ustedes, queridas(os)
lectoras(es), tampoco.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA!
- ¡CHÁVEZ VIVE! - ¡LA
PATRIA SIGUE Y SIGUE!